jueves, 8 de noviembre de 2012

DEVOCIÓN DE SAN FRANCISCO DE ASÍS POR LA SAGRADA EUCARISTÍA



      “Ardía en fervor, que le penetraba hasta la médula, para con el Sacramento del Cuerpo del Señor, admirando locamente su preciosa condescendencia y su condescendiente caridad. Juzgaba notable desprecio no oír cada día, a lo menos, una Misa, pudiendo oírla. Comulgaba con frecuencia y con devoción tal, como para infundirla también a los demás. Como tenía en gran reverencia lo que es digno de toda reverencia, ofrecía el sacrificio de todos los miembros, y al recibir al Cordero inmolado inmolaba también el alma en el fuego que le ardía de continuo en el altar del corazón.


      Quiso a veces enviar por el mundo hermanos que llevasen copones preciosos , con el fin de que allí donde vieran que estaba colocado con indecencia lo que es el precio de la redención, lo reservaran en el lugar más escogido.

      Quería que se tuviera en mucha veneración las manos del sacerdote, a las cuales se ha concedido el poder tan divino de realizarlo. Decía con frecuencia: "Si me sucediere encontrarme al mismo tiempo con algún santo que viene del cielo y con un sacerdote pobrecillo, me adelantaría a presentar mis respetos al presbítero y correría a besarle las manos, y diría: “¡Oye, San Lorenzo, espera, porque las manos de éste tocan al Verbo de la vida y poseen algo que está por encima de lo humano."

Extracto tomado de Vida II de San Francisco de Asís, 
escrita por el Beato Tomás de Celano, N° 201

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6 comentarios:

  1. Me parece el beato Tomás de Celano, da una explicación con muy buena intención, pero algo equivocada, por la sencilla razón de que el Santo que viene del Cielo, está completamente purificado y transformado en Dios por la clara visión de la Divinidad.

    Las manos de no todos los Sacerdotes, aunque tengan el poder fantástico de Consagrar, y Dios mismo les obedece en la Consagración, no siempre son puras, y algunas veces están manchadas por el pecado, como nos ocurre a todos los mortales.

    La Gran Santa Teresa, cuenta en su vida que vio un Sacerdote al levantar la Sagrada Forma, rodeado por dos demonios con los cuernos apuntando a su garganta, el cual estaba seguramente en pecado mortal, estos demonios miraban con terror a la Sagrada Eucaristía.

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    1. Saludos Fraternos carísimo "El Ultra". me gustaría dar una humilde opinión.
      San Francisco tenía el don de ver lo que había en el corazón de las personas, en muchos de los capítulos de las Florecillas, Espejo de Perfección y Vida Primera y Segunda según Celano, San Francisco logró ver tanto las virtudes como miserias de sus hermanos, y por ello hay sentencias bastante duras de parte de San Francisco hacia aquellos que sólo eran santos de fachada, al mismo tiempo podía ver el corazón de los sacerdotes que se dieron dentro y fuera de su orden, y fue duro con ellos también. El problema no es si el Beato Tomás de Celano explica equivocadamente, el problema es la interpretación que nosotros queremos dar a las palabras de San Francisco, porque es él quien dice: "Si me sucediere encontrarme al mismo tiempo con algún santo que viene del cielo y con un sacerdote pobrecillo, me adelantaría a presentar mis respetos al presbítero y correría a besarle las manos, y diría: “¡Oye, San Lorenzo, espera, porque las manos de éste tocan al Verbo de la vida y poseen algo que está por encima de lo humano." y no el Beato Tomás de Celano,si bien él es el biógrafo, sabe hacer diferencias cuando él narra y cundo cita a San Francisco. Por otra Parte, San Francisco tenía tal fe de que todos los sacerdotes, dignos y no dignos, fuesen verdaderos representantes de Cristo, que es por eso que creo innecesario hacer interpretación de lo que el Santo ha dicho, porque lo ha dicho claramente. Además, nuestro Santo Fundador dijo en su testamento que no quería que se hicieran interpretaciones de sus enseñanzas y palabras, porque por eso mismo muchos se desvían en el camino que el Mismo Señor Jesucristo le habia mostrado. Si nos pusiéramos a pensar que sacerdote es digno y cual no, pues nos quedaríamos sin la santa Misa, sin comulgar. En lo que si estoy de acurdo, es que hay que huir del modernismo infiltrado en la Iglesia, el cual ha deteriorado en su sacralidad la santa Misa, y por ello huir de la Misas indignamente celebradas, porque nuestro padre san Francisco tampoco toleraba los abusos litúrgicos.
      Es cierto que el Santo viene purificado en Dios por la clara visión de la Divinidad, pero San Francisco no exaltaba mas la figura del sacerdote que la de Cristo viniendo en forma real en la sagrada Hostia, hermano carísimo, considera las últimas palabras del santo: “¡Oye, San Lorenzo, espera, porque las manos de éste tocan al Verbo de la vida y poseen algo que está por encima de lo humano." y estas palabras ya no necesitan interpretación.
      Saludos Fraternos, Pax et Bonum +

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    2. Querida Hermana Úrsula:

      Efectivamente, el Sacerdote representa a Cristo y todos los Sacramentos que administra tienen plena validez aunque esté en pecado mortal.

      Pero desgraciadamente, hay sacerdotes que pecan gravemente como por ejemplo el pecado de pederástía y otros que predican públicamente una doctrina completamente contraria a la de Jesús:

      "He oído personalmente en una Misa de Navidad a un Sacerdote predicar en la homilía diciendo: "Os tenemos que pedir perdón, porqué el Infierno lo hemos inventado nosotros los curas" (sic)

      Estas personas, aunque venga el mismísimo S. Francisco a confirmarlo con milagros, es imposible que representen a Jesús, ya que apartan a los fieles de la verdadera fe.

      A este respecto, dijo Jesús: "A sus frutos los conoceréis; un árbol bueno no puede dar frutos malos, ni un árbol malo frutos buenos".

      Los abusos litúrgicos que Ud. dice, no hacen en mi opinión perder Sacralidad a la Santa Misa, ya que Jesús se hace siempre presente y la Sacralidad viene siempre de Él y no de la liturgia, salvo el caso de la Parroquia de Entrevías que es un caso aislado, lo que hace perder Sacralidad es el escándalo público de ciertos sacerdotes.

      Me gustaría, si me diera su Email, hablar más largamente del asunto, y aportarle no opiniones personales, pero opiniones de grandes Santos.

      La Paz de Cristo esté con Ud.




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    4. Carísimo:
      Siento dudas al leer su respuesta, usted dice que los sacerdotes que pecan gravemente por ser pedrastras no actuarían In persona, es decir, en persona de Cristo Christi (y claro, estarían en pecado mortal y la validez y licitud del sacramento serian imperfectas) , si consideramos eso, entonces sería lo mismo con la liturgia, como usted dice, porque si no hay Misa dignamente ofrecida, tampoco se haría presente Nuestro Señor Jesucristo, y esto lo puede contrastar con el derecho canónico(sin reformas, evidentemente el Derecho canónico), ya que para que el sacramento sea válido y licito se necesita respetar la estructura propia de la Santa Misa, es decir, formulas, posturas, rubricas, etc, lo que no hay cuando existen abusos litúrgicos . Y a que me refiero con “dignamente”, pues darle al Rey lo que es propio de un Rey, y no reducirlo a un hombre cualquiera. Los abusos litúrgicos van desde un sacerdote vestido de payaso o mujer, hasta consagrar galletitas dulces y coca-cola, por lo tanto, si hay abusos litúrgicos no hay presencia de Dios allí, porque no se sigue el canon instituido por siglos en la Iglesia, y no vamos a enajenar a la Iglesia de esto a pesar de su fatal deterioro, porque seríamos un lutero o clavino del siglo XXI, para eso tenemos varios años antes donde la Iglesia infundía respeto y tenia verdadera autoridad, y no temía parecer demasiado católica, no le importaba quedar bien con el mundo, mucho menos a decir la verdad. La problemática que veo en aceptar los abusos litúrgicos porque parecen ser “menos dañinos” que un pedrastra, es que ambas son opciones no católicas e inaceptables.
      Para el catolicismo es necesario resguardar lo sagrado, de no ser así caeríamos en lo profano, nuestra Misa se terminaría pareciendo (como es la misa actual) a la “cena de lutero” a la “cena de Calvino”, y como buen católico queremos no parecernos a los herejes. La sacralidad estimula la vida de devoción y la mística, nos pone en la antesala del cielo y nos recuerda el sentido de lo bello y digno. El sentido teológico y escatológico de la Santa Misa se ha visto deteriorado en la actualidad por esta falta de sacralidad, y por ello hoy es cada vez más complejo encontrar misas dignas y más abusos litúrgicos. La sacralidad, que viene de Cristo y que la Iglesia enseña como saludable es necesaria, una Misa digna, como decía anteriormente, ayuda a que recordemos el sentido teológico y escatológico. La Santa Misa tiene tantos signos, rubricas, posturas, etc, con un propósito importantísimo : emular el cielo aquí en la tierra, por ello la belleza exterior representada en los templos dignamente edificados, porque se quiere representar la Jerusalén eterna. Nuestro Seráfico Padre San Francisco, siendo pobre, jamás escatimo en dar lo que es propio y digno de un Rey (Cristo) , es por esta razón que la fe en tiempos de nuestro Padre se vio restaurada, porque él rescató la sacralidad a la Iglesia, ya que la pompa lamentablemente estaba dirigida y centrada en otras cosas y no en Nuestro Señor Jesucristo. Y Nuestra Seráfica Madre Santa Clara, aun escogiendo vivir sólo con el privilegio de la pobreza, confeccionaba corporales de seda e hilos finísimos para Nuestro Señor, porque comprendía que Cristo lo merecía, y que todas estas cosas externas ayudan a mantener la sacralidad del rito y de la fe, por ello dedicaba tiempo a la trabajo manual, y confeccionaba precioso corporales para Nuestro Señor, y pedía que los hermanos menores que los llevasen a las Iglesias, donde ella sabía nadie se preocupada de dar lo propio a Rey de Reyes.
      Saludos cordiales. Pax et Bonum +

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  2. Amadísimo Padre San Francisco, ayúdanos a experimentar de la misma forma que tu experimentaste tal fervor y amor a Jesús sacramentado, que tal amor nos lleve reformar nuestras miserias, y temamos de verdad perder el cielo. Ayúdanos desde el cielo Padre seráfico, a vivir siempre buscando adorar a Dios, como tú lo hiciste en vida, y tengamos tal fe en el santísimo sacramento y en la actualización de la pasión de Cristo en la Santa Misa, que digamos con convicción cada vez que pasemos cerca de una Iglesia la oración que tu, Beatísimo Padre, nos enseñaste a decir a tu hijos menores: “Te adoramos Señor Jesucristo, aquí y en todas las Iglesias del mundo, y te bendecimos, pues por tu santa cruz redimiste al mundo, amén” Gracias hermanito por esta publicación, las palabras de nuestro santo fundador siempre hacen temblar de amor y temor a esta servidora. +

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