domingo, 21 de junio de 2020
SAN LUIS GONZAGA, EL NOBLE PATRÓN DE LA JUVENTUD CATÓLICA
San Luis era el primogénito de los ocho hijos de Ferrante, Marqués de Castiglione delle Stiviere, en Mantua, Italia; nació el 9 de Marzo de 1568.
A la edad de ocho años fue enviado a la Corte Ducal de Francisco de Medici, en Florencia, donde permaneció dos años, marchando posteriormente a Mantua. Con tan sólo 10 años y cuando era el paje del gran Duque de Toscana, hizo el voto perpetuo de virginidad delante de una imagen de la Virgen en la ciudad de Florencia.
Durante una dolorosa enfermedad renal, de la que sanó tarde y mal, se aficionó a leer libros de Vidas de Santos (como Santa Teresa o San Ignacio) y el famoso “Las cartas de Indias”, que narraban la vida misionera de los jesuitas.
En Brescia, cuando tenía doce años, pasó a estar bajo la dirección espiritual de San Carlos Borromeo, de quien recibió la Primera Comunión. En 1581 viajó con su padre a España, y tanto él como su hermano fueron hechos pajes del entonces Príncipe de Asturias Don Diego, hijo del Rey Felipe II. Se nutrió de la lectura espiritual de Fray Luis de Granada
Estando en España, durante su visita a Madrid; el 15 de Agosto de 1583, en la Iglesia de los Jesuitas, oyó claramente una voz que le decía: “Luis, ingresa en la Compañía de Jesús”. Tomó entonces la firme resolución de seguir aquella voz interior e ingresar a la Compañía de Jesús, aunque primero había pensado unirse a los Carmelitas Descalzos. Pronto encontraría la negativa de su familia, que prefería para Luis una vida acorde a sus raíces familiares y así ser el próximo Marqués de Castiglione.
Triste regresó a Italia en 1584 luego de la muerte del Príncipe Don Diego y tras diversas dificultades para obtener el consentimiento de su padre, renunció a su herencia en favor de su hermano Rodolfo, el 2 de Noviembre de 1585, proceso que requirió el consentimiento del Emperador, pues Castiglione era un feudo del Sacro Imperio. Después se encaminaría al Santuario de Loreto, donde renovaría ante Nuestra Señora el voto de castidad.
Se presentó al Padre Claudio Acquaviva, entonces General de la Compañía de Jesús, donde ingresó el 25 de Noviembre de 1585, con apenas 18 años. Cuando entró en el Noviciado de los Jesuitas en Roma, su padre escribió al General de la Compañía lo siguiente: "Hago saber a Vuestra Señoría Reverendísima que le entrego lo que más quiero en este mundo y la mayor esperanza que tenía para la conservación de esta mi casa ..."
Antes de concluir su tiempo en el Noviciado, superó brillantemente un acto público en Filosofía, habiendo hecho sus estudios matemáticos y filosóficos antes de su ingreso.
De hecho, ya se había distinguido en una prueba pública, no sólo en Filosofía, sino también en Teología, realizada en la Universidad de Alcalá de Henares, en España. Realizó sus votos el 25 de Noviembre de 1587. Inmediatamente después, inició sus estudios teológicos. Entre sus profesores estaban los Padres Vázquez y Azor.
San Luis Gonzaga se caracterizó por su obediencia incondicional, por su pureza de corazón, su amor a los pobres y enfermos y por una gran devoción a la eucaristía, a la vida de santos y a la Virgen. Probablemente, al leer tantas vidas de santos, nació también en su corazón la necesidad de mortificarse, realizando estrictos ayunos y a vivir pobre entre los pobres. Su amor a la pobreza le hizo rechazar cuantos objetos valiosos le hacía llegar su madre; su desasimiento de las cosas terrenales era sincero hasta el punto que, por obediencia a sus Superiores, aceptó dos estampas en papel de sus Santos predilectos: Santo Tomás de Aquino y Santa Catalina de Siena.
A pesar de haberse apartado del mundo y de los lujos de su noble familia, San Luis Gonzaga se vio forzado a visitar a los suyos para mediar en un conflicto con el Duque de Mantua; todos quedaron admirados por la Santidad y Sabiduría del joven, que reconcilió a su hermano con sus enemigos. Su propia madre entendió de la gran sabiduría de su hijo Luis, por lo que convenció a sus Superiores para que predicase en Mantua antes de partir; pese a no ser Sacerdote, San Luis predicó y tocó el alma de muchos, tal es así que unas setecientas personas pidieron confesión sacramental como inicio de una nueva vida.
En 1591, cursando su cuarto año de Teología, sobrevino la hambruna y la peste en Italia. Aunque de salud delicada, se entregó al cuidado de los enfermos, pero el 3 de Marzo cayó enfermo. Sus parientes, el Cardenal Gonzaga y el Cardenal Della Rovere lo visitaron con frecuencia durante la convalecencia; el piadoso Luis empleaba sus pobres fuerzas para sujetar el Crucifijo y alzar los ojos hacia la imagen de la Virgen María que siempre tenía delante. Murió el Jueves 21 de Junio de 1591, cuando contaba 23 años de edad. Fue Beatificado por el Papa Gregorio XV en 1621, y canonizado por Benedicto XIII en 1726.
Sus venerables restos se encuentran en la Iglesia de San Ignacio, en Roma, en una hermosa urna de lapislázuli, adornada en plata. El altar tiene al centro un relieve hecho de mármol representado al Santo, realizado por Le Gros.
El 13 de Junio de 1926 el Romano Pontífice Pío XI, declaró a San Luis Gonzaga Patrón de la Juventud Católica.
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