lunes, 13 de junio de 2011
LUNES: RECORDANDO A NUESTRAS HERMANAS LAS BENDITAS ÁNIMAS DEL PURGATORIO.
Interesantísimo extracto de una visión del Purgatorio, extraído de las experiencias místicas de María Simma.
Es de reseñar cómo la vidente nos cuenta que el sufrimiento de los católicos es mayor; está claro: hemos nacido en la Santa Iglesia de Dios, hemos tenido más méritos, más bendiciones y en general, más medios para vivir en gracia. Sin embargo, ¿los aprovechamos?, ¿tratamos con dignidad los sacramentos?, ¿rezamos lo suficiente?. Quizás, en el Purgatorio, se nos aclararán estas dudas.
“El Purgatorio se encuentra en varios lugares”, respondió un día María Simma, a quien le preguntaba por el lugar exacto de aquél sitio de purificación. “Las almas que me visitan, no vienen del Purgatorio, sino con él”. Y es que María Simma vio el Purgatorio de distintas maneras; en él hay multitud de almas, incontables, un perpetuo vaivén de ellas.
Con frecuencia veía sacerdotes, monjes, monjas; vio católicos, protestantes y paganos. Las almas de los católicos sufren más que las de los protestantes. Los paganos en cambio, lo tienen aún más fácil, pero reciben menos ayuda y su sufrimiento dura más tiempo. Pero comprobó que los católicos reciben mucha más ayuda y son liberados de sus penas más rápido.
Vio también a muchos monjes y monjas condenados al Purgatorio por la debilidad de su fe y falta de misericordia.
Con dolor, María Simma llegó a ver niños de seis años, que pueden ser castigados y sufrir bastante tiempo en el Purgatorio.
La duración del sufrimiento también es muy distinta y es que hay almas que tienen que sufrir horribles penas hasta el Día del Juicio Final. Otras, por el contrario, apenas sufren unos minutos o unas pocas horas.
María Simma, asegura que el Demonio puede torturar a las Almas del Purgatorio, especialmente a aquellas que hicieron sufrir en vida a otras almas.
Los que piensan que el Purgatorio es algo inofensivo, cometen pecado y tendrán que expiarlo duramente.
Ciertamente es interesante el fragmento que nos has compartido Juan Diego, al leerlo me hace reflexionar en dos cosas: la primera, me cuestino si he orado lo suficiente por mis hermanos en el purgatorio, me queda claro que nunca es suficiente, pero que aun asi, ellos confian en las pobres plegarias de sus hermanos, y la segunda...la coherencia de vida, tantas veces nos falta caridad en el trato con nuestros hemanos, y aunque sabemos que eso no nos asemeja a los sentimientos de Nuestro Señor, nuestra debilidad nos conduce por el camino equivocado, es entonces donde pienso en la poca conciencia que existe en nuestro interior frente a las penas que debemos pagar en el purgatorio por aquellas faltas de amor...ciertamente, es justo, pero si realmente fuesemos coherentes, y comprendiésemos realmente a las enseñanzas de jesús, la caridad seria nuestro fuerte y no nuestra debilidad +
ResponderEliminar