Como en todas partes hay réprobos, no te extrañes de encontrar en los lugares donde vives gentes perversas que desdeñarán venir al Rosario, ridiculizarán y aún harán cuanto puedan -con sus malignas insinuaciones y ejemplos para impedir que continúes en tan santo ejercicio. Pero ¡no cedas! ¡No te extrañes de su proceder! ¡Un día, estos infelices se hallarán para siempre separados de Dios, excluidos del Paraíso, así como ahora se apartan de la compañía de Jesucristo y de Sus servidores!
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