lunes, 5 de diciembre de 2011
SUFRIMIENTOS DEL PURGATORIO: DE LA PENA DE DAÑO
La pena de daño consiste en la privación de la vista de Dios. La dilación de lo que espera aflige mucho, y cuanto más se espera mayor es la aflicción. Como lo esperado es un Bien infinito es infinita pena la retardación.
No hay palabras para explicar lo grande de esta pena, y si las hubiese, faltaría la capacidad para comprenderlas. ¡Cuánto aflige a las Almas del Purgatorio el deseo de ver a Dios!
Suficiente de tal modo porque conocen a Dios y le aman, pero no pueden verle hasta que están totalmente purificadas.
Escuchemos a las Benditas Ánimas: “ Mortales, compadeceos de nosotras, dadnos el socorro de algunos sufragios y oraciones, apagadnos este dolor que nos produce el ardiente deseo de ver a Dios, y dadnos la libertad de tan pesado cautiverio. Pero ¡ay de nosotras!, que no os conmueven lamentos, no a los que se precian de católicos.”
Debe ser un sufrimiento grande querer y no poder ver y estar con Dios.
ResponderEliminarY el mayor sufrimiento, como así lo dice Jesús a María Valtorta, es el haber visto a Jesús en el Juicio Particular, con toda la Gloria de su Divinidad, y de Rey del Universo, acompañado por el esplendor del Padre y del fulgor del Espíritu Santo, rodeado de todos los coros celestiales.
ResponderEliminarEsta visión del Cielo entrevista en ese momento, es la que al mismo tiempo que la consume en las llamas del deseo, la consuela ya que sabe, porque lo ha visto, que tiene un sitio maravilloso reservado para ella en el Cielo.
Tenemos que rezar todos los días por las almas del Purgatorio, ya que ellas, nos pagarán con la misma moneda, acortando nuestra estancia en el Purgatorio, y ayudándonos en las penalidades y en las pruebas de nuestra vida.
Cuentan que una alma muy devota de las benditas ánimas, en el trance de su muerte, estaba acechada por los demonios, se presentaron entonces una cohorte de ánimas que había ayudado a salir del Purgatorio, poniendo en fuga a los demonios.