jueves, 10 de julio de 2025

LAS ROSAS DE SANTA TERESITA: ALMAS VÍCTIMAS, HIJAS ESPIRITUALES DE LA SANTA CARMELITA DE LISIEUX. MARCEL VAN


               “Como mi destino es ser un pétalo desprendido, pienso que en mi vida no habrá casi ninguna dulzura. El sufrimiento, he aquí la imagen de toda mi vida. Sí, Padre, es verdad, muy temprano conocí el sufrimiento, y casi toda mi vida ha sido un sufrimiento”. (Hno. Marcel Van)



                    Marcel Van nació en Vietnam el 15 de Marzo de 1928. A los 7 años dejó su hogar y empezó a estudiar en una casa parroquial, como solía hacerse entonces allí. Pronto, el Demonio, rabioso por la inocencia y el ejemplo que el pequeño da a todos, empezó a asediarlo a través de la envidia y de la malicia de un catequista, que le proporcionaba humillaciones y vejaciones inimaginables: trató varias veces violarlo, sin conseguirlo; con pretexto de educarlo en la penitencia, le impuso recibir cada noche, dieciocho golpes de bambú, prohibiéndole decírselo a nadie. 

                    Aprovechando la ausencia del Párroco, le puso como condición para comulgar recibir tres golpes de bambú, que él aceptó valientemente para no verse privado de Jesús. Al final, llegó a negarle el alimento y Van, para no morir de hambre, tuvo que dejar de comulgar diariamente.

                    El niño se aferró a la Virgen, particularmente al Rosario. Para doblegarlo su catequista se lo quitó pero el pequeño Marcel acabó rezándolo con los dedos, dispuesto a que se los cortaran, si fuera necesario, antes de dejar de rezarlo. 

                    La desgracia llegó también a su familia con unas terribles inundaciones, primero, y con la caída de su padre en la bebida y el juego, lo cual les causó una penuria económica que impidió que pudieran seguir enviando dinero para los estudios de Marcelo.

                    A raíz de eso, el Párroco le perdió todo el respeto al niño y lo tomó por su siervo. Pasó hambre en una casa de costumbres pervertidas, sin estudia, Marcel veía que se alejaba de él su deseo de ser Sacerdote... su único consuelo fue Jesús Sacramentado.

                    Con 12 años se escapó de la Parroquia y regresó a su casa. Sus padres no le creyeron y lo devolvieron. Su madre comprobó después que tenía razón pero por su pobreza económica le pidió que se quedara allí hasta encontrar algo mejor. Más tarde volvería a escaparse y durante dos semanas vivió como un vagabundo, trabajando en condiciones miserables. Famélico, sucio, andrajoso e irreconocible, decidió volver a su casa familiar, donde el ambiente seguía siendo hostil.

                    Sin embargo, a partir de la Nochebuena de 1940, la alegría le visitó.  Como en otro tiempo su hermana mayor, Santa Teresita, había recibido su particular gracia de la Navidad, que la fortaleció de su carácter sensible y susceptible, preparándola para su entrada en el Carmelo, Marcel Van también recibió su gracia de Navidad que le consoló, le fortaleció interiormente, y le reveló su misión.

                    En esa noche de Navidad recibió una luz que le hizo experimentar poderosamente que el sufrimiento es un regalo del amor de Dios. Su alma no solo se iluminó sino que se llenó de un gozo inefable. Acababa de recibir su misión: transformar el sufrimiento en alegría.

                    Marcel tuvo además una terrible visión de los pecados del mundo, especialmente contra la pureza. En ese momento, ante la imagen de la Virgen del Perpetuo Socorro hizo voto de guardar su virginidad por toda la vida, a la vez que emprendió una cruzada por la pureza y se impuso, durante tres meses, oraciones y penitencias por esta intención.

                    Con apenas 13 años y consciente de su responsabilidad sobre los más pequeños, formó la Tropa de los “Ángeles de la Resistencia” para oponerse a la corrupción moral. 

                    En Enero de 1942 ingresó en el Seminario de los Padres Dominicos de Langson; allí, su anhelo de ser Sacerdote se volvería más ardiente que nunca. Por desgracia, algunos meses después, el Seminario cerró por falta de recursos, por lo que Marcel fue enviado a otro seminario, y ante su falta también de recursos, a la parroquia local; allí Santa Teresita salió a su encuentro.

                    Van estaba desalentado porque no encontraba ningún Santo que le ayudara. Quería probarle a Jesús su amor, pero le daba mucho miedo la penitencia. Una noche de combate espiritual, decidió ir a la sala de estudio, buscar la vida de algunos Santos, ponerlas sobre la mesa, cerrar los ojos, revolverlas, y tomar una al azar. Así lo hizo, y tomó entre sus manos "Historia de un Alma", la autobiografía de Santa Teresita. A poco de empezar su lectura, Marcel sintió de inmediato un gran alivio y una desbordante felicidad, como él mismo lo describió:

                    No había leído más de dos páginas, cuando mis ojos se llenaron de lágrimas y dos torrentes corrieron por mis mejillas, inundando las páginas del libro. Imposible seguir mi lectura. Mis lágrimas eran el testimonio de mi arrepentimiento por mi actitud anterior, y a la vez una fuente de alegría indescriptible […]. Lo que colmó mi emoción, fue este razonamiento de Santa Teresita: “Si Dios se rebajase solamente hacia las flores más bellas, símbolo de los Santos Doctores, Su Amor no sería un amor absoluto, pues lo propio del amor es abajarse hasta el extremo”. Y a continuación, poniendo como ejemplo al sol, escribe: “Así como el sol ilumina a la vez al cedro y a la pequeña flor, del mismo modo el Astro Divino ilumina particularmente a cada una de las almas, sean éstas grandes o pequeñas”».

                    Van comprendió que “Dios es amor y que el Amor se acomoda a todas las formas de amor”. Entonces podía santificarse a través de todas sus pequeñas acciones, con tal de que lo hiciera todo por amor. Aquel día Teresita se convirtió en su hermana mayor.

                    Una mañana, contemplando el amanecer, oyó una voz femenina que le llamaba: “¡Van! ¡Van! Mi querido hermanito”. Era ella hablándole. Teresita le anunció su vocación religiosa, pero no sacerdotal, y le animó:

                    “Si Dios no quiere que seas Sacerdote es para introducirte en una vida escondida en la que serás apóstol por el sacrificio y la oración, como yo lo he sido antes […]. Hermanito, alégrate y sé feliz por haber sido contado entre los Apóstoles del Divino Amor para ser la fuerza vital de los apóstoles misioneros […]. Cuando entiendas tu vocación y la gracia excepcional que Dios te ha concedido, serás tan feliz que no sabrás qué palabras utilizar para agradecérselo. Serás religioso”.

                    Entró en el Noviciado de los Redentoristas, donde tuvo coloquios interiores con Jesús, la Virgen y Santa Teresita, pero estas experiencias místicas le hicieron sufrir múltiples incomprensiones.

                    El 8 de Septiembre de 1946 terminó su autobiografía, dejando, como testamento espiritual, unas palabras de alabanza a la dulzura del Amor de Dios que supera todo sufrimiento:

                    ¡Oh dulzura del Amor que penetra todas las situaciones, que supera miles de veces los sufrimientos de este mundo, que introduce al alma en tal estado de arrobamiento que le parece no haber conocido nunca la prueba!. A pesar de todos los sufrimientos, cuando se posee el Amor, también se posee el Paraíso con todo su esplendor. Hoy, oh querido Padre, aunque la herida de mi corazón se sigue agravando, y mi peregrinación por esta tierra no ha terminado aún, sean cual sean las circunstancias, mi alma se siente feliz y en paz”.

                    En Septiembre de 1954, al año siguiente de la división en dos del Vietnam, decidió regresar voluntariamente al Vietnam del Norte, formando parte del grupo de valientes que volvieron allí para ayudar a los católicos que permanecieron en la zona comunista.

                    A los nueve meses de estar allí fue detenido por la policía comunista. Permaneció preso durante cuatro años, en durísimas condiciones. Finalmente Marcel Van, extenuado y enfermo, murió en el campo de internamiento, trabajos forzados y “reeducación” comunista número 2 del Vietnam del Norte, el 10 de Julio de 1959, con 31 años de edad. Sus últimas palabras fueron: “El Amor no puede morir”.



miércoles, 9 de julio de 2025

SANTA VERÓNICA GIULIANI, la mística a la que Jesús grabó Su Nombre en el corazón


"Me parecía que Dios me mostraba una hermosa habitación, 
y por eso me decía: “esta es una habitación, donde se aprenden 
las enseñanzas divinas, para poder perfeccionar las almas 
amadas y aprender la verdadera y virtudes más perfectas…”. 
Me hizo entender que esta escuela era Su Santa Pasión..."

Santa Verónica Giuliani



INFANCIA Y PRIMEROS FENÓMENOS MÍSTICOS

               Nació el 27 de Diciembre de 1660, en Mercatello (Italia) y murió para este mundo en 1727, en el Monasterio de las Clarisas Capuchinas de Città di Castello, donde pasó cincuenta de sus 67 años. Era la última de siete hermanas, de las que sobrevivieron cinco; otras tres de sus hermanas abrazaron también la vida monástica. Su familia, que era profundamente religiosa, le dio el nombre de Úrsula al ser bautizada. A los siete años queda huérfana de madre. Antes de morir ésta llamó a sus hijas y las encomendó a las Santas Llagas de Cristo Crucificado. A la pequeña Úrsula le correspondió la Llaga del Costado. Será su camino durante toda la vida: caminar hasta fundirse con el Corazón de su Esposo, Jesús.




               Siendo niña, ella misma nos relata que "Todavía no andaba, pero cuando veía las imágenes donde estaba pintada la Virgen Santísima con el Niño en brazos, yo me agitaba hasta que me acercaban a ellas para poder darles un beso. Esto lo hice varias veces. Una vez me pareció ver al Niño como criatura viviente que me extendía la mano; y me acuerdo que me quedó tan vivo este hecho que, dondequiera que me llevaban, miraba por si podía ver a aquel Niño". No pocas veces, sin apenas saber hablar entablaba conversaciones con la Virgen y el Niño... "Yo soy toda tuya y Tú eres todo para mí, querido Jesús". Algo más mayor, cuando sólo contaba con tres o cuatro años, tiene un encuentro con Nuestro Señor, que se le aparece en forma de Niño Jesús: "Estando una mañana en el huerto entretenida gustosamente en coger flores, me pareció ver al Niño Jesús que cogía las flores conmigo; me fui hacia el Divino Niño para tomarlo, y me pareció que me decía 'Yo soy la verdadera flor'.  En aquel patio, que hoy forma parte de un monasterio de la Orden de las Clarisas, se erige un monumento que recuerda este celestial suceso."

                Prosigue la Santa diciendo: "Todo esto me dejó cierta luz para no buscar más gusto en las cosas momentáneas; me hallaba toda centrada en el Divino Niño. Se me había quedado tan fijo en la mente, que andaba como loca sin darme cuenta de lo que hacía. Corría de un lado para otro por ver si lograba encontrarlo... y sentía que no podía estarme quieta. Me paraba y luego volvía al huerto para ver si volvía".

               "Cuando tenía unos siete años  -escribe Santa Verónica-  me parece que por dos veces vi al Señor todo llagado; me dijo que fuese devota de su Pasión y enseguida desapareció. Esto sucedió por la Semana Santa. Me quedó todo tan grabado que no me acuerdo haberlo olvidado nunca. La segunda vez que se me apareció el Señor llagado de la misma manera, me dejó tan impresas en el corazón sus penas, que no pensaba yo en otra cosa"

               Ella misma nos narra su Primera Comunión, acontecida el 2 de Febrero de 1670: "Recuerdo que la noche antes no pude dormir ni un momento. A cada instante pensaba que el Señor iba a venir a mí.  Y pensaba qué le iba a pedir cuando viniese, que le iba a ofrecer. Hice el propósito de hacerle el don de toda mí misma; de pedirle Su Santo Amor, para amarle y hacer Su Voluntad Divina."

               Y prosigue "Cuando fui a comulgar por primera vez, paréceme que en aquel momento quedé fuera de mí. Paréceme recordar que, al tomar la Sagrada Hostia, sentí un calor tan grande que me encendió toda. Especialmente en el corazón sentía como quemárseme y no volvía en mí misma."

EN LAS CLARISAS CAPUCHINAS

               Después de vencer la oposición de su padre, consigue llevar a cabo su vocación ingresando en el Convento de las Clarisas Capuchinas de Città de Castello. Al entrar en Religión, deja atrás el nombre de Úrsula para recibir el de Verónica, que etimológicamente significa la “verdadera imagen”. Ella aspira con todo su ser a convertirse en una verdadera imagen de Cristo Crucificado, y esa fue la tarea de toda su vida religiosa. Durante los cincuenta años que permaneció en el Monasterio se dedicará con todas sus fuerzas a llevar a cabo este objetivo. 

               Obligada por obediencia a su Director Espiritual, inició en 1693 un Diario en el que reflejó sus experiencias místicas. A lo largo de veintidós mil páginas va narrando, sin signos de puntuación ni división de capítulos, su vida encerrada en el Monasterio, vida en la que se multiplicaron los fenómenos místicos, pero también las dificultades que a causa de ellos sufrió. Denunciada por su misma Abadesa, fue vigilada por el Santo Oficio; se le privó de la voz activa y pasiva, se le prohibió comulgar y hasta hablar con sus mismas hermanas, se la recluyó en una habitación para evitar que tuviera contacto con nadie. Sin embargo la actitud con la que recibió y vivió todas estas dificultades, actitud que brotaba y nacía de su amor a Cristo Crucificado, demostraron la veracidad de todos aquellos fenómenos que ni la razón ni los cuidados médicos podían explicar. 

JESÚS GRABA SU SOMBRE EN EL CORAZÓN DE VERÓNICA

               Enumerar aquí todos los fenómenos místicos con los que fue agraciada, es tarea complicada, por lo que me limito a citar tan solo los hechos místicos más sobresalientes a los ojos de nuestra pobre condición humana, pues tan importantes son aquellos dones que se reflejan exteriormente -caso de los estigmas- como los sufrimientos morales, con los cuales reparaba y redimía almas.

               "Tuve el recogimiento -nos cuenta en su Diario- con la visión de Nuestro Señor, de la Santísima Virgen y de muchos Santos. Me parece que mi Ángel Custodio me condujo delante de Jesús y de la Santísima Virgen; que ambos me tomaron en medio; del Corazón de Jesús salió un rayo resplandeciente que se dirigía a mi corazón; y que la Santísima Virgen con sus manos mostraba a su Hijo la llaga que tengo en mi corazón. 




               En un momento, se abrió esta llaga de modo que se veía todo el corazón; el Niño Jesús con uno de sus dedos, la marcó por encima, como si hubiese escrito Su Santísimo Nombre; su dedo parecía ser un afilado cortaplumas, con el que se formaban las letras del Santísimo Nombre de Jesús. En esto me pareció que él con un dedo, se tocaba Su Corazón, que aparecía con llaga sanguinolenta, y que con Su misma Sangre mojaba las letras que había hecho en mi corazón. Comprendí entonces, por vía de comunicación, que este Santísimo Nombre me ayudará en todos los sufrimientos y, especialmente, para combatir todas las insidias del demonio; porque en adelante, seré combatida con toda clase de tentaciones. Después de esto, Dios me confirmó mis dos oficios: la conversión de los pecadores, y la liberación de las Almas del Purgatorio...

               Quedé toda la noche con un dolor tan grande en el corazón, que pensaba morirme, y también sentía en él una cruz; porque me parecía que Jesús, después de haber marcado Su Santísimo Nombre, me puso también en él una cruz que todavía la siento y me da gran dolor. Lo mismo éstas que todas las demás penas, yo deseo que sean en penitencia de mis pecados".

LA ESTIGMATIZACIÓN DE SANTA VERÓNICA GIULIANI

               De nuevo me remito al Diario de la Santa capuchina para adentrarnos en el capítulo más cruento de los fenómenos sobrenaturales con los que el Cielo la colmó... "...me pareció que se me aumentó el deseo de unirme a Él lo antes posible. Más no miraba; que toda fija estaba en el Señor. En Él me pareció ver todo. Era tan hermoso, que decir no puedo. Las manos, los pies y el costado, es decir, Sus Llagas, eran tan brillantes que me parecían, que, en lugar de Llagas, hubiesen hermosas joyas. Solo la Llaga del Costado me pareció abierta, y de ella salían rayos como de sol. Cada uno de ellos daba más luz que el sol que vemos... Yo le decía: "Señor, te ruego por Tus Santas Llagas, perdona a Tus enemigos y dales luz... enemigos, así los puedo llamar, mientras están en Tu desgracia. Aquí estoy lista para todo, siempre y cuando se conviertan a Ti."




               En un instante, pareció que se me representaba adelante con Sus Santas Llagas todas brillantes, especialmente la de Su Santo Costado. En este punto, me mostró que allí dentro habitan muchas almas, las más queridas... vi salir de Sus Santísimas Llagas cinco rayos resplandecientes; y todos vinieron a mi alrededor. Y yo veía estos rayos convertirse como en pequeñas llamas. En cuatro estaban los clavos; y en una vi que estaba la lanza, como de oro, toda de fuego: y me traspasó el corazón, de parte a parte… y los clavos traspasaron mis manos y mis pies. Yo sentí gran dolor; pero en el mismo dolor, me veía, me sentía toda transformada en Dios...

               "Esposa mía – me susurra Cristo Crucificado – me son queridas las penitencias que haces por aquellos que son Mi desgracia…" Después, separando un brazo de la Cruz, me hizo señal de que me acercase a Su Costado… Y me encontré entre los brazos del Crucificado. Lo que sentí en ese momento no puedo contarlo: habría podido estar siempre en Su Santísimo Costado

EL MATRIMONIO MÍSTICO CON CRISTO SU ESPOSO

               Es importante señalar que no todas las experiencias místicas de Verónica se vieron ensombrecidas por el dolor; También hubo muchos consuelos celestiales que la dejaron llena de puro gozo, entre los que se encontraba su “Matrimonio Místico” con Cristo. Durante esta visión, Jesús le regaló un anillo que en ciertas ocasiones se hizo visible para otros. Una monja que lo vio repetidamente describió el anillo de la siguiente manera: “Este anillo rodeaba su dedo anular como lo hacen los anillos ordinarios. En él parecía haber una piedra levantada del tamaño de un guisante y de color rojo".




ABADESA EFICAZ; MUERTE Y GLORIFICACIÓN

               Al fin en 1716 es elegida Abadesa del Monasterio, ejerciendo ese oficio hasta su muerte en 1727. Su trabajo de formadora quedó plasmado en la vida de todas las hermanas, de las que alguna, como la Beata Florida Cevoli, ha sido inscrita también en el libro de los Santos. Su gobierno como Abadesa estuvo marcado por la prudencia espiritual y la practicidad. Ella misma era un ejemplo ideal de virtud y autosacrificio para que sus hijas espirituales la emularan, y también negoció renovaciones estructurales en el Monasterio para mejorar sus condiciones de vida (por ejemplo, instalaron tuberías en la tubería del agua). Su vida mística no le restó valor a sus deberes como Superiora.

               Falleció a consecuencia de un derrame cerebral; había pasado 50 años de vida consagrada, íntimamente unida a Cristo. Fue con Él, y a través de Él, que ella ministró generosamente las necesidades espirituales de la Santa Iglesia a través de la oración y el sacrificio. Su corazón estaba verdaderamente entregado a Jesús, su Amado Esposo.

               Santa Verónica Giuliani fue Canonizada por el Papa Gregorio XVI en 1839. Su cuerpo, que inicialmente fue exhumado  incorrupto , quedó reducido a huesos por una devastadora inundación que inundó Citta-di-Castello, incluido su Monasterio. El cráneo y los huesos que sobrevivieron al daño causado por el agua se incluyeron más tarde en una figura de cera con una máscara inspirada en las características reales de la Santa.




jueves, 3 de julio de 2025

SANGRE Y AGUA






EL CORAZÓN EUCARÍSTICO DE JESÚS


"La devoción al Corazón Eucarístico se dirige especialmente 
a un acto particular de esta adorable Persona de Jesucristo 
que instituyó la Eucaristía, para permanecer con nosotros, 
para darnos Su Cuerpo como alimento y Su Sangre 
como bebida, para inmolarse en el Altar de manera 
incruenta y así fundar la unidad de la Iglesia"

De cultu eucharistici explicatio dogmatica, 
del P. Albert Lepidi OP, Roma, 1905




                    Esta Devoción es distinta de la del Sagrado Corazón, aunque está íntimamente ligada a ella. Enfatiza el amor de Cristo presente en la Eucaristía y llama a los Fieles a un mayor fervor en su adoración al Santísimo Sacramento. El mensaje del Corazón Eucarístico es una continuación de las revelaciones de Paray-le-Monial a Santa Margarita María Alacoque en el siglo XVII. 

                        El 9 de Noviembre de 1921, mediante un Decreto de la Congregación de Ritos, el Papa Benedicto XV aprobaba una Misa y un Oficio propio del Corazón Eucarístico de Jesús, fijados para el Jueves posterior a la Octava de la Festividad del Santísimo Sacramento, uniendo así la Festividad del Corpus Christi, la del Sagrado Corazón y este culto al Corazón Eucarístico; "...esta devoción, la más excelente, debe ser especialmente la de los Sacerdotes", había sentenciado el Papa Benedicto XV el 16 de Febrero de 1916.

                    "Esta nueva Fiesta… tiene el propósito de conmemorar de manera especial el amor que nos mostró Nuestro Señor Jesucristo en el Misterio de la Sagrada Eucaristía… Otro propósito… es animar a los Fieles a acercarse a la Sagrada Eucaristía con cada vez mayor confianza e inflamar sus almas con el Amor Divino cuya fuente es Nuestro Señor Jesucristo en Su Corazón ardiendo de infinita Caridad, quien instituyó la Sagrada Eucaristía, quien ama a Sus discípulos y los guarda en Su sagrado Corazón, ya que Él vive y permanece en ellos, como ellos permanecen en Él, Él que, a través de la Eucaristía, se ofrece y se da a cada uno de nosotros como Víctima, Compañero en el exilio, Alimento, Viático, finalmente prenda del Cielo". (Del Decreto de aprobación de la Misa del Corazón Eucarístico de Jesús)

                    Años antes, otro Papa había elogiado esta misma devoción: "El culto al Corazón Eucarístico honra especialmente el acto supremo de amor por el cual nuestro Redentor, permitiendo que todas las riquezas de su Corazón se desbordaran, instituyó el adorable Sacramento de la Eucaristía", diría el Papa León XIII, el 17 de Febrero de 1903.

ORIGEN DE LA DEVOCIÓN AL CORAZÓN EUCARÍSTICO DE JESÚS

                    Así como de forma íntima quiso revelarse el Sagrado Corazón de Jesús a Santa Margarita de Alacoque, de la misma manera quiso el Cielo comunicarse con la Hermana Sofía Prouvier, una joven que estaba fundando un grupo de vírgenes consagradas, con el apoyo y bendición del Santo Cura de Ars; Sofía fue agraciada con varias revelaciones del Corazón Eucarístico, teniendo lugar la primera de estas manifestaciones el 22 de Enero de 1854, en la capilla de Nuestra Señora del Refugio en el Hospital de Saint-Jacques de Besançon (Borgoña, Francia), durante la exposición de Jesús Sacramentado: «Estaba inmersa en la contemplación de Nuestro Señor, a quien vi quebrantado de dolor por la falta de amor que le demostraban las almas favorecidas con sus dones y admitidas a la comunión frecuente: “¡Me rodean y no me consuelan!”». Este Corazón Divino derramó sus lamentaciones con una expresión de bondad y profundo dolor, es decir, algo inefablemente dulce en Su infinita desolación. «Mi Corazón pide amor como un pobre pide pan».

                    En otra revelación privada, unos meses después, Jesús le insistió: «Es Mi Corazón Eucarístico, hazlo conocer, hazlo amar». Con este fin, la Hermana Sofía Prouvier escribiría veinte "elevaciones" para orar al Corazón Eucarístico y dedicaría el resto de su vida a difundir el mensaje del Corazón Eucarístico de Jesús, incluso fuera del territorio metropolitano, en particular en Argelia. La espiritualidad del Corazón Eucarístico también se difundió con la ayuda del Padre Hermann Cohen y del Beato Pedro Julián Eymard



                    En 1879 se fundó la primera Cofradía del Corazón Eucarístico gracias al Cardenal Joseph Hippolyte Guibert, Arzobispo de París, que anunció que "...la Devoción al Corazón Eucarístico de Jesús contiene y une en sí misma la devoción al Santísimo Sacramento y al Sagrado Corazón con la intención de honrar mediante un culto especial al Sagrado Corazón de Jesús en el acto de amor con el que dio la Eucaristía y perpetuó a través de ella Su adorable Presencia entre nosotros". Fue seguida por muchas otras Cofradías en la segunda mitad del siglo XIX.

                    En 1898, el Papa León XIII explicó son sencillez el vínculo que une la Devoción al Corazón Eucarístico con la del Sagrado Corazón: "El culto al Corazón Eucarístico de Jesús no debe entenderse como diferente en sustancia de la que la Iglesia profesa hacia el Sagrado Corazón: solo que elige como objeto de especial veneración, amor, gratitud y homenaje, ese acto de supremo amor por el cual el amantísimo Corazón de Jesús instituyó el adorable Sacramento de la Eucaristía, dignó así permanecer entre nosotros hasta el fin de los tiempos".

 


miércoles, 2 de julio de 2025

SACIAOS DE LA SANGRE






PRIMERA APARICIÓN DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN en la aldea de San Sebastián de Garabandal


...se puso en camino María 
y se fue con prontitud 
a la región montañosa...

Evangelio de San Lucas, cap. 1, vers. 39




               El Domingo 2 de Julio de 1961 marcaría un antes y un después en la vida de unas sencillas niñas: Conchita González, Jacinta González, Mari Loli Mazón (las tres de 12 años) y Mari Cruz González (de 11 años), todas naturales y residentes en la aldea santanderina de San Sebastián de Garabandal, al norte de España. 

               El día anterior, el Sábado 1 de Julio, el Arcángel San Miguel había anunciado a las niñas la visita de la Virgen, y que Ésta vendría bajo la advocación de Nuestra Señora del Carmen. Deseosas de verla, la respuesta de las niñas fue: "¡Que venga pronto!".

               Acudimos ahora al relato oficial, escrito por Conchita en su "Diario":

               "Nos fuimos a la Calleja a rezar el Rosario. Sin [antes de] llegar allá, se nos apareció la Virgen con un ángel a cada lado. Venían con Ella dos Ángeles, uno era San Miguel y el otro, no sabemos. Venía vestido igual que San Miguel, parecían mellizos. Al lado del Ángel de la derecha, a la altura de la Virgen, veíamos un ojo de estatura [tamaño] muy grande. Parecía el ojo de Dios.

               Ese día hablamos con la Virgen mucho y Ella con nosotras. Le decíamos todo: que íbamos todos los días al prao [prado], que estábamos negras, que teníamos la hierba en morunos, etc. Ella se sonreía... ¡Como le decíamos tantas cosas...!".

               Cuando la Virgen dijo que se tenía que marchar, las pequeñas le insistían para que no se fuera. Ella, para consolarlas, les prometió volver al día siguiente.

               Y volvería aún, no sólo al día siguiente, sino en centenares de encuentros, en ocasiones varias veces a lo largo del día y de la noche. (1)

               Esta fue la primera de muchas Apariciones de la Virgen en Garabandal, que se prolongarían hasta finales de 1965.



LA DESCRIPCIÓN DE LA VIRGEN
según el relato de Conchita González


               "La Virgen viene con un vestido blanco, manto azul, corona de estrellucas doradas, no se le ven los pies, las manos estiradas con el Escapulario en la derecha.

               El Escapulario es marrón, el pelo largo color castaño oscuro ondulado, la raya en el medio, la cara alargada, la nariz alargada fina, la boca muy bonita con los labios un poquito gruesos, el color de la cara es trigueño, más claro que el del Ángel, diferente a la vez, muy bonita, una voz muy rara, no sé explicarla, no hay ninguna mujer que se parezca a la Virgen ni en la voz ni en nada (Es interesante comparar esta forma de escribir con otras que corresponden a experiencias místicas. Se suceden afirmaciones y negaciones, como dando a entender que lo dicho no se ajusta exactamente a lo que se ha vivido, ya que es algo que no puede explicarse con palabras). Continúa Conchita Algunas veces trae al Niño en brazos (la Visión ha dejado en repetidas ocasiones el Niño Jesús en brazos de las videntes; ellas dicen que sienten el peso del Niño, pero que en cierto modo es como si no lo tocaran) muy chiquitín como un nene recién nacido, una carita redonda, parece el color como el de la Virgen, una boquita pequeña, el pelín un poco largo, rubio, unas manos pequeñas, un vestido como una túnica azul".


NOTA

               1) Las niñas sabían perfectamente cuándo iban a tener una aparición de la Virgen, gracias a lo que ellas mismas denominaban "las llamadas". Antes de contemplar a Nuestra Santa Madre, las jóvenes videntes recibían tres "llamadas", que consistían en una alegría creciente que precedía y anunciaba la aparición. A la tercera "llamada", la alegría era tan grande que salían corriendo desde donde estuvieran, al mismo momento, hacia el lugar de la aparición, llegando casi simultáneamente y en donde caían repentinamente de rodillas y en trance extático.




martes, 1 de julio de 2025

ESA SANGRE DIVINA QUE NOS RESCATÓ






FESTIVIDAD DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO



               El Papa Pío IX cumpliendo una sugerencia del Padre Giovanni Merlini, tercer Moderador General de los Padres de la Preciosísima Sangre, una vez vencida la revolución que le había expulsado de la ciudad de Roma, instituyó la Fiesta de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, mediante el Decreto "Redempti sumus", el 10 de Agosto de 1849; el Papa San Pío X, en 1914, asignó el 1 de Julio como la fecha fija de esta celebración, que sería elevada en 1934 al rango de Fiesta de rito doble de primera clase por el Papa Pío XI, con ocasión del decimonono centenario de la muerte de Nuestro Salvador.

               El Corazón de Jesús ha hecho que circulase por sus miembros esta Sangre adorable y por eso, el Evangelio de hoy nos hace presenciar la escena que se desarrolló en el Calvario, al ser atravesado el pecho del Divino Crucificado por la lanza, derramando enseguida Sangre y agua; se ha significado con ello la unión de los dos testimonios que el Espíritu Santo dio al Mesías al ser Éste bautizado en las aguas del río Jordán, y al ser bautizado con Su propia Sangre en la Cruz.

               La historia de la Devoción a la Preciosa Sangre de Nuestro Señor es la misma Historia de la Santa Iglesia Católica, porque Nuestro Señor, con el derramamiento de Su Bendita Sangre, desde la flagelación hasta la inmolación en la Cruz, nos ha redimido de nuestros pecados; en esta necesaria devoción se condensa la Predicación del Evangelio y la administración de los Sacramentos, especialmente en la confesión sacramental, donde místicamente, vuelve a rociarnos con esa Preciosa Sangre para lavarnos de la inmundicia del pecado.



El Padre Giovanni Merlini sugirió al Papa Pío IX que instituyera la Fiesta
a la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo; el Papa, exiliado de
Roma por la revolución de 1848, se refugió en el pueblo costero de Gaeta.
El 30 de Junio de 1849 declaró su intención de crear una fiesta en honor 
de la Preciosísima Sangre. La guerra pronto terminó y regresó a Roma 
poco después. El 10 de Agosto confirmó la institución de esta Festividad.


               Los Santos Padres fueron devotísimos de la Preciosa Sangre, como San Juan Crisóstomo en Oriente y San Agustín en Occidente. Entre las Santas, las revelaciones de Santa Gertrudis están llenas de las palabras más dulces y profundas acerca de la Preciosa Sangre.

               La Devoción de la Preciosa Sangre es inseparable del Santo Sacrificio de la Misa, donde Nuestro Señor se hace presente en el Altar con Su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad por medio de las palabras de la Consagración; sería ideal que todo buen católico, en el momento de la elevación del Cáliz, rogase para sí y para los suyos, ser lavados en esta Bendita Sangre; que pidamos al Buen Jesús, que si fuese necesario, también nosotros derramemos nuestra sangre para defender y transmitir la Fe Católica, como han hecho los innumerables Mártires que no dudaron en entregarse como Nuestro Señor lo hizo en la Cruz Redentora.

              En ese momento culmen de la elevación del Cáliz, no olvidemos a nuestras Hermanas las Almas del Purgatorio, y solicitemos también para Ellas, que la Preciosa Sangre de Cristo las libere -o al menos alivie- de sus tormentos purificadores.



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              Un rasgo distintivo de la Devoción a la Preciosa Sangre es el principio cristiano del sacrificio, palabra desterrada por el mundo moderno y hasta por los sectores más progresistas del catolicismo; y es que el sacrificio es el elemento cristiano de la santidad, ya que implica pisotear el amor propio y amar la humildad y el olvido de todo afecto que nos aparte del amor de Dios.

               No podemos contemplar a Cristo en la Cruz, llagado, ensangrentado, muerto por nuestros crímenes, y pretender vivir sin renunciar a un apego, rodeados de comodidades y lujos innecesarios. Los verdaderos devotos de la Preciosa Sangre, serán católicos fieles, sumisos a la Voluntad de Dios y a la Doctrina de la Iglesia, pero también almas piadosas y mortificadas, no en grandes penitencias, sino en el silencio de aquél que por ejemplo se priva de ver la televisión, de llamar por teléfono a un buen amigo o del que prefiere dar a una obra de caridad antes que comprarse un par de zapatos.



lunes, 30 de junio de 2025

EJERCICIO PIADOSO EN HONOR DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. Día 30: HEREDERA DE MI CORAZÓN

   

Ejercicio piadoso en Honor del 
Sagrado Corazón de Jesús
según los escritos de la mística Santa Margarita Mª. de Alacoque,
virgen salesa, Vidente y Apóstol de la Devoción al Sacratísimo Corazón



               Por la señal de la Santa Cruz + de nuestros enemigos + líbranos Señor + Dios Nuestro.

               En el Nombre del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.


ACTO DE CONTRICIÓN

               Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.

               Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra Bondad y Misericordia infinita, que me los perdonareis, por los Méritos de vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro Santo Amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.


ORACIÓN INICIAL 

               Oh queridísimo y divino Corazón de mi Jesús, ¡qué caricias os haría si os poseyera! ¡Cómo os abrazaría! Oh Corazón todo amable, mil veces os besaría y me pondría de rodillas para adoraros; mil veces os apretaría estrechamente contra mi pecho, a fin de abrasarme con las llamas con que Vos os abrasáis. Oh Corazón sagrado, Corazón encendido, Corazón abrasado, Corazón divino, que habéis respirado y suspirado tantas veces por mí; no quiero de aquí en adelante respirar sino por Vos. ¡Oh Buen Jesús!, separad de mi pobre corazón todo lo que os desagrade, y hacedlo manso, sencillo y humilde.


MEDITACIÓN DIARIA
(Extraída de los escritos de Santa Margarita María de Alacoque)


               Yo te constituyo heredera de Mi Corazón y de todos Sus tesoros en el tiempo y en la eternidad, permitiéndote usar de ellos según tus deseos; te prometo que no dejaré de socorrerte sino cuando Mi Corazón carezca de poder; tú serás para siempre Su discípula muy amada, el juguete de Su beneplácito y el holocausto de Sus deseos; y Él será el único regocijo de tus deseos que reparará y suplirá tus defectos y desempeñará tus obligaciones.


ORACIÓN DIARIA


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ORACIÓN FINAL 

               Renovad completamente el estado de mi alma, oh mi divino Jesús, y tomad entera y perfecta posesión de todo mi ser, el cual dedico y consagro en perfecto holocausto de amor a vuestro amable Corazón. Haced de mi pobre y mezquino corazón un paraíso de vuestras delicias, con las flores y frutos de las sólidas virtudes de humildad, mansedumbre, sencillez; abrasadlo sobre todo en un vivo y ardiente deseo de vuestro Amor; que el único objeto de todas mis aspiraciones sea agradaros a Vos, a fin de que en el momento en que me saquéis de esta vida, no muera de otra muerte que la de vuestro Amor y por vuestro Amor. Así sea.


               Terminamos este Ejercicio signándonos en el Nombre del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.



domingo, 29 de junio de 2025

EJERCICIO PIADOSO EN HONOR DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. Día 29: EL MÁS BELLO DE TODOS LOS AMANTES

  

Ejercicio piadoso en Honor del 
Sagrado Corazón de Jesús
según los escritos de la mística Santa Margarita Mª. de Alacoque,
virgen salesa, Vidente y Apóstol de la Devoción al Sacratísimo Corazón



               Por la señal de la Santa Cruz + de nuestros enemigos + líbranos Señor + Dios Nuestro.

               En el Nombre del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.


ACTO DE CONTRICIÓN

               Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.

               Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra Bondad y Misericordia infinita, que me los perdonareis, por los Méritos de vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro Santo Amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.


ORACIÓN INICIAL 

               Oh queridísimo y divino Corazón de mi Jesús, ¡qué caricias os haría si os poseyera! ¡Cómo os abrazaría! Oh Corazón todo amable, mil veces os besaría y me pondría de rodillas para adoraros; mil veces os apretaría estrechamente contra mi pecho, a fin de abrasarme con las llamas con que Vos os abrasáis. Oh Corazón sagrado, Corazón encendido, Corazón abrasado, Corazón divino, que habéis respirado y suspirado tantas veces por mí; no quiero de aquí en adelante respirar sino por Vos. ¡Oh Buen Jesús!, separad de mi pobre corazón todo lo que os desagrade, y hacedlo manso, sencillo y humilde.


MEDITACIÓN DIARIA
(Extraída de los escritos de Santa Margarita María de Alacoque)


               Un día, después de la Comunión, le dijo claramente el Salvador: Yo Soy el más bello, el más rico, el más poderoso, el más perfecto y cumplido de todos los amantes; ¿cómo quieres romper tu amistad Conmigo? Si Me eres fiel, no te dejaré jamás, y Me haré tu triunfo contra todos tus enemigos.


ORACIÓN DIARIA


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ORACIÓN FINAL 

               Renovad completamente el estado de mi alma, oh mi divino Jesús, y tomad entera y perfecta posesión de todo mi ser, el cual dedico y consagro en perfecto holocausto de amor a vuestro amable Corazón. Haced de mi pobre y mezquino corazón un paraíso de vuestras delicias, con las flores y frutos de las sólidas virtudes de humildad, mansedumbre, sencillez; abrasadlo sobre todo en un vivo y ardiente deseo de vuestro Amor; que el único objeto de todas mis aspiraciones sea agradaros a Vos, a fin de que en el momento en que me saquéis de esta vida, no muera de otra muerte que la de vuestro Amor y por vuestro Amor. Así sea.


               Terminamos este Ejercicio signándonos en el Nombre del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.



sábado, 28 de junio de 2025

EJERCICIO PIADOSO EN HONOR DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. Día 28: TENER PARTE EN MI DOLOR

   

Ejercicio piadoso en Honor del 
Sagrado Corazón de Jesús
según los escritos de la mística Santa Margarita Mª. de Alacoque,
virgen salesa, Vidente y Apóstol de la Devoción al Sacratísimo Corazón



               Por la señal de la Santa Cruz + de nuestros enemigos + líbranos Señor + Dios Nuestro.

               En el Nombre del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.


ACTO DE CONTRICIÓN

               Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.

               Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra Bondad y Misericordia infinita, que me los perdonareis, por los Méritos de vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro Santo Amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.


ORACIÓN INICIAL 

               Oh queridísimo y divino Corazón de mi Jesús, ¡qué caricias os haría si os poseyera! ¡Cómo os abrazaría! Oh Corazón todo amable, mil veces os besaría y me pondría de rodillas para adoraros; mil veces os apretaría estrechamente contra mi pecho, a fin de abrasarme con las llamas con que Vos os abrasáis. Oh Corazón sagrado, Corazón encendido, Corazón abrasado, Corazón divino, que habéis respirado y suspirado tantas veces por mí; no quiero de aquí en adelante respirar sino por Vos. ¡Oh Buen Jesús!, separad de mi pobre corazón todo lo que os desagrade, y hacedlo manso, sencillo y humilde.


MEDITACIÓN DIARIA
(Extraída de los escritos de Santa Margarita María de Alacoque)


               Se le presentó una vez Nuestro Señor delante de ella cargado con una cruz, cubierto de llagas y de sangre, y le dijo con voz dolorosamente triste: ¿No habrá quien tenga piedad de Mí y quiera compartir y tener parte en Mi dolor en el lastimoso estado en que Me ponen los pecadores, sobre todo en este tiempo?. La Santa se le ofreció, y el Salvador colocó sobre sus hombros Su pesada cruz toda erizada de espinas y clavos. Oh maldito pecado – exclamaba después Santa Margarita–, ¡qué detestable eres por la injuria que haces a mi soberano Bien!.


ORACIÓN DIARIA


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Se puede emplear SIN FINES COMERCIALES ni de lucro personal.


ORACIÓN FINAL 

               Renovad completamente el estado de mi alma, oh mi divino Jesús, y tomad entera y perfecta posesión de todo mi ser, el cual dedico y consagro en perfecto holocausto de amor a vuestro amable Corazón. Haced de mi pobre y mezquino corazón un paraíso de vuestras delicias, con las flores y frutos de las sólidas virtudes de humildad, mansedumbre, sencillez; abrasadlo sobre todo en un vivo y ardiente deseo de vuestro Amor; que el único objeto de todas mis aspiraciones sea agradaros a Vos, a fin de que en el momento en que me saquéis de esta vida, no muera de otra muerte que la de vuestro Amor y por vuestro Amor. Así sea.


               Terminamos este Ejercicio signándonos en el Nombre del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.