domingo, 30 de julio de 2017

CON DIOS A SOLAS ( XXI ) por el Padre Valentín de San José, Carmelita Descalzo

   
     Cumplan estas MEDITACIONES-LECTURAS el fin que me he propuesto, o sólo resulten un poco de ceniza fría en lugar de brasa encendida, te las presento con el deseo de que Dios, por medio de ellas, te ayude y esfuerce a vivir santamente en tu retiro la vida espiritual, la vida verdaderamente santa y que más alegrías y dulzuras hace gustar aun en este mundo.


(Padre Valentín de San José, en el prólogo de "Con Dios a solas")


     He abrazado el estado religioso para vivir esta nobilísima vida y santo amor; para amar a Dios con todo mi corazón y vivir continuamente perfeccionándome en este ejercicio de amor; para prepararme a recibir el amor de Dios.

     Mi Regla me manda que ande de día y noche meditando en la Ley del Señor. Lo más esencial en la vida religiosa que he profesado es, según el mandato de mi Regla, andar en continua y amorosa presencia de Dios; recordar que estoy en la paternal y tierna mirada de Dios: estar con mi atención a Dios amándole y conociéndole.

     Dios es sol que ilumina mis actos todos. Mi amorosa atención a Él me enseñará que todos mis afectos e intenciones sean santos y de amor de Dios, como en el Cielo. Diré con el Profeta David: Señor, Tu luz iluminará mis caminos.

     Bien me advierte mi Santa Madre (Santa Teresa de Jesús) que con que cumpla bien esto, me basta, pues no dejaré entonces de cumplir con perfección lo demás; seré alma de oración, y aprendí en San Ignacio que alma de oración de verdad es alma santa; porque si vivo bien la oración, seré de Dios y Él pondrá en mí Su vida.




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