martes, 31 de marzo de 2020

"LOS ENFERMOS RECOBRAN LA SALUD POR ELLA..."


"...deseamos que se sepa hasta en los últimos confines del Orbe Católico, cómo esta Devoción ha echado en nuestra Diócesis hondas raíces, y cada día se robustece y aumenta prodigiosamente por los enfermos, que por ella recobran la salud, y cómo las gracias y favores se multiplican a medida que entre nosotros se acude a la tierna Piedad de María Concebida sin pecado" 


Hyacinthe-Louis de De Quelen, Arzobispo de París, 
15 de Diciembre de 1836





               El diseño de la Medalla Milagrosa fue encargado por Nuestra Santa Madre la Virgen María, quien se lo manifestó a una Hija de la Caridad, hoy conocida como Santa Catalina Labouré

               Esta humilde religiosa se convirtió en Confidente de la Inmaculada Virgen María desde el anonimato de su convento; las Autoridades Eclesiásticas dieron fe de las Revelaciones privadas que Sor Catalina Labouré había recibido y autorizaron la acuñación de la Medalla, hecho que favoreció de sobremanera la Proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción en 1854.

               En Junio de 1832 se distribuían las primeras dos mil Medallas; en 1834 ya se había difundido más de medio millón, en 1835 un millón, y en 1839 había más de diez millones de Medallas circulando por varias naciones.

              Llevar con nosotros la Medalla Milagrosa, a ser posible bendecida por un Sacerdote, es una continua oración a Nuestra Señora María, a la que nos consagramos como Hijos, siendo esta Medalla el distintivo físico de tal privilegio, al tiempo que es recordatorio para elevar el corazón a esta Madre Buena, y pedirle Su ayuda cada vez que repitamos la Jaculatoria inscrita en la Medalla, "¡Oh, María sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos!"

              En 1853, Rusia quiso apoderarse de la Península de Crimea, en el Mar Negro para tener una salida al Mediterráneo, y  por tal motivo movilizó sus ejércitos contra Turquía, soberana de Crimea. Gran Bretaña y Francia, por su parte, enviaron también tropas, pero para defender a Turquía. Fueron batallas cruentas, con miles de muertos y muchos heridos por ambas partes. El Gobierno Francés, pidió entonces a las Hijas de la Caridad que fueran a Crimea para atender a los soldados heridos. 

               Las buenas monjas distribuían entre los militares la Medalla de Catalina Labouré y éstos comenzaron a curarse de tal manera, que todos los soldados pedían a las Hermanas "la Medalla que hacía milagros", y desde entonces se la conoce como la Medalla Milagrosa. 




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               La Medalla tuvo una difusión maravillosa; las innumerables gracias de conversión y de curación, hasta el punto que el Arzobispo de París, Monseñor Quelen ordenó una investigación oficial sobre la Medalla de la Hija de la Caridad. La investigación concluyó con la aprobación formal de las Apariciones de la Virgen a Catalina Labouré y el permiso para distribuir la Medalla Milagrosa.

               En 1846, tras la asombrosa conversión del judío Alfonso Ratisbona, el Papa Gregorio XVI confirmó con toda su Autoridad las disposiciones del Arzobispo de París.




LA PASIÓN DE CRISTO Y SANTA TERESA DE JESÚS "...acuérdate de Su mansísimo y hermoso Rostro..."



Cuando pienses en el Señor, o en Su Vida y Pasión, 
acuérdate de Su mansísimo y hermoso Rostro, 
que es grandísimo consuelo. Será como 
un recuerdo suave que cale en tu memoria. 
Podrá llegar a quedar tan esculpida en tu mente 
esta Imagen Gloriosísima, que jamás 
se borre de ella hasta que la veas adonde 
para sin fin la puedas gozar 

Santa Teresa de Jesús, Las Mora­das 6, 9, 14-3




              Santa Teresa de Jesús, Reformadora del Carmelo, Mística, mujer de acción, fundadora, consejera de Santos, era también un alma totalmente absorta en Dios y en Su Divina Voluntad; por Él padeció las más crueles incomprensiones y ataques, hasta los últimos días de su vida, rechazada por su propia familia... un alma de Dios pero no por ello ajena a los rigores de la vida común, como lo atestiguan las mil dificultades que tuvo que sortear para la Reforma de la Orden del Carmen.


               Pese a todas las contrariedades y trabajos, Santa Teresa nunca perdió de vista a su Amado, al que buscaba en cualquier lugar y con el que ansiaba encontrarse a cada hora... fue mujer de profunda oración, al punto de ser para muchos -gracias a sus escritos- Maestra de oración. 


              El amor que Santa Teresa tenía por Cristo Nuestro Señor, le venía en gran parte por la asidua meditación de Su Pasión, que desde niña había acostumbrado hacer.


             Sigamos su ejemplo en estos días ya próximos a la Semana Santa; busa en la Pasión de Cristo el sentido y alivio de tus dificultades. Lejos de ver nuestros problemas como obstáculos, sepamos ponerlos todos en manos de la Virgen y, junto a Ella, vayamos tras los pasos de Jesús Nuestro Señor, que ya se encamina al Huerto de Getsemaní, olvidado y despreciado por una mayoría burlona... la sociedad actual, que lejos de hacer penitencia y convertir su corazón a Dios, prefiere continuar en el fango de su pecado... 


               Recemos por quien no reza, mortifiquemos nuestro apetito por cuantos comen sin razón, saboreemos la soledad con Cristo, como si le acompañásemos, cual testigos mudos, en la agonía de Getsemaní, en Su dolor ante el pecado de los hombres. ¿Serás capaz en estos días, de dedicarle a diario, aunque solo sean 10 minutos, para meditar un capítulo de Su Pasión? Muy poco tiempo y labor sencilla, pero eficaz y elevada, como enseña Santa Teresa...




               "Ya mi alma se sentía cansada y quería descansar, pero sus hábitos perversos se lo impedían. Entrando un día en el oratorio mis ojos cayeron sobre una estatua que se les había puesto, esperando una solemnidad que se debía celebrar en monasterio, y para la que se había conseguido. 

                Representaba a Nuestro Señor cubierto de llagas, tan devota que al verla me sentí toda llorar porque representaba en vivo como Él había sufrido por nosotros tuve ese dolor al pensar en la ingratitud con la que respondía a esas llagas, que parecía que se me rompía el corazón. Me tiré a sus pies en un profluvio de lágrimas, rogándole que me diera fuerza para no ofenderlo más.

               Estaba muy devota de Santa María Magdalena, y a menudo pensaba en su conversión, especialmente cuando me comunicaba. Sabiendo que el Señor estaba conmigo entonces, me tiraba a sus pies imaginándome que mis lágrimas no merecían ser completamente despreciadas. No sabía lo que decía, haciendo Él ya mucho con aceptar que yo las esparciera por Él, ya que mis sentimientos se desaparecían casi inmediatamente. Mientras tanto, me recomendaba a esta santa gloriosa para que me consiga perdón.

               Pero nada me resultó más útil que postrarme ante la estatua que dije. Yo entonces desconfiaba mucho de mí y puse toda confianza en Dios. Y me parece que le dije que no me levantaría de sus pies si no me hubiera dado lo que le rezaba. Ciertamente Él debe haberme escuchado, porque desde entonces me fui mucho mejor. Este era mi método de oración. Al no poder hablar con el intelecto, procuraba representarme a Jesucristo en mi interior, especialmente en esos rasgos de su vida en los que lo veía más solo, y me pareció encontrarme mejor. Me pareció que, estando solo y afligido, me recibiría más fácilmente como persona necesitada de ayuda. De esa ingenuidad tenía muchas. Me encontraba muy bien con la oración del Huerto, donde le hacía compañía. Pensaba en el sudor y la aflicción que le había sufrido, y quería secarle ese sudor tan doloroso. Pero pensando en mis graves pecados, recuerdo que no tenía el valor. Me quedaba con Él hasta que mis pensamientos lo permitieron, porque me molestaban mucho.

               Pararme bastante en la oración del Huerto era el ejercicio que practiqué, desde hace varios años, casi todas las noches antes de dormirme, cuando me recomendaba a Dios, y eso incluso antes de que me convirtiera monja, porque me dijeron que se ganaban muchas indulgencias. Estoy convencida de que con este ejercicio mi alma se benefició mucho, porque empezaba a hacer oración sin saber lo que era. Por la costumbre que tomé, me quedé tan fiel, como a hacerme el signo de la cruz primero renunciar a la cama."




Santa Teresa de Jesús, Libro de su "Vida", IX, 1-4



lunes, 30 de marzo de 2020

LA SANTA MISA, EL MAYOR CONSUELO DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO



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               "Así como la Sabiduría Divina escogió entre las vírgenes a una Virgen de quien naciese el Salvador del Mundo, del mismo modo instituyó Cristo el Sacerdocio para repartir en todo tiempo al Mundo los Tesoros de la Redención por medio del Santo Sacrificio de la Misa y de los Sacramentos; por esto la Santa Misa es en la que experimenta mayor gozo la Madre de Dios, y es la delicia de los Bienaventurados, el auxilio más eficaz de los vivos y el mayor consuelo de las Almas del Purgatorio..."

Beato Alan de La Roche 




Para entender el valor que tiene la Santa Misa
en las Almas del Purgatorio, le podrá ayudar
leer nuestro sencillo tríptico explicativo
con el Ofrecimiento y Acción de Gracias





EL GRANITO DE ARENA...




               "Este papelito, que ha tenido la fortuna de caer por vez primera en tus manos, no anda en pretensiones de pasar por revista ilustrada, ni científica, ni sociológica, ni por nada de esas cosas que suelen ser las revistas que corren por esos mundos de Dios y del diablo. 

               Sus pretensiones son más modestas; se contenta con ser lo que expresa su título: GRANITO DE ARENA y nada más que eso. 


               GRANITO, porque es muy poco lo que significa y lo que puede; y de ARENA, porque quiere servir para lo que sirve la arena, para contener el empuje de las olas y como elemento de edificación. 


              Tú y nosotros, por mucho que hagamos, somos muy poca cosa para acometer una obra tan grande, como es la Restauración de la Sociedad en Cristo. 





               Es verdad, somos muy poca cosa, pero muy poca cosa, y si lo quieres más expresivo, somos con respecto a ese gran edificio que hay que construir un granito de arena. 


               Pero ¿tú crees que un granito de arena no vale ni puede nada? 


              Voy a seguir la comparación. Figúrate que un día le diera por discurrir a lo católico aburrido a cada uno de los granitos que forman las playas de los mares o los materiales de los edificios, y dijeran: ¡Para lo que yo sirvo, lo mismo me da estar aqui que pasearme por los aires a impulsos del viento! 


               ¿Y que pasaría? Que desaparecerían las playas y los mares invadirían las ciudades, y no podrían construirse edificios y los construidos se destruirían. 


               ¿Qué te parece lo que puede un granito de arena sumado a otros muchos? 



Revista "El Granito de Arena", año 1942


               Pues ahí precisamente ha de estar nuestro poder; en ser granitos de arena que detengan el avance de las malas doctrinas y de las malas obras, y que aporten elementos con que construir o reparar el solar cristiano. 

              GRANITO DE ARENA debemos ser y así llamarnos dentro del campo de la Acción Católica; y ¿quién sabe?, ese granito rodando por ahí se encontrará otros muchos y, con la fuerza de cohesión que el Corazón de Jesús le preste, tal vez no tarde en constituir sillar, muro más tarde y quizás casa en donde el pueblo nuevo se reúna para amar y servir a Cristo, despedido hoy por el mundo viejo, como un criado que no sirve para nada..."



Obispo Manuel González, en "El Granito de Arena", revista que fundó 
en la ciudad andaluza de Huelva en 1907

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domingo, 29 de marzo de 2020

"...AQUÍ DEBE BRILLAR VUESTRA MISERICORDIA..."




Santa Teresa de Jesús, Exclamaciones, VIII, 2



SANTA MISA desde el Instituto Mater Boni Consilii, DOMINGO DE PASIÓN



Siga desde aquí la Santa Misa 
del Domingo de Pasión
Domingo 29 de Marzo, a las 10:25 
(Hora local de Italia)





RECOMENDACIONES PRÁCTICAS 
PARA TODOS AQUELLOS CATÓLICOS 
que en estos días de cuarentena 
no pueden asistir a la Santa Misa




LA APOSTASÍA ACTUAL: "DIOS NO ESCUCHARÁ ESAS ORACIONES hasta no ver la conversión de los que rezan..."





               Hoy en la mañana, 25 de Marzo del año de gracia 2020, mientras una enfermedad virulenta y de origen aún incierto hiere a las naciones de todo el mundo, Francisco del Vaticano se dirigió desde la escalinata de la Basílica de San Pedro, ante una plaza absolutamente vacía, con motivo de dicha enfermedad; anunció también el Vaticano que el mismo Francisco, pasado mañana Viernes 27 de Marzo, dará a todo el mundo la bendición Urbi et Orbi (para la ciudad de Roma y para todo el mundo).

            Hace unos días el mismo Francisco del Vaticano se dirigió a una basílica romana, haciendo a pie los últimos metros del camino, para rezar delante de un Cristo milagroso que en otras épocas salvó a la Ciudad Eterna de otra peste.

            Hace escasos días el Cardenal de Buenos Aires con todos sus obispos auxiliares vestidos casi de civil y con sus cruces pectorales colgando sobre sus camisas fue a la Catedral de la ciudad a rezar de pie ante un venerado Cristo que se conserva en uno de sus altares, dirigiendo con voz aflautada una súplica al Cristo para protección contra la peste.

            Es con verdadera devoción y no a aflautando la voz que se llega al Corazón Sagrado de Jesucristo.

            Todas esas voces a las que me he referido en las líneas precedentes se han alzado ahora temerosas o teatrales para rezar al Cristo cuyos derechos han pisoteado durante años.

            Lamentan esas voces a los muertos por la enfermedad. Ciertamente es justo llorar por los que mueren y que muchas veces no pueden ni ser asistidos, porque los gobernantes, otras tantas veces beneficiaron la política con desmedro, de la salud de sus pueblos y esto en muchos países.

            Pero esas mismas voces hicieron durante años un coro de silencio delante de pecados atroces y de aberraciones; hasta hace unos días se quería discutir nuevamente el aborto en la Nación (Argentina) y tanto el predicador de esta mañana ante la plaza vacía como los obispos que le hablaban de pie al Dios del Universo que adoran sus Ángeles en el Cielo, como dice la Sagrada Escritura, guardaron un silencio sepulcral para no oponerse a la omnímoda democracia que quiere legislar sobre la Ley de Dios.

            Dios Nuestro Señor castigó a Sodoma y a las ciudades pecadoras (Ep. de San Judas 9,7; Libro del Deuteronomio 29,23; Profeta Ezequiel 16, 49; Libro del Génesis 19, 24; Profeta Isaías 13, 19; Libro de las Lamentaciones 4, 6; Ep. II de San Pedro 2, 6; etc.) por los pecados horrorosos que allí se cometían mientras que la Roma actual y los obispos casi al unísono pregonan una misericordia que ya no llama pecado al pecado, que no tiene la caridad de decirles que Dios castigó esos crímenes y que no son más que la expresión ilegítima de un desorden. Quizás ese silencio sirve de telón para cubrir la culpa de muchos miembros del clero oficial.





            Ahora bien, es lícito preguntarse si esas voces serán escuchadas, si esos tardíos lamentos ante una enfermedad desgraciada y ante los muertos y moribundos que en algunos países son centenares, serán atendidos por Dios.

            ¿A qué Dios le rezan? ¿Al que igualaron con la Pachamama en la Basílica de San Pedro? ¿Al que igualaron en Asís desde hace años, tanto Juan Pablo II, Benedicto XVI como el actual Francisco, a los dioses de otras religiones?

            La Sagrada Escritura dice claramente: “Todos los dioses de las gentes son demonios” (Salmo 95, 5); “Inmolaron a los demonios y no a Dios” (Libro del Deuteronomio, 32,17);  “Inmolaron sus hijos y sus hijas a los demonios” (Salmo 105, 37).

            ¿Puede Dios escuchar la voz de los que callaron con una culpa inaudita cuando las Naciones preparaban leyes inicuas para asesinar niños en el seno de sus madres?. Nos dirían esos niños, de poder decirlo "¿Acaso nosotros no teníamos derecho a vivir? ¿Por qué no nos defendieron y dejaron humillar a nuestras naciones con nuestra sangre inocente? ¿Es justo que ustedes reciban sonrientes a los que nos quieren matar? ¿Quieren ustedes que Dios les libre de lo que no nos liberaron a nosotros? Ustedes no dejaron que nos ganáramos el Cielo y quieren salud para muchos que también callaron con ustedes..."

            No digo que no debamos rezar delante de un flagelo como lo es esta enfermedad, claro que es bueno hacerlo pero no sin dejar de burlarse de Dios. Pecar pretendiendo el derecho de hacerlo y rezar a Dios es una blasfemia. Rezar pidiendo ayuda y consentir al asesinato de los niños es una aberración y callar cuando es obligatorio hablar es tan criminal como causar las muertes que deberían evitarse.



¿A qué Dios reza Francisco por el Covid-19? 
Dice que su maestro es Jesucristo, 
Abba la luz... y Pachamama, ¿qué es?



“Y yo creo en Dios. No en un Dios católico, 
no existe un Dios católico, existe Dios. 
Y creo en Jesucristo, su encarnación. 
Jesús es mi maestro y mi pastor, pero Dios, 
el Padre, Abba, es la luz y el Creador. Éste es mi Ser...”

(Jorge Bergoglio, Francisco, en una entrevista con Eugenio Scalfari)


            Dios no escuchará esas oraciones hasta no ver la conversión de los que rezan, es justísimo que eso sea así, no se puede morder la mano de quien nos alimenta y pretender que siga haciéndolo.

            Las leyes de la Vida y de la Naturaleza no son nuestras, son para nosotros y ellas rigen la existencia, una existencia que recibimos, no que conquistamos.


            La enfermedad, accidental o causada, culpable o no, avanza en todos los países. Hace pocos días un sismo leve en Bosnia, otro en los Altos Alpes en Francia, uno fuerte (7.5 grados) en el mar frente a Rusia...

            Deben los hombres confesar su insensatez al querer contradecir a Dios, al querer igualarlo con cualquier fetiche, al ensombrecer la tierra con tantos pecados, con tantas injusticias, con tantas inmoralidades.

            No en vano dice la Sagrada Escritura:

            “Peleará con Él, contra los insensatos, el orbe de la tierra” (Sabiduría c. 5, v. 21), y unos versículos antes: “Armó a la criatura para castigo de sus enemigos” (Sabiduría c. 5, v. 18).

            Vuélvanse los hombres a Dios, no con la pretensión de seguir pecando sino con el dolor sincero de haberlo hecho.

            Cuando los habitantes de Cafarnaúm rechazaron a Jesucristo, Nuestro Señor dijo estas palabras: “En verdad te digo que la tierra de Sodoma será más perdonada que tú en el Día del Juicio”. (Evangelio de San Mateo, cap.10, vers.15)


            Si queremos de Dios hemos de volvernos a Dios. Quiera hoy María Santísima, en su más grande Fiesta, convertirnos a Su Hijo Bendito.


                        Ave María Purísima.

           En la Anunciación de María Santísima 2020.



+ Monseñor Andrés Morello, Obispo
Superior de la Compañía de Jesús y de María

(El Bolsón, Río Negro, Argentina)

Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe






sábado, 28 de marzo de 2020

LA ETERNIDAD PARA POSEERLO...




           "Para el Cristiano, la muerte no es la derrota sino la Victoria: el momento de ver a Dios; la muerte para hallarlo, la Eternidad para poseerlo… La muerte para el Cristiano no es el gran susto, sino la gran esperanza..." 

Padre Alberto Hurtado



EL ROSARIO ES EL ARMA DE LA ORTODOXIA CATÓLICA





              La Santísima Virgen enseñó a Santo Domingo este excelente método de orar. Y le ordenó predicarlo para despertar la piedad de los Cristianos y hacer revivir el Amor de Jesucristo en sus corazones. Lo enseñó también al Beato Alan de la Roche. "El rezo de ciento cincuenta Avemarías -le dijo- es una oración muy útil, es un obsequio que agrada mucho. Y lo es aún más y harán mucho mejor quienes las reciten meditando la Vida, Pasión y Gloria de Jesucristo. Porque esta meditación es el alma de tales oraciones."

               En efecto, el Rosario sin la meditación de los Sagrados Misterios de nuestra salvación sería como un cuerpo sin alma, una excelente materia sin su forma, que es la meditación, la cual distingue al Rosario de las demás devociones.



San Luis María Grignion de Montfort 
"El Secreto Admirable del Santísimo Rosario"


               "...la generalización de la práctica del Rosario obtuvo un reavivamiento de la Fe. Con esto el rosario pasó a ser, en las épocas en que hubo verdaderamente Fe en el mundo, una de las Devociones clásicas Católicas. A tal punto que no solo las imágenes de Nuestra Señora del Rosario se generalizaron por toda la tierra, sino también la práctica de esta Devoción era un elemento oficial del hábito de muchas Órdenes Religiosas.

              De entre las mil cosas que se podrían decir a respecto, gustaría acentuar exactamente esta ligación del origen del Rosario y la Virtud de la Fe, entre el Rosario y la derrota de los herejes. El Rosario siempre fue considerado un arma potentísima de la Fe. Sabemos que la Virtud de la Fe es la raíz de todas las virtudes, y las otras tienen que brotar de una Fe viva, o entonces ellas no son auténticas virtudes. Por lo tanto, no adelanta pretender cultivar las otras virtudes y ser negligentes con la Virtud de la Fe.

              Para nosotros, que llevamos una vida de lucha legal y doctrinaria en favor de la Ortodoxia, y que consideramos la victoria de la Ortodoxia y de la Contra-Revolución en el mundo un ideal de nuestra vida, esta Devoción dice mucho. Precisamente porque ella establece el nexo entre nuestra vida y la Devoción a Nuestra Señora, que aparece claramente aquí como siendo Aquella que sola aplastó todas las herejías, como dice la liturgia. Las aplastó, en gran parte, por el Rosario.





               El Rosario es el arma de la Ortodoxia, el arma del Ultramontanismo, y la Devoción por la cual aplastamos las raíces del mal espíritu que pueda haber en nosotros, y derrotamos la herejía y el mal espíritu y la lucha que estos mueven contra nosotros. De manera que el Rosario es una práctica típica para nosotros, y es por esta razón que insistimos tanto sobre ella. De tal manera que se debe considerar que la vida de un Contra-revolucionario sólo es normal y sólo está en regla, cuando, entre otras cosas, reza diariamente las tres partes del Rosario.

               No tiene propósito que alguien diga lo siguiente: “Prefiero rezar una parte bien rezada en vez de un Rosario entero como un papagayo”. Hubo un Santo a quien una persona le dijo esto y él le respondió: “Está bien rece con todo recogimiento un Avemaría”. La persona intentó rezarlo, y no consiguió. Alguien me dijo que Santa Teresita jamás consiguió, en toda su vida, rezar un Avemaría sin distracción.

               La verdad es que rezar sin distracción un Avemaría es una obra prima. Y puesto que difícilmente se consigue rezar un Avemaría sin una cierta distracción, vale la pena compensar la falta de calidad por la cantidad. Si apenas soy capaz de rezar Avemarías con distracción, es mejor rezar 50 Avemarías con distracción de que un avemaría con distracción. Es evidente.

               De manera que el rezo del Rosario tiene mucho valor. Es una oración humilde, no presumida, no tiene la manía protestante de exceso de prestar atención en las cosas. Por el contrario, comprende la fragilidad humana e impulsa las cosas para que progresen. Por eso la repetición que hay en el Rosario está lejos, y hasta muy lejos, de ser estéril. Ella tiene el gran mérito de la insistencia. El propio Nuestro Señor recomendó, como una de las cualidades de la oración, que ella fuese insistente. La oración insistente consigue las cosas. Si insistimos, aunque apenas verbalmente, obtendremos la gracia.

               Por lo tanto, recomiendo la oración del Rosario como siendo el “arma” del Contra-revolucionario para perseverar, para santificarse y para derrotar las herejías. 



Plinio Corrêa de Oliveira



ORACIONES EN TIEMPO DE MORTALIDAD Y PESTES, según el Ritual Romano










viernes, 27 de marzo de 2020

"UNGIRTE CON NUESTRAS LÁGRIMAS Y NUESTROS SUDORES..."




              "Corazón de Jesús, te quiero tanto y ansío quererte y que te quieran tan locamente que, si no fueras inmutable en Tu Ser y en Tus propiedades, me temo que a fuerza de nombrarte con la boca y con el corazón, de ungirte con nuestras lágrimas y nuestros sudores, de buscarte y de leerte y de escribirte en cuantas cosas vemos y tocamos...te gastemos el Nombre"

Don Manuel González, 
"el Obispo de los Sagrarios Abandonados"



ESTAR SIEMPRE EN SU SANTÍSIMO COSTADO...


               Hoy Viernes,  es el día que dedicamos en LA SEMANA DEL BUEN CRISTIANO al Sacratísimo Corazón de Jesús así como a meditar en la Pasión de Nuestro Señor; creo que es el día perfecto para recordar algunos pasajes del Diario de Santa Verónica Giuliani, en donde la Mística Capuchina, dejó reflejados los numerosos éxtasis con los que Dios la consoló en medio de su vida de penitencia.





               "...Pero aquí me pareció que se me aumentó el deseo de unirme a Él lo antes posible. Más no miraba; que toda fija estaba en el Señor. En Él me pareció ver todo. Era tan hermoso, que decir no puedo. 

               Las manos, los pies y el costado, es decir, Sus Llagas, eran tan brillantes que me parecían, que, en lugar de Llagas, hubiesen hermosas joyas. Solo la Llaga del Costado me pareció abierta, y de ella salían rayos como de sol. Cada uno de ellos daba más luz que el sol que vemos... Y me pareció que, dentro de esa Santísima Llaga, se escondía el anillo que yo debía tener.(1)


               Yo le decía: "Señor, te ruego por Tus Santas Llagas, perdona a Tus enemigos y dales luz... enemigos, así los puedo llamar, mientras están en Tu desgracia. Aquí estoy lista para todo, siempre y cuando se conviertan a Ti."


               En este punto, parezco ver Sus Santas Llagas ensangrentadas... "Oh Dios mío, Te ofrezco esta Sangre Tuya, y por Sus Méritos, perdona a estos..." Mientras así decía, me mostró, por el aire, una multitud de flechas que salían despedidas, como espadas punzantes, todas hacia el Señor. Y Él, de cabeza a pies, se iba llenando de sangre. Tal vista me dio gran pena, y me hizo darme cuenta, que todas esas heridas eran todos pecados grandes, que, como espadas, herían el Corazón del Señor...


               En un instante, pareció que se me representaba adelante con Sus Santas Llagas todas brillantes, especialmente la de Su Santo Costado. En este punto, me mostró que allí dentro habitan muchas almas, las más queridas... vi salir de Sus Santísimas Llagas cinco rayos resplandecientes; y todos vinieron a mi alrededor. Y yo veía estos rayos convertirse como en pequeñas llamas. En cuatro estaban los clavos; y en una vi que estaba la lanza, como de oro, toda de fuego: y me traspasó el corazón, de parte a parte… y los clavos traspasaron mis manos y mis pies. Yo sentí gran dolor; pero en el mismo dolor, me veía, me sentía toda transformada en Dios...


               "Esposa mía – me susurra Cristo Crucificado – me son queridas las penitencias que haces por aquellos que son Mi desgracia…" Después, separando un brazo de la Cruz, me hizo señal de que me acercase a Su Costado… Y me encontré entre los brazos del Crucificado. Lo que sentí en ese momento no puedo contarlo: habría podido estar siempre en Su Santísimo Costado" 




Santa Verónica Giuliani, Diario

NOTAS ACLARATORIAS

   1-   Se refiere la Santa al Anillo de los Desposorios Místicos, gracia especialísima mediante la cual Dios "desposa" al alma y pasa a tomar posesión de ella, como una sola cosa, al igual que ocurre con el matrimonio ordinario, pero en una escala muy superior en cuanto a la Caridad y Sabiduría, pues el Esposo no es otro que Cristo Nuestro Señor.