martes, 31 de enero de 2023

SÚFRELO TODO...

 




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reseña biográfica de San Juan Bosco




lunes, 30 de enero de 2023

LA ESTRELLA DEL SACERDOCIO




Queridos amigos y benefactores:

               Espero que la temporada navideña haya sido bendecida con paz y alegría para ustedes y que el Año Nuevo venga lleno de gracia.

               Durante este período de Epifanía, celebramos la manifestación de Nuestro Divino Salvador a los Magos por medio de una estrella milagrosa. Podemos inspirarnos en estos Sabios por su cooperación con la gracia, su determinación de superar todos los obstáculos para encontrar al recién nacido Rey de los judíos, y su perseverancia en su búsqueda para ofrecerle sus dones (oro para el rey, incienso para el verdadero Dios y mirra para Su sepultura).

               ¡Qué sorprendente paralelo hay entre el llamado de los Magos y el llamado de un joven al Santo Sacerdocio! La vocación al Sacerdocio se revela al joven por la inspiración interior del Espíritu Santo para que sea un segundo Cristo, para que pueda ofrecer el Santo Sacrificio de la Santa Misa y asegurar la salvación de las almas, predicando el Evangelio y administrando los Sacramentos. 

              Esta inspiración interior debe ser alimentada espiritualmente por el individuo. Debe cultivar su vocación a través de la oración, la lectura espiritual y la meditación para conocer y apreciar mejor su sagrada vocación. De este modo, el joven, como los Reyes Magos, debe cooperar con la Gracia de Dios y seguir la "estrella" de su vocación. En el proceso, sin duda encontrará obstáculos humanos en la búsqueda de su objetivo: 

                Si la "estrella" desaparece, como cuando un joven experimenta dudas o sequedad espiritual, buscará, como los Reyes Magos, el consejo de los que están en el poder para conocer la Voluntad de Dios y proseguir su búsqueda. Así como los Magos fueron recibidos con indiferencia por la gente de Jerusalén, un joven puede encontrar que sus "amigos" son bastante indiferentes a su elección de Sacerdocio, pero seguirá el ejemplo de los Magos y no se desanimará.

               Finalmente, así como Dios Todopoderoso recompensó a estos tres santos Sabios con el don de la Verdadera Fe por su cooperación con Su gracia y perseverancia, Él recompensará a un joven que de manera similar sigue su vocación al Sacerdocio. Su recompensa será el inestimable privilegio de ofrecer diariamente el Sacrificio de Nuestro Divino Señor, el mismo Salvador que los Magos encontraron en Belén con Su Santísima Madre María, y a quien ofrecieron su adoración y sus dones.

               Oremos para que en un mundo sumido en las tinieblas de la ignorancia y el pecado, más jóvenes sigan la estrella del Sacerdocio que Dios les revela.


In Christo Jesu et Maria Immaculata

Monseñor Marco Antonio Pivarunas, Obispo

Superior General de la Congregación 
de María Reina Inmaculada
Omaha, Nebraska



domingo, 29 de enero de 2023

LOS SIETE DOMINGOS DE SAN JOSÉ. Primer Domingo

 


PREPARACIÓN


               Este ejercicio piadoso en honra del Glorioso San José apenas te llevará unos minutos; procura hacerlo teniendo cerca una imagen suya, que bien puede ser la que acompaña este artículo. Luego, recogido de las preocupaciones cotidianas, intenta adentrarte en espíritu en la casa de Nazareth, y situado en medio de la Sagrada Familia, contempla la figura paternal de San José, que cuida al Niño, lo besa, lo educa, lo mima... ¿qué podrá negar Jesús Nuestro Señor al que así lo acunó en Su Santa Infancia?



INICIO


               Por la señal + de la Santa Cruz, etc.

               En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén

               Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois, Bondad infinita y porque os amo sobre todas las cosas, (se golpea el pecho 2 veces) a mí me pesa, pésame, Señor, de todo corazón haberos ofendido; yo os propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, y apartarme de todas las ocasiones de ofenderos; confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.

              Os ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como os lo suplico, así confío en Vuestra Divina Bondad y Misericordia infinita, me los perdonaréis, por los merecimientos de Vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para enmendarme y perseverar en Vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén.


OFRECIMIENTO


               Glorioso Patriarca San José, eficaz consuelo de los afligidos y seguro refugio de los moribundos; dignaos aceptar el obsequio de este Ejercicio que voy a rezar en memoria de vuestros Siete Dolores y Gozos. Y así como en vuestra feliz muerte, Jesucristo y Su Madre María os asistieron y consolaron tan amorosamente, así también Vos, asistidme en aquel trance, para que, no faltando yo a la fe, a la esperanza y a la caridad, me haga digno, por los méritos de la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y vuestro patrocinio, de la consecución de la vida eterna, y por tanto de vuestra compañía en el Cielo. 





DOLORES Y GOZOS DE SAN JOSÉ

Primer Dolor: "Estando desposada su madre María con José, antes de vivir juntos se halló que había concebido en su seno por obra del Espíritu Santo" (Evangelio de San Mateo, cap. 1, vers. 18).

Primer Gozo: "El Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, pues lo concebido en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús" (Evangelio de San Mateo, cap. 1, vers. 20-21).


ORACIÓN


               Glorioso San José, Esposo de María Santísima. Como fue grande la angustia y el dolor de vuestro corazón, en la duda de abandonar a vuestra Purísima Esposa, así fue inmensa la alegría cuando os fue revelado por el Ángel el soberano Misterio de la Redención.

               Por este Dolor y aquella Alegría, os rogamos nos consoléis en las angustias de nuestra última hora y nos concedáis una santa muerte, después de haber vivido una vida semejante a la vuestra junto a Jesús y María. 

              Ahora, reza con piedad un Padrenuestro, un Avemaría, el Ave de San José y un Gloria.




              Jaculatoria: San José, Modelo y Patrono de aquellos que aman al Sagrado Corazón de Jesús, ruega por nosotros.

             Y terminamos signándonos en el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.





sábado, 28 de enero de 2023

PARA QUE VUELVA A REINAR EN LAS ALMAS, por Plinio Corrêa de Oliveira



               Para que Nuestra Señora vuelva a reinar en las almas y sobre el género humano, es necesario que cada devoto de Ella tenga nostalgia de las épocas Católicas en que brilló la plenitud de la Realeza Mariana; que tenga, sobre todo, esperanza de una Nueva Era Católica que vendrá, de aquel Reino de María profetizado y descrito por San Luis Grignión en las páginas de su Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, en que todos los corazones y toda la Civilización de buen grado estarán sometidos al dulce imperio de la Madre de Dios... 

               "Serán los Apóstoles auténticos de los Últimos Tiempos. A quienes el Señor de los Ejércitos dará la palabra y la fuerza necesarias para realizar maravillas y ganar gloriosos despojos sobre sus enemigos... Caminando sobre las huellas de su pobreza, humildad, desprecio de lo mundano y caridad evangélica, enseñarán la senda estrecha de Dios en la pura verdad, conforme al Evangelio y no a los códigos mundanos, sin inquietarse por nada ni hacer acepción de personas, sin dar oídos ni escuchar ni temer a ningún mortal por poderoso que sea. Llevarán en la boca la espada de dos filos de la Palabra de Dios, sobre sus hombros el estandarte ensangrentado de la cruz, en la mano derecha el crucifijo, el Rosario en la izquierda, los sagrados nombres de Jesús y María en el corazón y en toda su conducta la modestia y mortificación de Jesucristo..."



viernes, 27 de enero de 2023

ESCÓNDEME EN TU CORAZÓN

 


               "Hay tantas almas que me abandonan y que tantas que se pierden, y lo más triste es que a muchas las he colmado de dones y he fijado en ellas los ojos, en cambio unas me responden con frialdad, muchas con ingratitud. ¡Qué pocas! ¡Qué pocas las que me devuelven amor por amor!."

               "Escóndeme en tu corazón y quítame un poco la amargura que me consume. Sí, son muchas las almas que me afligen y muchas las que se pierden, pero las que más hieren Mi Corazón son éstas que tanto amo y no se entregan del todo a Mí."


Palabras de Nuestro Señor a Sor Josefa Menéndez, 
en "Un Llamamiento al Amor" (1920 - 1923)


miércoles, 25 de enero de 2023

SAN JOSÉ SOCORRE EN TODAS LAS NECESIDADES

 


              Ser devoto de San José implica imitar sus virtudes: la conformidad con la Voluntad de Dios, la humildad, el recogimiento, la castidad, la oración. Tratar de buscar su auxilio sin ofrecer nada a cambio, mal asunto será, pues el Señor nos otorga las gracias necesarias siempre que pidamos con insistencia y tratemos de reformar nuestra vida.

               LOS SIETE DOMINGOS DE SAN JOSÉ es una piadosa y muy antigua práctica de Piedad Católica que se cree surgió en los albores del siglo XVI y desde entonces se viene realizando por los más devotos del Santo Patriarca; es indiferente en qué época sea pero muchas veces se practican  los Siete Domingos previos a la Festividad de San José.

                Esta devoción josefina se basa en una breve meditación de los principales Dolores y Gozos del Patriarca mientras vivió entre nosotros; pese a estar adornado por gracias especiales y disfrutar de la compañía de Jesús y de María, eso no lo eximió de padecer persecución y dolor, que fueron en todo momento dulcificados por aquella Divina Compañía de su Divino Hijo y de su virginal esposa María, que le acompañaron hasta su último suspiro.

                Este año, el Primer Domingo de San José será el próximo 29 de Enero. No desaproveches la ocasión, para unirte a nosotros en esta plegaria al Padre Adoptivo de Cristo; esta súplica será hecha al unísono por miles de Católicos en todas partes del mundo. No dudes en participar, que es tan sencillo como acercarte por nuestra página. Trae contigo esa preocupación, el proyecto que tienes en mente, la enfermedad que te resta alegría... ofrécete confiado al Patriarca de la Sagrada Familia, como lo hizo el Niño Jesús cada vez que alzaba sus bracitos en busca de la protección y el cariño de Su Padre San José.

                Si estás desconfiado, porque crees que nada puedes lograr con estas devociones, con cariño te desafío a que intentes hacer esta práctica de los Siete Domingos, con mi palabra de que nada malo te aportará; deja a un lado tus pensamientos y compañías mundanas y trata de buscar refugio en Aquél que más te ama.




                Para ir derechos a Jesús, te he explicado muchas veces que lo hagas a través de Su Madre, que es también la nuestra, pero  a partir de hoy, no olvides a San José, Esposo virginal de María... sólo la Piedad, el verdadero Amor por Jesús, por Santa María y por San José, pueden dar paz y confianza a tu alma. La Devoción que te propongo tan sólo será una vez por semana, no te restará mucho tiempo, puedes hacerla a lo largo del Domingo y sus beneficios espirituales son grandes, si de veras la realizas con un poco de amor.

                Reza conmigo los SIETE DOMINGOS DE SAN JOSÉ y ayúdame a extender esta invitación, para que otras muchas almas se beneficien de su ayuda e intercesión. El Glorioso San José sabrá recompensar tu apostolado.



martes, 24 de enero de 2023

Promesas a los Devotos de la Santa Faz de Nuestro Señor Jesucristo. 4ª Gracia: Por Mi Santa Faz harán prodigios



Ofrenda a Dios Padre 
de los Méritos infinitos 
de Nuestro Señor Jesucristo


(Compuesta por Sor María de San Pedro)


               Padre Eterno, mira la Faz de Tu Hijo que te ofrecemos. Este es Tu Hijo amado en quien depositas toda Tu complacencia. Escucha la voz de Su Sangre y de Sus Llagas que piden misericordia. Padre Eterno, mira la Encarnación de Jesús, Tu Divino Hijo, y su estancia en el seno de Su Divina Madre. Te los ofrecemos por el Honor y la Gloria de Tu Santo Nombre y por nuestra salvación. 

               Padre Eterno, mira el Nacimiento de Jesús en el establo de Belén y los Misterios de Su Santísima Infancia. Nosotros te los ofrecemos por el Honor y la Gloria de Tu Santo Nombre y por nuestra salvación.

               Mira, oh Padre Eterno, el pesebre y los pañales utilizados para el Nacimiento de Jesús. Nosotros te los ofrecemos por el Honor y la Gloria de Tu Santo Nombre y por nuestra salvación. 

               Padre Eterno, mira la vida pobre, escondida y laboriosa de Jesús en Nazaret. Nosotros te los ofrecemos por el Honor y la Gloria de Tu Santo Nombre y por nuestra salvación. 

               Padre Eterno, mira el Bautismo de Jesús y Su retiro de cuarenta días en el desierto. Nosotros te los ofrecemos por el Honor y la Gloria de Tu Santo Nombre y por nuestra salvación. 

               Padre Eterno, mira los viajes, vigilias, oraciones, milagros y predicaciones de Jesús. Nosotros te los ofrecemos por el Honor y la Gloria de Tu Santo Nombre y por nuestra salvación. 

               Padre Eterno, mira la Última Cena que Jesús tuvo con Sus Discípulos, lavándoles los pies e instituyendo el Augusto Sacramento de la Eucaristía. Nosotros te los ofrecemos por el Honor y la Gloria de Tu Santo Nombre y por nuestra salvación. 

               Padre Eterno, mira la Agonía de Jesús en el Huerto de los Olivos y el sudor de Sangre que cubre Su cuerpo y corre hasta el suelo. Nosotros te los ofrecemos por el Honor y la Gloria de Tu Santo Nombre y por nuestra salvación. 

               Padre Eterno, mira los ultrajes que recibió Jesús ante Sus jueces y Su condena a muerte. Nosotros te los ofrecemos por el Honor y la Gloria de Tu Santo Nombre y por nuestra salvación. 

               Padre Eterno, mira a Jesús cargando Su Cruz y caminando hacia el lugar donde iba a ser sacrificado. Nosotros te los ofrecemos por el Honor y la Gloria de Tu Santo Nombre y por nuestra salvación. 

               Padre Eterno, mira a Jesús crucificado entre dos ladrones, borracho de hiel y vinagre, blasfemado por los judíos y muriendo para reparar Tu Gloria y salvar al mundo. Nosotros te los ofrecemos por el Honor y la Gloria de Tu Santo Nombre y por nuestra salvación. 

               Mira, oh Padre Eterno, la cruz, los clavos, la corona de espinas, la caña, los látigos ensangrentados, la columna, la lanza, el sepulcro, el Santo Sudario y todos los instrumentos que sirvieron para la Pasión de Jesús, Tu divino Hijo. Nosotros te los ofrecemos por el Honor y la Gloria de Tu Santo Nombre y por nuestra salvación.

               Padre Eterno, mira las cinco Llagas de Jesús. Nosotros te los ofrecemos por el Honor y la Gloria de Tu Santo Nombre y por nuestra salvación. 

               Padre Eterno, mira la Sagrada Cabeza de Jesús coronada de espinas. Nosotros te los ofrecemos por el Honor y la Gloria de Tu Santo Nombre y por nuestra salvación. 

               Padre Eterno, mira la Faz adorable de Jesús, magullada por los golpes, cubierta de saliva, polvo, sudor y sangre. Nosotros te la ofrecemos por el Honor y la Gloria de Tu Santo Nombre y por nuestra salvación. 

                Padre Eterno, mira el adorable Cuerpo de Jesús desprendido de la Cruz. Nosotros te lo ofrecemos por el Honor y la Gloria de Tu Santo Nombre y por nuestra salvación. 

               Mira, oh Padre Eterno, todo lo que Jesucristo, Tu Hijo Único, hizo durante los treinta y tres años de Su Vida mortal para realizar la Obra de nuestra Redención, mira todos los Misterios de esta Vida Santísima. Nosotros te los ofrecemos por el Honor y la Gloria de Tu Santo Nombre y por nuestra salvación. 

               Padre Eterno, mira el Corazón, el Alma y la Divinidad de Jesús, la única Víctima que al morir triunfó sobre el pecado. Nosotros te los ofrecemos por el Honor y la Gloria de Tu Santo Nombre y por nuestra salvación. 

               Mira, oh Padre Eterno, todos los deseos, pensamientos, palabras, obras, virtudes, perfecciones y oraciones de Jesucristo, y todos Sus sufrimientos y humillaciones. Nosotros te los ofrecemos por el Honor y la Gloria de Tu Santo Nombre y por nuestra salvación. 


Únete a las oraciones de cuantas almas hoy Martes,
elevan plegarias de reparación y súplica a la Santa Faz;
si tienes unos minutos, recógete en silencio y reza las





lunes, 23 de enero de 2023

IMBUIRSE DEL ESPÍRITU CATÓLICO PARA DIFUNDIRLO

 

              El Sacerdote o el Católico laico que verdaderamente consagra su vida a la Causa de la Iglesia es aquel que posee un modo de pensar que le lleva a relacionar con Dios todo cuanto ve y trata.

              Y, por el hecho de considerar todo en función de Dios, discierne lo que es el bien y el mal, la verdad y el error, lo bello y lo feo.



              Para eso, debe tener un alma profundamente admirativa, pues la persona incapaz de admirar es también incapaz de poseer verdadera vida de piedad. Entonces, al contemplar los diversos aspectos de la Doctrina Católica sobre Dios, el pecado, la Redención, la Encarnación del Verbo, la Maternidad Divina de María, los Sacramentos, la Iglesia, la Ley de Dios, va analizando, encantándose, entusiasmándose, profundizando y admirando cada vez más.

               Practica así la máxima tomista del “ver, juzgar y actuar”. De acuerdo con las apetencias de su alma, piensa en esas riquezas inagotables haciendo las correlaciones que quepan. A medida que correlaciona, conoce más. Ver: al ver, admira más. Juzgar, pues la admiración presupone la conclusión de que algo es admirable y, por lo tanto, se trata de un juicio. Solo después va actuar, o sea, hará apostolado.

              Solamente un alma meditativa e impregnada de admiración puede realizar un auténtico Apostolado. Ahora, esa meditación que eleva el pensamiento, apartándolo de lo meramente palpable para relacionar todo con el Creador, se llama oración, o sea, la elevación de la mente a Dios, imbuyéndose del Espíritu Católico para difundirlo a su alrededor.

               De esas horas de recogimiento y contemplación el apóstol sale al campo de batalla de la existencia cotidiana, llevando consigo el recuerdo de las Verdades contempladas y observando. Así, en cualquier lugar donde fija su mirada, analizará, sobre todo, los contrastes entre el espíritu revolucionario y el contrarrevolucionario, que es el de la Iglesia, considerando todo cuanto la Contra-Revolución trajo de bello para el mundo y lo que la Revolución impregnó de feo, de asqueroso.

              En el Bautismo recibimos la gracia que nos confiere una participación en la propia Vida de Dios. Para usar una imagen, se da en nosotros más o menos lo que sucede cuando se injerta una planta en otra. Toda comparación claudica, pero esta figura nos permite tener una idea de cómo pasamos a vivir de una vida que no es solo la nuestra, sino una verdadera participación de la Vida Divina.

              Ahora bien, solamente por la gracia obtenemos la Fe y nos hacemos capaces de esa admiración a la cual me referí cuyo nombre es Amor.

              Esa Vida Divina, nosotros la podemos comunicar a otros pues, al entrar en contacto con nosotros, las personas pueden recibir la gracia. Haciendo circular la gracia, hacemos circular la Vida de Dios en el mundo.

               Un Católico que quiera hacer Apostolado sin la gracia de Dios es un loco, pues se trata de algo imposible. Así también, no hay Contra-Revolución sin vida interior. 


Doctor Plinio Corrêa de Oliveira
Conferencia del 22 de Mayo de 1976




domingo, 22 de enero de 2023

LA APOSTASÍA ACTUAL: EL VERDADERO ECUMENISMO, por Monseñor Marco Antonio Pivarunas

  


               Al considerar las Palabras de Cristo Nuestro Señor con respecto a los eventos que conducen al Fin del Mundo, debemos recordar mantener nuestros juicios equilibrados y no llegar a los extremos en estos temas. ¿Y cuáles son estos extremos?. Por un lado, están los que neciamente tratan de predecir la fecha y los detalles de los acontecimientos, lo que es completamente contrario a la Enseñanza de Cristo de que "nadie sabe el día ni la hora" del Fin del Mundo. Por otro lado, están aquellos que desprecian las profecías que se encuentran en las Sagradas Escrituras y niegan completamente que estas cosas puedan suceder en nuestro tiempo. No solo debemos ser cuidadosos y prudentes, sino que también debemos ser realistas.

               Baste decir que vivimos en tiempos que nunca se han visto en la Historia de la Iglesia Católica. Desde la apertura del Concilio Vaticano II (1962-1965), se ha introducido en la Iglesia una nueva enseñanza que ya había sido condenada por los Papas anteriores. El Santo Sacrificio de la Misa ha sido reemplazado por una nueva "Misa" que ya no representa la renovación incruenta del Sacrificio del Calvario, el Sacrificio expiatorio del Nuevo Testamento, sino que es de hecho, el memorial luterano de la Última Cena. El falso ecumenismo de la "Jerarquía" de la llamada "Iglesia Católica" modernista con herejes, cismáticos, budistas, hindúes y muchos otros líderes de las falsas religiones del mundo, se ha convertido en un fenómeno que ya se ha convertido en un lugar común. Estos eventos son completamente contrarios a las Enseñanzas de Cristo y Su Iglesia

               Después de estos comentarios preliminares, no debería sorprendernos que Nuestra Señora de Fátima eligió el año 1960 para la divulgación del Tercer Secreto. No debería sorprendernos que los responsables del Concilio Vaticano II impidieran con éxito el anuncio del Tercer Secreto de Fátima al mundo.

               No es nuestro propósito aquí repetir argumentos ya discutidos en cartas pastorales anteriores. Nuestro objetivo es considerar en qué medida estos acontecimientos, a partir del Concilio Vaticano II , son el cumplimiento de Profecías, de profecías bíblicas.

               En esta Carta Pastoral, consideraremos una referencia bíblica particular que ciertamente se aplica a nuestro tiempo. La cita real está en la segunda Carta de San Pablo a los Tesalonicenses: “Nadie os engañe en ninguna manera, porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición” (2 Tes. cap. 2, vers. 3-4).

               El término "Apostasía" se define como un completo rechazo de la Fe por parte de un Católico bautizado. Quizás a primera vista algunos se pregunten cómo es posible tal cosa en la Iglesia Católica hoy. ¿Dónde tuvo lugar el completo rechazo de la Fe?. Pero antes de responder a esa pregunta, remitámonos a las Palabras de Cristo en el Evangelio:

               “Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y darán grandes señales y prodigios, de modo que aun los escogidos (si es posible) serán engañados” (San Mateo, cap. 24, vers. 24).

               Dado que "incluso los elegidos" deben tener cuidado de no ser engañados, es seguro que la Apostasía se llevará a cabo de las maneras más engañosas e insidiosas. Además, San Pablo también se refiere a estos tiempos en su carta a Timoteo: "Sabed esto, que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos..." (II Tim. cap. 3, vers. 1).

               “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que se juntarán maestros conforme a sus deseos, y los que tienen hambre de novedades, apartarán el oído de la verdad y se volverán a las fábulas” ( 2 Timoteo, cap. 4, vers. 3-4).



               Volviendo a la pregunta: ¿ha habido Apostasía en el mundo desde el Vaticano II?. La respuesta se puede encontrar en la enseñanza del Papa Pío XI en la carta Encíclica "Mortalium Animos" (Sobre la promoción de la verdadera unidad religiosa), del 6 de Enero de 1928. Fue durante su Pontificado que se hicieron esfuerzos para promover la unidad de todas las religiones en el amor y la tolerancia. El Papa Pío XI hizo una referencia muy elocuente a esta situación, explicando la actitud de la Iglesia ante este tipo de movimiento ecuménico. Analicemos brevemente algunos de los pasajes más importantes de esta Encíclica para conocer y comprender cómo el Vaticano II condujo a la Apostasía modernista de nuestro tiempo.

               La primera enseñanza más importante que repite el Papa Pío XI en "Mortalium animos" es que la Fe Católica es una Religión revelada por Dios:

               "Dios, el Creador de todas las cosas, nos llamó a la vida para que lo conozcamos y lo amemos. Nuestro Creador, por lo tanto, tiene todo el derecho de ser servido. Ahora, Dios, guiando al hombre, podría haberse satisfecho con los preceptos de la Ley Natural, que Él escribió en el corazón del hombre cuando lo creó, y el desarrollo ulterior de esta Ley podría haber sido regulado por la mera Providencia, sino que prefirió darnos preceptos para que los obedeciéramos a lo largo de los siglos, es decir, desde el principio de la raza humana a la Venida y Enseñanza de Jesucristo, Él mismo enseñó al hombre los Mandamientos, que la naturaleza, dotada de razón, le obligan a Él, el Creador.

               De aquí se sigue que ninguna religión puede ser verdadera sino la que consiste en las Palabras reveladas de Dios. Esta revelación, que comenzó al principio de la raza humana y continuó en el Antiguo Testamento, Jesucristo mismo la completó en el Nuevo Testamento. Dios - y que ciertamente habló, lo testifica la historia - es claro para todos que es deber del hombre creer incondicionalmente en la Revelación de Dios y obedecer Sus Mandamientos sin reservas: pero que, para la Gloria de Dios y para nuestra salvación, podemos cumplir correctamente ambas cosas: "El Hijo Unigénito de Dios estableció Su Iglesia en la tierra".

               De esta Verdad Divina, que Dios ha revelado a la humanidad la única religión verdadera por la cual debe ser adorado, se sigue el Principio Católico que prohíbe a los Católicos participar en el falso ecumenismo.

                Continuando con la enseñanza del Papa Pío XI:

               “Con este fin, organizan convenciones, encuentros y conferencias con una participación extraordinaria de oyentes, e invitan a todos, sin distinción, a discutir este asunto, paganos de todos los matices, así como cristianos, incluso aquellos que, lamentablemente, han caído de Cristo, o se oponen obstinadamente a su naturaleza y misión divinas. Los Católicos no pueden por ningún pacto encomiar tales esfuerzos, porque se basan en la visión errónea de que todas las religiones son más o menos buenas y dignas de elogio, siempre que lo sean igualmente, aunque en de diversas formas, revelan y expresan nuestro sentido natural, que nos lleva a Dios y al fiel reconocimiento de Su Reino... De ahí se desprende claramente que quien apoya tales ideas y esfuerzos se aparta completamente de la Religión que Dios nos ha revelado".

               Prestemos atención a la frase "... de la Religión que Dios nos ha revelado, se aparta por completo quien apoya ideas y esfuerzos similares". Esta oración es otra definición de la palabra "Apostasía". Según el Papa Pío XI, defender y promover el falso ecumenismo equivale a la Apostasía. El Papa cuestiona además que "¿incluso los puntos de vista contradictorios tendrían que soportarse hoy? Si así fuera, habría que decir también que la venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles y la presencia continua del Espíritu Santo en la Iglesia, es más, que la Enseñanza del mismo Jesucristo ha perdido por completo su eficacia y valor durante muchos siglos. Tal afirmación sería una blasfemia".

               Si el Papa Pío XI estuviera vivo hoy, ¿qué pensaría del falso ecumenismo ahora extendido? 

               ¿Qué pensaría el Papa Pío XI de la invitación de Juan Pablo II en 1986 a todas las religiones del mundo para venir a Asís a rezar a sus falsos ídolos? ¿Qué pensaría si viera la estatua de Buda colocada en el altar?.

              Sabemos lo que habría pensado el Papa Pío XI porque ya lo expresó en "Mortalium animos":

               "Bajo estas condiciones, por supuesto, ni la Santa Sede puede participar en sus congresos, ni los Fieles pueden hablar o ayudar en tales esfuerzos. Si lo hicieran, le darían importancia a una religión cristiana falsa que es completamente diferente de la única Iglesia de Cristo".

               El verdadero ecumenismo consiste en orar y trabajar por la conversión del género humano a Jesucristo, a Su única Iglesia Verdadera, a la Religión Católica, única Religión revelada por Dios.

                Esta ha sido siempre la enseñanza de la Fe Católica a través de los siglos; y además, las Leyes de la Iglesia Católica reflejan claramente esta enseñanza:

               Canon 1258 §1: "Los Fieles de ninguna manera pueden participar activamente o tomar parte activa en las ceremonias religiosas de los no católicos .

               Canon 2316: "Quien de alguna manera contribuya a sabiendas a la propagación de la herejía o practique communicatio in sacris con los herejes, contrariamente a lo dispuesto en el canon 1258, es sospechoso de herejía".

               Es especialmente interesante que en su carta a los Tesalonicenses, el Apóstol San Pablo describe además las circunstancias de la Apostasía:

               "...porque no vendrá ese día hasta que venga primero la Apostasía, y aparezca el hombre de pecado... él se sienta en el Templo de Dios... porque ya se está cumpliendo el Misterio de Iniquidad; solamente el que detiene ahora , que lo refrene hasta que sea removido (pase)” (2 Tesalonicenses, cap. 2, vers. 3-7).

             Considere cuidadosamente estas palabras de San Pablo:

               "El hombre de pecado (Anticristo) se sentará en el templo de Dios (Iglesia Católica)..."

              "Solo que el que detiene ahora, detenga hasta que sea quitado (pase)…" (II Tes. 2:3-7).

              ¿Quién es este "lo que está frenando ahora"?

              Para responder a esta pregunta, debemos considerar a la única persona que tiene la Autoridad Suprema para enseñar, gobernar y santificar en la Iglesia, y que es la roca sobre la cual Cristo fundó Su Iglesia. Ella es la que retuvo el "Misterio de la Impiedad" en los días de San Pablo y lo hizo hasta que "desapareció". "Y entonces aparecerá el maligno..."

              Además de los argumentos teológicos que consideramos cuidadosamente al revisar la condena del Papa Pío XI al "falso ecumenismo", también podemos ver el pasaje del libro de John S. Kennedy sobre la aparición de Nuestra Señora de La Salette , "Light on the Mountain". En este libro, el autor se refiere a las palabras del Secreto revelado por la Santísima Virgen a la vidente Melania:

              "A la hora de escribir el Secreto, Melanie se detuvo, se echó a llorar... Se sentó, cogió una pluma y empezó a escribir. Levantó la vista una vez para preguntar por el significado de la palabra 'infalible'... Un momento después preguntó sobre la ortografía exacta y el significado de la palabra 'Anticristo' ".



               A esto habría que añadir el conocido pasaje del libro "Grand Orient Freemasonry Unmasked" de Monseñor George F. Dillon, Doctor en Divinidad, publicado en 1950. En el capítulo 14, Mons. Dillon cita extensamente la Instrucción Alta Vendita emitida por la masonería italiana:

               "El Papado siempre ha tenido una influencia decisiva en los asuntos de Italia. Apoyado por las manos, la voz, la pluma y el corazón de sus innumerables Obispos, Sacerdotes, Religiosos y laicos de todas las latitudes, goza de la devoción ilimitada de personas que están dispuestas a aceptar el martirio, y con alegría... Esta es una influencia inconmensurable, cuyo valor total solo los mismos Papas han podido apreciar, y hasta ahora solo se han beneficiado en cierta medida, hoy no se trata de restituirnos tal poder... Nuestro fin último es el de Voltaire y la Revolución Francesa: la destrucción definitiva del Catolicismo e incluso del pensamiento Cristiano...".

               “Ahora, por tanto, para asegurar un Papa que corresponda a nuestros planes, es necesario preparar para este Papa una generación adecuada para el gobierno que soñamos. Dejar de lado la vejez y la mediana edad, ir a la juventud, y si es posible, para niños."

               “Dentro de algunos años, el clero joven asumirá inevitablemente todos los cargos. Gobernará, dirigirá y decidirá. Será partícipe del Cónclave. Contemporáneo, necesariamente estará imbuido de los principios italianos y humanísticos que introduciremos en la circulación social".

                "Buscad al Papa que os hemos descrito. ¿Queréis establecer el reino de los elegidos sobre el trono de la Ramera de Babilonia? Haced marchar al Clero bajo vuestra bandera en la convicción de que caminan bajo la bandera de la Santa Sede ¿Quieres que desaparezcan los últimos vestigios de la tiranía y la opresión? Echad vuestras redes como Simón. Tiradlas al fondo de las Sacristías, de los Seminarios, de los Conventos, antes que a los mares, y si no apresuráis nada, seréis cosechará una captura aún más maravillosa que la que él hizo... El rendimiento de su captura será la Revolución, marchando con una cruz y un estandarte -"Una revolución que solo necesita una chispa para establecer las cuatro esquinas del mundo en llamas."

               Han pasado más de cincuenta años desde la clausura -en Diciembre de 1965- del falso Concilio Vaticano II, y todavía somos testigos de los efectos desastrosos progresivos del falso ecumenismo, la libertad religiosa y la destrucción del Santo Sacrificio de la Misa. Pidamos a Dios que se cumplan pronto las Palabras de Nuestro Señor Jesucristo: “Y si aquellos días no hubieran sido acortados, nadie se habría salvado, pero por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados” (Evangelio de San Mateo, cap. 24, vers. 22).

               En Cristo Jesús y María Inmaculada


In Christo Jesu et Maria Immaculata

Monseñor Marco Antonio Pivarunas, Obispo

Superior General de la Congregación 
de María Reina Inmaculada
Omaha, Nebraska


sábado, 21 de enero de 2023

NO PODÍA DARLE YA OTRO NOMBRE QUE EL DE "MAMÁ"

 


              “La Santísima Virgen me hizo sentir que había sido realmente Ella quien me había sonreído y curado. Comprendí que velaba por mí y que yo era Su hija; y que, entonces, yo no podía darle ya otro nombre que el de “Mamá”, que me parecía mucho más tierno que el de Madre…”


Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz




CCXXX ANIVERSARIO DEL MARTIRIO DEL REY LUIS XVI


               Tal día como hoy, hace 230 años, en 1793, era martirizado por la Revolución, Su Majestad Cristianísima Luis XVI ‘El Benéfico’, Rey de Francia y Navarra; contaba en ese momento 38 años de vida y 18 de reinado. 


Como a Nuestro Señor, 
ataron las manos del Rey...


               Los ayudantes del verdugo Sansón se acercan a Luis XVI y quieren atarle las manos.

          -¿Atarme? ¡No, nunca consentiré esto!- lo interrumpe.

               El Sacerdote (1) le susurra:

           -“Señor, en esta nueva afrenta sólo veo un último rastro de semejanza entre usted y el Dios que será su premio”.

               Estas sublimes palabras del Sacerdote alentaron la piedad del Rey. Luis XVI extiende sus manos.

          -"¡Haz lo que quieras!"

               Y los secuaces de Sansón -muy dignos de la Revolución en la que sirvieron de cómplices- amarraron las manos del Rey. Y así fue, con la intención de imitar a Nuestro Señor Jesucristo, cuyas divinas manos fueron atadas por sus verdugos durante la Pasión, que el Rey subió, peldaño a peldaño, las escaleras de la horca y se dirigió decidido hacia la guillotina.

               Luego hace una señal a los tambores frente a él. Impresionados, los soldados dejan de tocar:

          “Franceses -grita el Rey con voz audible hasta el final de la plaza-, muero inocente. ¡Perdono a los perpetradores de mi muerte y pido a Dios que la sangre que será derramada nunca caiga sobre Francia! Y ustedes, desgraciados…”.

               El Rey pretende continuar con su reprimenda, pero un hombre a caballo, vestido con el uniforme de la guardia nacional, blande su espada sobre uno de los tambores y lo obliga a tapar con su ruido la voz del Rey. ¡En ese momento supremo, a un paso de la guillotina, los revolucionarios aún temen que las palabras del soberano conmuevan a la multitud y todo el proceso revolucionario retroceda!


Plinio Corrêa de Oliveira


Un extranjero sostuvo al monarca en su última hora; 
parecía que no quedaba ni un solo francés 
que fuera leal a su soberano



              (1) El Padre Edgeworth de Firmont nació en el Condado de Longford , Irlanda, en 1745. Acompañó al Rey Luis XVI la noche anterior a su ejecución. Sobre una modesta cómoda celebró la Santa Misa donde comulgaría por última vez el Rey-Mártir; con él saldría en carruaje desde la prisión en la Torre del Temple hasta la Plaza de la Revolución. El Sacerdote ayudaría al Rey a subir al cadalso, de ahí que el escritor François René de Châteaubriand declarase que “Un extranjero sostuvo al monarca en su última hora; parecía que no quedaba ni un solo francés que fuera leal a su soberano

              El Padre Edgeworth de Firmont continuó siendo leal a la familia real francesa hasta el exilio; entregó su alma a Dios en 1807, en Mittau (ahora Jelgava, Letonia )

 


viernes, 20 de enero de 2023

DAROS CUANTO NECESITÁIS

 


               "Cuanto mayor sea tu miseria, más te levantará Mi Poder, te enriqueceré con Mis Dones. Si eres un abismo de miseria, Yo soy un abismo de Bondad y Misericordia. No mires tu pequeñez, mira el poder de Mi Corazón que te sostiene".

             "Soy Yo el que os he escogido y por tanto estoy obligado a daros cuanto necesitáis. No temas, si tu miseria es grande, mucho mayor es Mi Amor y sobre tu debilidad trabaja Mi fortaleza. Si no te atreves a acercarte a Mí, Yo me acercaré a ti..."


Palabras de Nuestro Señor a Sor Josefa Menéndez, 
en "Un Llamamiento al Amor" (1920 - 1923)


jueves, 19 de enero de 2023

PARA QUE SEÁIS MÍOS

   


              El Sacerdote es Ministro de Dios, encargado de desempeñar dos funciones en extremo nobles y elevadas, a saber: honrarlo con sacrificios y santificar las almas. Todo pontífice escogido de entre los hombres es constituido en pro de los hombres, cuanto a las cosas que miran a Dios, para ofrecer dones y sacrificios por los pecados (San Pablo a los Hebreos, cap. 5, vers. 1). Santo Tomás escribe acerca de este texto enseña: “Todo Sacerdote es elegido por Dios y colocado en la tierra para atender no a la ganancia y riquezas , ni de estimas, ni de diversiones, ni de mejoras domésticas, sino a los interés de la Gloria de Dios” (Hebr. cap. 5, vers. 1). 

               Por eso las Escrituras llaman al Sacerdote "Hombre de Dios" (1 Carta de San Pablo a Timoteo, cap. 6, vers. 11), hombre que no es del mundo, ni de sus familiares, ni siquiera de sí propio, sino tan solo de Dios, y que no busca más que a Dios. 

               A los Sacerdotes se aplican, por tanto las palabras de David: "Tal de los que le buscan es la estirpe" (Salmo 25, vers. 6); esta es la estirpe de los que buscan a Dios solamente. Así como en el Cielo destinó Dios ciertos Ángeles que asistiesen a su Trono, así en la tierra, entre los demás hombres, destinó a los Sacerdotes para procurar Su Gloria. 

                Por esto les dice el Levítico "Os he separado de entre los pueblos para que seáis míos" (Levítico, cap. 20, vers. 26).. San Juan Crisóstomo dice: "Dios nos eligió para que seamos en la tierra como Ángeles entre los hombres" (...). Y el mismo Dios dice: "En los cercanos a Mí me mostraré que Soy Santo" (Levítico, cap. 10, vers. 3); es decir, como añade el intérprete "Mi Santidad será conocida por la santidad de Mis Ministros."


San Alfonso María de Ligorio
Doctor de la Iglesia



martes, 17 de enero de 2023

Nuestra Señora de la Esperanza, la Virgen de Pontmain

 

          A mediados de Enero de 1871 el ejército pruso dominaba dos terceras partes de Francia y estaba a pocas millas de la villa de Pontmain (unos 500 habitantes). En la zona se desató una epidemia El 17 de Enero, a eso de las 12:30, hubo un terremoto en Pontmain. Todo iba mal. La gente escondía sus pertenencias para evitar que cayesen en manos de los prusos. Decían desesperados: "Para qué rezar. Dios no nos oye".

          El Padre Guerin, que había sido el párroco por 35 años y había reconstruido la iglesia destruida por la Revolución Francesa, pidió a los niños que oren a la Virgen por protección. Entre esos niños había dos hermanos muy piadosos: Eugenio y José Barbadette. El martes 17 de Enero habían comenzado como monaguillos en la Santa Misa, recitando el Rosario y haciendo las estaciones de la cruz por las intenciones del hermano mayor que había sido reclutado por el ejército francés.




                Esa misma noche uno de los hermanos, Eugenio, de 12 años de edad, salía del establo de su familia cuando vio en el cielo una hermosa señora, en el aire, unos 20 pies por encima de los techos. La señora tenía un vestido azul oscuro cubierto de estrellas doradas, un velo negro y una corona de oro. Sus brazos extendidos como en la medalla milagrosa pero sin los rayos. Eugenio se quedó mirándola con asombro por unos 15 minutos. Cuando su padre y su hermano de 10 años, José, salieron del establo, Eugenio grito: "¡Miren allí! ¡Encima de la casa! ¿Qué ven?" José describió a la Señora tal cual como lo hizo Eugenio. Pero el padre no la vio y les ordenó con severidad que regresen al establo a preparar el alimento de los caballos. Sin embargo, un poco después, el padre les dijo que salgan y miren de nuevo. Otra vez la vieron. José repetía: "¡Qué bella es!, ¡Qué bella es!" La madre de los niños, Victoria Barbadette, vino entonces y le dijo a José que se callara porque estaba llamando la atención de los vecinos. Sabiendo que los niños eran honestos y no mentían, dijo: "Es quizás la Virgen Santísima quien se os aparece. Ya que la ven, recemos cinco padrenuestros y cinco avemarías en su honor".

                Después de recitar las oraciones en el establo, para no llamar la atención, la Señora Barbadette preguntó a sus hijos si todavía veían a la Señora. Cuando dijeron que sí, ella fue a buscar sus lentes y regresó con su hermana Louise, pero ninguna de las dos vio a la Señora.

               La Sra. Barbadette llamó a las hermanas religiosas y le advirtió a sus hijos: "Las hermanas son mejores que ustedes. Si ustedes ven, ellas ciertamente también verán." La hermana Vitaline no pudo ver a la Virgen pero ella sabía que los niños eran honestos. Entonces fue a la casa de un vecino y le pidió a dos niñas pequeñas, Francoise Richer (11 años) y Jeanne-Marie Lebosse que fueran con ella. Las niñas vieron a la Virgen y la describieron igual que los niños.

               Llega entonces la Hermana Marie Edouard y al escuchar lo que decían las niñas, fue a buscar al Padre Guerin y a otro niño, Eugenio Friteau (6 años y medio). Eugenio también vio a la Virgen. Para entonces había unas 50 personas reunidas. Agustín Boitin, un niño de sólo 25 meses quiso alcanzar la Virgen y dijo: "¡El Jesús! ¡El Jesús!" Sólo estos seis niños podían ver a la Virgen. Los adultos no podían ver a la Virgen pero sí las tres estrellas que aparecieron junto a la Virgen.

          La Virgen se puso triste porque la gente no creía a los niños y estaban discutiendo. Entonces el Padre Guerin les pidió que se callaran y rezaran. Dijo: "Si solo los niños la ven es porque ellos son mas dignos que nosotros". La gente se arrodilló y rezaron el Rosario. La expresión de la Virgen demostraba que ella estaba atenta a las oraciones. Gradualmente esto causó que la Virgen apareciera mas alta y bella.




               Gradualmente apareció bajo los pies de la Virgen un mensaje en letras doradas que los niños deletrearon en voz alta: "Pero, recen Mis hijos".

               La Hermana Marie Edouard entonces dirigió a los presentes en el canto de las letanías de la Santísima Virgen. El mensaje continuó: "Dios pronto os concederá lo que piden" . Llegó la noticia de que el ejército enemigo estaba en Laval, muy cerca de Pontmain. El mensaje del cielo continuó: "Mi Hijo se deja conmover"

               Cuando los niños anunciaron este mensaje, el Padre Guerin le pidió a todos que cantaran un himno de alabanza. La Hermana Marie Edouard dijo, "¡Madre de Esperanza, tan dulce nombre, protege nuestro país, ruega por nosotros, ruega por nosotros!" Los niños exclamaban: "¡Que bella es!"

                Al final del himno, el mensaje desapareció. La gente entonces cantó un himno de arrepentimiento y reparación a Jesús. Entonces lo niños exclamaron: "¡Miren, se está poniendo triste otra vez!"




               Frente a la Virgen apareció un crucifijo color de sangre. Encima de este, una inscripción en letras mayúsculas y rojas con un fondo blanco: "JESUCRISTO". La Virgen miraba a la Cruz y sus labios temblaban de emoción. José recordó ese momento toda su vida y escribió: "Unos meses mas tarde vi a mi propia madre sobrecogida de dolor por la muerte de mi padreUno sabe cuanto esa escena puede afectar el corazón de un niño. Sin embargo, recuerdo que pensé que la angustia de mi madre no era nada en comparación con la de la Virgen María."

               Mientras rezaban llegó un carretero con la noticia de que los prusos habían tomado la cercana ciudad de Laval. La gente respondió, "Aun si (los prusos) estuviesen a la entrada del pueblo, ya no debemos temer!" A las 8:30 p.m., la gente cantó, "Ave, Maris Stella," y el crucifijo desapareció. Ella de nuevo sonrió y dos pequeñas cruces aparecieron sobre sus hombros. Ella bajó sus manos y un velo blanco la fue cubriendo desde los pies hasta la corona.

                Alrededor de las 8:45 p.m., los niños dijeron: "ha terminado". Durante el tiempo preciso de la aparición, el general pruso Von Schmidt, que estaba listo para arrasar con el pueblo de Laval en dirección a Pontmain, recibió órdenes del alto mando de no tomar la ciudad. La invasión de la Bretaña nunca se efectuó ya que el 28 de Enero, 11 días después de la aparición, se firmó el armisticio entre Francia y Prusia.



                La intercesión milagrosa de la Madre Bendita trajo la paz. Los 38 soldados de Pontmain regresaron sin un rasguño. Los dos hermanos videntes de la Virgen María, Eugenio y José, se hicieron sacerdotes; una de las niñas Jean-Mary Lebossé se hizo monja, y la otra, Francisca, maestra. En su vida nunca faltaron agravios por parte de aquellos que no creían en la intervención divina de Nuestra Señora.

               En la Fiesta de la Purificación, el 2 de Febrero de 1872, el Obispo Wicart de la Diócesis de Laval, publicó una carta pastoral otorgando aprobación canónica a la Aparición. El Papa Pío XI concedió la Misa y el Oficio en honor a Nuestra Señora de la Esperanza de Pontmain. La Virgen fue coronada solemnemente por el Cardenal Verdier, Arzobispo de París el 24 de Julio de 1934.