In obsequio Jesu Christi vivere
2Carta a los Corintios, cap. 10, vers. 5
Vivir en obsequio de Jesucristo
La Orden del Carmen celebra hoy la Fiesta de Todos los Santos Carmelitas: Sacerdotes, Frailes, Religiosas, Terciarios y Cofrades del Escapulario, y no solamente aquellos de la propia Orden sino también todas aquellas familias de inspiración carmelitana que han nacido bajo el Manto de Nuestra Reina del Carmelo y se rigen por el Espíritu de Nuestro Padre San Elías.
Recordamos con piedad y gratitud fraterna a los miles de Santos -aunque no estén oficialmente canonizados por la Iglesia- que ha engendrado la Orden de Nuestra Señora del Carmen en sus ocho siglos de Historia. Debemos pensar en las múltiples familias masculinas y femeninas que viven el espíritu del Carmelo y, sobre todo, la enorme muchedumbre de Cristianos que durante estos siglos han vivido agregados a la Orden por medio de la imposición del Santo Escapulario, siendo santos Terciarios o Cofrades del Carmelo.
Durante su vida en este mundo, se constituyeron en verdaderos carmelitas, puesto que fueron moldeados bajo la figura maternal de Nuestra Señora la Virgen María; tuvieron la dicha de haber vivido en intimidad con Ella y de Ella ser verdaderos Apóstoles y Esclavos. De Nuestra Señora aprendieron a vivir en Cristo y sólo de Su Amor; en Ella se inspiraron para entregar su vida a la Iglesia Católica y a las almas...
Permanezca cada uno en su celda o junto a ella, meditando día y noche la ley del Señor y velando en oración, a no ser que deba dedicarse a otros justos quehaceres.
Los que saben rezar las horas canónicas con los clérigos, deben recitarlas según cuanto han establecido los santos Padres y las costumbres aprobadas por la Iglesia.
Ningún hermano diga que algo es suyo propio, sino que todo lo tendréis en común y a cada uno le será distribuido cuanto necesitare por mano del Prior...
El oratorio, si se puede hacer cómodamente, construirlo en medio de las celdas y allí os reuniréis de mañana todos los días...
...reuníos para tratar de la observancia en la vida común y del bien espiritual de las almas. En esta ocasión corríjanse con caridad las transgresiones y culpas de los hermanos, de haberlas en alguno.
Absteneos de comer carne, a no ser que se deba tomar como remedio en caso de enfermedad o debilidad física. Y porque, debido a los viajes, con frecuencia tenéis que mendigar el sustento, para no ser gravosos a quien os hospeda, podréis, fuera de vuestras casas, comer alimentos preparados con carne.
Ceñid vuestros lomos con el cíngulo de la castidad; fortaleced vuestros pechos con pensamientos santos, pues está escrito: el pensamiento santo te guardará. Revestíos la coraza de la justicia, de manera que améis al Señor vuestro Dios con todo el corazón, con toda la mente, con todas las fuerzas, y a vuestro prójimo como a vosotros mismos.
Debéis hacer algún trabajo, para que el diablo os encuentre siempre ocupados y no suceda que, por vuestra ociosidad, pueda infiltrarse en vuestras almas.
...evítese con cuidado el mucho hablar; porque, como está escrito y la experiencia sobradamente enseña, en el mucho hablar no faltará pecado; y quien no se controla en el hablar encuentra su ruina.
De la Regla que San Alberto de Jerusalén dio a los Carmelitas, siguiendo las costumbres y tradiciones de los primitivos eremitas del Monte Carmelo
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