domingo, 15 de marzo de 2020

LOS SIETE DOMINGOS EN HONOR DE SAN JOSÉ... Domingo VII


PREPARACIÓN

               Este Ejercicio Piadoso, en Honor de Nuestro Padre y Señor San José apenas te llevará unos minutos; procura hacerlo teniendo cerca una imagen suya, que bien puede ser la que acompaña este artículo. Luego, recogido de las preocupaciones cotidianas, intenta adentrarte en espíritu en la casa de Nazareth, y situado en medio de la Sagrada Familia, contempla la figura paternal de San José, que cuida al Niño, lo besa, lo educa, lo mima... ¿qué podrá negar Jesús Nuestro Señor al que así lo acunó en Su Santa Infancia? 





               Por la señal + de la Santa Cruz, etc.

               En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

               Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois, Bondad infinita y porque os amo sobre todas las cosas, (se golpea el pecho 2 veces) a mi me pesa, pésame, Señor, de todo corazón de haberos ofendido; yo os propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, y apartarme de todas las ocasiones de ofenderos; confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.

              Os ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como os lo suplico, así confío en Vuestra Divina Bondad y Misericordia infinita, me los perdonaréis, por los merecimientos de Vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracias para enmendarme y perseverar en Vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén.

OFRECIMIENTO

               Glorioso Patriarca San José, eficaz consuelo de los afligidos y seguro refugio de los moribundos; dígnate aceptar el obsequio de este Ejercicio que voy a rezar en memoria de tus Siete Dolores y Alegrías. Y así como en tu feliz muerte, Jesucristo y Su Madre María, te asistieron y consolaron tan amorosamente, así también, asísteme tú en aquel trance, para que, no faltando yo a la Fe, a la Esperanza y a la Caridad, me haga digno, por los Méritos de la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y tu Patrocinio, de la consecución de la Vida Eterna, y por tanto de tu compañía en el Cielo.





         Ahora, reza con piedad un Padrenuestro, un Avejosefino y un Gloria, para terminar diciendo la siguiente jaculatoria:

San José, Modelo y Patrono de aquellos 
que aman al Sagrado Corazón de Jesús, 
ruega por nosotros

        Y terminamos este ejercicio piadoso signándonos en el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.





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