Las Témporas de Verano tienen lugar siempre en la Octava de Pentecostés. En ellas la Santa Iglesia ofrece a Dios las primicias de la nueva estación. Recuerda la Liturgia los milagros del día de Pentecostés y el aumento prodigioso del número de creyentes, convertidos a la vista de los prodigios que obraban los Apóstoles por la virtud del Espíritu Santo.
Hoy Miércoles, el Viernes y Sábado de esta semana son días de especial oración y penitencia; también de obligada abstinencia de la carne.
El ayuno tiene otra finalidad además de la de santificar, por un acto de piedad, las diversas estaciones del año; tiene íntima relación con la Ordenación de los Ministros de la Iglesia, que son consagrados el Sábado y cuya proclamación ante el pueblo tenía lugar antiguamente en la Misa del Miércoles.
No olvidemos tener en cuenta que las estaciones son contrarias al texto, en el Hemisferio Sur.
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