lunes, 30 de marzo de 2020

EL GRANITO DE ARENA...




               "Este papelito, que ha tenido la fortuna de caer por vez primera en tus manos, no anda en pretensiones de pasar por revista ilustrada, ni científica, ni sociológica, ni por nada de esas cosas que suelen ser las revistas que corren por esos mundos de Dios y del diablo. 

               Sus pretensiones son más modestas; se contenta con ser lo que expresa su título: GRANITO DE ARENA y nada más que eso. 


               GRANITO, porque es muy poco lo que significa y lo que puede; y de ARENA, porque quiere servir para lo que sirve la arena, para contener el empuje de las olas y como elemento de edificación. 


              Tú y nosotros, por mucho que hagamos, somos muy poca cosa para acometer una obra tan grande, como es la Restauración de la Sociedad en Cristo. 





               Es verdad, somos muy poca cosa, pero muy poca cosa, y si lo quieres más expresivo, somos con respecto a ese gran edificio que hay que construir un granito de arena. 


               Pero ¿tú crees que un granito de arena no vale ni puede nada? 


              Voy a seguir la comparación. Figúrate que un día le diera por discurrir a lo católico aburrido a cada uno de los granitos que forman las playas de los mares o los materiales de los edificios, y dijeran: ¡Para lo que yo sirvo, lo mismo me da estar aqui que pasearme por los aires a impulsos del viento! 


               ¿Y que pasaría? Que desaparecerían las playas y los mares invadirían las ciudades, y no podrían construirse edificios y los construidos se destruirían. 


               ¿Qué te parece lo que puede un granito de arena sumado a otros muchos? 



Revista "El Granito de Arena", año 1942


               Pues ahí precisamente ha de estar nuestro poder; en ser granitos de arena que detengan el avance de las malas doctrinas y de las malas obras, y que aporten elementos con que construir o reparar el solar cristiano. 

              GRANITO DE ARENA debemos ser y así llamarnos dentro del campo de la Acción Católica; y ¿quién sabe?, ese granito rodando por ahí se encontrará otros muchos y, con la fuerza de cohesión que el Corazón de Jesús le preste, tal vez no tarde en constituir sillar, muro más tarde y quizás casa en donde el pueblo nuevo se reúna para amar y servir a Cristo, despedido hoy por el mundo viejo, como un criado que no sirve para nada..."



Obispo Manuel González, en "El Granito de Arena", revista que fundó 
en la ciudad andaluza de Huelva en 1907

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