sábado, 31 de mayo de 2014

LA GLORIOSA VIRGEN MARÍA, AUGUSTA REINA DE NUESTRAS ALMAS


Digna coronación del popular y tan devoto Mes de María,
resulta esta celebración litúrgica
 que viene a asegurarnos,
con la sublime condición de Augusta Reina,
la poderosa y maternal protección
 de la Virgen María
a favor de nuestras almas.



Habiendo sido la Santísima Virgen elevada a la dignidad de Madre de Dios, con justa razón la Santa Iglesia la honra, y quiere de todos que la honren con el título glorioso de Reina. 

Si el Hijo es Rey, justamente la Madre debe considerarse y llamarse Reina. Desde el momento en que María aceptó ser Madre del Verbo Eterno, -dice San Bernardino de Siena-
mereció tornarse Reina del mundo y de todas las criaturas. 

Si la carne de María -concluye Arnoldo Abadno fue diversa de la de Jesús,  ¿cómo, pues, de la monarquía del Hijo puede ser separada la Madre? 


( San Alfonso María de Ligorio )





     Nuestra Señora Reina es un título que expresa el siguiente hecho. Siendo Ella Madre de la segunda Persona de la Santísima Trinidad y Esposa de la Tercera Persona, Dios, para honrarla, le dio el imperio sobre el universo: todos los Ángeles, todos los Santos, todos los hombres vivos, todas las almas del Purgatorio, todos los réprobos del Infierno y todos los demonios obedecen a la Santísima Virgen. De suerte que hay una mediación de poder, y no apenas de gracia, por la cual Dios ejecuta todas sus obras y realiza todas sus voluntades por intermedio de su Madre.

     María no es apenas el canal por donde el imperio de Dios pasa, sino es también la Reina que decide por una voluntad propia, consonante a los designios del Rey. Nuestra Señora es una obra-prima de lo que podríamos llamar la habilidad de Dios para tener misericordia en relación a los hombres...

     San Luis Grignion de Montfort hace referencia a esa linda invocación que es Nuestra Señora Reina de los Corazones. Como corazón se entiende, en el lenguaje de las Sagradas Escrituras, la mentalidad del hombre, sobre todo su voluntad y sus designios.

     Nuestra Señora es Reina de los corazones como teniendo un poder sobre la mente y la voluntad de los hombres. Este imperio, María lo ejerce, no por una imposición tiránica, sino por la acción de la gracia, en virtud de la cual Ella puede liberar a los hombres de sus defectos y atraerlos, con soberano agrado y particular dulzura, para el bien que Ella les desea.

     Ese poder de Nuestra Señora sobre las almas nos revela cuán admirable es su omnipotencia suplicante, que todo obtiene de la misericordia divina. ¡Tan augusto es este dominio sobre todos los corazones, que él representa incomparablemente más que ser Soberana de todos los mares, de todas las vías terrestres, de todos los astros del cielo, tal es el valor de un alma, aunque sea la del último de los hombres!




     Vale notar, sin embargo, que la voluntad (esto es, el corazón) del hombre moderno, con alabables excepciones, es dominada por la revolución. Aquellos, por tanto, que quieren escapar de ese yugo, deben unirse al Corazón por excelencia contra-revolucionario, al Corazón de mera criatura en el cual, abajo del Sagrado Corazón de Jesús, reside la Contra-Revolución; al Sapiencial e Inmaculado Corazón de María.

     Hagamos, entonces, a Nuestra Señora este pedido: "Mi Madre, sois Reina de todas las almas, incluso de las más duras y empedernidas que quieran abrirse a Vos. Os suplico, pues: sed Soberana de mi alma; quebrad las rocas interiores de mi espíritu y las resistencias abyectas del fondo de mi corazón. Disolved, por un acto de vuestro imperio, mis pasiones desordenadas, mis voliciones pésimas, y el residuo de mis pecados pasados que en mí puedan haber quedado. Limpiadme, oh mi Madre, a fin de que yo sea enteramente vuestro".


Dr. Plinio Corrêa de Oliveira )



viernes, 30 de mayo de 2014

SANTA JUANA DE ARCO, VIRGEN Y MÁRTIR


Recordamos el Martirio de la Virgen Doncella de Cristo,
Santa Juana de Arco



          Juana desde pequeña dio luces de ser un alma extraordinaria. Tendía su piadosa alma a la oración y a buscar con frecuencia la soledad para volcar todos los sentidos a Dios. Lucía en ella también la fuerza de un patriotismo admirable, semilla que Dios providentemente puso en su joven corazón para infundir desde su más pura infancia un fiel amor a su patria, marcando de esta manera el carácter de su misión en esta vida.

          Desde los 13 años, Juana, humilde campesina, comenzó a recibir de forma directa consuelos, consejos y órdenes de la celestial corte. Permitió la Divina Providencia que percibiera de forma sensible manifestaciones celestiales, las cuales dieron inicio a su misión. Repetidas veces oyó Juana una voz que venía acompañada por una luz intensa: “Juana, sé buena y piadosa: vé a menudo a la Iglesia”. Muchas otras veces volvió a oír esta voz, y supo por revelación que aquel que le aconsejaba y dirigía era el Jefe de la milicia celeste, San Miguel Arcángel. Aquellas preciadas visitas, venían a su vez acompañadas por mensajes y secretos que se le eran revelados progresivamente, entre ellos, el Arcángel advertía a la Doncella las desdichas que le esperaba a Francia y de su misión de ir en auxilio del rey.

          A partir de estas revelaciones, Juana sufrió silenciosamente en su corazón, y a falta de confidentes humanos Dios le concedió la asistencia y amistad de dos grandes compañeras: Santa Catalina de Alejandría y Santa Margarita de Antioquia. Ambas santas infundían en el generoso Corazón de Juana vigorosa valentía a fin de que cumpliese la misión a cual Dios la había destinado. Las penurias y desolaciones que vivía su patria en manos de ingleses y borgoñones, avivaban la brasa del amor hacia su querida Francia y la impulsaban a salir en defensa suya en nombre de Dios, pues Él mismo la había hecho su mensajera.

          Su amada familia, sin sospechar la obra que Dios había comenzado en el alma de su hija, vería partir a aquella piadosa y trabajadora joven, que al punto abandonó el hogar para ir en pos de los designios divinos a los cuales Dios la tenía reservada. Convencida que había nacido sólo para servir y amar a Dios, Juana movida por inspiración divina, ofreció ante la divina Majestad la azucena de su Virginidad, consagrándose totalmente Él, uniéndose ya desde esta vida a aquel sequito de vírgenes de la Iglesia triunfante.

          No fueron pocos los obstáculos que con afán buscaban entorpecer los planes de esta joven, cuya santa vehemencia impresionaba a todos cuando aseguraba ser enviada por Dios para llevar a Francia al triunfo, y entregar la corona al legitimo rey, Carlos VII. Esta era su misión, así se lo señaló tantas veces San Miguel y las santas. Ella no descansaría hasta ver consagrado al Delfín como rey de Francia.

          Aquellos que creían en la misión de Juana, como Bertrand de Poulangy y Juan Metz, no dudaron en convertirse en su escolta, y buscaban con fuerza la oportunidad de presentarse ante el Delfín, el cual ya había oído noticias de la fama de Juana, la Doncella, que prometía salvaguardar el honor de la patria, y por sobre todo, luchar para que Carlos VII fuese consagrado como legitimo rey de Francia. Para enfrentar su misión, Juana se había preparado, cortó sus cabellos, cubrió su cuerpo con un jubón o perpunte atada a sus calzas por medio de veinte agujetas. Una especie de huca o capa corta. Ciñó a sus sienes un chaperón de lana recortada y una coraza o plastrón le protegía el pecho. Su calzado eran unas botas-polainas, armadas de largas espuelas. Le dieron una lanza, una espada, una daga, y montaba un caballo.

          Por fin el Delfín aceptó la presencia de aquella Doncella enviada por Dios en la sala de audiencia, y luego de haberla puesto a prueba engañándola con un Delfín impostor, Juana demostró la verdadera asistencia celestial, pues las voces de sus santas le llevaron hasta el lugar donde Carlos VII se escondía, para probar la veracidad de la vidente. Maravillado quedó éste al ver que la joven le reconoció sin haberle visto antes, y mantuvo una extensa conversación en privado con aquella enviada de Dios, la cual reveló todas aquellas cosas que las voces le habían indicado y llevarían al triunfo a Francia y a la inminente coronación del legítimo rey.

          Muchos se resistían creer en Juana, más aun, aquellos que rodeaban a Carlos VII, sin embargo, aceptaban que esta providente ayuda celestial, era la única esperanza para Francia.
Mientras la Doncella de Cristo gozaba de la anuencia absoluta de Carlos VII, no dudó en llevar lo más pronto posible su misión. Juana, rodeada con su escolta militar iban en busca de la victoria, en nombre de Dios. Sin embargo, este ejercito de hombres rudos y austeros, poco a poco fue adoctrinado por aquella mensajera del Rey del cielo, tanto con el ejemplo y palabras, Juana logró hacer de aquella comitiva militar un ejército cristiano, que con frecuencia debía confesarse y comulgar para permanecer en la misión.


          Juana había logrado múltiples victorias, como la liberación de Orleans, los ingleses habían sufrido la humillación de esta derrota como una afreta gravísima. Y aunque este era un gran triunfo para Juana, su misión estaba incompleta, pues sólo se alegraría al ver a Carlos VII consagrado como rey de Francia en Reims. Por fin, la Victoriosa Doncella de Cristo acompañó hasta la catedral de Reims a aquel que sería hecho legítimo rey, por mandato divino.

          A pesar de este sublime logro del cielo, Juana se enfrenta a los sin sabores de la derrota, y es en medio de estas oscuras adversidades donde se le revela que antes de la fiesta de San Juan caería prisionera. Sin embargo, las santas le señalaron que era necesario que fuese así; que tomase de buen grado esta determinación de Dios, pues Él así como la había acompañado durante toda su misión, la asistiría también en las horas más amargas de su pasión.

          Juana, ahora en manos enemigas, se disponía a sufrir un largo proceso en donde los Ingleses hábilmente encontrarían en modo de realzar el carácter herético y blasfemo de su misión. Sin embargo, y a pesar de sus hábiles y macabras tácticas, no lograban hacer confesar a la joven alguna cosa que pudiese contradecirse en lo concerniente en fe.

          Pedro Cauchon, conde-obispo de Beauvais estaba al frente del proceso, en donde quería inculparse a Juana. Comenzó a insistir sobre dos puntos que con malévola intención manipulaba Pedro Cauchon: el traje de hombre y las visiones. Los ingleses querían saber el secreto del rey, que desde lo alto se le había revelado, esto les inquietaba mucho, aunque Juana guardó inquebrantable lealtad con el rey, a pesar de haberse mostrado éste tan frío al saber de la captura y prisión de aquella que le había concedió tantos triunfos.

          En medio de tanta aspereza, Juana recibe de lo alto el consuelo de las santas, la cuales le anuncian que ha querido Dios agregar a sus ornamentos bélicos, la solemne indumenta de mártir, adornando con la palma victoriosa aquellas manos que tantos triunfos había alcanzado en la tierra, y ahora por su perseverancia y fidelidad a la Voluntad Divina, lograba el premio de la vida eterna. El paraíso le esperaba, las santas con flores de pureza y virtud pavimentaban el camino hacia la patria eterna, esperando con ansias su entrada definitiva al lugar de eterno descanso.

          Juana se preparaba para el trago amargo, como Nuestro Señor en el Huerto de Getsemaní, y renegando de aquella trampa en donde le habían hecho abjurar sin saber que lo había hecho, pues no sabía leer, se retractó de aquel documento en donde no muy claramente decía no dar crédito a sus revelaciones, negando la connotación divina que estas tenían. Las santas le hicieron saber este pecado, Juana se retractó y fue condenada a sufrir en las sofocantes brasas del fuego.

          Conducida a patíbulo, un confesor la exhorta tiernamente antes de ser atada al cruel poste, la multitud con espanto y estupor contempla aquella afrentosa muerte.

          Juana, tenía los ojos clavados en un crucifijo que había pedido lo pusiesen frete a sus ojos para padecer el martirio. El verdugo encendió el fuego, y la hoguera abrazada por el mismo, comenzaba a cubrir la Gloriosa imagen de la Doncella fiel de Cristo. Se oyó a la joven decir repetidas veces que San Miguel y las santas estaban allí, recibiéndola como Victoriosa esposa de Cristo. Por fin se escucha decir a Juana: “Jesús, Jesús, Jesús”. Sus castos labios musitaron por última vez el nombre de aquel que había sido Rey y gobernador de su alma.


          Nadie se consolaba ante tan triste espectáculo. Juan de Thiessart, secretario del rey de Inglaterra, al volver del suplicio, vio en el rostro de las gentes una oscura tristeza, y apesadumbrado él también, les dijo: “Estamos perdidos, hemos quemado a una santa”.
Cauchon, con motivo de sus vicios y crueldades fue excomulgado por su Santidad Calixto III, muriendo en 1443 atormentado por los remordimientos.

           La gloriosa Doncella de Cristo, engalanada de admirables virtudes, recibió la palma del martirio en 30 de Mayo de 1431, convirtiéndose en admirable ejemplo de perseverancia, valentía y fe. Que ella nos asista en los combates diarios, y disipe con el arsenal de virtudes con que fue condecorada, los vicios que corrompen nuestras almas.

¡Viva la Victoriosa Doncella de Cristo, Santa Juana de Arco!


Hermana Gianna Fiores Giannetti Veneto,
Lego e indigna Hija de los Seráficos Padres San Francisco y Santa Clara de Asís +



jueves, 29 de mayo de 2014

SANTA MARÍA MAGDALENA DE PAZZI, TERCIARIA CARMELITA


     Nació en Florencia (Italia) el 2.4.1566, de padres nobles, Camilo de Gen de Pazzi y Magdalena María Buendelmonto.

     Fue bautizada al día siguiente de su nacimiento y le fue impuesto el nombre de Catalina.

     El 25.3.1576 flizo su Primera Comunión y el 19.4.1576 hizo a Dios Voto de Virginidad. El 30.11.1578 tuvo el primer éxtasis en presencia de su madre. A este le seguirán tantos que merecerá el sobrenombre de "la extática" por excelencia.




     A los 8 años estuvo internada un tiempo en el Monasterio de la Damas de San Giovannino, y a los 14 volvió al mismo Monasterio con la condición de que pudiera comulgar todos los días festivos, cosa insólita en aquellos tiempos.

     El 14 de agosto de 1582 entró por quince días en el monasterio de las Carmelitas de Santa María de los Ángeles, para conocer la Regla y ver si ésta podía responder a la llamada divina y a su particular inclinación.

     Encontró la conforme a sus más íntimos deseos y se decidió por este monasterio, a lo cual le ayudó también el hecho de que las Carmelitas, por concesión excepcional, podían comulgar diariamente.

     Esábado anterior al primer Domingo de Adviento, 1 de diciembre de 1582, , traspasó Catalina para siempre los umbrales de la clausura y entró a formar parte de la Comunidad el las Carmelitas de Sta. María de los Angeles, en calidad de Terciaria.

         El 3.1.1583 vistió el hábito Carmelita, dando comienzo fervorosamente a su año de noviciado.

          A primeros de marzo de 1584 se le manifestó una misteriosa enfermedad que los médicos declararon incurable. La Priora y Maestra resolvieron que hiciera la profesión de sus votos y la hizo, llena de gozo, el 27. 5.1584, fiesta de la Sma. Trinidad. La hizo "sobre una camilla acomodada delante del Altar de la Virgen".

         Desde aquel momento comenzó un período sorprendente de éxtasis todos los días, después de la Comunión, quedaba extática por espacio de dos o tres horas.

     En ocasiones tuvo nuevos y repetidos excesos de amor a lo largo del día, mientras los favores divinos se renovaban.

     Quedó curada el 16 de julio y el 24 3.1585, vigilia de la Anunciación, San Agustín le escribió en el corazón las palabras "Verbum caro factum est"El 15 de abril le fueron impresos para siempre en el alma los estigmas invisibles. El 28 del mismo mes recibió de Jesús el anillo que sellaba su místico desposorio con El.

         El 16 de junio, fiesta de la Santísima Trinidad, comenzó la gran prueba llamada "lago de leones", que iba a durar cinco años.

     Fue llamada en estos años a la ardua empresa de la "renovación de la Iglesia y particularmente de los religiosos". Le repugnaba el hacerlo, pero fue preciso obedecer. Por esta razón escribió algunas cartas, mientras estaba arrobada su mente, al Sumo Pontífice y a otros Prelados y Siervos de Dios, hablándoles de renovación.

     El 24.8.1590 murió su madre y la vio "en las penas del Purgatorio alegre y contenta".

     El 3 de mayo, también de 1592, año en que le confiaron el oficio de sacristana, tuvo un gran arrebato de amor: corría por el Monasterio y tocaba la campana llamando a todas las almas "a amar al Amor" ( IV,708). El 1 de mayo de 1595 pidió al Señor el "desnudo padecer'.

     El 1595 fue elegida Maestra de las jóvenes y tres años después de las novicias, con las que trabajó con toda su alma para formarías a imagen de Jesucristo.

     Fecha importante la del 24 de junio de 1604: en un rapto que le duró todo el día, terminaron los éxtasis y comenzó el período del "desnudo padecer" que se prolongó hasta su muerte.


     Santa María Magadalena de Pazzi recibió la extremaunción el 13 de mayo de 1607 . A las ocho de la mañana del viernes 25 de mayo entró en agonía, y a las dos de la tarde murió. Junto a su lecho, sus hermanas religiosas rezaron el Símbolo de San Atanasio, o sea, la Profesión de Fe en la Santísima Trinidad, el mismo Símbolo que había hecho extasiarse a la santa desde los primeros años de su vida.

         Al año de su muerte se abrió su sepulcro y su cuerpo apareció fresco, entero y flexible.

     Fueron muchos los prodigios que el Señor empezó a obrar por su medio y por ello el 1611 dieron comienzo los procesos para la beatificación, que llegó el 8.5.1626 por el papa Urbano VIII.

     Fue canonizada por el Papa Clemente IX el 28.4.1669.

martes, 27 de mayo de 2014

CATECISMO DE LA MASONERÍA, por el Padre Enrique de Ossó ( V )




- ¿Es o no verdad que todo el empeño de la secta masónica está en llevar a cabo las teorías de los Naturalistas?

          Es verdad y mucho tiempo ha que trabaja tenazmente para anular en la sociedad todo ingerencia del Magisterio y Autoridad de la Iglesia, y a este fin se pregona y contiende de ver separada la Iglesia del Estado, excluyendo así de las Leyes y de la administración de la cosa pública el muy saludable influjo de la Religión Católica.

- ¿Qué se sigue de aquí?

          La pretensión insensata de que los estados se constituyan haciendo caso omiso de las enseñanzas y preceptos de la Iglesia.

- ¿Les basta con prescindir de tan buena guía como es la Iglesia?

          No, sino que la gravan con persecuciones y ofensas.

- ¿Cuáles son las persecuciones y ofensas de la secta masónica contra la Iglesia Católica?

          1º) Se llegan a combatir impunemente de palabra, por escrito y en la enseñanza los fundamentos mismos de la Religión Católica. 
          2º) Se pisotea los derechos de la Iglesia, no se respetan las prerrogativas con que Dios la dotó, y se reduce casi a nada su libertad de acción. 
          3º) Al clero se le oprime con leyes con leyes excepcionales y graves, precisamente para amenguarle cada día más en número y recursos. 
         4º) Los restos de los bienes de la Iglesia son sujetados a todo género de trabas y gravámenes, y enteramente puestos al arbitrio y juicio del Estado.
         5º) Las órdenes religiosas, suprimidas y dispersas.

- ¿Cómo llevan a cabo tan perversos intentos?

Todo esto lo hacen con leyes en apariencia no muy violentas, pero en realidad hechas expresamente y acomodadas para atarle a la Iglesia las manos.

- ¿Dónde se extrema sobre todo la rabia de estos enemigos?

Contra la Sede Apostólica y el Romano Pontífice.

- ¿Qué proclaman estas sectas contra el Pontificado y el Romano Pontífice?

Los autores de esta secta proclaman abiertamente ya lo que en oculto maquinaron largo tiempo, a saber: que se ha de suprimir la sagrada potestad del Pontífice, y destruir por entero el Pontificado, instituido por derecho divino.

- ¿Cómo han intentado lograr esto?

Primero quitóse al Romano Pontífice con fingidos pretextos el reino temporal, baluarte de su independencia y sus derechos; enseguida se le redujo a situación inicua, a la par que intolerable por las dificultades que de todas partes se le oponen; hasta que por fin se pide ya abiertamente su destrucción total.

- ¿Y consta que este intento es propio de los Masones?

Hoy día y en otras ocasiones, muchos sectarios han declarado ser propio de los masones el intento de vejar cuanto puedan a los católicos con enemistad implacable sin descansar hasta ver desechas, todas las Intenciones religiosas establecidas por los Papas.



domingo, 25 de mayo de 2014

V DOMINGO DE PASCUA; De la Ascensión del Señor


Reflexión para el V Domingo de Pascua 
tomada del Catecismo Mayor de San Pío X
Texto seleccionado por el Rvdo. Padre Héctor Lázaro Romero


DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

¿Qué se celebra en la fiesta de la ASCENSIÓN? 
     En la fiesta de la Ascensión se celebra el glorioso día en que Jesucristo, a vista de sus discípulos, subió por su propia virtud al Cielo, cuarenta días después de su Resurrección.

¿Por qué subió al Cielo Jesucristo? 
     Jesucristo subió al Cielo: 1°, para tomar posesión del reino eterno que conquistó con su muerte; 2°, para prepararnos el lugar y servirnos de mediador y abogado ante el Padre; 3°, para enviar el Espíritu Santo a sus Apóstoles.

¿Entró solo Jesucristo en el Cielo el día de la Ascensión? 
     El día de la Ascensión, Jesucristo no entró solo en el Cielo, sino que entraron con Él las almas de los antiguos Padres que había sacado del limbo.

¿Cómo está Jesucristo en el Cielo? 
     Jesucristo está en el Cielo sentado a la diestra de Dios Padre, es decir, como Dios es igual al Padre en la gloria, y como hombre está elevado por encima de todos los Ángeles y Santos y hecho Señor de todas las cosas.

¿Qué hemos de hacer para celebrar dignamente la fiesta de la Ascensión? 
     Para celebrar dignamente la fiesta de la Ascensión hemos de hacer
tres cosas: 1ª, adorar a Jesucristo en el Cielo como mediador y abogado nuestro; 2ª, despegar enteramente nuestro corazón de este mundo como de lugar de destierro y aspirar únicamente al Cielo, nuestra verdadera patria; 3ª , determinarnos a imitar a Jesucristo en la humildad, en la mortificación y en los padecimientos, para tener parte en su gloria.

¿Qué han de hacer los fieles el tiempo que corre de la fiesta de la Ascensión a la de Pentecostés? 
     De la fiesta de la Ascensión a Pentecostés, los fieles, a ejemplo de los Apóstoles, han de prepararse a recibir el Espíritu Santo con el retiro, con recogimiento interior y con perseverante y fervorosa oración.

¿Por qué el día de la Ascensión, leído el Evangelio de la Misa solemne, se apaga y después se quita el cirio pascual? 
     El día de la Ascensión, leído el Evangelio de la Misa solemne, se apaga y después se quita el cirio pascual, para representar que Cristo partió dejando a los Apóstoles.


NOTA IMPORTANTE
El Padre Héctor Lázaro Romeroes Director de la revista digital "Integrismo", a la cual pueden acceder desde en enlace de la misma que se encuentra en el lado izquierdo de esta página. El Padre Romero, tiene a bien celebrar el Santo Sacrificio de la Misa por las personas e intenciones de nuestros amigos y colaboradores. Si alguien necesita que la Santa Misa sea aplicada por un difunto o por alguna cuestión grave, pueden hacernos llegar su petición a nuestro correo  traditio@hotmail.com

sábado, 24 de mayo de 2014

NUESTRA SEÑORA AUXILIO DE LOS CRISTIANOS

    

     Los católicos de la Iglesia de la antigüedad en Grecia, Egipto, Antioquía, Éfeso, Alejandría y Atenas acostumbraban llamar a la Santísima Virgen con el nombre de Auxiliadora, que en griego, se dice con la palabra "Boetéia", que significa "La que trae auxilios venidos del Cielo". Ya San Juan Crisóstomo, Arzobispo de Constantinopla nacido en 345, la llama "Auxilio potentísimo" de los seguidores de Cristo.

     Así, vemos a Proclo, el gran orador que decía: "La Madre de Dios es nuestra Auxiliadora porque nos trae auxilios de lo alto".(Año 476). También San Sabas de Cesarea llama a la Virgen: "Auxiliadora de los que sufren", y narra el hecho de un enfermo gravísimo que llevado junto a una imagen de Nuestra Señora, recuperó la salud y aquella imagen de la"Auxiliadora de los enfermos", se volvió sumamente popular entre la gente de su siglo.(Año 532).

     Y como éstos, muchísimos ejemplos que atestiguan el título de Nuestra Señora como"Auxilio Christianorum", Auxilio de los Cristianos.


     Esta piadosísima advocación de Nuestra Señora se hizo fuerte ante la invasión de los turcos en 1571, cuando el Papa San Pío V la invocó como María Auxilio de los Cristianos, a parte de ser la Capitana de los Príncipes de Alemania fieles a la Fe Católica frente a las tesis protestantes.

     En el año 1572, el mismo Papa San Pío V, ordenó que en todo el mundo católico se rezara en las Letanías a Nuestra Señora la advocación "Auxilio de los cristianos, rogad por nosotros", porque en ese año la Virgen Purísima libró prodigiosamente en la Batalla de Lepanto a toda la cristiandad que estaba amenazada de ser destruida por un ejército mahometano de 282 barcos y 88.000 soldados.

     Pero sin duda fue San Juan Bosco, el Santo de María Auxiliadora, con el que esta advocación mariana encontró el mejor paladín para el desarrollo y popularidad. En 1862, en plena madurez de Don Bosco, cuando éste hace la opción mariana definitiva: María Auxiliadora. 

     Como un profeta, San Juan Bosco vislumbró los males que amenazaban a la Santa Iglesia Católica, pero tenía la tranquilidad de entregar el cuidado de la misma a Nuestra Señora, por eso decía con frecuencia: 

La Virgen quiere que la honremos con el título de Auxiliadora: 
los tiempos que corren son tan aciagos que tenemos necesidad 
de que la Virgen nos ayude a conservar 
y a defender la fe cristiana



SÚPLICA A MARÍA AUXILIADORA


Con planta virginal y delicada
Doncella Hermosa como el Sol radiante
venciste, fuerte, en el primer instante
de Satanás la formidable espada

Fiera lucha de honor quedó empeñada
y siempre Tu poder quedó trinfante;
de Luzbel la cervíz fiera arrogante
al peso de tu pie quedó humillada

Hoy se anima de nuevo su energía
y pretende perder a los humanos
y en tus hijos vengar, Virgen María
de su pecho el rencor y el odio insano
más siempre será inútil su porfía
porque Tú eres el Auxilio del Cristiano.



viernes, 23 de mayo de 2014

CRUCIFICADOS SIN CRUZ: TERESA NEUMANN ( 5ª PARTE )


LOS ESTIGMAS DE TERESA NEUMANN
según la descripción del Capellán Fahsel



"Se ve en la palma de su mano un agujero embudiforme con cuatro esquinas, repleto de sangre pura y cuajada. La costra que se ha formado presenta en los últimos años cierta elevación sobre la superficie. Con los estigmas recibe la misma impresión que si la atravesaran. En los estigmas se ha formado, desde hace poco tiempo. una prominencia de carne finísima que se alarga en la palma de la mano, en forma de brote, mientras que en la parte opuesta adopta la forma de la cabeza de un clavo.

Por encima de la costra se extiende una piel finísima y transparente, con sus nerviaciones correspondientes, parecida a la capa superior de la epidermis. Llega un punto en que los estigmas se tornan más claros. Al trasluz de la tenue piel se ve como la sangre negra parece que se torna roja y fluida. La ola de sangre choca varias veces contra el mismo punto de la piel, hasta que la quiebra. Gruesas gotas de sangre corren de tiempo en tiempo sobre la palma y dorso de la mano, bajando hasta las muñecas, y de allí a lo largo del brazo hasta el codo, pues tiene los brazos algo levantados. Los estigmas internos de la mano parecen más pequeños que la abertura de fuera."

     Las mismas características tienen los estigmas de los pies , a pesar de los cuales Teresa puede andar bien, pero provista de un calzado especial.

     Cuando contempla la coronación de espinas se le abren en la parte de atrás de la cabeza ocho pequeñas llagas que forman ocho grandes manchas de sangre sobre el paño que las recubre. La coronación la sintió por primera vez el día 5 de Noviembre de 1926, viernes, dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, y las hemorragias más intensas comenzaron a partir del 19 de Noviembre.

     Los ramalazos de la flagelación que recibe en el pecho y la espalda, tiñendo de sangre la camisa, no aparecieron hasta el Viernes Santo de 1929. A partir de entonces, y también al contemplar al Salvador cargado con tres troncos atados entre sí, se le marca en el hombro derecho una intensa herida con sangre proporcionada al tamaño y peso de los leños de la Cruz de Nuestro Señor.

     Cuando contempla, a la una menos cuarto del viernes, la muerte del Señor, su rostro toma aspecto cadavérico y se vuelve lívido y alargado. El estado de muerte aparente suele durar unos cinco minutos y se ha podido comprobar por auscultación médica, el cese de los latidos del corazón durante ese tiempo.

     Después vuelve al estado de arrobamiento, y se sorprende ante la sangre de sus heridas cada vez, como ignorándolo todo. Ella no sabe explicarse qué significa aquella sangre que contempla extrañada. Los familiares la tranquilizan y no pueden lavarle los hombros ante el dolor que le produce, hasta que le sobreviene un extraño sueño en el que repara sus fuerzas.

Continuará...

miércoles, 21 de mayo de 2014

CON DIOS A SOLAS ( XIX ) por el Padre Valentín de San José, Carmelita Descalzo

          
     Dice San Pablo que el Reino de los Cielos es paz, justicia, y gozo en el Espíritu Santo, y Jesús me enseña en el Santo Evangelio esta verdad tan llena de luz y consuelo: El Reino de los Cielos está dentro de vosotros mismos. Está dentro de mí y es reino de luz, de hermosuras y de armonías. No caben en este reino ni negruras ni fealdades de traiciones, ni desacordadas equivocaciones de la voluntad. En este reino de gracia y de amor sólo pueden oírse melodías de ángeles, que cantan la gloria de Dios. Este reino lo constituye la presencia de Dios.



     Dios está en mí y me llena. Dios envuelve mi alma en su gracia y la transforma en su amor. Dios hace de mi alma Reino de los Cielos y Él mismo es mi Rey y pone amplitudes y bellezas infinitas en mí y me esfuerza con aspiraciones ilimitadas de su misma Vida eterna e infinita. Porque Dios es mi vida.

     Alma mía, Dios te ha llamado para que vivas ya aquí el Reino de los Cielos. Dios te ha hablado al corazón diciéndote: "Te saco del siglo y te llevo al convento, para poner en ti el Reino de los Cielos." Todo en mí debe ser limpieza de luz y de santidad.

     Me ha traído el Señor para vivir vida eterna, que es tener el pensamiento y la voluntad y toda la atención y afecto puestos en Dios y en Jesucristo. Paréceme oír como eco dulcísimo a mi Santo Padre, San Juan de la Cruz: 


Anímate y levanta alegre el corazón y entra en la luz; 
mira gozoso y confiado a tu Padre Celestial, 
que quiere envolverte e iluminarte 
con la innata luz y belleza de su mirada. 

Y para que así pueda hacerlo 
no quieras nada, nada, nada de lo tuyo propio, 
porque es ruindad y miseria, porque es pequeñez y discordia. 
Y lo ruin y miserable no pueden entrar en el Reino de los Cielos. 

No quieras nada de lo que es tierra y oscuridad y mezquindad. 
Levántate y vacíate de todo lo feo y muerte
 para que entre en ti la llama del amor de Dios y te transforme. 

Dios pondrá en ti el Reino de los Cielos 
y te hará gustar sabor de vida eterna.