DÍA QUINTO DE LA NOVENA
A LAS ALMAS DEL PURGATORIO
- ACTO DE CONTRICIÓN:
Señor mío Jesucristo Dios y hombre verdadero…
-OFRECIMIENTO DE LA NOVENA:
Miradnos, Trinidad Santísima, postrados delante de vuestra Divina Majestad, confundidos y humillados por nuestros pecados, que nos hacen indignos de estar ante Vuestra Presencia Soberana; más, confiando en Vuestra Bondad Infinita, nos atrevemos a pedir misericordia por las Almas del Purgatorio, tan amadas de Vos.
A Vos, Padre Eterno, que creasteis las almas de la nada; a Vos Hijo Unigénito, que las redimisteis con Vuestra Sangre Preciosísima; a Vos, Espíritu de Amor, que la santificasteis con la gracia, os pedimos clemencia y piedad por aquellas almas, hermanas nuestras que sufren resignadas los tormentos del Purgatorio.
Particularmente os pedimos misericordia por aquellas por las cuales tenemos mayor obligación de orar; por las almas de nuestros parientes, amigos y bienhechores; por las almas de aquellos que recibieron de nosotros mal ejemplo u ocasión de pecar; por las más abandonadas, que no reciben ningún recuerdo ni sufragio de los vivos; por las que fueron más devotas del Purgatorio; por las almas de nuestra parroquia, y por aquellas que Vos, ¡Oh Dios mío! Más queréis y amáis.
Os suplicamos que entre éstas queráis contar el alma de… (aquí encomiéndese a Dios el alma por la cual más especialmente se ofrecen los devotos obsequios de esta novena.).
A todos, Señor, dadles pronto el lugar de la luz; y por sus ruegos y nuestras oraciones quered reunirnos un día en la Patria Celestial por toda la eternidad. Amén.
- ORACIÓN A MARÍA SANTÍSIMA:
A Vos, Madre nuestra amantísima, invocamos por intercesora, esperando obtener por vuestros méritos lo que por nuestras solas oraciones no nos atreveríamos a esperar.
Vos, que sois Madre de todos, a todos protegednos, y librad con vuestros ruegos, las Santas Almas del Purgatorio, por las cuales ofrecemos esta novena
MEDITACIÓN DIA QUINTO:
Intensidad de la pena de sentido
Reflexiona, alma devota, lo terrible que ha de ser esta tortura del alma sujeta a la acción purificadora, y verás como el no socorrer con sufragios a las Almas del Purgatorio, es no tener entrañas de caridad. Si ves caer un perro al fuego, dice San Leonardo de Puerto Mauricio, te dará lástima, y procurarás , en lo que buenamente esté de tu parte, librarlo de las llamas.
¡Y tantas almas como hay en el Purgatorio, y tal vez tus padres o tus parientes estén ardiendo allí, en aquellas incomparablemente más terribles llamas del Purgatorio, sin que ni siquiera un piadoso recuerdo te mueva a rogar por ellas!
Y dice Santa Catalina de Génova, que el alma que sufre en el Purgatorio se encuentra en el trance de un hombre metido en un horno, que no puede disfrutar de ningún descanso hasta después de haber perdido la vida. Medítalo bien y examina tu conducta con las Almas del Purgatorio y en particular con los difuntos de tu familia.
( Medítese con calma )
TERMINAMOS LA NOVENA CON LAS SIGUIENTES ORACIONES,
COMPUESTAS POR SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO
Oración a Jesucristo para obtener Su Misericordia con las Almas del Purgatorio por los Dolores de Su Pasión
- ¡ Oh Jesús Dulcísimo! Por el sudor de sangre que derramasteis en el Huerto de Getsemaní, tened piedad de las Bienaventuradas Almas del Purgatorio.
- Respuesta: Tened piedad, Señor, tened piedad.
- ¡Oh Jesús Dulcísimo! Por los terribles dolores que sufristeis en vuestra cruel flagelación, tened piedad de estas almas.
- R: Tened piedad, Señor, tened piedad.
- ¡Oh Jesús Dulcísimo! Por los terribles dolores que os causaron en vuestra coronación de espinas, tened piedad de estas almas.
- R: Tened piedad, Señor, tened piedad.
- ¡Oh Jesús Dulcísimo! Por los dolores que sufristeis al llevar la Cruz hasta el Calvario, tened piedad de estas almas.
- R: Tened piedad, Señor, tened piedad.
- ¡Oh Jesús Dulcísimo! Por los dolores que sufristeis en vuestra cruelísima crucifixión, tened piedad de estas almas.
- R: Tened piedad, Señor, tened piedad.
- ¡Oh Jesús Dulcísimo! Por los dolores que sentisteis en vuestra amarguísima agonía, clavado en el árbol de la Cruz, tened piedad de estas almas.
- R: Tened piedad, Señor, tened piedad.
-¡Oh Jesús Dulcísimo! Por el inmenso dolor que sufristeis al entregar vuestra Alma Santísima, tened piedad de estas almas.
AHORA SE REZAN CINCO PADRENUESTROS, AVEMARÍAS Y GLORIAS, EN HONOR DE LAS LLAGAS DE JESÚS, POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO
Oración final
¡Oh Almas Santas! Por vosotras hemos rogado; pero ya que tan amadas sois del Señor, ya que tenéis la seguridad de no perderle, rogad por nosotros, miserables mortales, expuestos todavía al peligro de condenarnos y de perderle para siempre. (Aquí puede cada uno pedir la gracia especial que desea obtener por intercesión de las Almas del Purgatorio)
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