sábado, 9 de noviembre de 2019

LA PROMESA QUE NOS LIBERA DEL PURGATORIO


“Yo Madre de Misericordia, 
libraré del Purgatorio y llevaré al Cielo, 
el Sábado después de la muerte, 
a cuantos hubiesen vestido Mi Escapulario” 

Promesa de Nuestra Señora al Papa Juan XXII, 
recogida en la Bula Sabatina


               Según la Tradición, a la muerte del Papa Clemente V (1314), en el Cónclave que duró dos años y tres meses, la Santísima Virgen se apareció al Cardenal Jaime Duesa, muy devoto de Nuestra Señora, y le anunció que sería Papa con el nombre de Juan XXII, y añadió: “Quiero que anuncies a los Carmelitas y a sus Cofrades: los que lleven puesto el Escapulario, guarden castidad conforme con su estado, y recen el oficio divino... si van al Purgatorio Yo haré que cuanto antes, especialmente el Sábado siguiente a su muerte, sean trasladadas sus almas al Cielo”. Años después, electo ya Papa con el nombre de Juan XXII, redactaría la Bula “Sacratissimo uti in culmine paradisi”, llamada Bula Sabatina, con fecha 3 de Marzo de 1322, donde confirmó y promulgó esta Indulgencia enviada del Cielo.

                El Privilegio Sabatino es pues la Promesa de la Virgen María de librar del Purgatorio cuanto antes, especialmente el sábado después de su muerte, a los Carmelitas y Cofrades que hayan llevado una vida conforme a la Santa Ley de Dios, siguiendo los dictados de la Doctrina Católica, que han vestido su Santo Escapulario, guardado castidad según su estado y hayan rezado el Oficio de la Virgen María todos los días o cinco decenas del Rosario.

                Si uno peca contra la castidad o deja un día de hacer la obra prescrita, podrá recuperar el Privilegio al confesarse y cumplir la penitencia (de manera semejante a como se recuperan los méritos perdidos por el pecado mortal).



Toque sobre la imagen para verla en su tamaño original; se recomienda su copia y difusión


               Para ser dignos merecedores de la celestial Promesa de la perseverancia final, se requiere que usemos el Escapulario con dignidad y según los deseos de Nuestra Santa Madre:

     - Haber recibido el Escapulario, impuesto por un sacerdote

     - Llevar siempre puesto el Escapulario (se puede usar comunmente el de tela y para el aseo y dormir, la Medalla-Escapulario)

     - Guardar castidad, según el propio estado

     - Rezar el Santo Rosario a diario


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