A continuación les comparto el artículo que escribí sobre
la Vera Cruz y la Magna Procesión Interparroquial del Viernes Santo
y que los buenos hermanos de "Motril Cofrade",
han tenido a bien publicar en su revista anual.
Para ver el artículo en PDF, pueden visitar la página de Motril Cofrade
www.motrilcofrade.com
ablar de Semana Santa en las Islas Canarias supondría comenzar un recorrido histórico-político que nos lleva a situar la llegada de la Fe Católica a la Montaña Roja, y la costa del Rubicón, al sur de la isla de Lanzarote, donde se realizaron los primeros asentamientos de la expedición de Juan de Bethencourt y Gadifer de la Salle en 1402, debido a la existencia de buenos fondeaderos, pozos de agua salobre y la posibilidad de cazar focas monje en la cercana Isla de Lobos; y donde hoy en día, en dicho lugar, aún se conserva la base de la primera iglesia construida en Canarias, San Marcial de Rubicón y también de la primera Sede de la Diócesis, San Marcial del Rubicón. La cual se trasladaría en 1485 a El Real de Las Palmas, asentamiento origen de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria desde 1478, fecha en la que se inició la Conquista de la isla de Gran Canaria por parte del Capitán de la Corona de Castilla, Juan Rejón. Esta ciudad crecería paulatinamente, constituyéndose el Obispado de Canarias, el primer Tribunal de la Santa Inquisición, la Real Audiencia de Canarias y la residencia de Capitanes Generales de Canarias; convirtiéndose durante los siglos XVI y XVII en la Capital de Canarias.
Sería desde 1483, final de la Conquista de la isla de Gran Canaria, con la incorporación de la isla a la Corona de Castilla por parte de Pedro de Vera, quien logró el sometimiento de los aborígenes de Gáldar en la zona noroeste de la isla; cuando comenzaron las fundaciones conventuales de franciscanos y dominicos y fueron los religiosos de ambas órdenes, especialmente los franciscanos, los que más fomentaron el culto a la Pasión de Cristo.
Se tiene constancia de que en el año 1524 el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria mandó construir una ermita dedicada al Cristo de la Vera Cruz, Patrono de Las Palmas de Gran Canaria, y que sobre las ruinas de ésta se colocó solemnemente la primera piedra de la actual Iglesia Matriz de San Agustín el 6 de junio de 1786, llamándosele Matriz por ser la primera parroquia de esta Diócesis y la madre de todas las que posteriormente se fueron creando; y donde se rinde culto en la capilla del Santísimo al patrono de la ciudad.
Ya en 1579 estaba establecida en la antigua ermita de Vegueta de la Vera Cruz una cofradía consagrada al culto del Santísimo Cristo de la Vera Cruz, era una congregación de sangre en la que los hermanos se flagelaban mientras estaba la procesión en las calles de Vegueta. Años después, en 1857, llegó a Las Palmas el documento solemne suscrito por el cardenal Alejandro Farsenio, Obispo de Ostia, por el que se hacían partícipes a los hermanos de la Cofradía del Crucificado del monasterio de San Francisco de Asís de Las Palmas, de las gracias espirituales concedidos por el papa Gregorio XIII.
La primitiva y única imagen que recibía culto en la antigua ermita era la del Cristo de la Vera Cruz. Se supone que fue modelada en los talleres artesanales del estado mexicano de Michoacán, empleándose para ello la médula de la caña de maíz y llevada a Gran Canaria a mitad del siglo XVI. En palabras del cronista Domingo José Navarro Pastrana la efigie "era de cartón, bien modelada, y tenía la cabeza cubierta con cabello natural, cuyos bucles, cayendo sobre el cuello, al moverlos el aire, producían respetuoso temor".
Dicha imagen se salvó de los incendios de las iglesias conventuales de San Francisco y Santo Domingo junto a la efigie del Señor de la Humildad. Pero con el paso de los siglos la imagen se fue deteriorando, como ya en 1642, los capitulares de Santa Ana recogen en sus actas que la imagen presentaba un lamentable estado de deterioro y tuvo por tanto que restaurarse. Posteriormente la imagen fue sustituida, cuando hacia 1778 el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria encarga al imaginero grancanario José Luján Pérez la actual imagen del Cristo de la Vera Cruz, cuyo modelado finaliza en 1780. La imagen actual se venera en la Parroquia Matriz de San Agustín (en la capilla del Santísimo) desde 1814 y goza de gran devoción en el barrio de Vegueta y en Las Palmas de Gran Canaria en general.
El Santísimo Cristo de la Vera Cruz es una bella efigie, desde la inclinación de la cabeza hasta la línea del torso que caen sobre los pies clavados y cruzados. Su perfecta anatomía, escuálida, sangrante le dan un vigor y dramatismo contenido. Es el Patrón del Ayuntamiento de la Ciudad y por lo tanto es el Patrono de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria conjuntamente con Santa Ana. En 1974 fue adoptado como Patrono por la Policía Local de la ciudad. Dicho titular realiza su desfile procesional el Viernes Santo a las siete de la tarde, formando parte de la Procesión Magna Interparroquial.
La Procesión Magna Interparroquial o también conocida como la Procesión del Santo Entierro, congrega cada año a más de cincuenta mil personas; en ella procesionan quince pasos de la Semana Santa de Las Palmas de Gran Canaria. Desde la Parroquia de Santo Domingo, salen las imágenes de la Santa Predicación de Nuestro Señor Jesucristo y Lágrimas de Santa María Magdalena. El Cristo es obra de José Luján Pérez y fue encargada por la Cofradía del Rosario de Vegueta en 1802 y Santa María es obra de Silvestre Bello. Tras este paso sale el Santísimo Cristo del Granizo, obra de Tomás Calderón de la Barca que se estrenó en la Semana Santa de 1779 y después lo hacen los cinco de la Hermandad del Santo Encuentro.
Desde la Parroquia Matriz de Las Palmas, San Agustín, salen, el Santísimo Cristo de la Vera Cruz, en la que antiguamente los miembros del consistorio acudían vistiendo una hopa de seda roja, como Hermanos de la "Esclavitud de la Vera Cruz". El Santísimo Cristo es acompañado por San Juan Evangelista, ambas imágenes son de José Luján Pérez. La imagen de Nuestra Señora de los Dolores, conocida popularmente como "La Genovesa", se denomina así por su procedencia de la ciudad italiana de Génova. Dicha talla estuvo en el Convento de San Agustín.
Desde la parroquia de San Francisco de Asís, sale el Santísimo Cristo de la Agonía en el Huerto, obra de José Luján Pérez realizada en 1802 que va acompañada por el soberbio Ángel con el Sagrado Cáliz de la Pasión realizado por el escultor valenciano Miguel Ángel Casañ en 1958 y estrenado el Lunes Santo de 1959, y los Santos Apóstoles obra de Arsenio de las Casas, tras dicho paso procesiona el Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia y San Pedro de las Lágrimas. El Santísimo Cristo es la imagen cristífera más antigua de la Semana Santa de Las Palmas ya que data el siglo XVI. Fue restaurado por José Luján Pérez en 1804, que realizó un San Pedro de las Lágrimas en el mismo año para que acompañara al Señor. Tras este paso hace su salida la Santa Cruz desnuda con San Juan Evangelista y Santa María Magdalena. San Juan Evangelista data del siglo XVII y la imagen de la Santa de Magdalena es de mediados del Siglo XX y procesionan juntos desde 1958 junto a la Santísima Cruz desnuda. Tras este paso tiene lugar el paso del Santísimo Cristo yacente que data de 1920 y se encargó en sustitución de una antigua talla del Señor Difunto.
El Sepulcro es una obra diseñada por el pintor Manuel Ponce de León, tallada en madera y sobredorada, de traza neogótica lleva adosadas pequeñas esculturas que representan a los cuatro Evangelistas y cuatro ángeles con las insignias de la Pasión, obra de José Lujan Pérez. Por último cierra el cortejo la protagonista de la Semana Santa de Las Palmas, la imagen más venerada y la más antigua de la ciudad, acompañada de su Pontifica y Real Archicofradía Nuestra Señora de la Soledad de la Portería Coronada, en un hermoso paso de palio. Cabe destacar que fue la primera imagen mariana en el archipiélago canario que salió bajo palio. Cuando las imágenes de las distintas parroquias van llegando a la Alameda de Colón se van uniendo los pasos cronológicamente según los acontecimientos de la Pasión de Cristo. Esta procesión es organizada por la Unión de Hermandades, Cofradías y Patronazgos de Gran Canaria y la Pontificia y Real Archicofradía de Nuestra Señora de la Soledad de la Portería Coronada.
Realmente esta procesión se puede considerar un invento, de no hace muchos años. En un momento dado las autoridades eclesiásticas se dieron cuenta que la Semana Santa Capitalina había perdido interés, y que los fieles emigraban al sur de la isla llamados por el buen tiempo. Fue entonces cuando decidieron crear esta Magna Procesión que es la unión de tres procesiones, cada una de ellas con varios pasos. Crearon una procesión lo suficientemente llamativa como para lograr que los fieles no sucumbieran a las playas del sur y que los curiosos se acercaran a la procesión. La procesión transcurre por las calles de los históricos barrios de Vegueta y Triana, teniendo como salidas la Parroquia de Santo Domingo (cabecera de procesión), la Parroquia de San Agustín (centro de la procesión) y la Parroquia de San Francisco (cola de la procesión).
En el centro de la procesión desfila el Cristo de la Vera Cruz, Patrón de la Ciudad, y es éste quien centra nuestra atención. Antes de salir de su templo ya está formada la banda municipal, que está escoltada en ese momento por los maceros municipales.
La imagen desde que sale está escoltada por la Policía Local con uniformidad de Gran Gala, ya que además de ser patrón de la Ciudad, ya hemos dicho que también lo es de la propia Policía Local.
Justo delante del trono procesiona el Sindaco Municipal. En otros municipios el Sindaco es el concejal más joven, sin embargo en Las Palmas de Gran Canaria es un vecino que fue nombrado en 1982 cuando por diversos motivos los concejales se negaron a salir en procesión y debía existir alguna representación oficial, con el tiempo todas las corporaciones han ratificaron el nombramiento y al volver los concejales a procesionar él pasó a ocupar la delantera del trono. Cómo símbolo de representación municipal luce medalla corporativa y fajín malva con el escudo municipal. Los concejales sólo procesionan con medalla corporativa.
La corporación municipal procesiona en forma de U donde los brazos están formados por la oposición y la base por el grupo de Gobierno. El Alcalde o Primer Teniente de Alcalde preside esta formación portando el bastón de mando.
Es importante guardar la formación en U para mayor vistosidad protocolaria del desfile procesional. Los brazos de la U procesional están encabezados por los Maceros municipales que la salida del trono se posicionan adelantados al cortejo y dejan pasar al trono quedándose tras este y señalizando así el comienzo de la ubicación de los concejales.
Los maceros, como todo el mundo saben son figuras que se otorgaban a las ciudades por Privilegio Real y siempre de dos en dos, Las Palmas de Gran Canaria tuvo cuatro igual que el Cabildo de la Isla, que los comparte porque en su momento fueron la misma administración, sin embargo por algún motivo en la ciudad menguaron y sólo quedan dos, el Cabildo como se podrá observar más adelante en alguna fotografía conserva los cuatro maceros originales.
Como se ha dicho, el Obispo de la Diócesis y los miembros del Cabildo Catedral se incorporan a la procesión delante de la Catedral. Ven desfilar los tronos de la cabecera de la procesión, aquellos pertenecientes a la parroquia de Santo Domingo, y luego se incorporan a la Magna Procesión, convirtiéndose en cabecera de los tronos pertenecientes a la parroquia de San Agustín, donde desfila la Corporación Municipal. Esto hace muy llamativo el desfile del Cristo de la Vera Cruz, al tiempo que constituye el núcleo importante de toda la procesión, no podemos olvidar que se trata de un hecho eclesiástico y que en este punto se incorpora el Obispo de la Diócesis y su cúpula eclesiástica.
La procesión continua y cruza el barranco del Guiniguada, abandonando el barrio fundacional de Vegueta para entrar en el comercial barrio de Triana, justo en ese momento se incorpora el último cortejo procesional. Tras los tronos de la Parroquia de San Agustín, se incorporan los que salen desde la Parroquia de San Francisco, donde procesiona la Corporación Cabildicia ya que la Virgen de la Soledad de la Portería, Patrona del Cabildo Insular de Gran Canaria. Igualmente en este cortejo procesiona el Ejército del Aire, ya que ostenta el Alto Patronazgo del Cristo Yacente, así como el conjunto de autoridades asistentes.
Tras procesionar por varias calles, entre ellas la comercial calle Mayor de Triana, el cortejo procesional vuelve a cruzar el Guiniguada para abandonar Triana y regresar a Vegueta. Al llegar a la Parroquia de San Agustín, el cortejo procesional de Santo Domingo sigue de largo camino de su Parroquia, sin embargo todo el conjunto que compone el grupo perteneciente a la Parroquia de San Agustín forma un pasillo de honor para el resto de la procesión.
En la puerta principal de trono se ubica el Cristo de la Vera Cruz, a su izquierda el Obispo y la cúpula eclesiástica, a la izquierda de este conjunto la banda municipal de música. A la derecha del Cristo de la Vera Cruz, se ubican las otras dos imágenes que procesionan. Frente al Cristo y los miembros de la curia, forman en línea los miembros de la Corporación Municipal, escoltados en sus extremos por los maceros municipales, formando así un pasillo de honor y respeto para el cortejo procesional de la parroquia de San Francisco.
Una vez está formado el pasillo de honor por allí van desfilando las diferentes imágenes del cortejo procesional de la Parroquia de San Francisco, con el Cristo Yacente escoltado por miembros del Ejército del Aire y la Virgen de la Soledad de la Portería como tronos principales.
Al ser la Virgen de la Soledad de la Portería la Patrona del Cabildo Insular de Gran Canaria, tras ella desfila la Corporación Cabildicia de Gran Canaria, escoltada por los cuatro maceros.
Tras el cortejo procesional de la Parroquia de San Francisco todos esperan a que el Cristo de la Vera Cruz vuelva a entrar en su templo, en ese momento el Obispo da por finalizada la procesión y se produce el saludo oficial entre los altos representantes eclesiásticos y los miembros de la Corporación Municipal. Una vez mas, como en tiempos pasados, Estado e Iglesia se unen bajo una única verdad: Jesucristo.
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