sábado, 25 de mayo de 2013

LADRAN LOS PERROS...


Nunca dejaré de dar gracias a Dios por estos "besos" de paciencia que me manda; pero me cuesta entender la manía que algunos me han pillado -y de qué manera- y que les lleva a inventarse una serie de historietas sobre mí dignas de un guión del amigo Pedro Almodóvar o mejor aún, de Santiago Segura (Torrente).

Como siempre, los comentarios están abiertos, pero por favor, no se sobrepasen con el lenguaje...

¡ VIVA CRISTO REY !



5 comentarios:

  1. Ni caso.
    Sigamos cabalgando.

    Un fuerte abrazo.

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    1. Muchas gracias por el apoyo, Hermana! Los difamadores madrugan, porque el comentario es de las 07:02 de la mañana...

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  2. Carísimo hermano: Es lamentable ver como hay personas que malgastan su tiempo en difamar a otros, cuando podrían visitar el confesionario y decir sus miserias y repararlas con penitencia. Me cuesta pensar que hay personas que prefieran hacer estos absurdos, en lugar de reflexionar sobre sus acciones y cambiar de actitud, es penoso ver como las almas prefieren ir por el derrotero marcado por el ángel caído, y no por el camino de la salvación, esas personas son prisioneras de sí mismas, inmanentes, paupérrimas, indigentes, miserables... me pregunto si la inteligencia de esta persona es limitada, creyó que íbamos a pensar que eras tu el que escribió aquello? todos conocemos tu pluma, y sabemos que es alta y digna, no como el infantil escrito expuesto por el "anónimo".
    Ánimo hermanito, que tienes mas amigos que enemigos, en cambio esos enemigos se tiene sólo a ellos mismos, y al ángel caído colgado de sus cuellos. Mis oraciones por ti +

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  3. Se puede concluir ante estas calumnias que el calumniador es quien está sucio...y por temor a la verdad busca enlodar la imagen de un caballero católico como lo es don Juan Diego Ortega.
    Que Dios se apiade de semejante canalla que actúa como los malvados y los cobardes....desde las sombras.

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  4. Típica forma de difamación, "miente, miente que algo queda...". La pena es que lo que puede "quedar" para los difamadores es su condenaciñon eterna.
    ¡A seguir cabalgando!

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