jueves, 28 de febrero de 2019

NOVENA A LA SANTA FAZ de Nuestro Señor Jesucristo. Día 5


"Se me presentó Jesús con la cara ensangrentada 
y después de haberme comunicado Sus penas, me dijo :
"Ofrece Mi Santa Faz al Eterno Padre; 
con este ofrecimiento conseguirás la salvación
y la santificación de las almas.
Cuando la ofrezcas para mis sacerdotes,
se operarán maravillas"

Revelación de Nuestro Señor a Sor María Pierina de Micheli



Reconstrucción de la Santa Faz de Nuestro Señor según 
la imagen impresa en la Sábana Santa de Turín



ORACIONES INICIALES

          Por la señal + de la Santa Cruz, etc.

          En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo

ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS

            Te adoro, oh Jesús mío, Hijo de Dios vivo y de María Virgen, que por mi amor diste la vida en el Ara de la Cruz. A Ti me consagro con todo mi corazón, suplicando humildemente que te dignes imprimir en mi alma la imagen de Tu adorable Faz.

           ¡Oh Padre Eterno! Mira la Santa Faz de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo y por Sus méritos infinitos concédeme un ardiente deseo de reparar las injurias hechas a Tu Divina Majestad y la gracia que deseo obtener en esta Novena. Así sea. (Pídase aquí por la necesidad o gracia espiritual que se desea obtener)

ORACIÓN DEL DÍA QUINTO

           ¡Oh Pacientísimo Jesús! En la noche oscura de Tu Pasión, Tu Faz Sacrosanta pareció semejante a la de un leproso. Desprecios, salivazos, bofetadas e injurias sin número afearon Tu hermosísimo Rostro. Perdona, Señor, a Tu pueblo ingrato que todavía afrenta con su irreligiosidad y blasfemias Tu Santísimo Nombre.

           A continuación reza despacio y con piedad un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

JACULATORIA

            ¡Muéstranos, Señor, Tu Santa Faz y seremos salvos!

ORACIÓN FINAL

          Oh Dios Omnipotente y Misericordioso, concede, te pedimos, que cuantos veneramos la Faz de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, desfigurada en la Pasión a causa de nuestros pecados, merezcamos contemplarla eternamente en el resplandor de la Gloria Celestial. Amén.

          Y terminamos en el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.

DEVOTOS DE LA SANTA FAZ

               Padre Pío de Pietrelcinafue visto orando ante el Sagrado Rostro de Manoppello a 200 kms. de distancia, mientras agonizaba en su celda, el 22 de Septiembre de 1968. En su última bilocación, se lo vio orando frente al que se considera el velo con el que Verónica limpió la Santa Faz de Nuestro Señor Jesucristo cuando iba camino del Calvario.



El Santo Rostro de Manopello, en Italia


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miércoles, 27 de febrero de 2019

SAN GABRIEL DE LA DOLOROSA, "Los ojos de Dios siempre me están mirando"


                 San Gabriel de la Dolorosa nació en Asís (Italia) en 1838. Su nombre en el mundo era Francisco Possenti. Era el décimo entre trece hermanos. Su padre trabajaba como juez de la ciudad.

                A los cuatro años quedó huérfano de madre. Su padre, que era un excelente católico, se preocupó por darle una educación esmerada, mediante la cual logró ir dominando su carácter fuerte que era muy propenso a estallar en arranques de ira y de mal genio.

                Tuvo la suerte de educarse con dos comunidades religiosos: los Hermanos Cristianos y los Padres Jesuitas; y las enseñanzas recibidas en el colegio le ayudaron mucho para resistir los ataques de sus pasiones y de la mundanalidad.

                 El joven era sumamente esmerado en vestirse a la última moda. Y sus facciones elegantes y su fino trato, a la vez que su rebosante alegría y la gran agilidad para bailar , lo hacían el preferido de las muchachas en las fiestas. Su lectura favorita eran las novelas, pero le sucedía como en otro tiempo a San Ignacio, que al leer novelas, en el momento sentía emoción y agrado, pero después le quedaba en el alma una profunda tristeza y un mortal hastío y abatimiento. Sus amigos lo llamaban "el enamoradizo". Pero los amores mundanos eran como un puñal forrado con miel". Dulces por fuera y dolorosos en el alma.




               En una de las cuarenta cartas que de él se conservan, le escribe a un antiguo amigo, cuando ya se ha entrado de religioso: "Mi buen colega; si quieres mantener tu alma libre de pecado y sin la esclavitud de las pasiones y de las malas costumbres tienes que huir siempre de la lectura de novelas y del asistir a teatros donde se dan representaciones mundanas. Mucho cuidado con las reuniones donde hay licor y con las fiestas donde hay sensualidad y huye siempre de toda lectura que pueda hacer daño a tu alma. Yo creo que si yo hubiera permanecido en el mundo no habría conseguido la salvación de mi alma. ¿Dirás que me divertí bastante? Pues de todo ello no me queda sino amargura, remordimiento y temor y hastío. Perdóname si te di algún mal ejemplo y pídele a Dios que me perdone también a mí".

                Al terminar su bachillerato, y cuando ya iba a empezar sus estudios universitarios, Dios lo llamó a la conversión por medio de una grave enfermedad. Lleno de susto prometió que si se curaba de aquel mal, se iría de religioso. Pero apenas estuvo bien de salud, olvidó su promesa y siguió gozando del mundo.

                Un año después enferma mucho más gravemente. Una laringitis que trata de ahogarlo y que casi lo lleva al sepulcro. Lleno de fe invoca la intercesión de un santo jesuita martirizado en las misiones y promete irse de religioso, y al colocarse una reliquia de aquel mártir sobre su pecho, se queda dormido y cuando despierta está curado milagrosamente. Pero apenas se repone de su enfermedad empieza otras vez el atractivo de las fiestas y de los enamoramientos, y olvida su promesa. Es verdad que pide ser admitido como jesuita y es aceptado, pero él cree que para su vida de hombre tan mundano lo que está necesitando es una comunidad rigurosa, y deja para más tarde el entrar a una congregación de religiosos.

               Estalla la peste del cólera en Italia. Miles y miles de personas van muriendo... Y el día menos pensado muere la hermana que él más quiere. Considera que esto es un llamado muy serio de Dios para que se vaya de religioso. Habla con su padre, pero a éste le parece que un joven tan amigo de las fiestas mundanas se va a aburrir demasiado en un convento y que la vocación no le va a durar quizá ni siquiera unos meses.

              Asiste a una procesión con la imagen de la Virgen Santísima. Nuestro joven siempre le ha tenido una gran devoción a la Madre de Dios (y probablemente esta devoción fue la que logró librarlo de las trampas del mundo) y en plena procesión levanta sus ojos hacia la imagen de la Virgen y ve que Ella lo mira fijamente con una mirada que jamás había sentido en su vida. Ante esto ya no puede resistir más. Se va a donde su padre a rogarle que lo deje irse de religioso. El buen hombre le pide el parecer al confesor de su hijo, y recibida la aprobación de este santo sacerdote, le concede el permiso de entrar a una comunidad bien rígida y rigurosa, los Padres Pasionistas.

              Al entrar de religioso se cambia el nombre y en adelante se llamará Gabriel de la Dolorosa. Gabriel, que significa: el que lleva mensajes de Dios. Y de la Dolorosa, porque su devoción mariana más querida consiste en recordar los siete dolores o penas que sufrió la Virgen María. Desde entonces será un hombre totalmente transformado.

              Gabriel había gozado siempre de muchas comodidades en la vida y le había dado gusto a sus sentidos y ahora entra a una comunidad donde se ayuna y donde la alimentación es tosca y nada variada. Los primeros meses sufre un verdadero martirio con este cambio tan brusco, pero nadie le oye jamás una queja, ni lo ve triste o disgustado.




             Gabriel lo que hacía, lo hacía con toda el alma. En el mundo se había dedicado con todas sus fuerzas a las fiestas mundanas, pero ahora, entrado de religioso, se dedicó con todas las fuerzas de su personalidad a cumplir exactamente los Reglamentos de su Comunidad. Los religiosos se quedaban admirados de su gran amabilidad, de la exactitud total con la que cumplía todo lo que se le mandaba, y del fervor impresionante con el que cumplía sus prácticas de piedad.

               Su vida religiosa fue breve. Apenas unos seis años. Pero en él se cumple lo que dice el Libro de la Sabiduría: "Terminó sus días en breve tiempo, pero ganó tanto premio como si hubiera vivido muchos años".

               Su naturaleza protestaba porque la vida religiosa era austera y rígida, pero nadie se daba cuenta en lo exterior de las repugnancias casi invencibles que su cuerpo sentí ante las austeridades y penitencias. Su director espiritual sí lo sabía muy bien.

               Al empezar los estudios en el seminario mayor para prepararse al sacerdocio, leyó unas palabras que le sirvieron como de lema para todos sus estudios, y fueron escritas por un sabio de su comunidad, San Vicente María Strambi. Son las siguientes:"Los que se preparan para ser predicadores o catequistas, piensen mientras estudian, que una inmensa cantidad de pobres pecadores les suplica diciendo: por favor: prepárense bien, para que logren llevarnos a nosotros a la eterna salvación".  Este consejo tan provechoso lo incitó a dedicarse a los estudios religiosos con todo el entusiasmo de su espíritu.

               Cuando ya Gabriel está bastante cerca de llegar al sacerdocio le llega la terrible enfermedad de la tuberculosis. Tiene que recluirse en la enfermería, y allí acepta con toda alegría y gran paciencia lo que Dios ha permitido que le suceda. De vómito de sangre en vómito de sangre, de ahogo en ahogo, vive todo un año repitiendo de vez en cuando lo que Jesús decía en el Huerto de los Olivos: "Padre, si no es posible que pase de mí este cáliz de amargura, que se cumpla en mí Tu Santa voluntad".

               La Comunidad de los Pasionistas tiene como principal devoción el meditar en la Santísima Pasión de Jesús. Y al pensar y repensar en lo que Cristo sufrió en la Agonía del Huerto, y en la Flagelación y Coronación de espinas, y en la Subida al Calvario con la Cruz a cuestas y en las horas de mortal agonía que el Señor padeció en la Cruz, sentía Gabriel tan grande aprecio por los sufrimientos que nos vuelven muy semejantes a Jesús sufriente, que lo soportaba todo con un valor y una tranquilidad impresionantes.




               Pero había otra gran ayuda que lo llenaba de valor y esperanza, y era su fervorosa devoción a Nuestra Señora, la Madre de Dios. Su libro mariano preferido era "Las Glorias de María", escrito por San Alfonso María de Ligorio, un libro que consuela mucho a los pecadores y débiles, y que aunque lo leamos diez veces, todas las veces nos parece nuevo e impresionante. La devoción a Nuestra Señora llevó a Gabriel a grados altísimos de santidad.

               A un religioso le aconsejaba: "No hay que fijar la mirada en rostros hermosos, porque esto enciende mucho las pasiones". A otro le decía: "Lo que más me ayuda a vivir con el alma en paz es pensar en la presencia de Dios, el recordar que los ojos de Dios siempre me están mirando y sus oídos me están oyendo a toda hora y que el Señor pagará todo lo que se hace por Él, aunque sea regalar a otro un vaso de agua".

               Y el 27 de Febrero de 1862, enfermo de tuberculosis, después de recibir los Santos Sacramentos y de haber pedido perdón a todos por cualquier mal ejemplo que les hubiera podido dar, cruzó sus manos sobre el pecho y quedó como si estuviera plácidamente dormido. Su alma había volado a la eternidad a recibir de Dios el premio de sus buenas obras y de sus sacrificios. Apenas iba a cumplir los 25 años.

               Poco después empezaron a conseguirse milagros por su intercesión y en 1920 el Sumo Pontífice Benedicto XV, lo declaró Santo y lo nombró Patrono de los Jóvenes laicos que se dedican al Apostolado.




NOVENA A LA SANTA FAZ de Nuestro Señor Jesucristo. Día 4


"Contempla Mi Faz y penetra las profundidades
 del dolor de Mi corazón. Consuélame, y busca almas
 que se immolen conmigo"

Revelación de Nuestro Señor a la Madre Pierina de Micheli



Reconstrucción de la Santa Faz de Nuestro Señor según 
la imagen impresa en la Sábana Santa de Turín



ORACIONES INICIALES

          Por la señal + de la Santa Cruz, etc.

          En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo

ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS

            Te adoro, oh Jesús mío, Hijo de Dios vivo y de María Virgen, que por mi amor diste la vida en el Ara de la Cruz. A Ti me consagro con todo mi corazón, suplicando humildemente que te dignes imprimir en mi alma la imagen de Tu adorable Faz.

           ¡Oh Padre Eterno! Mira la Santa Faz de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo y por Sus méritos infinitos concédeme un ardiente deseo de reparar las injurias hechas a Tu Divina Majestad y la gracia que deseo obtener en esta Novena. Así sea. (Pídase aquí por la necesidad o gracia espiritual que se desea obtener)

ORACIÓN DEL DÍA CUARTO

              ¡Oh mansísimo Jesús! Tu Faz de infinita bondad es objeto del más vil insulto inferido por la cruel mano de un criado en casa de Anás. Te hieren, Salvador mío, porque aborrecen Tus palabras de justicia y de caridad sin límites. No permitas que jamás tome yo venganza de mis enemigos, antes bien les perdone siempre de todo corazón.

           A continuación reza despacio y con piedad un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

JACULATORIA

            ¡Muéstranos, Señor, Tu Santa Faz y seremos salvos!

ORACIÓN FINAL

          Oh Dios Omnipotente y Misericordioso, concede, te pedimos, que cuantos veneramos la Faz de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, desfigurada en la Pasión a causa de nuestros pecados, merezcamos contemplarla eternamente en el resplandor de la Gloria Celestial. Amén.

          Y terminamos en el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.

DEVOTOS DE LA SANTA FAZ

         Sor María de San Pedro (1816-1848), fue una monja carmelita de Tours (Francia). Tuvo importantes Revelaciones celestiales, de parte de Nuestro Señor, que la animaron a difundir el culto a la Santa Faz. Por su insistencia, el Papa León XIII aprobaría en 1835 las primeras Archicofradías; Santa Teresita del Niño Jesús y su familia, se inscribirían años más tarde en la Cofradía de la Santa Faz. Entre muchas confidencias, Sor María de San Pedro recibió de Nuestro Señor varias quejas por la profanación del Domingo:

          "El Salvador me hizo entender que Su Justicia estaba enormemente irritada por los pecados de la humanidad, pero particularmente contra aquellos que directamente ultrajan la Majestad de Dios; esto es: el comunismo, el ateísmo, las maldiciones y la profanación del Domingo y los Días Santos. Él dijo: “Los verdugos Me crucificaron un Viernes, los cristianos me crucifican el Domingo”. 

LA FLECHA DE ORO 

             Sor María de San Pedro escribe: "La blasfemia es una flecha envenenada que siempre lastima Su Divino Corazón. Él me dijo que desea darme una Flecha de Oro con la cual herir con delicias Su Corazón y sanar esas heridas infligidas por la malicia de los pecadores".




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MARZO, EL MES DE SAN JOSÉ


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martes, 26 de febrero de 2019

LOS ÁNGELES CUSTODIOS en la vida del Padre Pío (Parte II)


Continuación del artículo con el mismo título publicado el pasado 19 de Febrero

                 Cuando estaba enfermo y no había nadie que le pudiera ayudar en un momento determinado, era su Ángel Custodio quien le hacía pequeños servicios. Uno de los compañeros del Padre Pío, el Padre Paolino cuenta al respecto: 




                Viviendo con el Padre Pío, llegué a tenerle cierta confianza. Cuando estaba enfermo, sudaba mucho y tenía necesidad de ayuda para cambiarse. Muchas veces yo estaba tan cansado que, apenas iba a la cama, me quedaba dormido.

               Un día le dije:

          -Si quieres que te ayude de noche, mándame tu Ángel para que despierte.

          -Está bien- respondió el Padre Pío

                Ese día a medianoche fui despertado bruscamente. Pensé de inmediato en el Padre Pío, pero me quedé dormido de nuevo.

                A la mañana siguiente, le dije que había sentido que me despertaban y de nuevo me había dormido. Le dije:

          -¿Para qué ha venido su Ángel a despertarme, si me ha dejado dormir otra vez? Si viene, que me despierte de modo que me levante.

               En la tarde de ese mismo día, le recordé lo mismo. En la noche me desperté y de nuevo me dormí.

               La tercera noche desperté de nuevo y me levanté corriendo para ir a la celda del Padre Pío. Le pregunté qué necesitaba y me respondió:

          -Estoy lleno de sudor y no puedo cambiarme solo.

               Las otras noches ¿quién lo cambiaba? Con seguridad su Ángel.

(Continuará...)





NOVENA A LA SANTA FAZ de Nuestro Señor Jesucristo. Día 3


"Cada vez que se contemple Mi Rostro, 
derramaré Mi Amor en los corazones
 y por medio de Mi Divino Rostro, 
se obtendrá la salvación de tantas almas"

Revelación de Nuestro Señor a Sor María Pierina de Micheli



Reconstrucción de la Santa Faz de Nuestro Señor según 
la imagen impresa en la Sábana Santa de Turín



ORACIONES INICIALES

          Por la señal + de la Santa Cruz, etc.

          En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo

ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS

            Te adoro, oh Jesús mío, Hijo de Dios vivo y de María Virgen, que por mi amor diste la vida en el Ara de la Cruz. A Ti me consagro con todo mi corazón, suplicando humildemente que te dignes imprimir en mi alma la imagen de Tu adorable Faz.

           ¡Oh Padre Eterno! Mira la Santa Faz de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo y por Sus méritos infinitos concédeme un ardiente deseo de reparar las injurias hechas a Tu Divina Majestad y la gracia que deseo obtener en esta Novena. Así sea. (Pídase aquí por la necesidad o gracia espiritual que se desea obtener)

ORACIÓN DEL DÍA TERCERO

          ¡Oh amabilísimo Jesús! Tu augusta y serena Faz quedó sombreada con inmensa tristeza al recibir en Tu frente el beso del traidor Judas. Hazme, te suplico, participante de Tu íntima aflicción por tantos sacrilegios como cometen los que se acercan a recibirte en pecado mortal.

           A continuación reza despacio y con piedad un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

JACULATORIA

            ¡Muéstranos, Señor, Tu Santa Faz y seremos salvos!

ORACIÓN FINAL

          Oh Dios Omnipotente y Misericordioso, concede, te pedimos, que cuantos veneramos la Faz de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, desfigurada en la Pasión a causa de nuestros pecados, merezcamos contemplarla eternamente en el resplandor de la Gloria Celestial. Amén.

          Y terminamos en el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.

DEVOTOS DE LA SANTA FAZ

               Papa Pío IX, el último Papa Soberano de los Estados Pontificios dijo acerca de la Devoción de la Santa Faz: 

                "La saludable reparación a la Santa Faz es una Obra Divina, destinada a salvar a la sociedad moderna"




ORACIÓN A LA SANTA FAZ, compuesta por Pío IX 

              ¡Oh Jesús mío! míranos con ojos de compasión; vuelve Tu Santa Faz hacia cada uno de nosotros como lo hiciste con la Verónica, no para que Te veamos con los ojos corporales, pues no lo merecemos, sino hacia nuestros corazones, a fin de que acordándonos de Ti, podamos siempre sacar de este manantial de pureza el vigor necesario para librar los combates que debemos aún sostener.

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lunes, 25 de febrero de 2019

NOVENA A LA SANTA FAZ de Nuestro Señor Jesucristo. Día 2


"No tenía figura ni belleza. Lo vimos sin aspecto atrayente,
 despreciado y evitado por los hombres, 
como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos,
ante el cual se ocultan los rostros; despreciado y desestimado."

Del Libro de los Salmos, 26, 8-9


Reconstrucción de la Santa Faz de Nuestro Señor según 
la imagen impresa en la Sábana Santa de Turín



ORACIONES INICIALES

          Por la señal + de la Santa Cruz, etc.

          En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo

ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS

            Te adoro, oh Jesús mío, Hijo de Dios vivo y de María Virgen, que por mi amor diste la vida en el Ara de la Cruz. A Ti me consagro con todo mi corazón, suplicando humildemente que te dignes imprimir en mi alma la imagen de Tu adorable Faz.

           ¡Oh Padre Eterno! Mira la Santa Faz de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo y por Sus méritos infinitos concédeme un ardiente deseo de reparar las injurias hechas a Tu Divina Majestad y la gracia que deseo obtener en esta Novena. Así sea. (Pídase aquí por la necesidad o gracia espiritual que se desea obtener)

ORACIÓN DEL DÍA SEGUNDO

             ¡Oh Víctima Divina, mi Buen Jesús! Tu Faz venerable pegada al suelo de Getsemaní y bañada en copioso sudor de sangre, me descubre la grandeza de Tus Dolores y la gravedad de mis pecados. Dame a mí y a todos los pecadores un sincero arrepentimiento con firmísimo propósito de nunca más pecar.

           A continuación reza despacio y con piedad un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

JACULATORIA

            ¡Muéstranos, Señor, Tu Santa Faz y seremos salvos!

ORACIÓN FINAL

          Oh Dios Omnipotente y Misericordioso, concede, te pedimos, que cuantos veneramos la Faz de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, desfigurada en la Pasión a causa de nuestros pecados, merezcamos contemplarla eternamente en el resplandor de la Gloria Celestial. Amén.

          Y terminamos en el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.

SANTOS QUE FUERON DEVOTOS DE LA SANTA FAZ

      San Bernardo de Claraval (1090-1153), Maestro de la Vida Monacal, devoto de Nuestra Señora y de la Pasión de Cristo. Se le atribuye el siguiente Himno Iesus dulcis memoria del que compartimos un extracto:

           ¡Oh Jesús! suma benevolencia,
asombrosa alegría del corazón 
al expresar Tu bondad
me aprieta la Caridad.

Ya lo que busqué veo,
lo que deseé tengo
en el Amor de Jesús languidezco
y en el corazón me abraso todo.

¡Oh Jesús, dulcísimo para mí!,
esperanza del alma que suspira
te buscan las piadosas lágrimas
y el clamor de la mente íntima.

Sé nuestro gozo, Jesús,
que eres el futuro premio:
sea nuestra en ti la gloria
por todos los siglos siempre. Amén.




EL CULTO A LA SANTA FAZ  

              Esta tierna Devoción, que según la tradición parece haber instituido el mismo Señor, el día de Su Muerte, imprimiendo milagrosamente su Efigie ensangrentada en el Velo de la Verónica, ha sido conocida y practicada siempre en la Iglesia Católica. El Santo Sudario es venerado en Roma, con especiales muestras de amor y confianza y se expone varias veces durante el año al culto público, dándose con él la bendición solemne a los fieles. Los Soberanos Pontífices han concedido numerosas indulgencias a los que visitan devotamente esta insigne reliquia. 

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domingo, 24 de febrero de 2019

LOS SIETE DOMINGOS DE SAN JOSÉ -Cuarto Domingo-


PREPARACIÓN

              Este ejercicio piadoso en honra del Glorioso San José apenas te llevará unos minutos; procura hacerlo teniendo cerca una imagen suya, que bien puede ser la que acompaña este artículo. Luego, recogido de las preocupaciones cotidianas, intenta adentrarte en espíritu en la casa de Nazareth, y situado en medio de la Sagrada Familia, contempla la figura paternal de San José, que cuida al Niño, lo besa, lo educa, lo mima... ¿qué podrá negar Jesús Nuestro Señor al que así lo acunó en Su Santa Infancia?




Por la señal + de la Santa Cruz, etc.


               En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

               Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois, Bondad infinita y porque os amo sobre todas las cosas, (se golpea el pecho 2 veces) a mi me pesa, pésame, Señor, de todo corazón de haberos ofendido; yo os propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, y apartarme de todas las ocasiones de ofenderos; confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.

              Os ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como os lo suplico, así confío en Vuestra Divina Bondad y Misericordia infinita, me los perdonaréis, por los merecimientos de Vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracias para enmendarme y perseverar en Vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén.


OFRECIMIENTO

               Glorioso Patriarca San José, eficaz consuelo de los afligidos y seguro refugio de los moribundos; dignaos aceptar el obsequio de este Ejercicio que voy a rezar en memoria de vuestros Siete Dolores y Gozos. Y así como en vuestra feliz muerte, Jesucristo y Su Madre María os asistieron y consolaron tan amorosamente, así también Vos, asistidme en aquel trance, para que, no faltando yo a la fe, a la esperanza y a la caridad, me haga digno, por los méritos de la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y vuestro patrocinio, de la consecución de la vida eterna, y por tanto de vuestra compañía en el Cielo.




DOLORES Y GOZOS DE SAN JOSÉ


           -Cuarto Dolor: la Profecía de Simeón, al predecir los sufrimientos de Jesús y María.

        "Simeón los bendijo, y dijo a María, Su Madre: Mira, Éste ha sido puesto como signo de contradicción para que se descubran los pensamientos de muchos corazones" (Evangelio de San Lucas, cap. 2, vers. 34-35).

          -Cuarta Alegría: la predicción de la Salvación y la gloriosa resurrección de innumerables almas.

      "Porque han visto mis ojos tu salvación, la que preparaste ante todos los pueblos; luz para iluminar a las naciones" (Evangelio de San Lucas, cap. 2, vers. 30-31)


ORACIÓN 

               Oh Santo fidelísimo, que tuviste parte en los Misterios de nuestra Redención, Glorioso San José; aunque la Profecía de Simeón acerca de los sufrimientos que debían pasar Jesús y María te causó dolor mortal, sin embargo te llenó también de alegría, anunciándote al mismo tiempo la salvación y resurrección gloriosa que de ahí se seguiría para un gran número de almas.

          Por este dolor y por este gozo consíguenos ser del número de los que, por los méritos de Jesús y la intercesión de la Bienaventurada Virgen María, han de resucitar gloriosamente.

             Ahora, reza con piedad un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria, para terminar diciendo

            San José, modelo y patrono de aquellos que aman al Sagrado Corazón de Jesús, ruega por nosotros.

            Y terminamos este ejercicio piadoso signándonos en el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén


             INDULGENCIAS QUE PODEMOS GANAR cuando practicamos LOS SIETE DOMINGOS DE SAN JOSÉ

               El Papa Gregorio XVI concedió 300 días en cada uno de los seis primeros Domingos; indulgencia plenaria en el séptimo, confesando y comulgando (22 de Enero de 1836)

               El Papa Pío IX concedió una indulgencia plenaria para cada uno de los siete domingos de San José, si se observan las condiciones de Confesión, Comunión y visita en cualquier templo, rogando por las necesidades de la Santa Iglesia (1 de Febrero de 1847)

               Se pueden rezar también en cualquier época del año, pero, han de ser siete Domingos seguidos, sin interrupción y que en cada Domingo se recen TODOS los Dolores y Gozos de San José; y quien esté impedido a leer, debe rezar siete veces el Padrenuestro, el Avemaría y el Gloria. 


               Las indulgencias son aplicables a las Benditas Almas retenidas en el Purgatorio.




NOVENA A LA SANTA FAZ de Nuestro Señor Jesucristo. Día 1



“Quiero que Mi Rostro, que refleja las penas más íntimas, 
el dolor y el Amor de Mi Corazón, sea más honrado. 
Quien me contempla, me consuela”

Revelación de Nuestro Señor a Sor María Pierina de Micheli



Reconstrucción de la Santa Faz de Nuestro Señor según 
la imagen impresa en la Sábana Santa de Turín



ORACIONES INICIALES

          Por la señal + de la Santa Cruz, etc.

          En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo

ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS

            Te adoro, oh Jesús mío, Hijo de Dios vivo y de María Virgen, que por mi amor diste la vida en el Ara de la Cruz. A Ti me consagro con todo mi corazón, suplicando humildemente que te dignes imprimir en mi alma la imagen de Tu adorable Faz.

           ¡Oh Padre Eterno! Mira la Santa Faz de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo y por Sus méritos infinitos concédeme un ardiente deseo de reparar las injurias hechas a Tu Divina Majestad y la gracia que deseo obtener en esta Novena. Así sea. (Pídase aquí por la necesidad o gracia espiritual que se desea obtener)

ORACIÓN DEL DÍA PRIMERO

          ¡Oh amorosísimo Jesús! No sólo Tu palabra, sino también la expresión de Tu Santa Faz abrasada en amor nos revelaron, en el Cenáculo, la vehemencia con que habías ansiado la hora de quedarte con nosotros en la Sagrada Eucaristía. Enciende en mi corazón vivos anhelos de visitarte y recibirte frecuentemente con la pureza de los Ángeles.

           A continuación reza despacio y con piedad un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

JACULATORIA

            ¡Muéstranos, Señor, Tu Santa Faz y seremos salvos!

ORACIÓN FINAL

          Oh Dios Omnipotente y Misericordioso, concede, te pedimos, que cuantos veneramos la Faz de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, desfigurada en la Pasión a causa de nuestros pecados, merezcamos contemplarla eternamente en el resplandor de la Gloria Celestial. Amén.

          Y terminamos en el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.

SANTOS QUE FUERON DEVOTOS DE LA SANTA FAZ

               Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz, Virgen, Carmelita Descalza, Maestra de la Infancia Espiritual, Mística. Sobre la Santa Faz dejó escrito:

                "...Comprendí como nunca dónde se encuentra la gloria verdadera...Aquel, cuyo reino no es de este mundo, me evidenció que la única realeza codiciable consiste en querer ser desconocido y estimado en nada, en poner nuestro contento en el propio menosprecio. ¡Ah! Deseaba que mi rostro ,como el de Jesús, estuviera escondido a todos los ojos, que nadie me conociera en el mundo; amaba el padecer y el ser olvidada”




EL CULTO A LA SANTA FAZ  

              Tiene un triple fin: primero, hacer que crezca de día en día en la mente de los fieles el recuerdo de la Pasión del Salvador; segundo, excitar en sus corazones un intenso dolor de los pecados; tercero, encender en sus almas un ardiente deseo de reparar las injurias inferidas a la Divina Majestad. 

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