lunes, 28 de febrero de 2022

NOVENA A LA SANTA FAZ de Nuestro Señor Jesucristo. DÍA 9º

    

Todos los que defiendan esta causa de reparación, 
por palabras, por oraciones o por escrito, 
recibirán defensa también en sus causas 
delante de Dios Padre a la hora de la muerte. 
Yo enjugaré la faz de sus almas, limpiando 
las manchas del pecado y devolviéndoles 
su primitiva hermosura.

Revelación de Nuestro Señor a Sor María de San Pedro, 
Mística Carmelita de Dijon (Francia), en 1843




ORACIONES INICIALES


          Por la señal + de la Santa Cruz, etc.

          En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.


ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS


            Te adoro, oh Jesús mío, Hijo de Dios vivo y de María Virgen, que por mi amor diste la vida en el Ara de la Cruz. A Ti me consagro con todo mi corazón, suplicando humildemente que te dignes imprimir en mi alma la imagen de Tu adorable Faz.

           ¡Oh Padre Eterno! Mira la Santa Faz de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo y por Sus méritos infinitos concédeme un ardiente deseo de reparar las injurias hechas a Tu Divina Majestad y la gracia que deseo obtener en esta Novena. Así sea. (Pídase aquí por la necesidad o gracia espiritual que se desea obtener)


ORACIÓN DEL DÍA NOVENO

         

A continuación reza despacio y con piedad 
un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.


JACULATORIA


¡Muéstranos, Señor, Tu Santa Faz y seremos salvos!


ORACIÓN FINAL


          Oh Dios Omnipotente y Misericordioso, concede, te pedimos, que cuantos veneramos la Faz de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, desfigurada en la Pasión a causa de nuestros pecados, merezcamos contemplarla eternamente en el resplandor de la Gloria Celestial. Amén.

          Y terminamos en el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.



NO PIERDAS EL TIEMPO PENSANDO EN TI



               Después de la Comunión. Busca la perfección. Procúrala en cada una de tus acciones. Al principio parece difícil. Luego se reconoce que todas las alegrías están en la alegría de poseerme cada vez más, y que ésta arrastra a todas las demás.

               Durante una conversación me costó muchísimo trabajo reprimir una palabra de burla. Sin embargo, la voz me decía: Para darme gusto.

               Después de la tentación: ¿Ves?. ¿Estás contenta ahora?. ¿Cómo podrías comparar la satisfacción de haber dicho esa palabra desagradable con la alegría de haber ganado una victoria?. Estas pequeñas victorias tienen recompensas eternas. Piensa en ello. No pierdas el tiempo pensando en ti. ¿No estoy aquí para cuidar de ti?. Que todos tus pequeños instantes se transformen en afectos, como unos cánticos de los que Yo extraeré tu amor y amor para los pecadores; y gracias que derramar, y gracias para el Purgatorio. 

               ¿Qué queda de todos los pensamientos que has acariciado sobre las cosas de la tierra?. ¡Cuál sería tu dicha si los hubieras transformado todos en impulsos hacia Mí!. Reflexiona sobre ello.


4 de Diciembre de 1939


De los escritos de la mística Gabrielle Bossis "Él y yo", 
con el imprimatur en 1957 de Monseñor Jacques Le Cordier, 
Obispo auxiliar de París; también del Obispo de Nantes, 
Monseñor Villepellet, del entonces Obispo Auxiliar 
y Vicario General de la Arquidiócesis de México, 
Monseñor Francisco Orozco y del Obispo Auxiliar
de Madrid-Alcalá Monseñor García Lahiguera.


domingo, 27 de febrero de 2022

NOVENA A LA SANTA FAZ de Nuestro Señor Jesucristo. DÍA 8º

   

Todos los que defiendan esta causa de reparación, 
por palabras, por oraciones o por escrito, 
recibirán defensa también en sus causas 
delante de Dios Padre a la hora de la muerte. 
Yo enjugaré la faz de sus almas, limpiando 
las manchas del pecado y devolviéndoles 
su primitiva hermosura.

Revelación de Nuestro Señor a Sor María de San Pedro, 
Mística Carmelita de Dijon (Francia), en 1843




ORACIONES INICIALES


          Por la señal + de la Santa Cruz, etc.

          En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.


ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS


            Te adoro, oh Jesús mío, Hijo de Dios vivo y de María Virgen, que por mi amor diste la vida en el Ara de la Cruz. A Ti me consagro con todo mi corazón, suplicando humildemente que te dignes imprimir en mi alma la imagen de Tu adorable Faz.

           ¡Oh Padre Eterno! Mira la Santa Faz de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo y por Sus méritos infinitos concédeme un ardiente deseo de reparar las injurias hechas a Tu Divina Majestad y la gracia que deseo obtener en esta Novena. Así sea. (Pídase aquí por la necesidad o gracia espiritual que se desea obtener)


ORACIÓN DEL DÍA OCTAVO

         

A continuación reza despacio y con piedad 
un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.


JACULATORIA


¡Muéstranos, Señor, Tu Santa Faz y seremos salvos!


ORACIÓN FINAL


          Oh Dios Omnipotente y Misericordioso, concede, te pedimos, que cuantos veneramos la Faz de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, desfigurada en la Pasión a causa de nuestros pecados, merezcamos contemplarla eternamente en el resplandor de la Gloria Celestial. Amén.

          Y terminamos en el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.



LOS SIETE DOMINGOS EN HONOR DE NUESTRO PADRE Y SEÑOR SAN JOSÉ. Quinto Domingo

    

PREPARACIÓN


               Este ejercicio piadoso en honra del Glorioso San José apenas te llevará unos minutos; procura hacerlo teniendo cerca una imagen suya, que bien puede ser la que acompaña este artículo. Luego, recogido de las preocupaciones cotidianas, intenta adentrarte en espíritu en la casa de Nazareth, y situado en medio de la Sagrada Familia, contempla la figura paternal de San José, que cuida al Niño, lo besa, lo educa, lo mima... ¿qué podrá negar Jesús Nuestro Señor al que así lo acunó en Su Santa Infancia?



INICIO


               Por la señal + de la Santa Cruz, etc.

               En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén

               Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois, Bondad infinita y porque os amo sobre todas las cosas, (se golpea el pecho 2 veces) a mí me pesa, pésame, Señor, de todo corazón haberos ofendido; yo os propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, y apartarme de todas las ocasiones de ofenderos; confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.

              Os ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como os lo suplico, así confío en Vuestra Divina Bondad y Misericordia infinita, me los perdonaréis, por los merecimientos de Vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para enmendarme y perseverar en Vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén.


OFRECIMIENTO


               Glorioso Patriarca San José, eficaz consuelo de los afligidos y seguro refugio de los moribundos; dignaos aceptar el obsequio de este Ejercicio que voy a rezar en memoria de vuestros Siete Dolores y Gozos. Y así como en vuestra feliz muerte, Jesucristo y Su Madre María os asistieron y consolaron tan amorosamente, así también Vos, asistidme en aquel trance, para que, no faltando yo a la fe, a la esperanza y a la caridad, me haga digno, por los méritos de la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y vuestro patrocinio, de la consecución de la vida eterna, y por tanto de vuestra compañía en el Cielo. 


DOLORES Y GOZOS DE SAN JOSÉ




ORACIÓN


                Oh Custodio vigilante, familiar íntimo del Hijo de Dios hecho hombre, Glorioso San José, ¡cuánto sufristeis teniendo que alimentar y servir al Hijo del Altísimo, particularmente en vuestra huida a Egipto!, pero cuán grande fue también vuestra alegría teniendo siempre con Vos al mismo Dios y viendo derribados los ídolos de Egipto.

               Por este dolor y este gozo, alcanzadnos alejar para siempre de nosotros al tirano infernal, sobre todo huyendo de las ocasiones peligrosas, y derribar de nuestro corazón todo ídolo de afecto terreno, para que, ocupados en servir a Jesús y María, vivamos tan sólo para Ellos y muramos gozosos en Su Amor.

              Ahora, reza con piedad un Padrenuestro, un Avemaría, el Ave de San José y un Gloria.



              Jaculatoria: San José, Modelo y Patrono de aquellos que aman al Sagrado Corazón de Jesús, ruega por nosotros.

             Y terminamos este ejercicio piadoso signándonos en el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.




sábado, 26 de febrero de 2022

RUSIA ESPARCIRÁ SUS ERRORES... VARIAS NACIONES SERÁN ANIQUILIDAS


RECEMOS POR LA PAZ 
EN UCRANIA




               "Si atendieran a Mis pedidos, Rusia se convertirá y tendrán paz. Si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia, los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas, por fin Mi Corazón Inmaculado triunfará..."


Nuestra Señora de Fátima, 13 de Julio de 1917


PIDAMOS LA PAZ A DIOS
POR MEDIO DE SU SANTA MADRE


                     Parece que la oscura marea del odio crece más y más entre las naciones beligerantes, y la guerra, envolviendo a otros países en su espantoso remolino, multiplica las ruinas y los estragos.

               Sin embargo, Nuestra confianza no disminuye […] Y como todas las gracias que el Autor de todos los bienes se digna conceder a los pobres descendientes de Adán, por amoroso designio de su Divina Providencia, vienen distribuidas por las manos de la Virgen Santísima, Nos queremos que a la Gran Madre de Dios, en esta hora más tremenda que nunca, se eleve viva y confiada la súplica de sus muy afligidos hijos. 

               ...que se implore al Corazón de Jesús, Trono de Gracia, y que a este Trono se acuda por medio de María. Con ese fin ordenamos que, desde el comienzo del próximo mes de Junio, quede fijada en las Letanías Lauretanas la invocación “Regina pacis, ora pro nobis”

               Elévese, por tanto, hacia María, que es Madre de Misericordia y Omnipotente por la gracia, desde todos los lugares de la tierra, desde los templos más nobles hasta las más pequeñas capillas, desde los palacios regios hasta las más pobres casuchas, desde allí donde haya un alma fiel, desde los campos y los mares ensangrentados, la piadosa y devota invocación [“Regina pacis, ora pro nobis” ], y llegue hasta Ella el grito angustiado de las madres y esposas, el gemido de los niños inocentes, el suspiro de todos los corazones bien nacidos. Que Su dulce y benignísima solicitud sea conmovida, y sea obtenida la paz suplicada para este mundo convulso. Y que los siglos futuros recuerden la eficacia de Su intercesión y la grandeza de los beneficios por Ella conseguidos.


Carta del Papa Benedicto XV al Cardenal Pietro Gasparri, 
su Secretario de Estado, Ciudad del Vaticano, 5 de Mayo de 1917




NOVENA A LA SANTA FAZ de Nuestro Señor Jesucristo. DÍA 7º

  

Todos los que defiendan esta causa de reparación, 
por palabras, por oraciones o por escrito, 
recibirán defensa también en sus causas 
delante de Dios Padre a la hora de la muerte. 
Yo enjugaré la faz de sus almas, limpiando 
las manchas del pecado y devolviéndoles 
su primitiva hermosura.

Revelación de Nuestro Señor a Sor María de San Pedro, 
Mística Carmelita de Dijon (Francia), en 1843




ORACIONES INICIALES


          Por la señal + de la Santa Cruz, etc.

          En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.


ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS


            Te adoro, oh Jesús mío, Hijo de Dios vivo y de María Virgen, que por mi amor diste la vida en el Ara de la Cruz. A Ti me consagro con todo mi corazón, suplicando humildemente que te dignes imprimir en mi alma la imagen de Tu adorable Faz.

           ¡Oh Padre Eterno! Mira la Santa Faz de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo y por Sus méritos infinitos concédeme un ardiente deseo de reparar las injurias hechas a Tu Divina Majestad y la gracia que deseo obtener en esta Novena. Así sea. (Pídase aquí por la necesidad o gracia espiritual que se desea obtener)


ORACIÓN DEL DÍA SÉPTIMO

         

A continuación reza despacio y con piedad 
un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.


JACULATORIA


¡Muéstranos, Señor, Tu Santa Faz y seremos salvos!


ORACIÓN FINAL


          Oh Dios Omnipotente y Misericordioso, concede, te pedimos, que cuantos veneramos la Faz de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, desfigurada en la Pasión a causa de nuestros pecados, merezcamos contemplarla eternamente en el resplandor de la Gloria Celestial. Amén.

          Y terminamos en el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.



"QUE RECURRAS A LA VIRGEN EN TODAS TUS NECESIDADES..."



               La verdadera devoción a la Santísima Virgen es interior. Es decir, procede del espíritu y del corazón, de la estima que tienes de Ella, de la alta idea que te has formado de Sus grandezas y del amor que le tienes.  

               Ella es tierna, vale decir, llena de confianza en la Santísima Virgen, como la confianza del niño en su querida madre. Esta devoción hace que recurras a la Santísima Virgen en todas tus necesidades materiales y espirituales con gran sencillez, confianza y ternura, e implores la ayuda de tu bondadosa Madre en todo tiempo, lugar y circunstancia: en las dudas, para que te esclarezca; en los extravíos, para que te convierta al buen camino; en las tentaciones, para que te sostenga; en las debilidades, para que te fortalezca; en las caídas, para que te levante; en los desalientos, para que te reanime; en los escrúpulos, para que te libre de ellos; en las cruces, afanes y contratiempos de la vida, para que te consuele. 

               Finalmente, en todas las dificultades materiales y espirituales, María es tu recurso ordinario, sin temor de importunar a tu bondadosa Madre ni desagradar a Jesucristo...

          ... La verdadera devoción a la Santísima Virgen es Santa. Es decir, te lleva a evitar el pecado e imitar las virtudes de la Santísima Virgen, y en particular Su humildad profunda, Su Fe viva, Su obediencia ciega, Su oración continua, Su mortificación universal, Su pureza divina, Su caridad ardiente, Su paciencia heroica, Su dulzura angelical y Su sabiduría divina. Estas son las diez principales virtudes de la Santísima Virgen.


San Luis María Grignión de Montfort
Tratado de la Verdadera Devoción, nº 106-108



LAS HORAS DE LA PASIÓN, de las Revelaciones de Luisa Picarretta. SEXTA HORA

    

"...quien piensa siempre en Mi Pasión 
forma en su corazón una fuente, 
y por cuanto más piensa tanto más 
esta fuente sea grande, y como las aguas 
que brotan son comunes a todos, 
esta fuente de Mi Pasión que se forma 
en el corazón sirve para el bien del alma, 
para gloria Mía y para bien de las criaturas." 


Revelación de Nuestro Señor a Luisa Picarretta, 
el 10 Abril de 1913


Preparación antes de la Meditación 


               Oh Señor mío Jesucristo, postrado ante Tu divina presencia suplico a Tu amorosísimo Corazón que quieras admitirme a la dolorosa meditación de las Veinticuatro Horas en las que por nuestro amor quisiste padecer, tanto en Tu Cuerpo adorable como en Tu Alma Santísima, hasta la muerte de Cruz. 

               Ah, dame Tu ayuda, Gracia, Amor, profunda compasión y entendimiento de Tus padecimientos mientras medito ahora la Hora...(primera, segunda, etc) y por las que no puedo meditar te ofrezco la voluntad que tengo de meditarlas, y quiero en mi intención meditarlas durante las horas en que estoy obligado dedicarme a mis deberes o a dormir. 

               Acepta, oh misericordioso Señor, mi amorosa intención y haz que sea de provecho para mí y para muchos, como si en efecto hiciera santamente todo lo que deseo practicar. 

               Gracias te doy, oh mi Jesús, por llamarme a la unión Contigo por medio de la oración. Y para agradecerte mejor, tomo Tus pensamientos, Tu lengua, Tu corazón y con éstos quiero orar, fundiéndome todo en Tu Voluntad y en Tu amor, y extendiendo mis brazos para abrazarte y apoyando mi cabeza en Tu Corazón empiezo...




DE LAS 10 A LAS 11 DE LA NOCHE 

SEXTA HORA 

Segunda hora de agonía 
en el Huerto de Getsemaní


               Oh dulce Jesús mío, ya ha transcurrido una hora desde que llegaste a este Huerto. El Amor tomó la primacía sobre todo, haciéndote sufrir todo junto lo que los verdugos te harán sufrir en el curso de Tu amarguísima Pasión; más aun, suplió y llegó a hacerte sufrir todo lo que ellos no podrán, y en las partes más internas de Tu Divina Persona. Jesús mío, te veo ya vacilante en Tus pasos, pero no obstante, quieres caminar. Dime, oh bien mío, ¿a dónde quieres ir? Ah, ya comprendo, a encontrar a Tus amados Discípulos... y yo también quiero acompañarte para sostenerte si Tú vacilas. Pero, oh Jesús mío, otras amarguras encuentra Tu Corazón: ellos duermen y Tú siempre piadoso, los llamas, los despiertas y con paternal amor los amonestas y les recomiendas la vigilancia y la oración. 

               Vuelves luego al Huerto, pero llevas otra herida en el Corazón, y en esta herida veo, oh amor mío, todas las heridas de las almas consagradas a Ti, que, o por tentación o por estado de ánimo o por falta de mortificación, en vez de estrecharse a Ti, de velar y orar, se abandonan a sí mismas y, somnolientas, en vez de progresar en el amor y en la unión Contigo, retroceden... Cuánto te compadezco, oh amante apasionado, y te reparo por todas las ingratitudes de tus más fieles. Estas son las ofensas que mayormente entristecen a Tu Corazón adorable y es tal y tan grande su amargura que te hacen delirar. Pero, oh amor mío sin límites, Tu Amor que te hierve en las venas vence todo y olvida todo. Te veo postrado por tierra, y oras, te ofreces, reparas y quieres glorificar al Padre en todo por las ofensas que le hacen las criaturas. También yo, oh Jesús mío, me postro Contigo y unido a Ti quiero hacer lo que haces Tú... 

               Oh Jesús, delicia de mi corazón, veo que la multitud de todos los pecados, nuestras miserias, nuestras debilidades, los más enormes delitos, las más negras ingratitudes, te vienen al encuentro, se arrojan sobre Ti y te aplastan, te hieren, te muerden... Y Tú, ¿qué haces? La sangre que te hierve en las venas hace frente a todas estas ofensas, rompe las venas y en copiosos arroyos brota fuera, te empapa todo y corre hasta la tierra, dando sangre por ofensas, Vida por muerte... ¡Ah, a qué estado te veo reducido, estás expirando ya!. Oh bien mío, dulce vida mía, no te mueras, levanta la cara de esta tierra que has mojado con Tu Sangre Preciosísima, ven a mis brazos y haz que yo muera en vez de ti... 

               Pero oigo la voz trémula y moribunda de mi dulce Jesús, que dice: “¡Padre, si es posible, pase de Mí este cáliz, pero hágase no Mi voluntad sino la Tuya!”. Ya es al segunda vez que oigo esto de mi dulce Jesús.¿Pero que es lo que me quieres hacer comprender con estas palabras: “Padre, si es posible pase de Mí este cáliz?” . Oh Jesús, se te hacen presentes todas las rebeliones de las criaturas, ves por casi todas rechazado aquel “Hágase Tu Voluntad” que debía ser la vida de cada criatura, y éstas, en vez de encontrar la vida, encuentran la muerte; y Tú, queriendo dar la vida a todas y hacer una solemne reparación al Padre por las rebeliones de las criaturas, por tres veces repites: “¡Padre, si es posible pase de Mí este cáliz”, es decir, el cáliz amargo de que las almas, separándose de nuestra Voluntad, se pierdan”...”Este cáliz es para Mí muy amargo; sin embargo, no se haga Mi Voluntad, sino la Tuya”. Pero mientras dices esto, es tal y tan grande la amargura, que te reduce al extremo, te hace agonizar y estás a punto de dar el último respiro... 

               Oh Jesús mío, Bien mío, ya que estás en mis brazos, yo también quiero unirme Contigo, quiero repararte y compadecerte por todas las faltas, por todos los pecados que se cometen contra Tu Santísimo Querer, y suplicarte que yo siempre haga todo en Tu Santísima Voluntad; que Tu Voluntad sea mi respiro, mi aire, que Tu Voluntad sea mi latido, sea mi corazón, mi pensamiento, mi vida y mi muerte...Pero, ah, no te mueras. ¿Adónde podré ir sin Ti? ¿A quién me volveré, quién me ayudará? Todo acabaría para mí. Ah, no me dejes, tenme como quieras, como a Ti más te plazca, pero tenme Contigo, siempre Contigo; que jamás suceda que, ni por un instante, me quede separado de Ti. Es más, déjame endulzarte, repararte y compadecerte por todos, porque veo que todos los pecados, de todas las especies, pesan sobre Ti. 

               Por eso, Amor mío, beso Tu Santísima Cabeza... Pero, ¿qué veo?. Todos los malos pensamientos, y Tú sientes su horror. Cada pensamiento malo es una espina para Tu Sacratísima Cabeza, que te hiere acerbamente; ah, no se podrán comparar con la corona de espinas que te pondrán los judíos... ¡Cuántas coronas de espinas te ponen en Tu adorable Cabeza los malos pensamientos de las criaturas!, tanto que la Sangre te brota por todas partes, de la frente, y hasta de entre los cabellos... Jesús, te compadezco y quisiera ponerte otras tantas coronas de gloria y para endulzarte te ofrezco todas las inteligencias de los Ángeles y Tu misma inteligencia para ofrecerte una compasión y una reparación por todos. 

               Oh Jesús, beso Tus ojos piadosos... Y en ellos veo todas las malas miradas de las criaturas que hacen correr sobre Tu rostro lágrimas de Sangre... te compadezco y quisiera endulzar Tu vista poniéndote delante todos los gustos que se puedan encontrar en el Cielo y en la tierra. 

               Jesús, bien mío, beso tus sacratísimos oídos...Pero, ¿qué escucho? En ellos oigo el eco de las horrendas blasfemias, los gritos de venganza y de maledicencia; no hay ni una voz amante y dulce que resuene en Tus sacratísimos oídos... Oh amor insaciable, te compadezco, y quiero consolarte haciendo resonar en ellos todas las armonías del Cielo, la voz dulcísima de Tu querida Mamá, los encendidos acentos de la Magdalena y de todas las almas que te aman.

               Jesús, vida mía, un beso más encendido quiero poner en Tu Rostro, cuya belleza no tiene par... Ah, este es el Rostro ante el cual los Ángeles no se atreven a levantar la mirada, y es tal y tanta su hermosura que a ellos los arrebata, pero que las criaturas sí se atreven a ensuciarlo con salivazos, a golpearlo con bofetadas y a pisotearlo bajo los pies. ¡Amor mío, qué osadía! ¡Quisiera gritar fuertemente para ponerlos en fuga!. Te compadezco, y para reparar estos insultos me dirijo a la Trinidad Sacrosanta para pedir el beso del Padre y del Espíritu Santo y las inimitables caricias de Sus manos creadoras, me dirijo también a la Mamá Celestial para que me dé Sus besos, las caricias de Sus manos maternas y Sus profundas adoraciones, me dirijo también a todas las almas consagradas a Ti y te lo ofrezco todo para repararte por las ofensas hechas a Tu Santísimo Rostro. 

               Dulce bien mío, beso Tu dulcísima boca... Pero la siento amargada por las horribles blasfemias, por las náuseas de la gula y de las embriagueces, por las conversaciones obscenas, por las oraciones mal hechas, por las malas enseñanzas y por todo lo malo que hace el hombre con la palabra... Jesús, te compadezco y quiero endulzarte la boca, para lo cual te ofrezco todas las alabanzas angélicas y el buen uso de la palabra que hacen Tus hijos. 

               Oprimido amor mío, beso Tu cuello...Y ya veo atado con las sogas y las cadenas de los apegos y los pecados de las criaturas. Te compadezco, y para aliviarte te ofrezco la unión inseparable de las Divinas Personas; y yo, fundiéndome en esta unión, extiendo a Ti mis brazos y formando en torno a Tu cuello dulces cadenas de amor alejar de Ti las ataduras de los apegos que casi te ahogan, y para endulzarte te estrecho fuerte a mi corazón. 

               Fortaleza divina, beso Tus santísimos hombros... Y los veo lacerados, veo Tus carnes arrancadas a pedazos por los escándalos y los malos ejemplos de las criaturas. Te compadezco, y para aliviarte te ofrezco Tus santos ejemplos, de la Mamá y Reina y los de todos Tus Santos; y yo, Jesús mío, haciendo correr mis besos en cada una de estas Llagas quiero encerrar en Ellas las almas que por motivo de escándalo han sido arrancadas de Tu Corazón, y quiero así sanar las carnes de Tu Santísima Humanidad. 

               Fatigado Jesús mío, beso Tu pecho... Y lo veo herido por las frialdades, por las tibiezas, por las faltas de correspondencia y por las ingratitudes de todas las criaturas... Te compadezco, y para endulzarte te ofrezco el recíproco Amor del Padre y del Espíritu Santo, la perfecta correspondencia entre las Tres Divinas Personas; y yo, oh Jesús mío, sumergiéndome en Tu Amor, quiero ser defensa para impedir estas heridas que las criaturas te causan con sus pecados, y tomando Tu amor, quiero con Él herirlas para que ya no se atreven a ofenderte nunca más, y quiero derramarlo en Tu pecho para endulzarte y sanarte. 

               Oh Jesús mío, beso Tus manos creadoras... Y veo todas las malas acciones de las criaturas que como otros tantos clavos traspasan Tus manos santísimas, de modo que no quedas Tú crucificado sólo con tres clavos, como sobre la Cruz, sino por tantos clavos por cuantas son las obras malas que hacen las criaturas... Te compadezco, y para endulzarte te ofrezco todas las obras santas, el valor de los Mártires al dar su sangre y su vida por Tu Amor; y quisiera también, Jesús mío, ofrecerte todas las buenas obras para quitarte todos los clavos de las obras malas. 

               Jesús, beso Tus pies santísimos, siempre incansables en la búsqueda de las almas... Y veo que en ellos encierras todos los pasos de las criaturas, pero muchas de ellas sientes que te escapan y Tú quisieras tomarlas a todas. Por cada uno de sus malos pasos Tú te sientes traspasado por un clavo, y quieres servirte de todos estos clavos para clavarlas en Tu Amor... Y tal y tan intenso es el dolor que sientes y el esfuerzo que haces por clavarlas a Tu Amor que te estremeces todo. Oh Jesús, te compadezco, y para consolarte te ofrezco los pasos de todas las almas fieles que exponen su vida por salvar almas. 

               Oh Jesús, beso Tu Corazón... Y veo que sigues agonizando, no por lo que te harán sufrir los judíos, no, sino por el dolor que te causan las ofensas de las criaturas... en estas horas quieres dar el primer lugar al Amor, el segundo lugar, a todos los pecados, por los cuales expías, reparas, glorificas al Padre y aplacas a la Divina Justicia; y el tercer lugar, a los judíos. Y con esto me das a entender que la Pasión que te harán sufrir los judíos no será sino la sombra de la doble Pasión amarguísima que te hacen sufrir el Amor y el pecado, y por esto es por lo que yo veo concentrado en Tu Corazón la lanza del Amor, la lanza del pecado, y esperas la tercera lanza, la lanza de los judíos... Y tu Corazón sofocado por el Amor sufre contradicciones violentas, afectos impacientes de amor, deseos que te consumen, latidos de fuego que quisieran dar vida a cada corazón. Y precisamente es aquí, en Tu Corazón, donde sientes todo el dolor que te causan las criaturas, las cuales con sus malos deseos, con sus desordenados afectos, con sus latidos profanados, en vez de querer Tu Amor, buscan otros amores... 

               ¡Jesús mío, oh cuánto sufres!. Te veo desfallecer, sumergido por las olas de nuestras iniquidades; te compadezco y quiero endulzar la amargura de Tu Corazón triplemente traspasado, ofreciéndote las dulzuras eternas y el amor dulcísimo de la Mamá querida. Y ahora, oh Jesús, haz que mi pobre corazón tome vida de este Corazón Tuyo, para que no viva más que con Tu solo Corazón, y en cada ofensa que recibas, mi corazón se encuentre siempre preparado para ofrecerte un consuelo, un alivio, un Acto de Amor interrumpido...

               


Ofrecimiento después de Cada Hora

 

                Amable Jesús mío, Tú me has llamado en esta Hora de Tu Pasión a hacerte compañía y yo he venido. Me parecía sentirte angustiado y doliente que orabas, que reparabas y sufrías y que con las palabras más elocuentes y conmovedoras suplicabas la salvación de las almas. He tratado de seguirte en todo, y ahora, teniendo que dejarte por mis habituales obligaciones, siento el deber de decirte: “Gracias” y “Te Bendigo”. Sí, oh Jesús!, gracias te repito mil y mil veces y Te bendigo por todo lo que has hecho y padecido por mí y por todos...

               Gracias y Te bendigo por cada gota de Sangre que has derramado, por cada respiro, por cada latido, por cada paso, palabra y mirada, por cada amargura y ofensa que has soportado. En todo, oh Jesús mío, quiero besarte con un “Gracias” y un “Te bendigo”. 

               Ah Jesús, haz que todo mi ser Te envíe un flujo continuo de gratitud y de bendiciones, de manera que atraiga sobre mí y sobre todos el flujo continuo de Tus bendiciones y de Tus gracias...

               Ah Jesús, estréchame a Tu Corazón y con tus manos santísimas séllame todas las partículas de mi ser con un “Te Bendigo” Tuyo, para hacer que no pueda salir de mí otra cosa sino un himno de amor continuo hacia Ti. 

               Dulce Amor mío, debiendo atender a mis ocupaciones, me quedo en Tu Corazón. Temo salir de Él, pero Tú me mantendrás en Él, ¿no es cierto? Nuestros latidos se tocarán sin cesar, de manera que me darás vida, amor y estrecha e inseparable unión Contigo. 

               Ah, te ruego, dulce Jesús mío, si ves que alguna vez estoy por dejarte, que Tus latidos se sientan más fuertemente en los míos, que tus manos me estrechen más fuertemente a Tu Corazón, que Tus ojos me miren y me lancen saetas de fuego, para que sintiéndote, me deje atraer a la mayor unión Contigo. Oh Jesús mío!, mantente en guardia para que no me aleje de Ti. Ah bésame, abrázame, bendíceme y haz junto conmigo lo que debo ahora hacer... 


LAS HORAS DE LA PASIÓN cuenta con aprobación eclesiástica:
Imprimatur dado en el año 1915 por Mons. Giuseppe María Leo,
Arzobispo de Trani-Barletta-Bisciglie, y con Nihil Obstat 
del Canónigo Aníbal María de Francia





NOVENA A LA SANTA FAZ de Nuestro Señor Jesucristo. DÍA 6º

 

Todos los que defiendan esta causa de reparación, 
por palabras, por oraciones o por escrito, 
recibirán defensa también en sus causas 
delante de Dios Padre a la hora de la muerte. 
Yo enjugaré la faz de sus almas, limpiando 
las manchas del pecado y devolviéndoles 
su primitiva hermosura.

Revelación de Nuestro Señor a Sor María de San Pedro, 
Mística Carmelita de Dijon (Francia), en 1843




ORACIONES INICIALES


          Por la señal + de la Santa Cruz, etc.

          En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.


ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS


            Te adoro, oh Jesús mío, Hijo de Dios vivo y de María Virgen, que por mi amor diste la vida en el Ara de la Cruz. A Ti me consagro con todo mi corazón, suplicando humildemente que te dignes imprimir en mi alma la imagen de Tu adorable Faz.

           ¡Oh Padre Eterno! Mira la Santa Faz de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo y por Sus méritos infinitos concédeme un ardiente deseo de reparar las injurias hechas a Tu Divina Majestad y la gracia que deseo obtener en esta Novena. Así sea. (Pídase aquí por la necesidad o gracia espiritual que se desea obtener)


ORACIÓN DEL DÍA SEXTO

         

A continuación reza despacio y con piedad 
un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.


JACULATORIA


¡Muéstranos, Señor, Tu Santa Faz y seremos salvos!


ORACIÓN FINAL


          Oh Dios Omnipotente y Misericordioso, concede, te pedimos, que cuantos veneramos la Faz de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, desfigurada en la Pasión a causa de nuestros pecados, merezcamos contemplarla eternamente en el resplandor de la Gloria Celestial. Amén.

          Y terminamos en el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.



jueves, 24 de febrero de 2022

EL PADRE JOFRÉ, AUXILIO DE LOS DEMENTES

 

               Era el 24 de Febrero de 1409 cuando el Comendador del Convento de la Merced, el Padre mercedario Fray Joan Gilabert Jofré, coetáneo y amigo de San Vicente Ferrer, se dirigía a la Catedral de Valencia para realizar el sermón del Domingo de Cuaresma, cuando de camino se encontró a unos niños que apedreaban y atacaban a un pobre loco. El fraile salió en defensa del demente y al llegar a la Catedral realizó un sermón en favor de los locos y furiosos que vagaban por la ciudad y no tenían asistencia alguna.




               "Pues muchos, por su misma inocencia o furor, no saben ganar ni pedir lo que necesitan para su mantenimiento. Por eso duermen por las calles y perecen de hambre y de frío. Y muchas personas malvadas, sin temor de Dios, les infieren muchas despiadadas injurias, particularmente cuando les encuentran dormidos. Hasta a algunos han dado muerte... Y asimismo los pobres locos hacen mucho daño a algunas personas por andar sueltos por las calles, como es notorio a toda la ciudad. Por eso sería una obra muy santa que en la ciudad de Valencia se dedicara una habitación u hospital donde semejantes locos e inocentes estuvieran acogidos de forma que ni pudiesen hacer daño a los demás ni a ellos se les pudiera inferir".

               Esta impresionante y encendida llamada a la caridad no se pierde: la idea prende en el ánimo de unos mercaderes, entre los que se destaca desde el primer momento Lorenzo Salom. Diecinueve días después del sermón del Padre Jofré, el Consejo General de la Ciudad ya estudiaba la iniciativa, y dos meses y medio más tarde comenzaban las obras del nuevo hospital, en un solar recién comprado junto al portal de Torrente.

               Lo original, lo que constituye una indudable aportación cristiana, humana y hasta cultural, es la asistencia médica que se propone a la nueva fundación, constituyéndose en el primer hospital psiquiátrico del mundo.

               Los orígenes fueron modestos, pues su mantenimiento corría a cargo de los fundadores y de las limosnas. No obstante durante este periodo pudo construirse la puerta gótica que aun se conserva y que hacía de entrada principal al hospital. El 29 de Agosto de 1414 el Rey Fernando de Antequera firma en Morella el privilegio de fundación de la Cofradía de "Nostra Dona Sancta María dels Ignoscents", entre cuyos objetivos se encontraba, la asunción del costo del mantenimiento del hospital, ayudar y servir a los dementes, enterrar los cadáveres de los ajusticiados y los desconocidos y acompañar a los reos de muerte hasta el cadalso.



NOVENA A LA SANTA FAZ de Nuestro Señor Jesucristo. DÍA 5º

   

Todos los que defiendan esta causa de reparación, 
por palabras, por oraciones o por escrito, 
recibirán defensa también en sus causas 
delante de Dios Padre a la hora de la muerte. 
Yo enjugaré la faz de sus almas, limpiando 
las manchas del pecado y devolviéndoles 
su primitiva hermosura.

Revelación de Nuestro Señor a Sor María de San Pedro, 
Mística Carmelita de Dijon (Francia), en 1843




ORACIONES INICIALES


          Por la señal + de la Santa Cruz, etc.

          En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.


ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS


            Te adoro, oh Jesús mío, Hijo de Dios vivo y de María Virgen, que por mi amor diste la vida en el Ara de la Cruz. A Ti me consagro con todo mi corazón, suplicando humildemente que te dignes imprimir en mi alma la imagen de Tu adorable Faz.

           ¡Oh Padre Eterno! Mira la Santa Faz de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo y por Sus méritos infinitos concédeme un ardiente deseo de reparar las injurias hechas a Tu Divina Majestad y la gracia que deseo obtener en esta Novena. Así sea. (Pídase aquí por la necesidad o gracia espiritual que se desea obtener)


ORACIÓN DEL DÍA QUINTO

         

A continuación reza despacio y con piedad 
un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.


JACULATORIA


¡Muéstranos, Señor, Tu Santa Faz y seremos salvos!


ORACIÓN FINAL


          Oh Dios Omnipotente y Misericordioso, concede, te pedimos, que cuantos veneramos la Faz de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, desfigurada en la Pasión a causa de nuestros pecados, merezcamos contemplarla eternamente en el resplandor de la Gloria Celestial. Amén.

          Y terminamos en el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.



miércoles, 23 de febrero de 2022

LA TERRIBLE REALIDAD DEL INFIERNO. Parte IV. En las revelaciones de Sor Josefa Menéndez (II)


(Continuación del artículo del 14 de Febrero)




               En la vida de Sor Josefa Menéndez tuvo lugar un fenómeno muy raro en la mística de los Santos: conocer en carne propia los sufrimientos del Infierno. Dios permitió al diablo que la bajase hasta el infierno. Allí, pasa largas horas, algunas veces una noche entera, en una indescriptible agonía. A pesar de que fue llevada al Infierno más de un centenar de veces, a ella le parece que cada vez es la primera, y cada una le semeja tan larga como una eternidad. Soporta todas las torturas del Infierno, con una sola excepción: el odio a Dios. No fue el menor de estos tormentos oír las estériles confesiones de los condenados, sus gritos de odio, de dolor y de desesperación...

               "Hoy vi un vasto número de gente caer dentro del ardiente abismo... Parecían unos vividores acostumbrados a los placeres del mundo, y un demonio gritó con estruendo: "El mundo está maduro para mí... Yo sé que la mejor manera de conseguir el control de las almas es acrecentar su deseo por la diversión y el disfrute de los placeres... "Ponme a mí en primer lugar..."; "Yo antes que los demás..."; "Y sobre todo nada de humildad para mí, sino que déjame disfrutar a mis anchas...". Esta clase de palabras asegura mi victoria... y ellos mismos se lanzan en multitudes al fondo del infierno"." (4 de Octubre de 1922) 

               "Hoy -escribe Sor Josefa- "no bajé al infierno, sino que fui transportada a un lugar donde todo estaba oscuro, pero en el centro había un enorme y espantoso fuego rojo. Me dejaron inmóvil y no podía hacer ni el más mínimo movimiento. Alrededor de mí había siete u ocho personas, sus cuerpos negros estaban desnudos, y yo podía verlos sólo por los reflejos del fuego. Estaban sentados y hablaban. "Un diablo dijo a otro: "Tenemos que ser muy cuidadosos para que no nos perciban. Podríamos ser fácilmente descubiertos". "El diablo respondió: "Insinuaos procurando que el descuido y la negligencia se apoderen de ellos, pero manteniéndoos en la sombra, para que no os descubran... gradualmente, ellos se volverán más y más descuidados, indiferentes al bien y al mal, sin ningún tipo de compasión ni amor, y vosotros seréis capaces de inclinarlos hacia el mal. Tentad a estos otros con la ambición, con el amor por sí mismos, que no busquen nada más que su propio interés, con adquirir riquezas sin trabajar... de forma legal o no. Excitad a aquellos otros hacia la sensualidad y el amor al placer. Dejad que el vicio los ciegue"."(Aquí usaron palabras obscenas) "Y con el resto... explorad sus corazones... así conoceréis sus inclinaciones... haced que amen apasionadamente... Actuad sin ningún escrúpulo... no descanséis... no tengáis piedad... El mundo debe ir hacia la condenación... y que las almas no se me escapen". 

               De vez en cuando -continúa narrando Sor Josefa- los discípulos de Satán respondían: "Somos tus esclavos... trabajaremos sin descanso. Sí, muchos luchan contra nosotros, pero trabajaremos noche y día. ¡Conocemos tu poder!" Hablaban todos a la vez, y el que yo entendí que era Satán usaba palabras espantosas. En la distancia, pude oír un bullicio de fiesta, el tintineo de las copas, y gritó: "¡Dejad que ellos mismos se junten en sus comidas! Eso lo pondrá todo más fácil para nosotros. Dejadlos que vayan a sus banquetes. El amor al placer es la puerta por la que vosotros os apoderaréis de ellos... Y esas almas ya no serán capaces de escapar de mí"." Añadió cosas tan horribles que nunca podrían ser escritas ni dichas. Luego, como sumergidos en un remolino de humo, se desvanecieron. (3 de Febrero de 1923) 

               El demonio gritaba rabiosamente por un alma que se le escapaba: "Llenad su alma de miedo, llevadla a la desesperación. ¡Si ella pone su confianza en la Misericordia de ese... (aquí usó palabras blasfemas contra Nuestro Señor). todo estará perdido! Pero no;llévala a la desesperación, no la dejéis ni por un instante, por encima de todo, haced que se desespere..." Entonces el infierno resonó con gritos frenéticos, y cuando finalmente el diablo me arrojó fuera del abismo, se fue amenazándome. Entre otras cosas, decía: "¿Es posible que tales enclenques criaturas tengan más poder que yo, que soy tan poderoso?... Debo enmascarar mi presencia, trabajar en la sombra, cualquier esquina será buena para tentarlos... susurrando a un oído... en las hojas de un libro... debajo de una cama... Algunas almas no me prestan atención, pero hablaré y hablaré, y a fuerza de hablar, alguna palabra quedará... ¡Sí, debo ocultarme en lugares en los que no pueda ser descubierto!" (7 y 8 Febrero de 1923)