miércoles, 22 de agosto de 2018

EL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, Altar donde se consiguen todas las gracias


REFLEXIONES ACERCA DEL CORAZÓN DE MARÍA
de los escritos de San Antonio María Claret

             Desde que Dios determinó hacerse hombre, fijó la vista en María Santísima, y desde entonces dispuso todos los prepara­tivos necesarios, la hizo nacer de los Patriarcas, Profetas, Sacerdotes y Reyes, y todas las gracias de éstos reunió en María, y quiso que María fuese la nata y la flor de todos ellos. Además, la previno con bendiciones de dulzura y puso sobre Su cabeza una corona de piedras preciosas, esto es, gracias y bellezas; pero mucho más enriqueció Su Corazón.



Imagen de los Sagrados Corazones que solía venerar San Antonio María Claret


              En el Corazón de María se han de considerar dos cosas: el Corazón material y el Corazón formal, que es el amor y voluntad .

              El Corazón material de María es el órgano, sentido o instrumento del Amor y voluntad; así como por los ojos vemos, por los oídos oímos, por la nariz olemos y por la boca hablamos, así por el corazón amamos y queremos.

               Dicen los teólogos que las reliquias de los Santos merecen veneración y culto: 1.° Porque han sido miembros vivos de Jesucristo. 2.° Porque han sido templos del Espíritu Santo. 3.° Porque han sido órganos de la virtud. 4.° Porque serán instru­mentos de la gracia y de milagros. 5.° Porque ellos serán glorificados después de la Resurrección.

               El Corazón de María reúne estas propiedades y muchas otras más: 1.° El Corazón de María no sólo fue miembro vivo de Jesucristo por la Fe y la Caridad, sino también origen, manantial de donde se tomó la humanidad. 2.° El Corazón de María fue Templo del Espíritu Santo y más que Templo, pues que de la Preciosísima Sangre salida de este Inmaculado Corazón formó el Espíritu Santo la Humanidad Santísima en las purísimas y virginales entrañas de María en el grande Misterio de la Encarnación. 3.° El Corazón de María ha sido el órgano de todas las virtudes en grado heroico, y singularmente en la caridad para con Dios y para con los hombres. 4.° El Corazón de María es, en el día, un corazón vivo, animado y sublimado en lo más alto de la Gloria. 5.° El Corazón de María es el Trono en donde se dispensan todas las gracias y misericordias.

               ¡Oh!, dichoso el que invoca a María con confianza, que él alcanzará el perdón de sus pecados, por muchos y por graves que sean; alcanzará la gracia y, finalmente, la Gloria del Cielo, que tanto deseo a usted y a todos. 

               "Ni en mi vida personal, ni en mis andanzas misioneras podía olvidarme de la figura maternal de María. Ella es todo corazón y toda amor. Siempre la he visto como Madre del Hijo amado y esto la hace Madre mía, Madre de la Iglesia, Madre de todos. Mi relación con María siempre ha sido muy íntima y a la vez cercana y familiar, de gran confianza. Yo me siento formado y modelado en la fragua de Su amor de Madre, de Su Corazón lleno de ternura y amor. Por eso me siento un instrumento de Su maternidad divina. Ella está siempre presente en mi vida y en mi predicación misionera. Para mí, María, Su Corazón Inmaculado, ha sido siempre y es mi fuerza, mi guía, mi consuelo, mi modelo, mi Maestra, mi todo después de Jesús".

              “El Corazón de María es el Altar de la gracia. En la ley antigua había dos altares, uno de oro y otro de bronce (en la ley nueva existen también dos altares): El Corazón de María y la Cruz; el sacrificio matutino y el vespertino: María y Jesucristo... Con Jesús era Cor unum et anima una. Lo mismo que en el Calvario, también en la Misa... Sobre este Altar del Corazón de María, jamás faltó el fuego del amor”.

             “María es, pues, el corazón de la Iglesia. He aquí por qué brotan de él todas las obras de caridad. Sabido es que el corazón tiene dos movimientos, que llaman los facultativos sístole y diástole. Con el primero se encoge y absorbe la sangre; con el segundo se dilata y la derrama por las arterias. Así también María está continuamente ejercitando esos dos movimientos: absorbiendo la gracia de Su querido Hijo y derramándola en los pecadores”




CONSAGRACIÓN AL CORAZÓN DE MARÍA
Compuesta por San Antonio María Claret


        "¡Oh, María, Madre de Dios y Madre nuestra! A Ti acudimos para consagrarnos a Tu Inmaculado Corazón para que reines en nuestros corazones y en nuestra familia y nos ponemos bajo Tu protección maternal.

          Te consagramos nuestros cuerpos y nuestras almas, nuestra familia, nuestro hogar; todo cuanto somos y tenemos. Y para que esta consagración sea eficaz y verdadera, renovamos a Tus pies las promesas que en nuestro nombre hicieron nuestros padres en el bautismo.

          Renunciamos a las seducciones del mundo enemigo de Dios y nuestro. Sus criterios de riquezas, honores y placeres. Sus escándalos y pecados.

          Renunciamos a nuestras malas pasiones, y a las intrigas del demonio. Y nos comprometemos a conservar nuestra Fe, santificar nuestras costumbres y seguir los dictados del Magisterio de la Santa Iglesia Católica fundada por Nuestro Señor Jesucristo y frecuentar los Santos Sacramentos”.



(A continuación se rezan tres Avemarías)





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