sábado, 17 de septiembre de 2011

ROMA Y MONS. LEFEBVRE ( II )


   Siento a veces hablar tan claro, quizás por eso tengo pocos amigos y bien seguro que tras estos artículos sobre Mons. Lefebvre, tendré unos cuanto menos.


   No entiendo a los Superiores de la Fraternidad de San Pío X… hace veintitrés años, les daba igual estar “excomulgados”; sin embargo, en estos últimos años, después de que Roma le levantase la injusta “excomunión”, no hacen más que mendigar una aprobación, un reconocimiento de que son católicos…¡por Dios Santo! ¿Es que su Venerable Fundador, nuestro amado Monseñor Lefebvre no lo era?…”hijos mentirosos, hijos falsos que no quisieron oír… que dicen a los videntes: no veáis; y a los profetas: no profeticéis lo recto, decidnos cosas halagüeñas” (Isaías 30, 9-10)


   Monseñor Le Febvre, cuando consagró cuatro Obispos en 1988, actúo movido por un estado de necesidad; veía que tras su muerte no quedarían Obispos de la Tradición para guiar a la Fraternidad de San Pío X, que la Santa Misa Tradicional se perdería. 


   A los más escépticos, os recordaré las palabras exactas del Cardenal Castrillón Hoyos, cuando afirmo que “la Fraternidad de San Pío X no es herética, ni sedevacantista ni cismática… Mons. Lefebvre siguió adelante (verano de 1988) con el asunto de la consagración (de los cuatro Obispos) por lo que se verificó dicha situación de alejamiento, aunque no se trató de un cisma formal” (13 de Noviembre de 2005).


   Si hoy día, existen las distintas congregaciones e institutos de Ecclesia Dei, si los fieles podemos asistir en nuestras diócesis a la Santa Misa Tradicional y lo más importante, si la Tradición misma subsiste, es gracias al valiente gesto de Mons. Marcel Lefebvre, que plantó cara al modernismo que con desfachatez había tomado Roma. 


   Sí, mucho le debemos a este Obispo, valiente Defensor y Protector de la Fe, que no le importó sufrir las mentiras, infamias y calumnias que contra él se vertieron con tal de permanecer siendo católico; y no a pocos ayudó, como al Monasterio benedictino de Le Barreaux, que levantó Mons. Lefebvre con los donativos que mendigó a los fieles, aunque después de la “excomunión” los monjes le pagarían injuriándole y alejándose de él.


   Y es que, siendo católico, creyendo y haciendo lo que la Santa Iglesia ha hecho siempre, ¿cómo va a estar uno excomulgado?. Es ridículo que no se excomulgue a los “neocatecumenales” o “kikos”, a los “carismáticos” y demás movimientos pseudo-protestantes, partidarios de la relajación doctrinal y litúrgica, amantes y propagadores de memeces teológicas… y por el contrario, se amenaza, se veta y se nos pone mil trabas a los que asistimos a la Santa Misa Tradicional, “ay de aquellos que a lo malo dicen bueno y a lo bueno malo” (Isaías 5, 20).


   ¡Fuera complejos! Me da lo mismo que lo mismo me da; la Fraternidad de San Pío X está muy bien en su sitio, con Roma, con el Papa, pero manteniendo las distancias; cuando se reconozcan los males que ha traído consigo el Concilio Vaticano II, quizás se puedan entender mejor… hacer otra cosa, pasar por la criba, comulgar con ruedas de molino para tener una “prelaturita” y demás tonterías, es sinónimo de TRAICIÓN, al Venerable Monseñor Lefebvre, a su Fraternidad y a la Fe Católica.

2 comentarios:

  1. ¡Qué bien dicho! Cuénteme entre sus amigos. Estoy totalmente de acuerdo con usted.

    Muchísimas gracias y feliz día.

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  2. ¡Dios te pague el apoyo Hermana! Sigamos rezando, pidiendo a Monseñor Lefebvre que vele desde el Cielo por su obra de la tierra y por todos los que, sin pertenecer a la Fraternidad, nos sentimos hijos suyos.

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