lunes, 31 de diciembre de 2018
DEO GRATIAS
GRACIAS A TODOS los que os habéis acercado por este blog durante el año que finaliza.
GRACIAS por compartir sus publicaciones, ya sea en Facebook, en Instagram o través de los mensajes de Whatsapp que se envían casi a diario y que llegan a varios cientos de almas. Ojalá que este año sean más los que se animen a participar de este sencillo apostolado y empiecen a compartir con otros amigos los artículos que subimos al blog; muchas veces he dicho que una imagen piadosa, con un texto sencillo, hace más que el mejor de los sermones.
España sigue siendo el país que con diferencia más visita esta página, pero es verdad también que ha aumentado considerablemente el público norteamericano y el mexicano, seguido de países como Argentina, Colombia, Chile, Venezuela...
Gracias especiales por la colaboración con los amigos y hermanos Piergiorgio Seveso y Luca Fumagalli: los artículos de "Como ovejas sin Pastor" también se difunden a través de la web RadioSpada, principal órgano de comunicación de la Tradición Católica en Italia.
Deseamos a todos un Bendecido Año Nuevo 2019: que venga lleno de buenas obras y mucha generosidad para con quien más nos necesita.
Siempre unidos en la Fe Católica, en la oración y en los Sagrados Corazones de Jesús y de María.
domingo, 30 de diciembre de 2018
JESÚS, MARÍA y yo, un sólo corazón
En el Primer Mandamiento entregado a Moisés, Dios mismo nos manda a que lo amemos “con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con todas nuestras fuerzas” (Deuteronomio, cap. 6, vers. 5).
El corazón siempre ha representado el lugar físico donde tendrían cabida las emociones, los deseos, los afectos, las actitudes; los sentimientos del ser humano, pero también la falta de ellos, prueba de ello nos la trae el Evangelista San Juan cuando explica lo sucedido en la Última Cena:
“Estaban comiendo la cena y el diablo ya había depositado en el corazón de Judas Iscariote (…) el propósito de entregarle” (Evangelio de San Juan, cap. 13,vers. 2).
Por eso vengo una vez más a sugerirte que entregues tu corazón mediante la Consagración personal a los Sagrados Corazones de Jesús y de María; si así lo haces, el mal no encontrará en él un lugar para el pecado.
El Señor, que bien sabe que nuestros corazones son limitados para sentir el amor infinito que se debe a un Dios infinito, nos prometió desde la antigüedad, que Él nos daría un corazón y un espíritu nuevos, que nos permitirían cumplir con Su mandato. Este nuevo corazón es el Corazón de Jesús, Su Hijo, cuya Encarnación viene a dar cumplimiento a varias Profecías:
“Les daré un corazón nuevo, y pondré dentro de ustedes un espíritu nuevo. Quitaré de su carne ese corazón de piedra y les daré un corazón de carne” (Ez 36,26).
EL CIELO NOS PIDE LA DEVOCIÓN A LOS SAGRADOS CORAZONES
En el siglo XIV, la Virgen Nuestra Señora le manifestó a Santa Brígida de Suecia:
“Jesús y yo nos amamos tan tiernamente en la tierra, que éramos un solo corazón”
Durante una visión que esta Mística tuvo de la Pasión y Crucifixión de Cristo, Nuestra Señora le reveló además:
“…Su sufrimiento se volvió Mi sufrimiento, porque Su Corazón era el Mío. Y tal como Adán y Eva vendieron al mundo (…) Mi Hijo y Yo redimimos al mundo con un Corazón”.
Pero sería en el siglo XVII cuando el Sagrado Corazón se manifestaría en toda Su Gloria para pedir a Santa Margarita que extendiese el culto a Su Corazón al tiempo que le manidestaba su dulce queja:
“Mira este Corazón que tanto ha amado a los hombres y al que nada se ha perdonado hasta consumirse y agotarse para demostrarles Su amor.Y en cambio, no recibe de la mayoría más que ingratitudes, por las irreverencias, desprecios y sacrilegios hacia Él en este Sacramento de Amor.”
Casi al mismo tiempo, San Juan Eudes, recibiría de Nuestro Señor la siguiente inspiración:
“Os he dado este admirable Corazón de Mi amadísima Madre, que es uno conmigo, para que sea auténticamente vuestro corazón”.
En el transcurso de las Apariciones de Fátima, la Devoción por los Sagrados Corazones de Jesús y de María quedó latente desde que el Ángel de Portugal manifestó a los niños:
“Los Sagrados Corazones de Jesús y de María tienen sobre vosotros designios de misericordia”
Y así el 13 de Junio de 1917 la Virgen le dijo a la niña Lucía Dos Santos:
“Dios quiere que tú permanezcas en el mundo por algún tiempo, porque Él quiere usarte para establecer en el mundo la Devoción a Mi Inmaculado Corazón”.
sábado, 29 de diciembre de 2018
SOR JOSEFA MENÉNDEZ, la Víctima del Sagrado Corazón de Jesús
Hoy es el Aniversario de la entrada en el Cielo de Sor Josefa Menéndez, una humilde religiosa lega, casi analfabeta y que jamás destacó en nada. Al morir, el mundo entero conoció las enormes gracias que el Sagrado Corazón de Jesús quiso regalar a esta sencilla mujer, que escribió, por estricta obediencia, todo cuanto el Divino Salvador quiso compartir con ella.
Te animo a a hacerte con un ejemplar de "UN LLAMAMIENTO AL AMOR" y que divulgues su lectura, como eficaz apostolado de quienes desean que el Corazón de Jesús sea más conocido y amado.
BREVE BIOGRAFÍA
Sor Josefa Menéndez nació en Madrid el 4 de Febrero de 1890, en un hogar modesto pero muy cristiano, bien pronto visitado por el dolor. La muerte del padre, dejó a la jovencita como único apoyo de su madre y de dos hermanas, a las que sostenía con su trabajo.
Josefa hábil costurera, conoció las privaciones y preocupaciones, el trabajo asiduo y las vigilias prolongadas de la vida obrera, pero su alma enérgica y bien templada vivía ya del amor del Corazón de Jesús, que le atraía a sí irresistiblemente. Durante mucho tiempo deseó la vida religiosa, sin que le fuese dado romper los lazos que la unían al mundo; su trabajo era necesario a los suyos y su corazón, tan amante y tan tierno, no se resolvía a separarse de su madre, que a su vez creía no poder vivir sin el cariño y el apoyo de su hija mayor. Un día sin embargo, el divino llamamiento se hizo irresistible, exigiendo los mayores sacrificio.
El 5 de Febrero de 1920, Josefa dejaba a su hermana ya en edad al cuidado de su madre y abandonaba su casa y su Patria querida, para seguir más allá de la frontera a Aquél cuyo amor divino y soberano tiene derecho a pedírselo todo.
Sola y pobre se presentó en Poitiers, en el convento del Sagrado Corazón de los Feuillants, santificado en otros tiempos por la estancia en él de Santa Magdalena Sofía Baral. Allí se había reanudado hacía poco la obra de la Santa Fundadora y a su Sombra florecía de nuevo un Noviciado de Hermanas Coadjutoras del Sagrado Corazón.
Nadie pido sospechar los designios divinos que ya empezaban a ser realidad. Sencilla y laboriosa, entregada por completo a su trabajo y a su formación religiosa, Josefa en nada se distinguía de las demás, desapareciendo en el conjunto. El espíritu de mortificación de que estaba animada, la intensa vida interior que practicaba, y una como sobrenatural intuición en cuanto a su vocación se refería, llamaba la atención de algunas personas que la trataron con más intimidad.
En este blog puedes encontrar extractos de las Revelaciones
del Sagrado Corazón a Sor Josefa Menéndez por la etiqueta
"Un Llamamiento al Amor", en la columna izquierda
Pero las gracias de Dios permanecieron ocultas a cuantas la rodeaban, y desde el día de su llegada hasta su muerte, logró pasar desapercibida, en medio de la sencillez de una vida de la más exquisita fidelidad.
Y en esta vida oculta, Jesús le descubrió su Corazón. "Quiero – le dijo- que seas el Apóstol de Mi Misericordia. Ama y nada temas. Quiero lo que tú no quieres... pero puedo lo que tú no puedes... A pesar de tu gran indignidad y miseria, me serviré de ti para realizar Mis designios".
Viéndose objeto de estas predilecciones divinas, y ante el MENSAJE que debía transmitir, la humilde Hermanita temblaba y sentía levantarse gran resistencia en su alma. La Santísima Virgen fue entonces para ella la estrella que guía por camino seguro, y encontró en la Obediencia su mejor y único refugio, sobre todo, al sentir los embates del enemigo de todo bien, a quien Dios dejó tanta libertad.
Su pobre alma experimentó terribles asaltos del infierno, y en su cuerpo llevó a la tumba las huellas de los combates que tuvo que sostener. Con su vida ordinaria de trabajo callado, generoso y a veces heroico, ocultaba el misterio de gracia y de dolor que lentamente consumía todo su ser.
Cuatro años bastaron al Divino Dueño para acabar y perfeccionar Su obra en Josefa, y confiarle Sus deseos. Como Él había dicho, llegó la muerte en el momento señalado, dando realidad a sus palabras: "Como eres Víctima por Mí escogida, sufrirás y abismada en el sufrimiento morirás". Así, oscuramente, murió tal día como hoy, el Sábado 29 de Diciembre de 1923, a los 33 años, consumida por la ardiente sed de las almas que le había comunicado el Corazón de Jesús.
Y así habían de realizarse, de manera imprevista los designios de amor que Nuestro Señor Jesucristo le había manifestado el 7 de Octubre de 1923: "Pronto te llevaré a la claridad sin fin. Entonces Mis palabras se leerán y se conocerá Mi Amor."
Pronto se dejó sentir la intercesión de Sor Josefa. El Corazón de Jesús cumplía su promesa: "Este será nuestro trabajo en el Cielo: enseñar a las almas a vivir unidas a Mí". y otro día: "Mis palabras llegarán hasta los últimos confines de la tierra". Su corazón preparaba el camino que hoy descubre al mundo, hambriento de Verdad y de Caridad."
viernes, 28 de diciembre de 2018
LOS SANTOS INOCENTES, la matanza que clama la venganza de Dios
LA MATANZA DE AYER SE PERPETUA HOY CON EL ABORTO
La matanza de los Niños inocentes es un nuevo testimonio de la Divina Realeza del recién Nacido de Belén, pues Herodes, creyendo en la palabra de los Magos y de los Príncipes de los sacerdotes a quienes había consultado, vio un rival en el Niño Jesús.
De igual manera pero en la actualidad, no faltan "Herodes" que sin conciencia alguna matan y eliminan cualquier rastro de inocencia. En un mar de sangre la sociedad de hoy ha aceptado el horrendo crimen del aborto como algo necesario y hasta un "derecho" de la mujer. No se contentan con cometer el cruel asesinato de la inocencia misma sino que se jactan y hasta hacen apostolado de sus retorcidas justificaciones.
Hoy no es un día para chistes o bromas, costumbre de paganos y malos cristianos; es un día para la REPARACIÓN, para pedir PERDÓN a Dios Todopoderoso por tantos y tantos abortos como se comenten cada día y que según pasan los años, lejos de disminuir, aumentan en número.
EL GRAVE PECADO DEL ABORTO SE CASTIGA CON EL INFIERNO ETERNO
El gravísimo pecado del aborto está penado con la excomunión (morir en dicho estado, separado de la Comunión con la Iglesia de Cristo, conlleva que el alma, después de morir irá irremediablemente al fuego eterno del Infierno) como queda reflejado en Código de Derecho Canónico y tan sólo un Obispo -o un sacerdote autorizado por éste- puede absolver en el sacramento de la Confesión:
"Los que procuran el aborto, incluso la madre, incurren, si el aborto se verifica, en excomunión Latae Sententiae reservada al Ordinario, y si son clérigos, deben además ser depuestos." (Canon 2350.1, Código de Derecho Canónico de 1917)
Cuando se explica "los que procuran el aborto", entiéndase que la excomunión alcanza a el médico o matrona que lo lleva a cabo el aborto, los auxiliares médicos que participan, así como los familiares y amigos que patrocinen y apoyen el aborto.
"Destruir al feto “es algo peor que el asesinato”. El que hace esto “no quita la vida que ya ha nacido, sino que impide que nazca." (San Juan Crisóstomo, Homilía a los Romanos)
FRENTE AL GENOCIDIO DE LOS INOCENTES, URGE REPARAR
Como católicos es nuestro deber alzar la voz, sin miedo ni respetos humanos para defender la vida de aquellas almas que aún se encuentran en el vientre materno; callar ante semejante pecado es sinónimo de COMPLICIDAD y cobardía, un pecado de omisión por el que tendremos que rendir cuentas.
Un cristiano auténtico se duele y procura REPARAR el Santo Nombre de Dios, profanado junto con Su Santa Ley por aquellos que ejecutan tal abominable crimen, por eso te invito hoy A HACER UN AYUNO de REPARACIÓN a la Justicia de Dios por los miles de abortos que se cometen a diario por todo el mundo; que esas almas inocentes que nunca conocerán el amor de los hombres porque serán víctimas de su maldad, gocen al menos de la tranquilidad del Bendito Limbo y que sus madres, aquellas que en lugar de amarlos los han sacrificado por una vida "sin complicaciones" alcancen pronto el arrepentimiento y el perdón del Buen Jesús.
Que Nuestra Santa Madre la Virgen María, ampare a cuantas madres piensan en abortar: que las ilumine para que se entreguen sin reservas a su futuro hijo, a esa alma que les ha sido confiada y que portan en el sagrario de su vientre.
EL LIMBO, LUGAR DONDE VAN LOS NO BAUTIZADOS
Pregunta: ¿Pues hay más que un infierno?
Respuesta: Sí, Padre, hay cuatro en el centro de la tierra que se llaman: Infierno de los condenados, Purgatorio, Limbo de los Niños y Limbo de los Justos o Seno de Abraham.
Pregunta: ¿Y qué cosas son?
Respuesta: El Infierno de los condenados es el lugar donde van los que mueren en pecado mortal, para ser en él eternamente atormentados. El Purgatorio; el lugar donde van las almas de los que mueren en gracia, sin haber enteramente satisfecho por sus pecados, para ser allí purificados con terribles tormentos. El Limbo de los Niños, el lugar donde van las almas de los que antes del uso de la razón mueren sin el Bautismo; y el de los Justos o Seno de Abraham el lugar donde, hasta que se efectuó nuestra Redención, iban las almas de los que morían en gracia de Dios, después de estar enteramente purgadas, y el mismo a que bajó Nuestro Señor Jesucristo real y verdaderamente.
(Catecismo de la Doctrina Cristiana, por el Padre Gaspar Astete)
jueves, 27 de diciembre de 2018
NUESTRO BLOG HERMANO: para los que tienen la Fe de los niños
Hemos querido compartir las que heredamos de nuestros mayores, desde el Padrenuestro que pide al Señor perdón por "nuestras deudas" -que no "ofensas"- hasta el rezo tradicional del Santo Rosario, en cuyas Letanías me he permitido la licencia de usar las que se rezan en el Carmelo.
Estas sencillas oraciones, aquellas prácticas de piedad, la lectura de la Vida de los Santos, son reflejo de una Teología Católica sin fisuras; son estas sencillas prácticas las que ilustraron en la Fe a los ignorantes y elevaron a los más fervorosos. Hoy, como ayer, la piedad sencilla, la de los niños, es el único camino que nos lleva -siempre de la mano de Nuestra Santa Madre- hacia Jesús, el que más ama nuestra alma.
A pesar de que muchos de los artículos que hasta la fecha se han publicado son duplicados desde éste otro, confiamos en que a partir de 2019, podamos dedicar artículos algo más específicos y diferentes a los que aquí se publican.
Os animo a visitarlo tocando aquí...
SAN JUAN, el Apóstol de la Caridad
Junto con su hermano Santiago, se hallaba Juan remendando las redes a la orilla del lago de Galilea, cuando Nuestro Señor Jesucristo, que acababa de llamar a Su servicio a Pedro y a Andrés, los llamó también a ellos para que fuesen Sus Apóstoles. El mismo Redentor Jesucristo les puso a Juan y a Santiago el sobrenombre de Boanerges, o sea "hijos del trueno" (Evangelio de San Lucas, cap. 9, vers. 54), aunque no está aclarado si lo hizo como una recomendación o bien a causa de la violencia de su temperamento.
Se dice que San Juan era el más joven de los Doce Apóstoles y que sobrevivió a todos los demás. Es el único de los Apóstoles que no murió martirizado.
Se dice que San Juan era el más joven de los Doce Apóstoles y que sobrevivió a todos los demás. Es el único de los Apóstoles que no murió martirizado.
San Juan fue el elegido para acompañar a San Pedro a la ciudad a fin de preparar la Cena de la última Pascua y, en el curso de aquella Cena, San Juan reclinó su cabeza sobre el pecho de Jesús y fue a Juan a quien el Maestro indicó, no obstante que Pedro formuló la pregunta, el nombre del discípulo que habría de traicionarle.
Era San Juan aquel "otro discípulo" que entró con Jesús ante el tribunal de Caifás, mientras Pedro se quedaba afuera. Juan fue el único de los Apóstoles que estuvo al pie de la Cruz con la Virgen María y las otras piadosas mujeres y fue él quien recibió el sublime encargo de tomar bajo su cuidado a la Madre del Redentor. "Mujer, he ahí a tu hijo", murmuró Jesús a Su Madre desde la cruz. "He ahí a tu madre", le dijo a Juan. Y desde aquel momento, el Discípulo la tomó como suya. El Señor nos llamó a todos hermanos y nos encomendó el amoroso cuidado de Su propia Madre, pero entre todos los hijos adoptivos de la Virgen María, San Juan fue el primero. Tan sólo a él le fue dado el privilegio de llevar físicamente a María a su propia casa como una verdadera madre y honrarla, servirla y cuidarla en persona.
Escudo de los Reyes Católicos, con el Águila que simboliza a San Juan,
de quien era muy devota la Reina Isabel de Castilla.
San Ireneo, Padre de la Iglesia, quien fue discípulo de San Policarpo, quién a su vez fue discípulo de San Juan, es una segura fuente de información sobre el Apóstol. San Ireneo afirma que este se estableció en Efeso después del martirio de San Pedro y San Pablo, pero es imposible determinar la época precisa. De acuerdo con la Tradición, durante el reinado de Domiciano, San Juan fue llevado a Roma, donde quedó milagrosamente frustrado un intento para quitarle la vida. La misma tradición afirma que posteriormente fue desterrado a la isla de Patmos, donde recibió las revelaciones celestiales que escribió en su libro del Apocalipsis.
miércoles, 26 de diciembre de 2018
EL MARTIRIO DE SAN ESTEBAN, Proto-Mártir por Cristo
Relato del Martirio de San Esteban, el primer hombre que dio su sangre por Cristo Nuestro Señor:
En aquellos días, Esteban prosiguió su discurso, diciendo:
«Nuestros padres tuvieron consigo, en el desierto, el tabernáculo del testimonio. Así lo había dispuesto el que mandó a Moisés fabricarlo según el modelo que le había mostrado. Nuestros padres lo recibieron en herencia y lo introdujeron, bajo la dirección de Josué, en la tierra que ocupaban los gentiles, a quienes arrojó Dios para dar lugar a nuestros padres. Y así hasta los días de David. David halló gracia a los ojos de Dios. Pidió el privilegio de construir morada para el Dios de Jacob; pero fue Salomón quien se la edificó, aunque ciertamente el Altísimo no habita en casas construidas por los hombres, como dice el profeta: "El cielo es mi trono y la tierra es escabel de mis pies. ¿Qué casa me vais a construir -dice el Señor-, o cuál va a ser el lugar de mi descanso? ¿No soy yo quien ha hecho todas estas cosas?"
¡Hombres de dura cerviz, que cerráis obstinadamente vuestro entendimiento y vuestro corazón a la verdad, vosotros habéis ido siempre en contra del Espíritu Santo! Lo mismo que hicieron vuestros padres hacéis también vosotros. ¿A qué profeta dejaron de perseguir vuestros padres? Ellos quitaron la vida a los que anunciaban la venida del Justo, al cual vosotros habéis ahora traicionado y asesinado; vosotros, que recibisteis la ley por ministerio de los ángeles y no la guardasteis.»
Al escuchar esta diatriba, ardían de rabia sus corazones y rechinaban sus dientes de coraje. Esteban, por su parte, lleno del Espíritu Santo, con la mirada fija en el cielo, vio la Gloria de Dios y a Jesús a su diestra; y exclamó:
«Veo los Cielos abiertos y al Hijo del hombre a la diestra de Dios.»
Ante estas palabras, con gran griterío, se taparon los oídos. Embistieron todos a una contra él y, sacándolo a empellones fuera de la ciudad, lo apedrearon. Los testigos dejaron sus mantos a los pies de un joven, llamado Saulo. Mientras lo apedreaban, Esteban oraba con estas palabras:
«Señor Jesús, recibe mi espíritu.» Y, puesto de rodillas, dijo con fuerte voz: «Señor, no les tomes en cuenta este pecado.» Y, dicho esto, murió.
Saulo, por su parte, aprobaba su muerte. Sucedió que, aquel mismo día, una violenta persecución se desencadenó contra la Iglesia de Jerusalén, y todos, a excepción de los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaría. Unos hombres piadosos sepultaron a Esteban, haciendo gran duelo por su muerte. Mientras tanto, Saulo hacía estragos en la Iglesia; entraba por las casas y, llevándose violentamente a hombres y mujeres, los arrojaba a la cárcel.
Los que se habían dispersado fueron anunciando por todas partes la Buena Nueva de la Palabra de Dios.
Para saber más sobre la Consagración personal
a los Sagrados Corazones de Jesús y de María
lunes, 24 de diciembre de 2018
CALENDARIO CATÓLICO TRADICIONAL: ENERO
Calendario Católico, según las normas litúrgicas vigentes hasta el final del Pontificado del Papa Pío XII. En el margen inferior derecho, aparecen diferentes siglas, según el color litúrgico del día: B-blanco V-verde R-rojo
Para ampliar el Calendario sólo toque sobre la imagen.
"ÉL SE HIZO DÉBIL Y DOLIENTE POR MI AMOR..."
En la Nochebuena de 1886, a pocos días de cumplir los catorce años, Santa Teresita recibió una gracia espiritual que le marcará el resto de su vida. Aspiraba desde esa edad a ser esposa de Cristo, como Carmelita Descalza pero fue en esa Navidad, cuando el Divino Niño Jesús, hecho hombre, inocente y débil, encantó el corazón de Teresita, que dejó por escrito este hecho en su biografía:
«No sé cómo podía ilusionarme con la idea de entrar en el Carmelo estando todavía, como estaba, en los pañales de la infancia…
Era necesario que Dios hiciera un pequeño milagro para hacerme crecer en un momento, y ese milagro lo hizo el día inolvidable de Navidad. En esa noche luminosa que esclarece las delicias de la Santísima Trinidad, Jesús, el dulce Niñito recién nacido, cambió la noche de mi alma en torrentes de luz… En esta noche, en la que Él se hizo débil y doliente por mi amor, me hizo a mí fuerte y valerosa; me revistió de Sus armas, y desde aquella noche bendita ya no conocí la derrota en ningún combate, sino que, al contrario, fui de victoria en victoria y comencé, por así decirlo, «una carrera de gigante».
Se secó la fuente de mis lágrimas, y en adelante ya no volvió a abrirse sino muy raras veces y con gran dificultad, lo cual justificó estas palabras que un día me habían dicho: «Lloras tanto en la niñez, que más tarde no tendrás ya lágrimas que derramar…»
Celina, hermana de Santa Teresita, la retrató en esta imagen como un ángel adorador
Fue el 25 de Diciembre de 1886 cuando recibí la gracia de salir de la niñez; en una palabra, la gracia de mi total conversión. Volvíamos de la Misa de Gallo, en la que yo había tenido la dicha de recibir al Dios fuerte y poderoso.
Cuando llegábamos a los Buissonnets, me encantaba ir a la chimenea a buscar mis zapatos. Esta antigua costumbre nos había proporcionado tantas alegrías durante la infancia, que Celina quería seguir tratándome como a una niña, por ser yo la pequeña de la familia… Papá gozaba al ver mi alborozo y al escuchar mis gritos de júbilo a medida que iba sacando las sorpresas de mis zapatos encantados, y la alegría de mi querido rey aumentaba mucho más mi propia felicidad.
Pero Jesús, que quería hacerme ver que ya era hora de que me liberase de los defectos de la niñez, me quitó también sus inocentes alegrías: permitió que papá, que venía cansado de la Misa del Gallo, sintiese fastidio a la vista de mis zapatos en la chimenea y dijese estas palabras que me traspasaron el corazón: «¡Bueno, menos mal que éste es el último año…!»
Yo estaba subiendo las escaleras, para ir a quitarme el sombrero. Celina, que conocía mi sensibilidad y veía brillar las lágrimas en mis ojos, sintió también ganas de llorar, pues me quería mucho y se hacía cargo de mi pena. «¡No bajes, Teresa! -me dijo-, sufrirías demasiado al mirar así de golpe dentro de los zapatos».
Pero Teresa ya no era la misma, ¡Jesús había cambiado su corazón! Reprimiendo las lágrimas, bajé rápidamente la escalera, y conteniendo los latidos del corazón, cogí los zapatos y, poniéndolos delante de papá, fui sacando alegremente todos los regalos, con el aire feliz de una reina. Papá reía, recobrado ya su buen humor, y Celina creía estar soñando … Felizmente, era un hermosa realidad: ¡Teresita había vuelto a encontrar la fortaleza de ánimo que había perdido a los cuatro años y medio, y la conservaría ya para siempre…!
Aquella noche de luz comenzó el tercer período de mi vida, el más hermoso de todos, el más lleno de gracias del cielo… La obra que yo no había podido realizar en diez años Jesús la consumó en un instante, conformándose con mi buena voluntad, que nunca me había faltado.
Yo podía decirle, igual que los apóstoles: «Señor, me he pasado la noche bregando, y no he cogido nada». Y más misericordioso todavía conmigo que con los apóstoles, Jesús mismo cogió la red, la echó y la sacó repleta de peces… Hizo de mí un pescador de almas, y sentí un gran deseo de trabajar por la conversión de los pecadores, deseo que no había sentido antes con tanta intensidad… Sentí, en una palabra, que entraba en mi corazón la caridad, sentí la necesidad de olvidarme de mí misma para dar gusto a los demás, ¡y desde entonces fui feliz…!»
Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz
Historia de un alma
sábado, 22 de diciembre de 2018
"DEBES VISITAR MÁS A MI HIJO EN EL SAGRARIO..."
En la última Aparición de Nuestra Señora en la aldea de San Sebastián de Garabandal, en Noviembre de 1965, Conchita González, la única de las cuatro videntes que hasta ese entonces tenía la gracia de ver a la Virgen, fue animada por la Señora a visitar más a Jesús en el Sagrario. Este último ruego de la Madre de Dios cerraba el ciclo de Apariciones que se había iniciado en 1961, a poco de ser convocado el "Concilio Vaticano II".
Como ya he expuesto en anteriores artículos, considero las Apariciones de Garabandal como una providencial continuación de Fátima. Así, podemos enlazar la última manifestación de la Virgen en Fátima el 13 de Octubre de 1917, donde se apareció como la Virgen del Carmen, con lo acontecido en Garabandal, en donde seguiría apareciéndose la Virgen bajo la advocación del Monte Carmelo en 1961.
También fue Garabandal continuación de Fátima porque ante el silencio de Roma, que debió leer el Secreto de Fátima en 1960, la Virgen quiso compartir con unas niñas, cuasi analfabetas, Sus advertencias contra la Jerarquía y el clero, muy parecidas,en su contexto general, a las advertencias del Mensaje de La Salette.
No entiendo la sordera de los que se dicen católicos a los pedidos de Nuestra Santa Madre; de cierto la Virgen no nos va a decir nada nuevo, nada extraordinario fuera del Magisterio de la Iglesia. Se manifiesta Nuestra Señora a los humildes e imperfectos para poder ser Ella la genuina fuente, la que nos diga una vez más, como a los criados de la Bodas de Caná, "haced lo que Mi Hijo os diga".
Cuidemos entonces el amor que le profesamos a Su Divino Hijo en la Eucaristía, encerrado en el Sagrario, esperando nuestra visita, no porque nos necesite, sino porque bien sabe Él, mejor que nosotros, de nuestras dolencias y problemas, de lo que necesitamos y merecemos, de lo que nos angustia y nos quita el sueño... muchos preferirán acudir a un terapeuta o a un psicólogo, sin entender que el origen de sus conflictos radica en no tener a Dios. ¡Y está en el Sagrario!. Sin embargo, cuánta indiferencia, frialdades y tibiezas por aquellos que no hacen una genuflexión bien hecha ante el tabernáculo o comulgan, para luego pensar en sus cosas y salir corriendo del templo, olvidando que son Sagrarios vivientes, que tienen dentro de sí Al que puede resolver todos sus problemas.
Que este año que termina sea motivo de reflexión, de examen sincero, de propósitos santos para el que viene, pero déjame insistirte en el que estos días vengo proponiendo: la Consagración personal, la tuya propia, a los Sagrados Corazones de Jesús y de María. En Ellos se encierra todo el Amor de Jesús y de María, toda Su Bendita Caridad, Su Misericordia, Su Protección segura... abandonándote a los dos que más te aman, ¿necesitarás algo?
DE LA MANERA QUE SAN MIGUEL ARCÁNGEL
enseñó a comulgar a Conchita González
vidente de Nuestra Señora de Garabandal
San Miguel Arcángel nos enseñó cómo prepararnos para recibir a Jesús en la Santísima Eucaristía y también lo que teníamos que hacer después.
El Ángel vino y nos dijo que lo primero que teníamos que hacer era decir el Acto de Contrición, el "Señor mío, Jesucristo."
Después el Ángel me decía:
"Piensa en Quién vas a recibir..." y después me daba la Comunión y que dijera el "Alma de Cristo".
Esta Oración nos la enseñó el Ángel. Él la rezaba delante de nosotras y nosotras le seguíamos. Yo no se si esta Oración la habría oído antes pero lo que sí sé es que fue el Ángel quien me la enseñó.
El Ángel nos dijo que habláramos nosotras con Jesús, que le diéramos gracias personalmente de que Jesús había venido ese día a nosotras y que le pidiéramos. El Ángel nos dijo que hablemos a Jesús y escuchemos lo que nos diga.
Ahora, cuando voy a recibir la Eucaristía, trato de hacer exactamente igual, rezo el Señor mío Jesucristo y me preparo y después de recibir a Jesús le digo el Alma de Cristo y después le hablo y le escucho, que es muy importante pero que muchas veces se nos olvida.
(El Diario de Conchita, 1963)
ORACIÓN PARA EL AÑO NUEVO
compuesta por Conchita González,
Madre, yo te pido para este nuevo año:
no tener vanidad.
Te pido también la sinceridad, el agradecimiento y
el Amor hacia Ti.
Señor, esto es lo que te pido para todo este año:
Dame el espíritu de sacrificio, de oración.
Concédeme recibir la Comunión con más fervor,
El ir a visitar más al Santísimo.
Señor, perdón.
Gracias por todos los beneficios que nos has dado.
Gracias por todos los beneficios que has dado a mi familia y
perdón porque no te hemos correspondido..
Señor, gracias por este nuevo año y perdón por el año pasado
Señor, te pido por todos los que me lo han encomendado.
Sobre todo por los que más necesitados están.
Señor, te pido también por las Almas del Purgatorio.
Te pido por todos los enfermos.
Por los que difunden el Mensaje;
y por los que no quieren saber nada del Mensaje.
Te pido por todos.
También te pido por los que me han escrito ahora,
Y por todos los que me llevan escribiendo y me cuentan sus necesidades.
Señor, yo te las cuento a Ti,
Aunque no pueda decírtelas todas,
Señor, Tú ya las sabes.
Madre, escúchales a todos,
Díselo a Tu Hijo
Y atiéndeles y concédeles lo que Os piden,
si es para mayor gloria de Vosotros
y bien para nuestras almas.
Señor, perdón por esos que me encomiendan a Ti.
Señor, te pido para que Tu Mensaje cada vez se difunda más.
Y que todos los que difundan el Mensaje lo hagan por Ti.
Señor, gracias por ellos.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Ave, María Purísima,
Sin pecado concebida.
Amén.
viernes, 21 de diciembre de 2018
"DAME TU MANO Y PONLA EN MI COSTADO..." Santo Tomás, Apóstol de Cristo Nuestro Señor
Según el Calendario Católico Tradicional, hacemos memoria hoy del Apóstol Santo Tomás, de quien piadosamente se cree que era primo en segundo grado de Jesús. De oficio pescador, abandonó todo para seguir a Nuestro Señor como uno de Sus Doce Apóstoles en el año 31.
Una tradición nos cuenta como Santo Tomás llegó hasta la India, predicando el Evangelio a diferentes pueblos paganos, como los partos, los persas, los medos; cuando los portugueses llegaron a la India, encontraron allí que no desconocían la figura del Redentor, que se había mantenido en la cultura y el corazón desde la predicación del Apóstol.
Es conocido Santo Tomás por su incredulidad después de que Jesús Nuestro Señor, gloriosamente resucitado, se apareció a los Apóstoles que andaban aún atemorizados y confundidos por el prendimiento y posterior crucifixión de su Maestro. El Apóstol Tomás, que estaba ausente, se negó a creer en la Resurección de Jesús y sentenció:
"Si no veo en sus manos la huella de los clavos y pongo el dedo en los agujeros de los clavos y si no meto la mano en su costado, no creeré".
Ocho días más tarde, cuando Jesús se les volvió a manifestar en Su cuerpo glorioso; se dirigió a Santo Tomás y le dijo:
"Pon aquí tu dedo y mira Mis Manos: dame tu mano y ponla en Mi Costado. Y no seas incrédulo, sino creyente."
Tomás cayó de rodillas y exclamó:
"¡Señor mío y Dios mío!"
Jesús replicó:
"Has creído, Tomás, porque me has visto. Bienaventurados quienes han creído sin haber visto."
Evangelio de San Juan, cap. 20, vers. 25-29
jueves, 20 de diciembre de 2018
LA DIVINA EUCARISTÍA: Alimento para vencer al mundo
Dedicamos los días jueves a meditar el Misterio Eucarístico, la gran bondad que tuvo Nuestro Señor Jesucristo de quedarse en nuestros sagrarios, oculto bajo la forma de una sencilla hostia, pero en toda Su Gloria, rodeado de la Corte Celestial, invisible a algunos ojos humanos, que le adora sin cesar noche y día. Deseo que tú que lees esto, te conviertas en uno de esos adoradores del Señor en el Tabernáculo, donde tendrás preferencia si con humildad te arrodillas y le entregas tu corazón...
Recuerda además en tus oraciones, pedir hoy de manera especial por LA SANTIDAD SACERDOTAL, para que el Señor conserve en la fidelidad a los buenos sacerdotes y nos siga bendiciendo con el maravilloso regalo de Su Presencia en medio de la actual Apostasía.
Jesucristo, realmente presente, aunque oculto, en la Hostia Divina, es adorado por la Iglesia como Dios. Ella le tributa los honores debidos a sólo Dios; se postra ante el Santísimo Sacramento como los moradores de la Corte Celestial ante la majestad soberana de Dios. Aquí no hay distinción: grandes y pequeños, reyes y vasallos, sacerdotes y fieles todos de cualquiera clase y condición que fueren, hincan su rodilla ante el Dios de la Eucaristía: ¡Es Dios! No basta la adoración a la Iglesia para atestiguar su fe, sino que quiere que vaya acompañada de espléndidos y públicos honores. Esas suntuosas basílicas son expresión de su fe en el santísimo, Sacramento. No ha querido construir sepulcros, sino templos que sean como un cielo en la tierra, donde su Salvador y su Dios encuentre un trono digno.
Con la más delicada atención y solícito cuidado ha dispuesto la Iglesia, descendiendo hasta los menores detalles, todo lo que se refiere al culto de la Eucaristía. No ha querido confiar a nadie este cuidado de honrar a su divino esposo, porque cuando se trata del santísimo Sacramento, todo es grande, importante, divino. Lo más puro que da la naturaleza, lo más precioso que se encuentra en el mundo, quiere consagrarlo al servicio regio de Jesús. Todo el culto de la Iglesia se refiere a este misterio, todo tiene un sentido ultraterreno y espiritual, posee alguna virtud, encierra alguna gracia.
Cuando vemos postrados a los creyentes delante del sagrario, no podemos menos de exclamar: ¡Aquí hay alguien más grande que Salomón, superior a todos los ángeles! Está Jesucristo, ante el cual se dobla toda rodilla, lo mismo en el cielo que en la tierra y en los abismos del infierno. En presencia de Jesús sacramentado no hay grandeza que no se eclipse ni santidad que no se humille: todo ante Él queda como reducido a la nada.
El que comulga puede estar seguro que conseguirá de Jesús las gracias que necesita para dominar las pasiones. Él mismo ha dicho: “Tened confianza en mí, que yo he vencido al mundo”. Él dijo a la tempestad: “Enmudece” y dice ahora al orgulloso, al avaro, al que siente en su interior la furia de los apetitos desordenados, al esclavo de sus concupiscencias y malos deseos: “Rompe tus cadenas... y vete en paz”. El que comulga se siente más fuerte. Al salir del santo banquete podría decir con san Pablo: “Dominaremos todos los obstáculos por aquél que nos ha amado”. Se ha operado un cambio súbito: interiormente se enciende en el corazón un fuego repentino. Dígasenos ahora: si Jesucristo no se hallara realmente presente en la sagrada Hostia, ¿podrían realizarse estos prodigios? ¡Ah, no!, que la naturaleza es más fácil de formar que de reformar. Cuesta mucho más al hombre corregirse y vencerse a sí mismo que practicar una buena obra exterior cualquiera, por difícil que sea, aunque sea heroica. El hábito es una segunda naturaleza. Sólo la Eucaristía, al menos ordinariamente y ateniéndonos a la experiencia, comunica el poder necesario para reformar los malos hábitos que nos dominan.
Beato Pedro Julián Eymard
Consideraciones y Normas Eucarísticas de Vida Cristiana