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Por la señal de la Santa Cruz + de nuestros enemigos + líbranos Señor, + Dios Nuestro. En el Nombre del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta.
Os ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra Bondad y Misericordia infinita, que los perdonareis, por los méritos de vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.
OFRECIMIENTO PARA TODOS LOS DÍAS
Padre Celestial, Padre amorosísimo, que para salvar las Almas quisisteis que vuestro Hijo Unigénito, haciéndose hombre, se sujetase a la vida más pobre y mortificada y derramase Su Preciosísima Sangre en la Cruz por nuestro Amor: ¿Cómo dejarías sufrir largo tiempo en el Purgatorio a unas Almas que tanto costaron a Jesucristo y que son vuestras hijas amadísimas? ¿Cómo permitirías que fuese malograda Sangre de tan gran valor?
Compadeceos, pues, de estas pobres Almas retenidas en el Purgatorio y libradlas de sus penas y tormentos. Compadeceos también de la mía y libradla de la esclavitud del vicio. Y si vuestra Justicia pide satisfacción por las culpas cometidas yo os ofrezco por las obras buenas que haga en esta Novena y las uno con los Méritos infinitos de vuestro Hijo Divino, con los Dolores de Su Madre Santísima y con las virtudes heroicas de cuantos han existido en la tierra. Miradnos a todos, vivos y difuntos, con ojos de compasión y haced que celebremos un día vuestras Misericordias en el Eterno Descanso de la Gloria. Amén.
Ahora pide interiormente a Cristo Crucificado lo que deseas conseguir por medio de esta Novena en sufragio de las Almas del Purgatorio. A continuación reza despacio y con piedad un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Y a continuación:
- Dales, Señor, el descanso eterno...
Y brille para Ellas la Luz Eterna
- Por la Misericordia de Dios, las Almas de todos los Fieles Difuntos, descansen en Paz.
Amén.
SÚPLICAS FINALES
María, Reina del Purgatorio, Madre de Misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el Purgatorio y, presentando nuestros sufragios y Tus Méritos a Tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de Su Gloria, donde gocen de Tu vista dulcísima y de la de Tu Hijo Bendito.
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