sábado, 16 de abril de 2011

LAS RELIQUIAS ( III )


1-El ara es un pequeño receptáculo de forma cuadrangular, practicado en la losa del altar, en la parte sobre la que se coloca la oblata (la patena y el cáliz) durante la Santa Misa.



    La tradición de venerar las reliquias de los santos, ya pasados el Antiguo y el Nuevo Testamento, continuó en los comienzos del Cristianismo. Así lo encontramos consignado por los primeros seguidores de Nuestro Señor Jesucristo, tal y como nos refieren algunos de los anales de los mártires:
-“Tomamos sus huesos, que eran más valiosos que las piedras preciosas y más refinados que el oro y los depositamos en un lugar adecuado. Y allí nos reunimos siempre que podemos; el Señor nos dará celebrar con gozo y alegría el aniversario de su martirio" (El Martirio de San Ignacio", 108DC)
-“Solamente las partes más duras se sus reliquias se dejaron y estas las enviamos a Antioquia envueltas en lino, como un inestimable tesoro dejado a la Santa Iglesia, como cuenta de la gracia que ha sido en este mártir" .("El Martirio de San Policarpo", 150 después de Cristo). 
   El hecho de celebrar la Santa Misa sobre el sepulcro de los mártires, suponía unir el Sacrificio de Cristo, su entrega en la Cruz, con el sacrificio de aquéllos santos, que entregaron su vida por Él, dándose así una unión mística entre Nuestro Señor Jesucristo y los Mártires.

   Con toda seguridad, esta idea de usar como altar la sepultura de los mártires, partía del texto del Apocalipsis: "Vi debajo del altar las almas de los que habían sido inmolados a causa de la Palabra de Dios y del testimonio que habían dado" (Ap.6, 9).

   De hecho, aquellos primeros cristianos, se reunían a menudo en las catacumbas, que además de ser refugios subterráneos, se convirtieron en cementerios; allí, celebraban el Santo Sacrificio de la Misa sobre la tumba de los mártires, vilmente ejecutados por el Imperio Romano por profesar su fe y evangelizar a los paganos. Más tarde, se levantarían en su honor magníficos templos, a los cuales acudirían miles de peregrinos para implorar favores y pedir perdón de sus pecados.
 
   La tradición de asociar las reliquias de los santos al altar, se ha perpetuado en Nuestra Santa Iglesia a lo largo de los siglos; así, continuando con la costumbre de los aquellos primitivos cristianos, cada altar contiene una pequeña reliquia, que es puesta en el ara o sepulchrum (1).

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