martes, 28 de febrero de 2017

LA SANTA FAZ: "DESEO QUE MI ROSTRO SEA MEJOR HONRADO"


Esta devoción debe tener el doble propósito:
 la REPARACIÓN POR LA BLASFEMIA
 y REPARACIÓN POR LA PROFANACIÓN DEL DOMINGO
 y los Días Santos de Precepto. 



    La fiesta de la Santa Faz es el martes de carnaval, o sea el martes antes del Miércoles de Ceniza. El Papa Pío XII confirmó dicha fiesta el 17 de Abril de 1958 y a su vez autorizó la Misa de la Santa Faz de Jesús para todas las diócesis y órdenes religiosas que pidan el Indulto de Roma para celebrarla.

     Sor María de San Pedro fue una monja carmelita de Tours, Francia, que vivió de 1816 a 1848. Nuestro Señor le comunicó las siguientes palabras el 24 de noviembre de 1843:

   “La Tierra está repleta de crímenes. La violación de los primeros tres mandamientos de Dios ha molestado a mi Padre. El Santo Nombre de Dios ha sido blasfemado, y el Santo Día del Señor profanado, saturado de cantidad de iniquidades. Estos pecados se han acumulado hasta el Trono de Dios y han provocado su ira, la cual estallará pronto si su justicia no es apaciguada. Jamás han llegado estos crímenes a tal punto”.

     En estos comunicados del Cielo, se le pidió a Sor María de San Pedro hacer una comunión de reparación por la profanación dominical...

     Sor María de San Pedro escribe:

“... Nuestro Señor me ordenó comulgar los domingos por estas tres intenciones particulares:

“1) En espíritu de expiación por todas las tareas prohibidas que se hacen los domingos, que como día de observancia debe ser santificado;

“2) Para apaciguar la Justicia Divina que estaba a punto de descargarse a causa de la profanación de los días de guardar;

“3) Para implorar la conversión de aquellos pecadores que profanan los domingos, y para lograr la terminación del trabajo dominical prohibido”.

El 11 de octubre de 1845, Nuestro Señor dio una Revelación en relación a la importancia de hacer reparación a su Santa Faz. En ese día Nuestro Señor le dijo a Sor María de San Pedro:

“Busco Verónicas para enjugar y venerar mi Divina Faz,
 la cual tiene pocos adoradores”.

     Le dictó entonces una oración de reparación a la Santa Faz:



     Entre las PROMESAS que fueron dadas por el Dulce Redentor a  la Carmelita de Tours, figuran:

   1. Les concederé una contrición tan perfecta que sus pecados se cambiarán a Mi vista en joyas de oro precioso. Según el cuidado que tengan de reparar mi Rostro desfigurado por los blasfemos, el mismo tendré Yo del suyo que ha sido desfigurado por el pecado, transformándole en tan hermoso como si acabase de salir de las aguas del Bautismo.

   2. Ninguna de esas personas será jamás separada de Mí.

   3. Ofreciendo Mi Rostro a Mi Padre, apaciguarán Su enojo y comprarán con moneda celestial el perdón para los pecadores. Por esta ofrenda, nada les será negado.

   4. Abogaré ante Mi Padre para conceder todas las peticiones que me presenten. Por Mi santo Rostro harán prodigios.

   5. Los iluminaré con Mi Luz. Los consumiré con Mi Amor y los haré fructíferos de buenas obras.

   6. Ellos llorarán, como la piadosa Verónica, por Mi adorable Rostro ultrajado por el pecado, y yo imprimiré Mis divinas facciones en sus almas.

   7. Por la semblanza de Mi Rostro, brillarán más que otros en la vida eterna y el brillo de Mi Rostro les llenará de alegría.

   8. Todos los que defiendan esta causa de reparación, por palabras, por oraciones o por escrito, recibirán defensa también en sus causas delante de Dios Padre a la hora de la muerte. Yo enjugaré la faz de sus almas, limpiando las manchas del pecado y devolviéndole su primitiva hermosura.




sábado, 25 de febrero de 2017

"NUESTRA SEÑORA QUIERE QUE TODOS USEN EL ESCAPULARIO"




     Después de la última aparición de Nuestra Señora en la Cova da Iría, mientras la gran multitud de espectadores asistía al milagro del sol, se desarrollaron ante los ojos de los pastorcitos diversas escenas. En la primera, al lado de San José y sosteniendo al Niño Jesús en sus brazos, la Virgen apareció como Nuestra Señora del Rosario. En seguida, junto a Nuestro Señor agobiado de dolor en el camino del Calvario, surgió como Nuestra Señora de los Dolores. Finalmente, gloriosa, coronada como Reina del Cielo y de la Tierra, se presentó como Nuestra Señora del Carmen, con el escapulario en la mano.

      "¿Por qué la Virgen apareció con el Escapulario en esta última visión?" —le preguntaron a la Hna. Lucía (quien además fuera religiosa carmelita) en 1950.

      "Es que Nuestra Señora quiere que todos usen el Escapulario" —respondió la vidente.

      “Y es por este motivo que el Rosario y el Escapulario, los dos sacramentales marianos más privilegiados, más universales, más antiguos y más valiosos, adquieren hoy una importancia mayor que en ninguna época pasada de la Historia” 


(cf. John Haffert, Maria na sua promessa do Escapulário,


 Edições Carmelo, Aveiro, Portugal, 1967, pp. 265-266).





     El Escapulario de Nuestra Señora del Carmen es una dádiva de la protección y del maternal cariño de la Reina del Cielo hacia los hombres. Su historia está estrechamente ligada a la Orden del Carmen, que se remonta según una antigua tradición a los santos profetas Elías, Eliseo y a sus discípulos, que se establecieron en el Monte Carmelo, en Palestina.

     De acuerdo con esa misma tradición, ellos ya veneraban a Aquella que vendría a ser la Madre del Redentor, simbolizada por la nubecita que apareció cuando San Elías pedía el fin de la prolongada sequía que los asolaba (cf. 3 Reyes 18, 41-45), y de la cual cayó una lluvia bendita que reverdeció la tierra.

     Estos ermitaños se sucedieron a través de las generaciones hasta la Edad Media, y cuando los musulmanes conquistaron Tierra Santa, tuvieron que huir hacia Europa. Allí enfrentaron grandes dificultades corriendo riesgo de extinción.

     Fue entonces que un carmelita inglés, San Simón Stock, hombre penitente y de mucha santidad, fue electo Superior General de la Orden. Angustiado con la situación en que se encontraban, comenzó a suplicar incesantemente a la Virgen para que los protegiese.





            El 16 de julio de 1251, hace más de 750 años, mientras rezaba fervorosamente en su convento de Cambridge (Inglaterra), se le apareció Nuestra Señora revestida del hábito carmelita, portando en sus brazos al Niño Jesús y extendiéndole un escapulario le dijo estas palabras:



         “Recibe, queridísimo hijo, este Escapulario de tu Orden, señal de Mi confraternidad, privilegio para ti y para todos los Carmelitas. Todo aquel que muera con él revestido, no arderá en las llamas del infierno. Él es, pues, una señal de salvación, una seguridad de paz y de eterna alianza”.

          En 1314, la Madre de Dios se apareció nuevamente, esta vez al Papa Juan XXII, confirmando su especial protección a los que usasen el Escapulario, y prometiendo además que los libraría del Purgatorio el primer sábado después de la muerte.

            Esto llevó a Pontífices, monarcas, religiosos de otras órdenes y personas de todas las condiciones a querer participar de este privilegio, recibiendo el Escapulario como un símbolo de devoción a María Santísima y de salvaguarda contra los enemigos del alma y del cuerpo. 





jueves, 23 de febrero de 2017

EL SACERDOCIO, ESTADO MÁS SUBLIME QUE TODOS LOS DEMÁS



     Grande es la dignidad de los sacerdotes, pero no menor la obligación que sobre ellos pesan. Los sacerdotes suben a gran altura, pero se impone que a ella vayan y estén sostenidos por extraordinaria virtud; de otro modo, en lugar de recompensa se les reservará gran castigo, como opina San Lorenzo Justiniano (...). San Pedro Crisólogo dice a su vez que el sacerdocio es un honor y es también una carga que lleva consigo gran cuenta y responsabilidad por las obras que conviene a su dignidad (...).
     Todo cristiano ha de ser perfecto y santo, porque todo cristiano hace profesión de servir a un Dios Santo. Según San León, cristiano es el que se despoja del hombre terreno y se reviste del hombre celestial (...). Por eso dijo Jesucristo: Seréis, pues, vosotros, perfectos, como vuestro Padre Celestial es perfecto [Mt 5, 48]. Pero la santidad del sacerdote ha de ser distinta de la del resto de los seglares, observa San Ambrosio (...), y añade que así como la gracia otorgada a los sacerdotes es superior, así la vida del sacerdote tiene que sobrepujar en santidad a los seglares (...) y San Pedro Pelusio afirma que entre la santidad del sacerdote y la del seglar ha de haber tanta distancia como del cielo a la tierra (...).
     Santo Tomás enseña que todos estamos obligados a observar cuantos deberes van anejos al estado elegido. Por otra parte, el clérigo dice San Agustín está obligado a aspirar la santidad (...). Y Casiodoro escribe: “El eclesiástico está obligado a vivir una vida celestial” “El sacerdote está obligado a mayor perfección mayor perfección que el que no lo es”, como asegura Tomás de Kempis (...), pues su estado es más sublime que todos los demás. Y añade Salviano que Dios aconseja la perfección a los seglares, al paso que la impone a los clérigos (...).

La dignidad y la santidad sacerdotal de San Alfonso María de Ligorio


martes, 21 de febrero de 2017

LA SANTA FAZ: EL AMOR DE TERESITA DE LISEUX


El próximo martes, día 28, la Santa Iglesia Católica
hace memoria de la Pasión de Nuestro Señor
en la figura de Su Santa y Adorable Faz



ORACIÓN A LA SANTA FAZ
ESCRITA POR SANTA TERESITA

   “¡Jesús! Tu Faz inefable es el astro que guía mis pasos. Tú lo sabes bien. Tu dulce Faz es aquí en la tierra mi paraíso. Mi amor descubre los encantos de Tus ojos embellecidos por el llanto. 


   Cuando contemplo Tus dolores sonrío a través de mis lágrimas. Deseo vivir ignorada y solitaria para consolar tu belleza; esa belleza que se oculta en tu Faz bajo el misterio del dolor y que tan fuertemente me atrae a Ti. 


   Tu Faz es mi sola patria; Ella es mi reino de amor, mi prado risueño, mi dulce sol de cada día. Ella es el lirio del valle, cuyo perfume misterioso consuela mi afligida alma y le hace gustar la paz de los cielos.

   Tu Santa Faz es mi reposo, mi dulzura y mi melodiosa lira. Tu rostro, Dulce Salvador, es el divino ramillete de mirra que yo quiero guardar en mi corazón. Tu Faz es mi sola riqueza, no quiero nada fuera de ella. Jesús yo me asemejaré a Ti, y oculta entre los pliegues del velo de la Verónica, atravesaré la vida desapercibida de las criaturas.

   Deja en mi la divina impresión de Tus besos, llenos de dulzura, y pronto llegaré a ser santa y atraeré a Ti todos los corazones. Cuando Tus labios adorados impriman en mi el beso eterno, haz que me abrase de amor, y que este amor levante en el campo de la Iglesia una hermosa cosecha de almas santas”.




lunes, 20 de febrero de 2017

EL BENDITO PURGATORIO Y LOS DEVOTOS DE LA VIRGEN NUESTRA SEÑORA


“Debemos ayudar a los que se hallan en el Purgatorio. 
Demasiado insensible seria quien no auxiliara 
a un ser querido encarcelado en la tierra; mas insensible 
es el que no auxilia a un amigo que está en el Purgatorio, 
pues no hay comparación
 entre las penas de este mundo y las de allí”.  

Santo Tomás de Aquino  - Sobre el Credo, 5, 1. c., p. 73




Hoy Lunes, siguiendo "LA SEMANA DEL BUEN CRISTIANO", recordamos 
a cuantos visten el Bendito Escapulario del Carmen, que pueden aplicar las indulgencias
 con que la Santa Iglesia ha bendecido dicha prenda, en favor de las Almas del Purgatorio,
 a fin de que obtengan la remisión de sus penas o al menos, cierto alivio en sus sufrimientos


       "...quienes perseveren en santa pobreza, obediencia y castidad y entren en esta Santa Orden y Santa Religión, llevando el signo del santo hábito y llamándose hermanos o hermanas de mi Orden antedicha, serán liberados y absueltos de la tercera parte de sus pecados, desde la hora del día en que ingresen en dicha Orden, prometiendo castidad si es viuda, virginidad si es virgen, y guardando la fidelidad matrimonial si estuviese casada, como manda la Santa Madre Iglesia. 

      Y que los hermanos que profesen en dicha Orden sean absueltos de pena y de culpa. Y el día en que pasen de esta vida presente al Purgatorio, a esta gloria implorada, yo bajaré del cielo como Madre Gloriosa el sábado después de su muerte, y a cuantos de ellos encuentre en el Purgatorio, los libraré y los conduciré al Monte de la Vida Eterna."

Extracto de la "Bula Sabatina" del Papa Juan XXII



sábado, 18 de febrero de 2017

PROFECÍAS DE NUESTRA SEÑORA DEL BUEN SUCESO: LAS PROFANACIONES EUCARÍSTICAS





ORACIÓN EN DESAGRAVIO A JESÚS SACRAMENTADO
(compuesta por San Alfonso María de Ligorio)
lo ideal es hacerle ante un Sagrario, pero si no fuera posible, recogidos cuanto podamos,se puede recitar en mitad del silencio del hogar, imaginándonos ante el Tabernáculo de la iglesia que frecuentemos.
   Señor mío Jesucristo, que por amor a los hombre estáis noche y día en este Sacramento, lleno de piedad y de amor, esperando, llamando y recibiendo a cuantos vienen a visitaros: creo que estáis presente en el Sacramento del Altar. Os adoro desde el abismo de mi nada y os doy gracias por todas las mercedes que me habéis hecho, y especialmente por haberos dado Vos mismo en este Sacramento, por haberme concedido por mi abogada a Vuestra amantísima Madre y haberme llamado a visitaros en este iglesia.
   Adoro ahora a Vuestro Santísimo Corazón y deseo adorarlo por tres fines: el primero, en acción de gracias por este insigne beneficio; en segundo lugar, para resarciros de todas las injurias que recibís de Vuestros enemigos en este Sacramento; y finalmente, deseando adoraros con esta visita en todos los lugares de la tierra donde estáis sacramentado con menos culto y abandono.
         Amén.

viernes, 17 de febrero de 2017

LA SANTA LLAGA DEL HOMBRO DE NUESTRO SEÑOR


     San Bernardo le preguntó al Divino Salvador, cual fue Su dolor en la Pasión más desconocido por los hombres. Jesús le respondió: 

"Tenía una llaga profundísima en el hombro
sobre el cual cargué Mi pesada Cruz; 
esa llaga era la más dolorosa de todas.
Los hombres no la conocen. 
Honrad pues esta llaga y haré todo lo que por ella pidas..."



ORACIÓN A LA SANTA LLAGA DEL HOMBRO

   Oh amado Jesús, manso Cordero de Dios, a pesar de ser yo una criatura miserable y pecadora, os adoro y venero la llaga causada por el peso de vuestra cruz que abriendo vuestras carnes desnudó los huesos de vuestro hombro sagrado y de la cual vuestra Madre Dolorosa tanto se compadeció.

   También yo, oh carísimo Jesús, me compadezco de Vos y desde el fondo de mi corazón os glorifico y os agradezco por esta llaga dolorosa de vuestro hombro en la que quisisteis cargar vuestra cruz por mi salvación.

   Por los sufrimientos que padecisteis y que aumentaron el enorme peso de vuestra cruz, os ruego con mucha humildad, tened piedad de mi, pobre criatura pecadora, perdonad mis pecados y conducidme al Cielo por el camino de la Cruz.

Se rezan siete Ave Marías y se agrega:
-Madre Santísima imprime en mi corazón Las Llagas de Jesucristo crucificado...(Indulgencia de 300 días)

-Oh Dulcísimo Jesús, no seas mi Juez sino mi Salvador... 
(Indulgencia de 100 días)






miércoles, 15 de febrero de 2017

NUESTRA SEÑORA DE PELLEVOISIN, LA MADRE DE MISERICORDIA




          En Febrero del 1876, Estelle Faguette, una joven de 32 años, sirvienta doméstica, estaba muy enferma en cama, en un pequeño pueblo de Francia llamado Pellevoisin (diócesis de Bourges). Cuando la enfermedad comenzó, Estelle le preguntó a  Dios por que la había permitido ya que ella era el único sostén de sus padres y de una sobrina huérfana. Sin embargo, con el avance de la enfermedad, ella se entregó a la voluntad de Dios, ofreciéndolo todo en expiación por sus pecados.

          Estelle le escribió a la Virgen pidiéndole que obtenga de su Hijo su curación. La noche del 14 de Febrero de 1876, se le apareció un demonio al pie de la cama. Enseguida después Estelle vio a la Virgen María al otro lado de la cama. La Virgen expulsó al demonio. Nuestra Señora entonces miró a Estelle y le dijo: "No temas, tu sabes que eres mi hija". Estelle recordó que ella había sido consagrada como hija de María a los 14 años. La Virgen le dijo: "Coraje y paciencia. Mi Hijo va a cuidarte especialmente. Vas a sufrir cinco días en honor a las cinco llagas de mi Hijo. Para el sábado vas a estar viva o muerta. Si mi hijo te permite vivir quiero que proclames mi gloria." Estelle le preguntó como lo haría pues ella no es nada especial.

          La próxima noche, la Virgen se apareció a Estelle para informarle que iba a vivir. Pero Nuestra Señora amonestó a Estelle por sus pecados del pasado. Aunque Estelle no había vivido una vida mundana, ella se arrepintió profundamente de sus pecados. Las siguientes noches, la Virgen continuó aparenciéndose a Estelle junto a su cama. Le dijo: "Yo soy toda misericordiosa". Tras la quinta aparición, el 19 de Febrero, Estelle quedó sanada. Le preguntó a la Virgen si debería cambiar su estado de vida. La Virgen respondió: Uno se puede salvar en todos los estados. Donde estás puedes hacer mucho bien y puedes propagar Mi gloria.

          Desde Julio a Diciembre del mismo año, la Virgen visitó a Estelle diez veces mas (un total de 15 veces). María Inmaculada le dijo en Julio: Yo he venido especialmente para la conversión de los pecadores".




Escapulario del Sagrado Corazón

          El 9 de Septiembre de 1876 la Virgen hizo otra visita y le mostró un escapulario blanco con la imagen del Sagrado Corazón que llevaba puesto y le dijo: "Yo amo esta devoción"

          Una semana después, Nuestra Señora visitó a Estelle y le dijo: "Que oren y que tengan confianza en Mi", y profetizó que "Francia sufrirá".


          En Noviembre, Nuestra Señora una vez más vino a visitar a Estelle. La Virgen le dijo: "Yo escojo a los pequeños y débiles para Mi Gloria".

          En la fiesta de la Inmaculada Concepción, 8 de Diciembre de 1876, la Virgen hizo su décimo quinta y última visita visible a Estelle. La Virgen le dijo que fuese al Obispo, y le mostrase el escapulario del Sagrado Corazón y le pidiese ayuda para propagarlo. La Virgen añadió: "Mira las gracias que Yo otorgo sobre aquellos que lo usan con confianza, y quienes ayudan a propagarlo" . Mientras la Virgen hablaba, extendió Sus manos y de ellas cayeron gotas de lluvia. En cada gota Estelle leyó los nombres de diferentes gracias, como "piedad", "salvación", "confianza", "conversión", "salud".  Nuestra Señora le explicó: "Estas gracias son de Mi Hijo; yo las tomo de Su Corazón; Él no me puede rehusar nada"

          En 1877 el cuarto donde Estelle fue sanada, se convirtió en una Capilla de peregrinación. Estelle Faguette continuó su vida humilde en Pellevoisin hasta su muerte en 1929, a los 86 años de edad.

Otros mensajes 

          La Virgen le dijo: "Si quieres servirme, se sencilla, que tus palabras concuerden con tus actos" La Virgen Nuestra Señora le dijo a Estelle que estaba muy preocupada porque la gente descuidaban a su Hijo en la oración y en el Santísimo Sacramento.

  • El Papa León XIII, en Mayo de 1894, aprobó la Archicofradía de María Madre de la Misericordia, dedicada a propagar el escapulario del Sagrado Corazón
  • La Congregación de Ritos, en un Decreto del 4 de Abril del 1900, concedió aprobación al Escapulario del Sagrado Corazón. No hizo mención de Pellevoisin en conexión con estas aprobaciones (si se mencionó a Santa Margarita María).
  • La curación de Estelle Faguette fue oficialmente declarada milagrosa en 1983 por el Arzobispo de Bourges, Mons. Paul Vignancour. 





martes, 14 de febrero de 2017

LA IGLESIA CATÓLICA Y LOS PÉRFIDOS


"...tal como ellos padecieron a manos de los judíos,  los cuales mataron tanto al Señor Jesús como a los profetas, y a nosotros nos expulsaron, y no agradan a Dios sino que son enemigos a todos los hombres."

(Segunda Carta de San Pablo a los Tesalonicenses, cap.2, vers. 14-15)


A cuantos, consiguientemente, sienten de modo diverso y contrario, [la Iglesia] los condena, reprueba y anatematiza, y proclama que son ajenos al cuerpo de Cristo, que es la Iglesia”




“La Santa Iglesia Romana firmemente cree, profesa y predica que nadie que no esté dentro de la Iglesia Católica, no sólo paganos, sino también judíos o herejes y cismáticos, puede hacerse partícipe de la vida eterna, sino que irá al fuego eterno que está aparejado para el diablo y sus ángeles, a no ser que antes de su muerte se uniere con ella."

La Santa Iglesia Romana Firmemente cree, profesa y enseña que las legalidades del Antiguo Testamento, o sea, de la Ley de Moisés, que se dividen en. ceremonias, objetos sagrados, sacrificios y sacramentos, como quiera que fueron instituidas en gracia de significar algo por venir, aunque en aquella edad eran convenientes para el culto divino, cesaron una vez venido nuestro Señor Jesucristo, quien por ellas fue significado, y empezaron los sacramentos del Nuevo Testamento. Y que mortalmente peca quienquiera ponga en las observancias legales su esperanza después de la pasión, y se someta a ellas, como necesarias a la salvación, como si la fe de Cristo no pudiera salvarnos sin ellas.

(Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, Cantate Domino, 1441)



Escudo del Papa Eugenio IV 
1431-1447


sábado, 11 de febrero de 2017

"YO SOY LA INMACULADA CONCEPCIÓN", NUESTRA SEÑORA DE LOURDES






 
 El 11 de Febrero de 1858, Bernadette, una niña de catorce años, recogía leña en Massbielle, en las afueras de Lourdes, cuando acercándose a una gruta, vio una nube dorada y a una Señora vestida de blanco, con sus pies descalzos cubiertos por dos rosas doradas, que parecían apoyarse sobre las ramas de un rosal, en su cintura tenia una ancha cinta azul, sus manos juntas estaban en posición de oración y llevaba un rosario.

   Bernadette al principio se asustó, pero luego comenzó a rezar el rosario que siempre llevaba consigo, al mismo tiempo que la niña, la Señora pasaba las cuentas del suyo entre sus dedos, al finalizar, la Virgen María retrocedió hacia la Gruta y desapareció. Estas apariciones se repitieron 18 veces, hasta el día 16 de Julio.

   El 18 de Febrero en la tercera aparición la Virgen le dijo a Bernadette: "Ven aquí durante quince días seguidos". La niña le prometió hacerlo y la Señora le expresó "Yo te prometo que serás muy feliz, no en este mundo, sino en el otro".





   La noticia de las apariciones se corrió por toda la comarca, y muchos acudían a la gruta creyendo en el suceso, otros se burlaban. En la novena aparición, el 25 de Febrero, la Señora mandó a Santa Bernadette a beber y lavarse los pies en el agua de una fuente, señalándole el fondo de la gruta. La niña no la encontró, pero obedeció la solicitud de la Virgen, y escarbó en el suelo, produciéndose el primer brote del milagroso manantial de Lourdes.

  En las apariciones, la Señora exhortó a la niña a rogar por los pecadores, manifestó el deseo de que en el lugar sea erigida una capilla y mando a Bernadette a besar la tierra, como acto de penitencia para ella y para otros, el pueblo presente en el lugar también la imito y hasta el día de hoy, esta práctica continúa.

   El 25 de Marzo, a pedido del párroco del lugar, la niña pregunta a la Señora ¿Quien eres?, y ella le responde: "Yo soy la Inmaculada Concepción".

   Bernadette fue a contar lo sucedido a su párroco, pero éste dudó de que una simple jovencita analfabeta pudiese saber sobre el dogma de la Inmaculada Concepción, declarado por el Papa Pío IX en 1854.



   El 16 de julio de 1858, la Virgen María aparece por última vez y se despide de Bernadette.

   En el lugar se comenzó a construirse un Santuario, el Papa Pío IX le dió el título de Basílica en 1874. Las apariciones fueron declaradas auténticas el 18 de Enero 1862.

   El Mensaje de la Virgen en Lourdes, viene a ser un agradecimiento del Cielo por la definición del dogma de la Inmaculada Concepción, que se había declarado cuatro años antes (1854), al mismo tiempo que así se presenta Ella misma como Madre y modelo de pureza para el mundo que está necesitado de esta virtud.

   Al tiempo es una exaltación a la virtudes de la pobreza y humildad aceptadas cristianamente, al escoger a Bernardita como instrumento de su mensaje.

   La Virgen hace un llamado urgente a la oración, en especial a la recitación diaria del Santo Rosario, de la penitencia y humildad (besando el suelo como señal de ello); también, un mensaje de misericordia infinita para los pecadores y del cuidado de los enfermos.

viernes, 10 de febrero de 2017

"POR AMOR A LAS ALMAS ME QUEDO PRISIONERO EN LA EUCARISTÍA..."


     "Escribe ahora para Mis almas. Quiero manifestarles la amargura de que estaba poseído Mi Corazón durante la Última Cena. Pues si era grande Mi alegría de hacerme compañero de los hombres hasta el fin de los siglos y alimento divino de las almas, y veía cuántas me rendirían homenaje de adoración, de reparación y de amor… no fue menor la tristeza que me causó el ver cuántas habrían de abandonarme en el Sagrario y cuántas no creerían en la presencia real…
     “¡En cuántos corazones manchados por el pecado tendría que entrar… y cómo Mi Carne y Mi Sangre así profanadas, habían de convertirse en causa de condenación para muchas almas…!


     “¡Ah! ¡Cómo vi en aquel momento, todos los sacrilegios y ultrajes y las tremendas abominaciones que habían de cometerse contra Mí! ¡Cuántas horas había de pasar sólo en el Sagrario! ¡Cuántas noches! ¡Cuántas almas rechazarían los llamamientos amorosos que, desde es morada, les dirigía…!
     “Por amor a las almas, me quedo prisionero en la Eucaristía, para que en todas sus penas y aflicciones puedan venir a consolarse con el más tierno de los corazones, con el mejor de los padres, con el amigo más fiel: mas ¡ese Amor que se deshace y se consume por el bien de las almas, no ha de ser comprendido…!”
     (Palabras de Nuestro Señor a Sor Josefa Menéndez, Revelaciones que el Sagrado Corazón de Jesús le manifestó en la intimidad de una vida oculta y que ella recogió por obediencia; sus escritos fueron compilados en el libro UN LLAMAMIENTO AL AMOR)

jueves, 2 de febrero de 2017

SOY MARÍA DEL BUEN SUCESO, REINA DEL CIELO Y DE LA TIERRA ( II PARTE )



      La Madre Mariana, comunicó entonces al Obispo el pedido de Nuestra Señora de mandar a elaborar la imagen. El Prelado quedó profundamente conmovido y entró en contacto con Francisco del Castillo.

     El escultor apenas podía contener su sorpresa, alegría y gratitud por haber sido nombrado para este santo  proyecto y rechazó cualquier pago en vista de que ya se consideraba completamente compensado al haber ser elegido por la misma Santísima Virgen. Pidió solamente que su familia y descendientes permanezcan siempre en los rezos de la comunidad.


     Se confesó, comulgó y empezó la elaboración de su obra, siempre bajo la orientación de la Madre Mariana, que le indicaba las facciones y la postura de Nuestra Señora, recibiendo también las medidas exactas con las que tenía que ser entallada la imagen, esto es, cinco pies y nueve pulgadas de alto.


     Cinco meses le llevarían al artista para realizar la obra. Faltándole algunas pulidas, salió de viaje fuera de Quito en búsqueda de las mejores pinturas y los más finos barnices para concluir su trabajo.






CONFECCIÓN MILAGROSA 
DE LA IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA




     Aquello sucedió en enero de 1611, cuando la imagen estaba casi terminada, y solamente le faltaban los toques finales de tintura; entonces Francisco del Castillo informó a la Madre Mariana que como el acabado era lo más importante, deseaba contar con los más pulcros materiales que existieran. Fue a buscarlos en otro sitio, prometiendo regresar en dos semanas, suspendiendo así el trabajo después de recibir la Santa Comunión.


     Durante esos días en la comunidad sólo se hablaba de la Santa Imagen que estaba a punto de ser acabada, bendecida e instalada como Reina y Superiora del Convento.


     En la mañana del 16 de enero, mientras las hermanas se acercaban al Coro Alto para rezar el Oficio Matinal, oyeron una hermosa melodía.


     Al entrar al Coro contemplaron la Imagen, bañada por una luz celestial, mientras que ecos de voces angelicales aun resonaban y cantaban el “Salve Sancta Parens” - Ave ! Santa Progenitora -


     Vieron que la Imagen había sido exquisitamente acabada y que su rostro emitía rayos brillantes de luz!


     Días después, el escultor se presentó en el Convento trayendo consigo los mejores esmaltes y listo para terminar su creación.


     Sin contarle nada, fue invitado por las Madres y llevado al Coro Alto donde, sorprendido por tal maravilla, exclamó emocionado:


     “Madres, qué es lo que veo? Esta Imagen preciosa no es el trabajo de mis manos! No puedo describir lo que siento en mi corazón! Esto es obra de manos angelicales! Es imposible en la tierra para cualquier escultor, por más hábil que sea, imprimir tal perfección y tal extraordinaria belleza!”. Y llorando, en medio de sentimientos profundos de fe y piedad, cayó a los Pies de la Sagrada Imagen.


     Enseguida, pidiendo papel y lápiz, testimonió por escrito y bajo juramento, que aquella bendita Imagen no era obra suya, sino más bien de los Ángeles, pues la encontró totalmente distinta a su regreso.


     Don Francisco del Castillo, presuroso, salió del Convento, llegando donde el Obispo y emocionado le narró lo que sus ojos acababan de ver por lo que el Prelado acudió de inmediato donde las Madres, encontrando la Imagen transformada pero mucho más perfecta de lo que se desprendía del relato del escultor, y arrodillándose ante Ella, reconoció el prodigio mientras que de sus grandes ojos brotaban lágrimas. Atestiguó que la Imagen había sido modificada y enriquecida por manos no humanas. Conmovido y extasiado proclamó a los Pies de la misma:

     “María, Madre de Gracia y Madre de Misericordia, en la vida y sobretodo en la hora de la muerte, amparadnos, Grande Señora!”


     Luego, llamando a la Madre Mariana, electa nuevamente Abadesa, le pidió que entrara en el confesonario. Intuía que ella debía saber sobre lo ocurrido.

     La Santa Fundadora le relató entonces que en el día 15 de Enero de 1611, Dios le previno acerca de las Misericordias que presenciaría en la madrugada del día 16, pidiéndole además, se prepare con penitencias y mucha oración.


     Haciendo esto, ya en la madrugada, vio al Coro Alto y a toda la Iglesia iluminarse con luces celestiales. Luego se abrieron las puertas del Sagrario y en la Santa Hostia aparecía la Santísima Trinidad, conociendo en ese instante, el Misterio de la Encarnación del Verbo así como el amor infinito de las Tres Divinas Personas a María Santísima, la cual era aclamada como Reina y Señora por los nueve Coros Angelicales.


     De inmediato, los tres Arcángeles se aproximaron ante la Imagen y San Miguel, reverenciándola, le decía:


“María Santísima, Hija de Dios Padre!".
  Le seguía San Gabriel, diciendo:

“María Santísima, Madre de Dios Hijo!".
  Finalmente, era San Rafael quién decía:

“María Santísima, Esposa Purísima del Dios Espíritu Santo!".


   Luego apareció el padre seráfico y junto a los tres arcángeles se aproximaron a la Imagen semi-concluida por don Francisco del Castillo y en un instante la rehicieron.


    "No tuve luz para percibir cómo se operó la transformación instantánea, pero fue tan linda como la vio Vuestra Reverencia" le relató la Madre Mariana al Obispo, acrecentando que "la Reina de los Ángeles, en medio de estas alegrías se acercó a la Imagen y penetró en ella, a manera de rayos de sol que inciden en hermosos cristales. En ese momento la Imagen adquirió vida y entonó con celestial armonía el Magnificat. Esto aconteció a las tres de la mañana"
     

     La Madre Mariana recuperó luego sus sentidos, viendo en su delante a la Bendita Imagen, bellísima y llena de luz como si estuviese en medio del sol.

     Por la mañana y al entrar al Coro, las hermanas del Convento, contemplaron que la Imagen reflejaba una mirada majestuosa, serena, dulce, amable y atrayente. Comprendieron así que otras manos, otra inspiración, habían modelado aquella maravilla.