domingo, 3 de marzo de 2019

LOS SIETE DOMINGOS DE SAN JOSÉ -Quinto Domingo-


PREPARACIÓN


              Este ejercicio piadoso en honra del Glorioso San José apenas te llevará unos minutos; procura hacerlo teniendo cerca una imagen suya, que bien puede ser la que acompaña este artículo. Luego, recogido de las preocupaciones cotidianas, intenta adentrarte en espíritu en la casa de Nazareth, y situado en medio de la Sagrada Familia, contempla la figura paternal de San José, que cuida al Niño, lo besa, lo educa, lo mima... ¿qué podrá negar Jesús Nuestro Señor al que así lo acunó en Su Santa Infancia?




Por la señal + de la Santa Cruz, etc.


               En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

               Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois, Bondad infinita y porque os amo sobre todas las cosas, (se golpea el pecho 2 veces) a mi me pesa, pésame, Señor, de todo corazón de haberos ofendido; yo os propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, y apartarme de todas las ocasiones de ofenderos; confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.

              Os ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como os lo suplico, así confío en Vuestra Divina Bondad y Misericordia infinita, me los perdonaréis, por los merecimientos de Vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracias para enmendarme y perseverar en Vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén.


OFRECIMIENTO

               Glorioso Patriarca San José, eficaz consuelo de los afligidos y seguro refugio de los moribundos; dignaos aceptar el obsequio de este Ejercicio que voy a rezar en memoria de vuestros Siete Dolores y Gozos. Y así como en vuestra feliz muerte, Jesucristo y Su Madre María os asistieron y consolaron tan amorosamente, así también Vos, asistidme en aquel trance, para que, no faltando yo a la fe, a la esperanza y a la caridad, me haga digno, por los méritos de la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y vuestro patrocinio, de la consecución de la vida eterna, y por tanto de vuestra compañía en el Cielo.




DOLORES Y GOZOS DE SAN JOSÉ


           -Quinto Dolor: en su afán de educar y servir al Hijo del Altísimo, especialmente en la huída a Egipto

        "El Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, toma al Niño y a Su Madre, y huye a Egipto, y estate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al Niño para matarlo" (Evangelio de San Mateo, cap. 2, vers. 13).

          -Quinta Alegría: al tener siempre con él a Dios mismo, y viendo la caída de los ídolos de Egipto

      "De Egipto llamé a mi hijo" (Evangelio de San Mateo, cap. 2, vers. 15)


ORACIÓN 

               Oh Custodio vigilante, familiar íntimo del Hijo de Dios hecho hombre, Glorioso San José, ¡cuánto sufristeis teniendo que alimentar y servir al Hijo del Altísimo, particularmente en vuestra huida a Egipto!, pero cuán grande fue también vuestra alegría teniendo siempre con Vos al mismo Dios y viendo derribados los ídolos de Egipto.

               Por este dolor y este gozo, alcanzadnos alejar para siempre de nosotros al tirano infernal, sobre todo huyendo de las ocasiones peligrosas, y derribar de nuestro corazón todo ídolo de afecto terreno, para que, ocupados en servir a Jesús y María, vivamos tan sólo para Ellos y muramos gozosos en Su Amor.

             Ahora, reza con piedad un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria, para terminar diciendo

            San José, modelo y patrono de aquellos que aman al Sagrado Corazón de Jesús, ruega por nosotros.

            Y terminamos este ejercicio piadoso signándonos en el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén


             INDULGENCIAS QUE PODEMOS GANAR cuando practicamos LOS SIETE DOMINGOS DE SAN JOSÉ

               El Papa Gregorio XVI concedió 300 días en cada uno de los seis primeros Domingos; indulgencia plenaria en el séptimo, confesando y comulgando (22 de Enero de 1836)

               El Papa Pío IX concedió una indulgencia plenaria para cada uno de los siete domingos de San José, si se observan las condiciones de Confesión, Comunión y visita en cualquier templo, rogando por las necesidades de la Santa Iglesia (1 de Febrero de 1847)

               Se pueden rezar también en cualquier época del año, pero, han de ser siete Domingos seguidos, sin interrupción y que en cada Domingo se recen TODOS los Dolores y Gozos de San José; y quien esté impedido a leer, debe rezar siete veces el Padrenuestro, el Avemaría y el Gloria. 

               Las indulgencias son aplicables a las Benditas Almas retenidas en el Purgatorio.



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