RECOGIDOS ANTE LA PRESENCIA DE DIOS
mejor si estamos de rodillas, nos figuraremos dentro del
Sagrado Corazón de Jesús; con humildad comenzamos
Conscientes de nuestras debilidades, haremos ahora el
ACTO DE CONTRICIÓN
Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en Vuestra Bondad y Misericordia infinita, que me los perdonaréis, por los méritos de Vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en Vuestro Santo Amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.
MÁXIMAS PARA MEDITAR
Día 30
Guarda silencio en tu interior durante unos minutos,
y a continuación reza la...
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