Se declara en el principal Manual de Pike que los máximos Maestros de la Masonería se revelan a través del claro simbolismo del tercer grado, durante los cuales el candidato es ritualmente acompañado durante un compromiso dramático a reconstruir el Templo de Salomón —la aspiración del judaísmo desde su destrucción, predicha por Nuestro Señor y cumplida en el año 70 de nuestra Era Cristiana.
Si alguna duda queda sobre los verdaderos amos y fines de la Masonería, debe ser removido durante el Grado del Arco Real: durante la promulgación del ritual del Arco Real de “exaltación” del candidato, se recitan las inequívocas líneas, “Por el bien de la Masonería, en general, pero por la nación judía en particular". El servilismo de la Masonería "a la nación judía en particular” —o, uno puede decir, a los pretendientes judíos modernos— es más evidente con los símbolos de la escuadra y el compás presentes en cada una de las Logias.
Esta escuadra y el compás son por sí misma un oculto hexagrama incompleto de la Cábala del judaísmo. El hexagrama a su vez, es falsamente llamado Estrella de David, a pesar de que este símbolo oculto no tiene absolutamente nada que ver con el Rey David ni con el Antiguo Testamento. Adoptado por el Segundo Congreso Sionista en Suiza, 1898, el hexagrama se ha vuelto desde entonces conocido como el símbolo del Estado de Israel. El mismo constituye el enlace simbólico que une los símbolos más básicos de las Logias y el símbolo judaico más reconocido, es un último Indicio poderoso de que la verdadera historia de la Masonería es mucho más complicada que la historia encubierta de la Logia, y de hecho, se entrecruza con el judaísmo, a pesar de que la historia es demasiado compleja como para exponerla en el espacio de este artículo.
Los Papas conocían muy bien todos los hechos esenciales mencionados, por ello comenzaron (con Clemente XII) a condenar la Masonería en 1738, poco después de su inicio formal. Dicha condena fue posteriormente reforzada por muchos Papas más, culminando en la condena más profunda, la Encíclica "Humanum Genus" del Papa León XIII (20 de Abril de 1884).
¿Cómo sabían los Papas la verdadera naturaleza de la Masonería?. Entre muchas probables respuestas, una de ellas vale un comentario especial. El gobierno pontifical del Papa Gregorio XVI capturó documentos de la Logia Masónica, conocida como Alta Vendita. El Papa Pío IX le dio a Jacques Crétineau-Joly (1803-1875), periodista e historiador, permiso para publicar en su libro "La Iglesia y la Revolución", las copias de los documentos y la correspondencia de la Alta Vendita. En Octubre de 1884, aproximadamente seis meses después de la aparición de la "Humanum Genus", se reiteraron estos mismos documentos con comentarios totalmente históricos en una serie de conferencias que dio Monseñor George F. Dillon en Edimburgo, Escocia. Estas conferencias impresionaron de tal manera a León XIII que las publicó y distribuyó a su propio costo.
Los documentos de Alta Vendita son notables, en el punto que declaran expresamente un plan de infiltración y destrucción de la Iglesia Católica, plan que (fue afirmado) podría llevar un siglo en llevarse a cabo. Algunas citas son típicas: "Nuestro fin último es el mismo que tenía Voltaire y la Revolución francesa —la destrucción final del Catolicismo, e incluso de la idea cristiana... El Papa, quien quiera que sea, nunca vendrá a las sociedades secretas; son las sociedades secretas las que deben dar el primer paso hacia la Iglesia, con la idea de conquistar a ambos. La tarea que vamos a emprender no es el trabajo de un día, un mes o un año, puede durar varios años, quizás un siglo, pero en nuestras filas los soldados mueren y la lucha continúa... Lo que deberemos pedir, lo que debemos buscar y esperar, así como los judíos esperan el Mesías, es un Papa de acuerdo a nuestras necesidades. Ustedes lograrán a bajo costo y por sus medios, una reputación como buenos católicos y patriotas puros. Tal reputación facilitará el acceso de nuestras doctrinas entre el clero más joven, así como también en lo más profundo de los monasterios. En unos pocos años, por fuerza de las cosas mismas, este clero joven habrá invadido todas las funciones; formarán parte del consejo del soberano y serán llamados para elegir el Pontífice que reinará..."
En contraposición a este panorama de guerra espiritual y revolución originado en las Logias Masónicas —lo que el Papa Pío IX llamó la "Sinagoga de Satanás"— León XIII publicó su atronadora Encíclica contra la Masonería. Incluso su propio Secretario de Estado, el Cardenal Rampolla del Tindaro tan cercano a él, sería luego acusado de pertenecer a una de las sectas más diabólicas de esta red infernal de subversión...
en Agosto de 2003; Niagara Falls, New York, EE.UU.
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