sábado, 15 de febrero de 2025

EL TESORO QUE HA PROCURADO NUESTRO RESCATE




"Oh María, concebida sin mancha original, 
ruega por nosotros que recurrimos a Ti, 
y por todos aquellos que no recurren a Ti, 
especialmente por aquellos que son 
enemigos de la Santa Iglesia y Te encomiendo" 


               Es nuestro gozo pensar en Ti, ¡oh María!, Palacio del Rey Eterno, y Ciudad de Dios. Tú eres el Alba amanecer de la Luz. Tú eres el Mirto y la Rosa entre las flores del Paraíso, Tú eres el Decoro del Cielo, la Liberadora de los cautivos, y el Terror de los demonios. Tú eres el Áncora que has puesto a salvo a nuestra pobre barca, el Tesoro que ha procurado nuestro rescate, la Sal de nuestra tierra, y el Final de nuestra noche; Tú eres el Domingo de nuestros corazones, y la piedra Imán al que nuestras almas son atraídas; conduce nuestras almas al Descanso del Cielo.


San Pedro Damián, Doctor de la Iglesia



jueves, 13 de febrero de 2025

Meditaciones de Manuel González, el Obispo del Sagrario Abandonado. ESE SAGRARIO DE SUS AMORES



               ¡Con qué gusto habla un Sacerdote del Sagrario!, del Sagrario en que vive el Jesús que lo ha hecho Su consagrante, Su repartidor, Su guardián, Su vecino, Su confidente, Su... inseparable. ¡El Sacerdote y el Sagrario! ¡Dios mío! ¡Lo que da que decir y qué pensar y qué amar y qué agradecer y qué derretirse la unión de esas dos palabras! ¡Porque pensar que con valer tanto y tanto el Sagrario, la divina largueza lo ha unido tan estrechamente al Sacerdocio, que sin uno no puede existir el otro!... ¡Sin Sacerdocio no hay Sagrario!. 

              ¡Qué alegría, amigos, inunda mi alma de Sacerdote al ver mi vida tan entrelazada, por así decirlo, con la existencia del Sagrario!. ¿Qué le importa a un Sacerdote no ceñir a sus sienes coronas de conquistador, de héroe, de sabio o de otras grandezas de aquí de la tierra, si puede saborear ante el Cielo y ante la tierra el gusto inacabable de esa palabra; soy el hombre del Sagrario?. 

               Por eso, para la lengua y para la pluma de un Sacerdote no hay tema de conversación ni más delicioso, ni más propio, ni más interesante, que el hablar del Sagrario. Tanto más, cuanto que ese Sagrario de sus amores y que se ha instituido para ser conocido, amado y frecuentado, padece desconocimientos y abandonos inconcebibles, no sólo por parte de los que viven lejos de él, sino de los que viven o debieran vivir cerca, muy cerquita... 


«Qué hace y qué dice el Corazón de Jesús en el Sagrario»
por el Obispo Manuel González



lunes, 10 de febrero de 2025

LAS ROSAS DE SANTA TERESITA: ALMAS VÍCTIMAS, HIJAS ESPIRITUALES DE LA SANTA CARMELITA DE LISIEUX. TERESA NEUMANN

    


               Teresa Neumann nació el 8 de Abril de 1898 en Konnersreuth, en la región norte de Baviera, Alemania; hija de un modesto sastre, siendo la primogénita de once hermanos. Teresa se empleó desde los catorce años en una granja  para aliviar la maltrecha economía familiar. 

               Era muy devota de Santa Teresita del Niño Jesús y por eso se encomendaba con frecuencia a la Santa de Lisieux, a quien tomó por compañera y madrina espiritual, sintiendo su intercesión en varias ocasiones; cuando Teresa Neumann era una muchacha sufrió dos graves caídas que la dejarían prácticamente inválida, pero justo en los días en que Santa Teresita era sucesivamente beatificada y canonizada, Teresa Neumann, por su intercesión era sanada.

               Durante un incendio en un granero efecto Teresa se empeñó a fondo junto a sus vecinos para ayudar a extinguir el fuego, pero la joven sufrió una caída que le causaría una extraña enfermedad provocada por una luxación en la espina dorsal. Tenía veintiún años de edad y aquello solo era el comienzo de todos sus padecimientos posteriores que la tuvieron postrada en la cama muchísimos años, como una perfecta Alma Víctima: quedó casi inválida, ciega y hasta sorda; sus familiares la trasladaron a la buhardilla de la casa, esperando un fatal desenlace en cualquier momento. 

                Sin embargo, el Cielo tenía otros planes para la joven Teresa; el día de la Beatificación de Santa Teresa de Lisieux (29 de Abril de 1923) tiene una aparición de la Santa. Cinco días más tarde recobra la vista después de transcurridos cuatro años sin poder ver. 

               Dos años más tarde, el 17 de Mayo de 1925, mientras que en Roma el Papa Pío XI canonizaba a Santa Teresita del Niño Jesús, la joven Teresa Neumann vuelve a tener otra visión de la Santa de las rosas y es capaz de sentarse en la cama, para luego echar a andar ante la perpleja mirada de su familia, que solo supo dar gracias a Dios ante el evidente Milagro, que fue comprobado por el Padre Naber, Párroco, y demás amigos de Teresa que habían sido testigos de su enfermedad. 

               Unos meses más tarde, en Noviembre de 1925, Teresa cae nuevamente enferma, siendo una apendicitis el motivo de sus sufrimientos. Una vez más la intercesión de Santa Teresita la libera de una operación quirúrgica que los médicos veían necesaria para no morir. Santa Teresita le revelará que mediante sus continuos padecimientos salvará muchas almas, preparándola así para el sacrificio mayor que se aproximaba: la estigmatización cruenta en manos, pies y costado, que haría de Teresa Neumann una crucificada sin cruz.




domingo, 9 de febrero de 2025

LOS SIETE DOMINGOS DE SAN JOSÉ. Segundo Domingo

  

               En este tradicional septenario dedicado a Nuestro Padre y Señor San José, recordaremos sus principales siete Dolores y Gozos; en este año, 2025, comenzaremos el Domingo 2 de Febrero y concluiremos el Domingo 16 de Marzo. 

                El Papa Pío IX se dignó conceder el 1 de Febrero de 1847, una Indulgencia Plenaria para cada uno de los Siete Domingos de San José, si se observan las condiciones de Confesión, Comunión y visita en cualquier templo, rogando por las necesidades del Sumo Pontífice y/o de la Santa Iglesia. No hay época señalada para practicar la devoción de los Siete Domingos, pero sí se exige que sean seguidos, sin interrupción.



PREPARACIÓN

               Olvidáte por un momento de las preocupaciones cotidianas, deja a un lado todo aquello que te resta felicidad, sumérgete en el silencio interior e intenta adentrarte en espíritu en la humilde casa de Nazareth, y situado en medio de la Sagrada Familia, contempla la figura paternal de San José, que cuida al Niño, lo besa, lo educa, lo mima... ¿qué podrá negar Jesús Nuestro Señor al que así lo acunó en Su Santa Infancia?


...encontraron a María, 
a José y al Niño ... 



INICIO

               Por la señal + de la Santa Cruz, etc.

               En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén

               Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois, Bondad infinita y porque os amo sobre todas las cosas, (se golpea el pecho 2 veces) a mí me pesa, pésame, Señor, de todo corazón haberos ofendido; yo os propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, y apartarme de todas las ocasiones de ofenderos; confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.

              Os ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como os lo suplico, así confío en Vuestra Divina Bondad y Misericordia infinita, me los perdonaréis, por los merecimientos de Vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para enmendarme y perseverar en Vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén.


OFRECIMIENTO

               Glorioso Patriarca San José, eficaz consuelo de los afligidos y seguro refugio de los moribundos; dignaos aceptar el obsequio de este Ejercicio que voy a rezar en memoria de vuestros Siete Dolores y Gozos. Y así como en vuestra feliz muerte, Jesucristo y Su Madre María os asistieron y consolaron tan amorosamente, así también Vos, asistidme en aquel trance, para que, no faltando yo a la fe, a la esperanza y a la caridad, me haga digno, por los méritos de la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y vuestro patrocinio, de la consecución de la vida eterna, y por tanto de vuestra compañía en el Cielo. 


DOLORES Y GOZOS DE SAN JOSÉ

           - Segundo DolorAl ver al Divino Niño Jesús en la pobreza. 

"Vino a los suyos, y los suyos no le recibieron" (Evangelio de San Juan, cap. 1, vers.11)

          - Segunda AlegríaAl escuchar la armonía del Coro de los Ángeles y observar la Gloria de esa noche. 

"Fueron deprisa y encontraron a María, a José y al Niño reclinado en el pesebre" (Evangelio de San Lucas, cap. 2, vers.16) 




ORACIÓN

               Oh Bienaventurado Patriarca, Glorioso San José, escogido para ser Padre Adoptivo del Hijo de Dios hecho hombre: el Dolor que sentisteis viendo nacer al Niño Jesús en tan gran pobreza se cambió de pronto en Alegría celestial al oír el armonioso concierto de los Ángeles y al contemplar las maravillas de aquella Noche tan resplandeciente.

               Por este Dolor y aquella Alegría, alcanzadnos que después del camino de esta vida vayamos a escuchar las alabanzas de los Ángeles y a gozar de los resplandores de la Gloria Celestial. 

         Ahora, reza con piedad un Padrenuestro, un Avemaría, el Ave de San José y un Gloria, para terminar diciendo

         Jaculatoria: San José, Modelo y Patrono de aquellos que aman al Sagrado Corazón de Jesús, ruega por nosotros.

        Y terminamos este ejercicio piadoso signándonos en el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.





sábado, 8 de febrero de 2025

NUESTRA MADRE SEGÚN LA GRACIA




               “San Luis María Grignión de Monfort dice que Nuestra Señora tiene al más despreciable y miserable de los hombres un amor superior al que resultaría de la suma del amor de todas las madres del mundo a un hijo único. Nuestra Madre auténtica en el orden de la gracia nos engendró para la vida eterna. Y a Ella se aplica fielmente la frase que el Espíritu Santo esculpió en la Escritura: «Aunque tu padre y tu madre te abandonasen, Yo no me olvidaría de ti». Es más fácil ser abandonados por nuestros padres según la naturaleza, que por Nuestra Madre según la gracia”.


Doctor Plinio Corrêa de Oliveira



jueves, 6 de febrero de 2025

CADA SACERDOTE SANTO ES UNA RED QUE ATRAPA ALMAS PARA DIOS

 


               “Al Sacerdote generalmente Dios le ilumina... Es iluminado cuando es un verdadero Sacerdote. No es el hábito lo que consagra; consagra el almaPara juzgar si uno es verdadero Sacerdote, debe juzgarse lo que sale de su alma. Como ha dicho Jesús: «del corazón salen las cosas que santifican o que manchan», las que informan todo el modo de obrar de un individuoAsí, pues, cuando alguien es un verdadero Sacerdote, generalmente es inspirado por Dios. De los que no son verdaderos Sacerdotes, conviene tener una caridad sobrenatural y rogar por ellosPero Mi Hijo te ha puesto ya al servicio de esta redención y no digo más. Alégrate de sufrir para que aumenten los verdaderos Sacerdotes. Tú fíate de la palabra que te guía. Cree y obedece su consejo... 

               ¡Llamadle con vuestras oraciones y sacrificios, almas víctimas!. Salvar un alma sacerdotal es salvar un gran número de almas, porque cada Sacerdote santo es una red que atrapa almas para Dios. Y salvar a un Sacerdote, o sea, hacer que se santifique, es lo mismo que fabricar esta mística red. Cada una de sus capturas es un rayo de luz que se añade a vuestra eterna corona. Que la paz sea contigo”. 


Revelación de Nuestra Señora a María Valtorta,
el 8 de Junio de 1944





lunes, 3 de febrero de 2025

MUERTE DE MAMÁ. Centenario de la Canonización de Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz, 1925-2025

 


                Todos los detalles de la enfermedad de nuestra querida madre siguen todavía vivos en mi corazón. Me acuerdo, sobre todo, de las últimas semanas que pasó en la tierra. Celina y yo vivíamos como dos pobres desterradas. Todas las mañanas, venía a buscarnos la señora de Leriche y pasábamos el día en su casa. 

               Un día, no habíamos tenido tiempo de rezar nuestras oraciones antes de salir, y por el camino Celina me dijo muy bajito: -«¿Tenemos que decirle que no hemos rezado...» -«Sí», le contesté, y entonces ella se lo dijo muy tímidamente a la señora de Leriche, que nos respondió: -«Bien, hijitas, ahora las haréis». Y dejándonos solas en una habitación muy grande, se fue... Entonces Celina me miró y dijimos: «¡Ay, no es como con mamá...! Ella nos hacía rezar todos los días...» Cuando jugábamos con las niñas, nos perseguía de continuo el recuerdo de nuestra madre querida. 

               Una vez que a Celina le dieron un albaricoque, se inclinó hacia mí y me dijo muy bajito: «No lo comeremos, se lo daré a mamá». Pero, ¡ay!, nuestra pobre mamaíta estaba ya demasiado enferma para comer las frutas de la tierra. Ya sólo en el Cielo podría saciarse con la Gloria de Dios y beber con Jesús el vino misterioso del que Él habló en la Última Cena cuando dijo que lo compartiría con nosotros en el Reino de su Padre.

               También la impresionante ceremonia de la unción de los enfermos se quedó grabada en mi alma. Aún veo el lugar donde yo estaba, al lado de Celina. Estábamos las cinco colocadas por orden de edad, y nuestro pobre papaíto estaba también allí sollozando... 

               El día de la muerte de mamá, o al día siguiente, me cogió en brazos, diciéndome: «Ve a besar por última vez a tu pobre mamaíta». Y yo, sin decir nada, acerqué mis labios a la frente de mi madre querida... No recuerdo haber llorado mucho. No le hablaba a nadie de los profundos sentimientos que me embargaban... Miraba y escuchaba en silencio... Nadie tenía tiempo para ocuparse de mí, así que vi muchas cosas que hubieran querido ocultarme. En un determinado momento, me encontré frente a la tapa del ataúd... Estuve un largo rato contemplándolo. Nunca había visto ninguno. Sin embargo, comprendía... Era yo tan pequeña, que, a pesar de la baja estatura de mamá, tuve que levantar la cabeza para verlo entero, y me pareció muy grande... y muy triste... 

               Quince años más tarde, me encontré delante de otro ataúd, el de la madre Genoveva . Era del mismo tamaño que el de mamá, ¡y me pareció estar volviendo a los días de mi infancia...! Todos los recuerdos se agolparon en mi mente. Era la misma Teresita la que miraba; pero ahora había crecido y el ataúd le parecía pequeño: ya no necesitaba levantar la cabeza para verlo, tan sólo la levantaba para contemplar el Cielo, que le parecía muy alegre, porque todas sus pruebas se habían terminado y el invierno de su alma había pasado para siempre... 

               El día en que la Iglesia bendijo los restos mortales de nuestra mamaíta del Cielo, Dios quiso darme otra madre en la tierra, y quiso que yo misma la eligiese libremente. Estábamos juntas las cinco, mirándonos entristecidas. También Luisa estaba allí, y al vernos a Celina y a mí, dijo: «¡Pobrecitas, ya no tenéis madre!» Entonces Celina se echó en brazos de María, diciendo: «¡Bueno, tú serás mi mamá!» Yo estaba acostumbrada a imitarla en todo; sin embargo, me volví hacia ti, Madre mía, y como si el futuro hubiera rasgado ya su velo, me eché en tus brazos, exclamando: «¡Pues mi mamá será Paulina! ». Como ya dije antes, a partir de esta época de mi vida entré en el segundo período de mi existencia, el más doloroso de los tres, sobre todo tras la entrada en el Carmelo de la que yo había escogido para que fuese mi segunda «mamá». Este período se extiende desde la edad de cuatro años y medio hasta la de catorce, época en la que recuperé mi carácter de la niñez, a la vez que entraba en lo serio de la vida.

               Tengo que decirte, Madre, que a partir de la muerte de mamá, mi temperamento feliz cambió por completo. Yo, tan vivaracha y efusiva, me hice tímida y callada y extremadamente sensible. Bastaba un mirada para que prorrumpiese en lágrimas, sólo estaba contenta cuando nadie se ocupaba de mí, no podía soportar la compañía de personas extrañas y sólo en la intimidad del hogar volvía a encontrar mi alegría. Sin embargo, seguía rodeada de la mas delicada ternura...

               El corazón tan tierno de papá había añadido al amor que ya tenía un amor verdaderamente maternal... Y tú, Madre, y María ¿no erais para mí las más tiernas y desinteresadas de las madres...? No, si Dios no hubiese prodigado a su florecilla esos sus rayos bienhechores, nunca ella hubiera podido aclimatarse a la tierra, pues era todavía demasiado débil para soportar las lluvias y las tormentas, y necesitaba calor, el suave rocío y las brisas de primavera. Nunca le faltaron  todas esas ayudas, Jesús hizo que las encontrase incluso bajo la nieve del sufrimiento. 


"Historia de un alma", autobiografía de Santa Teresita 
del Niño Jesús y de la Santa Faz




domingo, 2 de febrero de 2025

LOS SIETE DOMINGOS DE SAN JOSÉ. Primer Domingo

 

               En este tradicional septenario dedicado a Nuestro Padre y Señor San José, recordaremos sus principales siete Dolores y Gozos; en este año, 2025, comenzaremos el Domingo 2 de Febrero y concluiremos el Domingo 16 de Marzo. 

                El Papa Pío IX se dignó conceder el 1 de Febrero de 1847, una Indulgencia Plenaria para cada uno de los Siete Domingos de San José, si se observan las condiciones de Confesión, Comunión y visita en cualquier templo, rogando por las necesidades del Sumo Pontífice y/o de la Santa Iglesia. No hay época señalada para practicar la devoción de los Siete Domingos, pero sí se exige que sean seguidos, sin interrupción.



PREPARACIÓN

               Olvidáte por un momento de las preocupaciones cotidianas, deja a un lado todo aquello que te resta felicidad, sumérgete en el silencio interior e intenta adentrarte en espíritu en la humilde casa de Nazareth, y situado en medio de la Sagrada Familia, contempla la figura paternal de San José, que cuida al Niño, lo besa, lo educa, lo mima... ¿qué podrá negar Jesús Nuestro Señor al que así lo acunó en Su Santa Infancia?


El Ángel del Señor 
se le apareció en sueños... 



INICIO

               Por la señal + de la Santa Cruz, etc.

               En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén

               Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois, Bondad infinita y porque os amo sobre todas las cosas, (se golpea el pecho 2 veces) a mí me pesa, pésame, Señor, de todo corazón haberos ofendido; yo os propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, y apartarme de todas las ocasiones de ofenderos; confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.

              Os ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como os lo suplico, así confío en Vuestra Divina Bondad y Misericordia infinita, me los perdonaréis, por los merecimientos de Vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para enmendarme y perseverar en Vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén.


OFRECIMIENTO

               Glorioso Patriarca San José, eficaz consuelo de los afligidos y seguro refugio de los moribundos; dignaos aceptar el obsequio de este Ejercicio que voy a rezar en memoria de vuestros Siete Dolores y Gozos. Y así como en vuestra feliz muerte, Jesucristo y Su Madre María os asistieron y consolaron tan amorosamente, así también Vos, asistidme en aquel trance, para que, no faltando yo a la fe, a la esperanza y a la caridad, me haga digno, por los méritos de la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y vuestro patrocinio, de la consecución de la vida eterna, y por tanto de vuestra compañía en el Cielo. 


DOLORES Y GOZOS DE SAN JOSÉ

          -Primer Dolor: Cuando San José estaba dispuesto a repudiar a su Inmaculada Esposa 

"Estando desposada su madre María con José, antes de vivir juntos se halló que había concebido en su seno por obra del Espíritu Santo" (Evangelio de San Mateo, cap.1, vers.18).

          -Primera Alegría: Cuando el Arcángel le reveló a San José el sublime Misterio de la Encarnación 

"El Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, pues lo concebido en Ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús" (Evangelio de San Mateo, cap.1, vers. 20-21).




ORACIÓN

          Glorioso San José, Esposo de María Santísima. Como fue grande la angustia y el dolor de tu corazón, en la duda de abandonar a tu Purísima Esposa, así fue inmensa la alegría cuando te fue revelado por el Ángel el soberano Misterio de la Redención.

          Por este Dolor y aquella Alegría, te rogamos nos consueles en las angustias de nuestra última hora y nos concedas una santa muerte, después de haber vivido una vida semejante a la tuya junto a Jesús y María. 

         Ahora, reza con piedad un Padrenuestro, un Avemaría, el Ave de San José y un Gloria, para terminar diciendo

         Jaculatoria: San José, Modelo y Patrono de aquellos que aman al Sagrado Corazón de Jesús, ruega por nosotros.

        Y terminamos este ejercicio piadoso signándonos en el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.





jueves, 30 de enero de 2025

CUANDO EL ALMA SUFRE. Meditaciones del Padre Pío de Pietrelcina


                La Piedad Católica dedica los Jueves a contemplar el Misterio Eucarístico, donde Jesucristo Nuestro Señor se hace presente en la Santa Misa, mediante las palabras de la Consagración que pronuncia el sacerdote en el Altar, donde presta su ser entero a Cristo y con Él y en Él, se ofrece como una sola y misma Víctima. De ahí que el Jueves sea también el día elegido para rezar por la Santidad de los Sacerdotes, pues fue Jesús mismo, quien confirió a Sus Apóstoles la plenitud del Sacerdocio en la noche del Jueves Santo, durante la Última Cena, y a los que encomendó celebrar la Santa Misa hasta la consumación de los Tiempos.




QUÉDATE CONMIGO, SEÑOR

Súplica que rezaba con frecuencia el Padre Pío

               Quédate conmigo, Señor, porque es necesario tenerte presente para no olvidarte. Tú sabes con cuánta facilidad te abandono. 

               Quédate conmigo, Señor, porque soy débil y tengo necesidad de Tu fortaleza para no caer tantas veces.

               Quédate conmigo, Señor, porque Tú eres mi vida y sin Ti disminuye mi fervor. 

               Quédate conmigo, Señor, para mostrarme Tu Voluntad. 

               Quédate, Señor, conmigo, para que oiga Tu voz y la siga. 

               Quédate, Señor, conmigo, porque deseo amarte mucho y estar en Tu compañía. 

               Quédate, conmigo, Señor, si quieres que te sea fiel.

               Quédate conmigo, Señor, porque aunque mi alma sea tan pobre, desea ser para Ti un lugar de descanso, un nido de amor…

               Quédate, Jesús conmigo, porque se hace tarde y el día declina… Esto es, se acerca la muerte, el Juicio, la Eternidad… 

               Quédate conmigo; necesito redoblar mis fuerzas a fin de no desfallecer en el camino y para esto tengo necesidad de Ti. Se hace tarde y viene la muerte. Me inquietan las tinieblas, las tentaciones, las arideces, las cruces, las penas… 

               ¡Cuánta necesidad tengo de Ti! Haz que te conozca, como Tus Discípulos, al partir el pan. Esto es: que la Unión Eucarística sea la luz que disipe las tinieblas, la fuerza que me sostenga y la única alegría de mi corazón.

               Quédate, Señor, conmigo, porque cuando llegue la muerte quiero estar unido a Ti, si no realmente por la Santa Comunión, al menos por la Gracia y el Amor. 

               ¡Quédate, Jesús, conmigo! No te pido Tu divina consolación, porque no la merezco, pero el don de Tu Santísima Presencia… ¡eso sí, te lo pido! ¡Quédate, Señor, conmigo! A Ti solo busco: Tu Amor, Tu gracia, Tu voluntad, Tu Corazón, Tu Espíritu, porque te amo y no quiero otra recompensa que amar. 

               Quiero un amor ferviente y profundo. Quiero amarte con todo mi corazón, aquí en la tierra, para seguir amándote con perfección por toda la Eternidad. Así sea.



martes, 28 de enero de 2025

EL ESCAPULARIO VERDE, PODEROSO INSTRUMENTO PARA LA CONVERSIÓN DE LOS PECADORES

 



              El Escapulario Verde es un sacramental, aprobado por el Papa Pío IX en 1870. Debe ser bendecido por un Sacerdote Católico, si bien no necesita de ninguna imposición para recibirlo; se recomienda llevarlo al pecho o prendido entre la ropa, así como colocarlo en medio de otras pertenencias que usemos habitualmente (cartera, tarjetero, monedero, etc). La Virgen Nuestra Señora aseguró la conversión de aquellos pecadores que lo llevasen consigo.

             Nueve años después que a Santa Catalina Labouré, se apareció la Santísima Virgen María a la Hermana Justina Bisqueyburu, en el mismo convento de la Rue du Bac, sosteniendo el Inmaculado Corazón en sus manos, resplandeciente con las más intensas y deslumbrantes llamas que salían de él, y le entregó el Escapulario Verde…

              En La Rue du Bac de París se encuentra el Convento de las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Personas de todo el mundo van a allí para orar en la Capilla y pedir la intercesión de la Virgen Inmaculada.

               La historia del Escapulario Verde empieza en la misma Capilla, pero diez años después, y con otra Hermana, Justina Bisqueyburu. Es a ella a quien Nuestra Señora del Escapulario Verde se le apareció.



LAS VISIONES DE LA HERMANA JUSTINA

               La Hermana Justina Bisqueyburu nació el 11 de Noviembre de 1817, en el pueblo de Mauleon, en los bajos Pirineos de Francia. Pasó sus primeros años con la hermana de su madre.

               Su vida en ese momento era simple, como la de cualquier niña de su edad.

               Cuando cumplió los 22 años, Justina se unió a las Hermanas de Caridad de San Vicente de Paúl, una Congregación muy popular y extendida en Francia, y fundada en los grandes principios de espiritualidad y caridad del gran ‘Monseñor Vicente’, que era como a él se le refería. El Convento de la Congregación estaba en la Rue du Bac, en París, una calle bulliciosa en el corazón del sector comercial de la ciudad.

               Después de su llegada al Convento, Justina comenzó a experimentar gracias místicas y manifestaciones sobrenaturales.


PRIMERAS MANIFESTACIONES DE LA VIRGEN

                El 28 de Enero de 1840, durante su retiro de Noviciado, estando orando en silencio en la Capilla del convento, se le apareció, sobresaltándola, la Santísima Virgen María. La Madre de Dios tenía un vestido largo de seda blanca dejando al descubierto sus pies. Encima del vestido tenía un manto del más pálido azul. Su cabello caía suavemente sobre sus hombros y no estaba cubierto por un velo. La Hermana observó que las manos de la Santísima Virgen estaban dobladas hacia su pecho y sosteniendo el Inmaculado Corazón, del cual salían llamas resplandecientes. La Madre de Dios no dijo nada.

               Esta visión se repitió al final del retiro de la Hermana Justina y en otras cinco ocasiones durante el curso de su noviciado. En cada ocasión, la Santísima Virgen no decía nada y los detalles de cada visión eran idénticos.

               Después de hacer sus primeros votos, Sor Justina fue enviada al pueblo de Blangy, para trabajar allí con las Hermanas de su Congregación. Al poco tiempo de su llegada, las Hermanas se reunieron para celebrar la fiesta del Nacimiento de la Santísima Virgen María. Sor Justina se encontraba en oración meditando en esta celebración. De pronto tuvo una nueva visión, esta vez diferente a la de ocasiones anteriores.

               La Santísima Virgen se le aparece vestida igual que en las otras ocasiones: con un vestido de seda blanca cubierto por el manto azul pálido, y en sus manos sosteniendo el Inmaculado Corazón, resplandeciente con las más intensas y deslumbrantes llamas que salían de él. Pero, tenía algo diferente: en su mano izquierda sostenía lo que parecía ser un Escapulario o insignia de alguna clase.



PARA CONVERTIR A LOS ALEJADOS DE DIOS

               Durante esta visión se le dio a conocer por una revelación interior el significado de esta Aparición. Se le reveló que este Escapulario del Inmaculado Corazón sería un poderoso instrumento para la conversión de almas, particularmente aquellas que no tienen Fe, y que por medio de él, la Santísima Virgen obtendría para ellos, mediante Su Hijo, la gracia de una muerte en gracia de Dios.

               Se le hizo también saber a la religiosa el deseo de la Madre de Dios de que el Escapulario fuese propagado por todas partes para que estas gracias particulares, lleguen a todas las almas que abracen esta devoción.

               La Hermana Justina mantuvo un velo de silencio sobre estas manifestaciones y sólo hablo de ellas con aquéllas personas directamente responsables de su preparación espiritual. Y así, la Hermana Justina era vista únicamente como una Hermana religiosa humilde y fiel, como tantas otras, fiel a la Regla, obediente a aquellos cuya autoridad estaba por encima de ella, y compasiva con aquellos que necesitaran de su ayuda. Al finalizar su formación religiosa, Sor Justina dedicó calladamente la mayoría de sus años en varios hospitales de la Congregación en Francia, y se le recordó después como una Hermana diligente, capaz, compasiva y gentil; murió en olor de Santidad en 1903. 




DISEÑO DEL ESCAPULARIO VERDE

               A diferencia de otros Escapularios, éste tenía un sólo cuadrado de tela en lugar de dos. El cuadrado de tela estaba atado con cordones verdes.

               En él estaba una imagen de la Virgen de la misma forma en que se la había aparecido a Sor Justina en sus anteriores visiones, sosteniendo en Su mano derecha Su Inmaculado Corazón.

               Al voltear la imagen, la religiosa vio “un Corazón ardiendo con rayos más deslumbrantes que el sol y tan transparente como el cristal.” El Corazón fue perforado por una espada y rodeado por una oración en forma oval, y en la parte superior de óvalo, una Cruz de oro. En la oración se lee: “Inmaculado Corazón de María, ruega por nosotros, ahora y en la hora de nuestra muerte.”

               El Escapulario Verde no requiere ninguna fórmula particular de investidura sino una simple bendición de cualquier Sacerdote católico. A diferencia de otros Escapularios que hacen necesario llevarlos puestos, el Escapulario Verde puede llevarse puesto o estar con uno, e incluso tenerlo entre las pertenencias de uno.

               La oración encontrada en el Escapulario debe orarse al menos diariamente. Si la persona para quien estas gracias se buscan no dice la oración, entonces debe hacerla la persona que le haya entregado el Escapulario o se lo haya puesto en su alcance.

               Por varias razones la ejecución del plan de difusión del Escapulario sufrió largas dilaciones, por lo que la Santísima Virgen se quejó a Sor Justina en varias manifestaciones entre los años 1840 y 1846. Por fin, vencidos todos los obstáculos, la insignia fue distribuyéndose, obteniéndose por su medio admirables conversiones y aún curaciones corporales.

               Finalmente, los Escapularios se empezaron a fabricar y a ser distribuidos por las Hermanas en París, luego por toda Francia y fuera de ella. Con este fin, las Hermanas habían recibido la aprobación formal y el impulso necesario de Su Santidad, Papa Pío IX, en 1870.




lunes, 27 de enero de 2025

LAS ROSAS DE SANTA TERESITA: ALMAS VÍCTIMAS, HIJAS ESPIRITUALES DE LA SANTA CARMELITA DE LISIEUX. MARÍA VALTORTA


               "Como un torrente, arrojándose con impetuosidad en el océano, arrastra consigo cuanto encuentra a su paso, de la misma forma, o Jesús mío, el alma que se sumerge en el océano sin riberas de Tu Amor arrastra con ella todos sus tesoros. Señor, Tú lo sabes, no tengo otros tesoros que las almas que Te complació unir a la mía; esos tesoros, Tú mismo me los has dado…" (Santa Teresita de Lisieux)



               María Valtorta (1897-1961): en 1909, cuando la Santa de Lisieux, fallecida algunos años antes, era conocida como "hermana Teresa del Niño Jesús", María Valtorta, que entonces contaba sólo con doce años, descubrió su autobiografía,"Historia de un alma", que se leía en el internado de Monza (Lombardía, Italia). Enseguida comprendió que "tenía que caminar por ese mismo camino para llegar a Jesús" y, después de muchos años, eligió a Teresita como su "madrina" para entregarse como alma víctima, como "hostia a Jesús". Así, siguiendo el ejemplo de Santa Teresita, el 28 de Enero de 1925 se ofreció como Víctima al Amor Misericordioso, renovando después cada día este acto de Ofrecimiento. 

               Desde el 1° de Abril de 1934, María Valtorta no se levantó ya más del lecho, dando inicio en un “intenso transporte de amor”, a su larga y penosa enfermedad. Se convirtió “en el instrumento de las manos de Dios”. Su misión era la de “sufrir, expiar y amar”. 

               En 1942, cuando hacía ya ocho años que estaba paralizada, conoció al Padre Romualdo M. Migliorini, un fraile servita ex misionero, que llegó en calidad de prior y párroco a Viareggio, donde la familia Valtorta se había establecido desde hacía tiempo, luego de varios cambios de residencia.

               El Padre Migliorini se convirtió en guía espiritual de María y la indujo a escribir sus memorias. Ella, en poco más de un mes, volcó en los cuadernos que el mismo religioso le había proporcionado un raudal de recuerdos y sentimientos, revelando un excepcional talento literario al narrar sin reticencias su historia apasionadamente humana y heroicamente ascética.

               Después de haber escrito desde su lecho de enferma la Autobiografía, comprendió cuál era el proyecto de Dios a su respecto. Ofreciendo sin reservas, junto con sus sufrimientos, sus dotes naturales, se convirtió en la "pluma del Señor" y en el instrumento de una manifestación sobrenatural que puede ser considerada única en la historia de la literatura cristiana.

               Escribió sin interrupción desde 1943 hasta 1947, y con intermitencias en los años siguientes hasta 1951. Usaba los cuadernos que el Padre Migliorini le seguía proporcionando, en los cuales escribía fluidamente de su propio puño con una pluma estilográfica. Aun en las fases agudas de su enfermedad y, a veces, entre dolores atroces, no dictó nunca, para no ser reemplazada ni siquiera en el acto de escribir. Ella misma había fabricado una carpeta que apoyaba sobre sus rodillas, de modo que sirviera de soporte al cuaderno.

               Su obra mayor es “El Evangelio como me ha sido revelado“ : en sus diez volúmenes narra el nacimiento y la infancia de María y de su hijo Jesús, los tres años de la vida pública de Jesús, su Pasión, Muerte, Resurrección y Ascensión al Cielo, Pentecostés, los albores de la Iglesia y la Asunción de María. Describe paisajes, ambientes, personas y acontecimientos con el brío de una representación. Delinea caracteres y situaciones con habilidad introspectiva. Expone alegrías y dramas con el sentimiento de quien es partícipe de ellos realmente. 

               Explica circunstancias históricas, ritos, costumbres, características ambientales y culturales sagradas y profanas, con datos y detalles que los especialistas exentos de prejuicios consideran irreprochables. Y, sobre todo, expone, a través de la extensa narración de la vida terrenal de Cristo, toda la doctrina del cristianismo que la Iglesia Católica nos transmite.

               Los escritos de María Valtorta documentan esta "historia de amor y amistad" con la Santa de Lisieux, como se aprecia en los siguientes fragmentos de su obra místico-literaria.

               "Cuanto más se acerca el místico con su deseo amoroso a Aquel a quien ama completamente, más se identifica su efigie espiritual con el Modelo. Mi pequeña gran Flor fue Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz. Y si Mi Rostro doloroso era el sol impreso en su corazón y que lo quemaba, para ustedes que aborrecen el dolor y que están consternados por la austeridad, tenía en su exterior espiritual el parecido con Mi dulce Infancia, la dulzura, la gracia, la sencillez... Esto es lo que quería y así la guié con inspiración, para darles un modelo que su incapacidad de hoy, su incapacidad espiritual, pueda seguir. Teresa es para todos. Todos pueden esforzarse por imitarla". (23 de Junio de 1944)

                 "Luego tres espíritus benditos, que entiendo que son mujeres, que me miran, asienten y sonríen. Parece que me están invitando. Son jóvenes. Pero ya me parece que los Bienaventurados son todos de la misma edad: jóvenes, perfectos y de igual belleza. Son copias menores de Jesús y María. No puedo decir quiénes son estas tres criaturas celestiales, pero como dos llevan palmas y una sólo flores (las palmas son el único signo que distingue a los mártires de las vírgenes), creo que no me equivoco al decir que son Inés, Cecilia y Teresa de Lisieux"(10 de Enero de 1944)



sábado, 25 de enero de 2025

LA VOLUNTAD DE LA INMACULADA




               "La Inmaculada es el límite último entre Dios y la Creación. Ella es una imagen fiel de la Perfección de Dios, de Su Santidad. El grado de perfección depende de la unión de nuestra voluntad con la Voluntad de Dios. Cuanto mayor es la perfección, más íntima es la unión. Ya que la Santísima Virgen superó con Su perfección a todos los Ángeles y Santos, por eso también Su voluntad está unida e  identificada de la manera más profunda con la Voluntad de Dios. Ella vive y obra únicamente en Dios y por medio de Dios. Así pues, por el hecho de cumplir la voluntad de la Inmaculada, estamos cumpliendo la Voluntad de Dios"


Padre Fray Maximiliano María Kolbe



jueves, 23 de enero de 2025

ORACIÓN A NUESTRO SEÑOR, VÍCTIMA EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO


               «Él debe constituir tu ocupación, tu meditación y conversación, tu libro y toda tu dirección. Él es quien debe ocupar tus memorias, iluminar tu entendimiento e inflamar tu voluntad, a fin de que no te acuerdes más que de Él...» 


De los escritos de Santa Margarita María de Alacoque



Oración a Nuestro Señor, 
Víctima en el Santísimo Sacramento


               Para honrar Tu estado de Víctima en este Sacramento de Amor vengo a ofrecerme a Ti en calidad de tal, suplicándote que seas mi Sacrificador para inmolarme en el Altar de Tu amable Corazón. Como esta víctima es bajo todo aspecto criminal, Te suplico, oh mi Divino Sacrificador, que tengas a bien purificarla y consumirla en las llamas de Tu Divino Corazón, como holocausto perfecto de amor y de gracia. Dame así una vida nueva, de modo que pueda decir con verdad: sea que viva o sea que muera, ya no tengo nada ni mío ni de mí; mi Jesús es mi yo; lo mío, es ser Suya. Amén. 



miércoles, 22 de enero de 2025

EL PRÓXIMO 2 DE FEBRERO COMIENZAN LOS SIETE DOMINGOS DE SAN JOSÉ

  

               Ser devoto de San José implica imitar sus virtudes: la conformidad con la Santa Voluntad de Dios, la humildad, el recogimiento, la castidad, la oración. Tratar de buscar su auxilio sin ofrecer nada a cambio, mal asunto será, pues el Señor nos otorga las gracias necesarias siempre que pidamos con insistencia y tratemos de reformar nuestra vida.




               LOS SIETE DOMINGOS DE SAN JOSÉ es una piadosa y muy antigua práctica de Piedad Católica que se cree surgió en los albores del siglo XVI y desde entonces se viene realizando por los más devotos del Santo Patriarca; es indiferente en qué época sea pero muchas veces se practican  los Siete Domingos previos a la Festividad de San José.

                Esta devoción josefina se basa en una breve meditación de los principales Dolores y Gozos del Patriarca mientras vivió entre nosotros; pese a estar adornado por gracias especiales y disfrutar de la compañía de Jesús y de María, eso no lo eximió de padecer persecución y dolor, que fueron en todo momento dulcificados por aquella Divina Compañía de su Divino Hijo y de su virginal esposa María, que le acompañaron hasta su último suspiro.

                Este año, el Primer Domingo de San José será el próximo 2 de Febrero. No desaproveches la ocasión, para unirte a nosotros en esta plegaria al Padre Adoptivo de Cristo; esta súplica será hecha (Dios mediante) al unísono por miles de Católicos en todas partes del mundo. No dudes en participar, que es algo tan sencillo como acercarte por nuestra página. Trae contigo esa preocupación, el proyecto que tienes en mente, la enfermedad que te resta alegría... ofrécete confiado al Patriarca de la Sagrada Familia, como lo hizo el Niño Jesús cada vez que alzaba sus bracitos en busca de la protección y el cariño de San José.

                Si estás desconfiado, porque crees que nada puedes lograr con estas devociones, con cariño te desafío a que intentes hacer esta práctica de los Siete Domingos, con mi palabra de que nada malo te aportará; deja a un lado tus pensamientos y compañías mundanas y trata de buscar refugio en Aquél que más te ama a través de la amistad con Su padre de la tierra, San José.

               Para ir derechos a Jesús hazlo a través de Su Madre, que es también Madre nuestra, pero a partir de hoy, no olvides a San José, Esposo virginal y fidelísimo compañero de María... sólo la Piedad, el verdadero Amor por Jesús, por Santa María y por San José, pueden dar paz y confianza a tu alma. La Devoción que te propongo tan sólo será una vez por semana, no te restará mucho tiempo, puedes hacerla a lo largo del Domingo y sus beneficios espirituales son grandes, si de veras la realizas con un poco de amor.

                Reza conmigo los SIETE DOMINGOS DE SAN JOSÉ y ayúdame a extender esta invitación, para que otras muchas almas se beneficien de su ayuda e intercesión. El Glorioso San José sabrá recompensar tu apostolado.



lunes, 20 de enero de 2025

ES UNA NIÑA ENCANTADORA. Centenario de la Canonización de Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz, 1925-2025



               Como tenía amor propio y también amor al bien, en cuanto empecé a pensar seriamente (y lo hice desde muy pequeña), bastaba que me dijeran que algo no estaba bien para que se me quitasen las ganas de hacérmelo repetir dos veces... Veo con agrado que en las cartas de mamá, a medida que iba creciendo, le daba mayores alegrías. Como no tenía más que buenos ejemplos a mi alrededor, quería seguirlos como la cosa más natural del mundo. Esto es lo que escribía en 1876: «Hasta Teresa quiere ponerse a veces a hacer prácticas... Es una niña encantadora, más lista que el hambre, muy vivaracha, pero de corazón sensible. Celina y ella se quieren mucho. Se bastan solas para entretenerse... Celina y Teresa son inseparables, no es fácil ver a dos niñas que se quieran tanto. Cuando María viene a buscar a Celina para la clase, la pobre Teresa se queda hecha un mar de lágrimas».

               Recuerdo, en efecto, que no podía vivir sin Celina, y que prefería levantarme de la mesa sin terminar el postre a no irme tras ella. En cuanto se levantaba, me volvía en mi silla alta, pidiendo que me bajasen, y nos íbamos las dos juntas a jugar...

               Los Domingos, como yo era muy pequeña para ir a las funciones religiosas, mamá se quedaba a cuidarme. Yo me portaba muy bien y andaba de puntillas mientras duraba la misa. Pero en cuanto veía abrirse la puerta, se producía una explosión de alegría sin igual: me precipitaba al encuentro de mi preciosa hermanita, que llegaba adornada como una capilla..., y le decía: «¡Celina, dame enseguida pan bendito!» A veces no lo traía, porque había llegado demasiado tarde... ¡Qué hacer entonces? Yo no podía pasarme sin él, era «mi misa»... Pronto encontré la solución: «¿No tienes pan bendito? ¡Pues hazlo!» Dicho y hecho: Celina cogía una silla, abría la alacena, cogía el pan, cortaba una rebanada, y rezaba muy seria un Ave María sobre él. Luego me lo ofrecía, y yo, después de hacer con él la señal de la cruz, lo comía con gran devoción, encontrándole exactamente el mismo gusto que el del pan bendito... 

               Con frecuencia hacíamos juntas conferencias espirituales. He aquí un ejemplo que entresaco de las cartas de mamá: «Nuestras dos queridas pequeñas, Celina y Teresa, son ángeles de bendición, tienen una naturaleza verdaderamente angelical. Teresa constituye la alegría y la felicidad de María, y su gloria. Es increíble lo orgullosa que está de ella. La verdad es que tiene salidas de lo más sorprendentes para su edad y le da cien vueltas a Celina, que tiene el doble de años. El otro día decía Celina: "¿Cómo puede estar Dios en una hostia tan pequeña?" Y la pequeña contestó: "Pues no es tan extraño, porque Dios es Todopoderoso". "¿Y qué quiere decir Todopoderoso?" "¡Pues que hace todo lo que quiere"...» 


"Historia de un alma", autobiografía de Santa Teresita 
del Niño Jesús y de la Santa Faz