domingo, 10 de diciembre de 2023

EL CONSUELO DE NUESTRA REPARACIÓN



               Hoy, 10 de Diciembre, se cumple el 98 Aniversario de la Aparición del Niño Jesús y del Inmaculado Corazón de María a la Hermana Lucía, en la ciudad de Pontevedra, España. 

               La Hermana María Lucía de Jesús y del Corazón Inmaculado permaneció en Galicia durante veinte años y siete meses, repartidos entre diecisiete años en Tui y tres años en Pontevedra. Llegó al Convento de Santa Dorotea el 24 de Octubre de 1925; tenía por entonces dieciocho años de edad. 

               En Tui inició su noviciado y tras una breve estancia en Pontevedra volvió a Tui, donde el 2 de Octubre de 1928 tomó el hábito y residió hasta su Profesión Perpetua, el 3 de Octubre de 1934. Después de permanecer otra temporada en Pontevedra, regresó de nuevo a la ciudad de Tui, de donde no se retiró hasta finales de Mayo de 1946, cuando la Jerarquía Eclesiástica le ordena regresar a Portugal.

               Durante su estancia en Tui, Sor Lucía escribió sus "Memorias" entre los años 1935 y 1941, que son el testimonio más vivo y completo sobre los acontecimientos en Cova de Iría-Fátima. Escribió además el conocido como "Tercer Secreto de Fátima", que la Virgen le había comunicado el 13 de Julio de 1917.

               En esas mismas "Memorias", Lucía narrará la primera visita celestial de Nuestra Señora en tierras españolas; será un reencuentro con la Virgen Bendita que dejó atrás en Fátima, cuando aún vivían sus primos Jacinta y Francisco.

               Así, en sus "Memorias" deja reflejado que tal día como hoy, el 10 de Diciembre de 1925, vio a la Madre de Dios sobre una nube de luz, con el Niño Jesús a Su lado. La Virgen Nuestra Señora puso Su mano sobre el hombro de Lucía, mientras en la otra sostenía Su Corazón rodeado de espinas. El Niño le dijo entonces: 

                "Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre. Está cercado de las espinas que los hombres ingratos le clavan a cada momento, y no hay nadie que haga un acto de reparación para sacárselas."

                Inmediatamente dijo Nuestra Señora a Lucía: 

               "Mira, hija Mía, Mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos Me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que a todos los que, durante cinco meses, en el primer Sábado, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y Me hagan compañía durante 15 minutos meditando en los Misterios del Rosario con el fin de desagraviarme les prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para su salvación."



Sor Lucía Dos Santos, la que fuera principal vidente
de Nuestra Señora en Fátima, tomó el hábito de las
Hermanas Doroteas, la ciudad de Tui (España) 
el 2 de Octubre de 1928



                Estas palabras del Niño Jesús y de la Virgen Inmaculada tienen una gran hondura espiritual; son una súplica que no hemos de considerar dirigida exclusivamente a la Hermana Lucía; hoy, ahora, a cada uno de nosotros, en esta hora trascendental para la Iglesia de Cristo, es la Virgen Madre de Dios las que nos alienta y sostiene en la batalla contra las fuerzas desatadas del Infierno, es María Santísima la que nos propone el camino y la que nos da los medios: Oración, Sagrada Comunión y Meditar en la Vida y Pasión de Jesús-María. El que quiera transitar por otro camino, se equivocará, pues la Virgen María, como en la Vida terrenal de Nuestro Señor, siempre nos conduce a Él, ya sea en la gruta de Nazareth, en la casa de Belén o en el Calvario...

               Ante la ingratitud de los hombres, y aún especialmente de los Bautizados, el Señor y la Virgen piden el consuelo de nuestra reparación, y además, en coherencia con Su infinita Misericordia y con la inmensidad de Su Amor, nos ofrecen el don más preciado y necesario para nosotros: asistirnos en la hora de la muerte con las gracias necesarias para nuestra salvación. ¿Necesitamos más razones para ser verdaderos Discípulos de Jesús y de María?.



viernes, 8 de diciembre de 2023

LA INMACULADA CONCEPCIÓN: INTEGRIDAD ABSOLUTA EN LA FE Y EN LA VIRTUD


"Tú y Tu Madre sois los únicos 
que en todo aspecto 
sois perfectamente hermosos; 
pues en Ti, Señor, no hay mancilla, 
ni mácula en Tu Madre" 


(San Efrén, Doctor de la Iglesia)



               En virtud del pecado original, la inteligencia humana se volvió sujeta a errar, la voluntad quedó expuesta a desfallecimientos, la sensibilidad quedó presa de las pasiones desarregladas, el cuerpo por así decirlo fue puesto en estado de rebeldía contra el alma.

               ...por el privilegio de su Concepción Inmaculada, Nuestra Señora fue preservada de la mancha del pecado original desde el primer instante de Su Ser. Y, así, en Ella todo era armonía profunda, perfecta, imperturbable. El intelecto jamás expuesto a error, dotado de un entendimiento, una claridad, una agilidad inexpresable, iluminado por las gracias más altas, tenía un conocimiento admirable de las cosas del Cielo y de la Tierra. 

               La voluntad, dócil en todo al intelecto, estaba enteramente vuelta hacia el bien y gobernaba plenamente la sensibilidad, que jamás sentía en Sí ni pedía a la voluntad algo que no fuese plenamente justo y conforme a la razón.

               Imagínese una voluntad naturalmente tan perfecta, una sensibilidad naturalmente tan irreprensible, ésta y aquélla enriquecidas y super-enriquecidas de gracias inefables, perfectamente correspondidas en todo momento, y se puede tener una idea de lo que era la Santísima Virgen. O, mejor dicho, se puede comprender por qué motivo ni siquiera se es capaz de formar se una idea de lo que la Virgen era. 

                Dotada de tantas luces naturales y sobrenaturales, Nuestra Señora conoció por cierto la infamia del mundo en Sus días. Y con ello sufrió amargamente. Pues cuanto mayor es el amor a la virtud, tanto mayor es el odio al mal.

                Ahora bien, María Santísima tenía en Sí abismos de amor a la virtud, y, por lo tanto, sentía forzosamente en Sí abismos de odio al mal. María era pues enemiga del mundo, al cual vivió ajena, segregada, sin ninguna mezcla ni alianza, vuelta únicamente hacia las cosas de Dios.

               El mundo, a su vez, parece no haber comprendido ni amado a María. Pues no consta que le hubiese tributado admiración proporcionada a Su hermosura castísima, a Su gracia nobilísima, a Su trato dulcísimo, a Su Caridad siempre compasiva, accesible, más abundante que las aguas del mar y más suave que la miel.

               ¿Y cómo no habría de ser así? ¿Qué comprensión podría haber entre Aquella que era toda del Cielo y aquellos que vivían sólo para la tierra? ¿Aquella que era toda Fe, pureza, humildad, nobleza, y aquellos que eran todos idolatría, escepticismo, herejía, concupiscencia, orgullo, vulgaridad? ¿Aquella que era toda sabiduría, razón, equilibrio, sentido perfecto de todas las cosas, templanza absoluta y sin mancha ni sombra, y aquellos que eran todos exceso, extravagancia, desequilibrio, sentido equivocado, cacofónico, contradictorio, hiriente a respecto de todo, e intemperancia crónica, sistemática, vertiginosamente creciente en todo? ¿Aquella que era la Fe llevada por una lógica diamantina e inflexible a todas sus consecuencias, y aquellos que eran el error llevado por una lógica infernalmente inexorable, también a sus últimas consecuencias? ¿O aquellos que, renunciando a cualquier lógica, vivían voluntariamente en un pantano de contradicciones, en que todas las verdades se mezclaban y se corrompían en la monstruosa interpenetración con todos los errores que les son contrarios?

               Inmaculada significa etimológicamente la ausencia de mácula, y pues de todo y cualquier error por menor que sea, de todo y cualquier pecado por más leve e insignificante que parezca. Es la integridad absoluta en la Fe y en la Virtud. Es por lo tanto la intransigencia absoluta, sistemática, irreductible, la aversión completa, profunda, diametral a toda especie de error o de mal. La santa intransigencia en la verdad y en el bien es la Ortodoxia, la pureza, al estar en oposición a la heterodoxia y al mal. Por amar a Dios sin medida, Nuestra Señora correspondientemente amó de todo corazón todo cuanto era de Dios. Y porque odió sin medida al mal, odió sin medida a Satanás, a sus pompas y sus obras, al Demonio, al mundo y a la carne.

               Por esto, Nuestra Señora rezaba sin cesar. Y según tan razonablemente se cree, Ella pedía el Advenimiento del Mesías y la gracia de ser una Sierva de aquella que fuese escogida para ser Madre de Dios.

               Pedía al Mesías, para que viniese Aquel que podría hacer brillar nuevamente la Justicia sobre la faz de la Tierra, para que se levantase el Sol divino de todas las virtudes, golpeando por todo el mundo a las tinieblas de la impiedad y del vicio.

               Nuestra Señora deseaba, es cierto, que los Justos que vivían en la Tierra encontrasen en la Venida del Mesías la realización de sus deseos y de sus esperanzas, que los vacilantes se reanimasen, y que de todos los países, de todos los abismos, almas tocadas por la luz de la gracia levantasen vuelo a las más altas cumbres de la Santidad. Pues éstas son por excelencia las Victorias de Dios, que es la Verdad y el Bien, y las derrotas del Demonio, que es el jefe de todo error y de todo mal.

               La Virgen quería la Gloria de Dios por esa Justicia, que es la realización en la Tierra del Orden deseado por el Creador. Pero, pidiendo la Venida del Mesías, Ella no ignoraba que Él sería la piedra de escándalo, por la que muchos se salvarían y muchos recibirían también el castigo de su pecado. Este castigo del pecador empedernido, este aniquilamiento del impío obcecado y endurecido, Nuestra Señora también lo deseó de todo corazón, y fue una de las consecuencias de la Redención y de la fundación de la Iglesia, que Ella deseó y pidió como nadie. “Ut inimicus Sanctae Ecclesiae humiliare digneris; te rogamus, audi nos” [Para que os dignéis humillar a los enemigos de la Santa Iglesia; te rogamos, óyenos], canta la Liturgia. Y antes que la Liturgia, por cierto el Corazón Inmaculado de María ya elevó a Dios súplica análoga, por la derrota de los impíos irreductibles. Admirable ejemplo de verdadero Amor, de verdadero odio. 

               Dios quiere las obras. Él fundó la Iglesia para el Apostolado. Pero por encima de todo quiere la oración. Pues la oración es la condición de fecundidad de todas las obras. Y quiere como fruto de la oración, la virtud.

               Reina de todos los Apóstoles, Nuestra Señora es sin embargo principalmente modelo de las almas que rezan y se santifican, la estrella polar de toda meditación y vida interior. Pues, dotada de una virtud inmaculada, Ella hizo siempre lo que era más razonable, y si nunca sintió en Sí las agitaciones y los desórdenes de las almas que sólo aman la acción y la agitación, nunca experimentó en Sí, tampoco, las apatías y las negligencias de las almas flojas que hacen de la vida interior un cortaviento a fin de disfrazar su indiferencia por la causa de la Iglesia. Su alejamiento del mundo no significó un desinterés por el mundo. ¿Quién hizo más por los impíos y por los pecadores que Aquella que, para salvarlos, voluntariamente consintió en la inmolación crudelísima de Su Hijo infinitamente inocente y Santo? ¿Quién hizo más por los hombres que Aquella que consiguió que se realizase en Sus días la promesa del Salvador?



               Pero, confiando sobre todo en la oración y en la vida interior, ¿no nos dio la Reina de los Apóstoles una gran lección de Apostolado, haciendo de una y otra Su principal instrumento de acción? 

                Tanto valen a los ojos de Dios las almas que, como Nuestra Señora, poseen el secreto del verdadero Amor y del verdadero odio, de la intransigencia perfecta, del celo incesante, del espíritu de renuncia completo, que propiamente son ellas las que pueden atraer al mundo las gracias divinas.

               Estamos en una época parecida con la de la Venida de Jesucristo a la Tierra. En 1928 escribió el Santo Padre Pío XI que el espectáculo de las desgracias contemporáneas "es tan triste que por estos acontecimientos parecen manifestarse los principios de aquellos dolores que habían de preceder al hombre de pecado que se levanta contra todo lo que se llama Dios o que se adora" (Encíclica Miserentissimus Redemptor, del 8 de Mayo de 1928).

               Y a nosotros, ¿qué nos compete hacer?. Luchar en todos los terrenos permitidos, con todas las armas lícitas. Pero antes que nada, por encima de todo, confiar en la vida interior y en la oración. Es el gran ejemplo de Nuestra Señora.

                El ejemplo de Nuestra Señora, sólo se puede imitar con el Auxilio de Ella. Y el Auxilio de Nuestra Señora, sólo se puede conseguir con la devoción a Ella. Pues bien, ¿qué mejor forma de devoción a María Santísima puede haber que pedirle, no sólo el Amor de Dios y el odio al Demonio, sino aquella santa entereza en el amor al bien y en el odio al mal, en una palabra, aquella santa intransigencia que tanto resplandece en su Inmaculada Concepción?.




jueves, 7 de diciembre de 2023

Tradicional Novena en Honor de la INMACULADA CONCEPCIÓN de María Nuestra Señora. Día 9

      

Toda hermosa eres, María; Tú, la Gloria,
Tú, la Alegría; Tú, la Honra de nuestro Pueblo


Tradicional Novena en Honor de la 
Inmaculada Concepción
de María Nuestra Señora

Día 9

                      Para rezar esta Novena buscaremos un momento de intimidad con Nuestra Santa Madre la Virgen María; lo ideal sería rezar ante un Sagrario, en una iglesia o capilla, pero si no es posible, podremos recogernos en nuestra casa, en silencio, arrodillados, buscando la Presencia Santísima de María; confía a Ella tus preocupaciones, cargas y demás problemas. Ofrécele tus limitaciones y tus deseos de felicidad... María, como buena Madre, sabrá guiarte y proporcionarte todo cuanto necesites.


               Por la señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos + líbranos Señor + Dios Nuestro. 

               En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.

               Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque Os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.

               Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y así como lo suplico, así confío en Vuestra Bondad y Misericordia infinita, que me los perdonaréis, por los Méritos de Vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en Vuestro Santo Amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.


ORACIÓN INICIAL

               Dios Te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen Soberana y Perfecta, elegida para Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de Tu Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por Ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser Madre del Nuevo Pueblo que Jesucristo ha formado con Su Sangre.

                A Ti, Purísima Madre, Restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos Tuyos y de Tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado. 

                Acuérdate, Virgen Santísima, que has sido hecha Madre de Dios, no sólo para Tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a Tu protección e implorado Tu socorro haya sido desamparado.

               No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco quiero dejarte a Ti, antes bien cada día quiero crecer más en Tu Verdadera Devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la tercera, una buena muerte. Además, Te ruego me des la gracia particular que Te pido en esta Novena, si es para mayor Gloria de Dios, conquistar Tu amor y obtener el bien de mi alma. 

ORACIÓN DEL DÍA 9

               Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro, así como has concedido a María la gracia de ir al Cielo y de ser en él colocada en el primer lugar después de Ti, así Te suplicamos humildemente, por intercesión de Tu Madre Inmaculada, nos concedas una buena muerte, que recibamos bien los Últimos Sacramentos, que expiremos sin mancha ninguna de pecado en la conciencia y vayamos al Cielo para siempre gozar en Tu compañía y la de nuestra Madre, con todos los que se han salvado por Ella.

Reza ahora, con piedad y devoción las Tres Avemarías:

          - María, Reina Inmaculada, por el Poder que Te concedió Dios Padre...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.

          - María, Reina Inmaculada, por la Sabiduría que Te concedió Dios Hijo...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.

          - María, Reina Inmaculada, por la Misericordia que Te concedió Dios Espíritu Santo...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.


ORACIÓN FINAL


               Y terminamos signándonos en el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.



miércoles, 6 de diciembre de 2023

Tradicional Novena en Honor de la INMACULADA CONCEPCIÓN de María Nuestra Señora. Día 8

     

Toda hermosa eres, María; Tú, la Gloria,
Tú, la Alegría; Tú, la Honra de nuestro Pueblo


Tradicional Novena en Honor de la 
Inmaculada Concepción
de María Nuestra Señora

Día 8

                      Para rezar esta Novena buscaremos un momento de intimidad con Nuestra Santa Madre la Virgen María; lo ideal sería rezar ante un Sagrario, en una iglesia o capilla, pero si no es posible, podremos recogernos en nuestra casa, en silencio, arrodillados, buscando la Presencia Santísima de María; confía a Ella tus preocupaciones, cargas y demás problemas. Ofrécele tus limitaciones y tus deseos de felicidad... María, como buena Madre, sabrá guiarte y proporcionarte todo cuanto necesites.


               Por la señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos + líbranos Señor + Dios Nuestro. 

               En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.

               Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque Os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.

               Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y así como lo suplico, así confío en Vuestra Bondad y Misericordia infinita, que me los perdonaréis, por los Méritos de Vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en Vuestro Santo Amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.


ORACIÓN INICIAL

               Dios Te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen Soberana y Perfecta, elegida para Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de Tu Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por Ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser Madre del Nuevo Pueblo que Jesucristo ha formado con Su Sangre.

                A Ti, Purísima Madre, Restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos Tuyos y de Tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado. 

                Acuérdate, Virgen Santísima, que has sido hecha Madre de Dios, no sólo para Tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a Tu protección e implorado Tu socorro haya sido desamparado.

               No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco quiero dejarte a Ti, antes bien cada día quiero crecer más en Tu Verdadera Devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la tercera, una buena muerte. Además, Te ruego me des la gracia particular que Te pido en esta Novena, si es para mayor Gloria de Dios, conquistar Tu amor y obtener el bien de mi alma. 

ORACIÓN DEL DÍA 8

               Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro, así como diste a María la gracia de una ardentísima Caridad y Amor de Dios sobre todas las cosas, así Te rogamos humildemente, por intercesión de Tu Madre Inmaculada, nos concedas un amor sincero a Ti, oh Dios y Señor nuestro, nuestro Verdadero Bien, nuestro Bienhechor, nuestro Padre, y que antes queramos perder todas las cosas que ofenderte con un sólo pecado.

Reza ahora, con piedad y devoción las Tres Avemarías:

          - María, Reina Inmaculada, por el Poder que Te concedió Dios Padre...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.

          - María, Reina Inmaculada, por la Sabiduría que Te concedió Dios Hijo...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.

          - María, Reina Inmaculada, por la Misericordia que Te concedió Dios Espíritu Santo...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.


ORACIÓN FINAL


               Y terminamos signándonos en el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.



martes, 5 de diciembre de 2023

Tradicional Novena en Honor de la INMACULADA CONCEPCIÓN de María Nuestra Señora. Día 7

    

Toda hermosa eres, María; Tú, la Gloria,
Tú, la Alegría; Tú, la Honra de nuestro Pueblo


Tradicional Novena en Honor de la 
Inmaculada Concepción
de María Nuestra Señora

Día 7

                      Para rezar esta Novena buscaremos un momento de intimidad con Nuestra Santa Madre la Virgen María; lo ideal sería rezar ante un Sagrario, en una iglesia o capilla, pero si no es posible, podremos recogernos en nuestra casa, en silencio, arrodillados, buscando la Presencia Santísima de María; confía a Ella tus preocupaciones, cargas y demás problemas. Ofrécele tus limitaciones y tus deseos de felicidad... María, como buena Madre, sabrá guiarte y proporcionarte todo cuanto necesites.


               Por la señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos + líbranos Señor + Dios Nuestro. 

               En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.

               Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque Os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.

               Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y así como lo suplico, así confío en Vuestra Bondad y Misericordia infinita, que me los perdonaréis, por los Méritos de Vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en Vuestro Santo Amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.


ORACIÓN INICIAL

               Dios Te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen Soberana y Perfecta, elegida para Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de Tu Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por Ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser Madre del Nuevo Pueblo que Jesucristo ha formado con Su Sangre.

                A Ti, Purísima Madre, Restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos Tuyos y de Tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado. 

                Acuérdate, Virgen Santísima, que has sido hecha Madre de Dios, no sólo para Tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a Tu protección e implorado Tu socorro haya sido desamparado.

               No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco quiero dejarte a Ti, antes bien cada día quiero crecer más en Tu Verdadera Devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la tercera, una buena muerte. Además, Te ruego me des la gracia particular que Te pido en esta Novena, si es para mayor Gloria de Dios, conquistar Tu amor y obtener el bien de mi alma. 

ORACIÓN DEL DÍA 7

               Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro, así como diste a María, entre las demás virtudes, una pureza y castidad eximia, por la cual es llamada Virgen de las Vírgenes, así Te suplicamos, por intercesión de Tu Madre Inmaculada, nos concedas la dificilísima virtud de la castidad, que no se puede conservar sin Tu gracia, pero que tantos han conservado mediante la Devoción de la Virgen y Tu protección.

Reza ahora, con piedad y devoción las Tres Avemarías:

          - María, Reina Inmaculada, por el Poder que Te concedió Dios Padre...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.

          - María, Reina Inmaculada, por la Sabiduría que Te concedió Dios Hijo...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.

          - María, Reina Inmaculada, por la Misericordia que Te concedió Dios Espíritu Santo...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.


ORACIÓN FINAL


               Y terminamos signándonos en el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.



lunes, 4 de diciembre de 2023

Tradicional Novena en Honor de la INMACULADA CONCEPCIÓN de María Nuestra Señora. Día 6

   

Toda hermosa eres, María; Tú, la Gloria,
Tú, la Alegría; Tú, la Honra de nuestro Pueblo


Tradicional Novena en Honor de la 
Inmaculada Concepción
de María Nuestra Señora

Día 6

                      Para rezar esta Novena buscaremos un momento de intimidad con Nuestra Santa Madre la Virgen María; lo ideal sería rezar ante un Sagrario, en una iglesia o capilla, pero si no es posible, podremos recogernos en nuestra casa, en silencio, arrodillados, buscando la Presencia Santísima de María; confía a Ella tus preocupaciones, cargas y demás problemas. Ofrécele tus limitaciones y tus deseos de felicidad... María, como buena Madre, sabrá guiarte y proporcionarte todo cuanto necesites.


               Por la señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos + líbranos Señor + Dios Nuestro. 

               En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.

               Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque Os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.

               Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y así como lo suplico, así confío en Vuestra Bondad y Misericordia infinita, que me los perdonaréis, por los Méritos de Vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en Vuestro Santo Amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.


ORACIÓN INICIAL

               Dios Te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen Soberana y Perfecta, elegida para Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de Tu Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por Ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser Madre del Nuevo Pueblo que Jesucristo ha formado con Su Sangre.

                A Ti, Purísima Madre, Restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos Tuyos y de Tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado. 

                Acuérdate, Virgen Santísima, que has sido hecha Madre de Dios, no sólo para Tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a Tu protección e implorado Tu socorro haya sido desamparado.

               No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco quiero dejarte a Ti, antes bien cada día quiero crecer más en Tu Verdadera Devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la tercera, una buena muerte. Además, Te ruego me des la gracia particular que Te pido en esta Novena, si es para mayor Gloria de Dios, conquistar Tu amor y obtener el bien de mi alma. 

ORACIÓN DEL DÍA 6

               Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro, así como desde el primer instante infundiste en María, con toda plenitud, las Virtudes sobrenaturales y los Dones del Espíritu Santo, así Te suplicamos humildemente, por intercesión de Tu Madre Inmaculada, nos concedas a nosotros la abundancia de estos mismos dones y virtudes, para que podamos vencer todas las tentaciones y hagamos muchos actos de virtud dignos de nuestra profesión de Cristianos.

Reza ahora, con piedad y devoción las Tres Avemarías:

          - María, Reina Inmaculada, por el Poder que Te concedió Dios Padre...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.

          - María, Reina Inmaculada, por la Sabiduría que Te concedió Dios Hijo...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.

          - María, Reina Inmaculada, por la Misericordia que Te concedió Dios Espíritu Santo...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.


ORACIÓN FINAL


               Y terminamos signándonos en el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.



domingo, 3 de diciembre de 2023

MISIÓN DE LA SAGRADA FAMILIA, CANAL HERMANO EN YOUTUBE




Un nuevo canal en YouTube para difundir la Fe Católica,
apostolado de nuestros hermanos de México,
bajo la guía y el cayado de Su Excia. Revma. 
Mons. Rodrigo H. Ribeiro da Silva







Tradicional Novena en Honor de la INMACULADA CONCEPCIÓN de María Nuestra Señora. Día 5

  


Toda hermosa eres, María; Tú, la Gloria,
Tú, la Alegría; Tú, la Honra de nuestro Pueblo


Tradicional Novena en Honor de la 
Inmaculada Concepción
de María Nuestra Señora

Día 5

                      Para rezar esta Novena buscaremos un momento de intimidad con Nuestra Santa Madre la Virgen María; lo ideal sería rezar ante un Sagrario, en una iglesia o capilla, pero si no es posible, podremos recogernos en nuestra casa, en silencio, arrodillados, buscando la Presencia Santísima de María; confía a Ella tus preocupaciones, cargas y demás problemas. Ofrécele tus limitaciones y tus deseos de felicidad... María, como buena Madre, sabrá guiarte y proporcionarte todo cuanto necesites.


               Por la señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos + líbranos Señor + Dios Nuestro. 

               En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.

               Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque Os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.

               Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y así como lo suplico, así confío en Vuestra Bondad y Misericordia infinita, que me los perdonaréis, por los Méritos de Vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en Vuestro Santo Amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.


ORACIÓN INICIAL

               Dios Te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen Soberana y Perfecta, elegida para Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de Tu Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por Ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser Madre del Nuevo Pueblo que Jesucristo ha formado con Su Sangre.

                A Ti, Purísima Madre, Restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos Tuyos y de Tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado. 

                Acuérdate, Virgen Santísima, que has sido hecha Madre de Dios, no sólo para Tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a Tu protección e implorado Tu socorro haya sido desamparado.

               No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco quiero dejarte a Ti, antes bien cada día quiero crecer más en Tu Verdadera Devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la tercera, una buena muerte. Además, Te ruego me des la gracia particular que Te pido en esta Novena, si es para mayor Gloria de Dios, conquistar Tu amor y obtener el bien de mi alma. 

ORACIÓN DEL DÍA 5

               Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro, así como desde el primer instante de Su Concepción diste a María mas gracia que a todos los Santos y Ángeles del Cielo, así Te rogamos humildemente por intercesión de Tu Madre Inmaculada nos inspires un aprecio singular de la Divina Gracia que Tú nos adquiriste con Tu Sangre y nos concedas el aumentarla más y más con nuestras buenas obras y con la recepción de Tus Santos Sacramentos, especialmente el de la Comunión.

Reza ahora, con piedad y devoción las Tres Avemarías:

          - María, Reina Inmaculada, por el Poder que Te concedió Dios Padre...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.

          - María, Reina Inmaculada, por la Sabiduría que Te concedió Dios Hijo...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.

          - María, Reina Inmaculada, por la Misericordia que Te concedió Dios Espíritu Santo...

Dios Te salve, María, llena eres de gracia, etc.


ORACIÓN FINAL


               Y terminamos signándonos en el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.



sábado, 2 de diciembre de 2023

PRIMER SÁBADO: TEN COMPASIÓN DEL CORAZÓN DE TU SANTÍSIMA MADRE

  

         "Yo he venido a pedir la Consagración del mundo a Mi Inmaculado Corazón y la Comunión Reparadora en los Primeros Sábados de mes..." (Palabras de Nuestra Señora en Fátima, el 13 de Julio de 1917)





               Dedicamos el Primer Sábado de cada mes a desagraviar al Inmaculado Corazón de María no por un capricho humano sino por un URGENTE PEDIDO de Nuestra Señora, que nos advierte, como Madre Nuestra, del mal camino que han tomado aquellos que viven en el peor de los pecados: la ingratitud a Dios. La Virgen María desea nuestro amor y también nuestro consuelo hacia Su Inmaculado Corazón, herido por el pecado del mundo.


               Transcurridos algunos años tras las Apariciones de Nuestra Señora en Fátima, Lucía, la única superviviente de los tres niños que contemplaron a la Virgen Santa, contaba con apenas 18 años cuando decidió irse con la Congregación de las Hermanas Doroteas; ingresó como postulante en el convento que la Orden tenía en Pontevedra (España) y en donde Nuestra Señora fue a revelarle la primera parte del plan de Dios para la salvación de los pecadores en nuestro tiempo de rebelión contra Dios: la Comunión Reparadora de los Primeros Sábados de mes. 


               Lucía, refiriéndose a ella misma, describe el encuentro con la Virgen en tercera persona:

               El día 10 de Diciembre de 1925, se le apareció la Santísima Virgen y al lado, suspenso en una nube luminosa, un Niño. La Santísima Virgen, poniéndole una mano en el hombro, le mostró al mismo tiempo un Corazón que tenía en la otra mano, cercado de espinas. Al mismo tiempo le dijo el Niño:

               ‘Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre que está cubierto de espinas que los hombres ingratos continuamente le clavan, sin haber quien haga un acto de reparación para arrancárselas.’

               Enseguida dijo la Santísima Virgen:

               ‘Mira, hija mía, Mi Corazón, cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan continuamente con blasfemias e ingratitudes. Tu, al menos, procura consolarme y di que todos aquellos que durante cinco meses, en el Primer Sábado se confiesen, reciban la Santa Comunión, recen la tercera parte del Rosario y me hagan 15 minutos de compañía, meditando en los Misterios del Rosario, con el fin de desagraviarme, Yo prometo asistirles en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para la salvación de sus almas.’




                El próximo día 10 de este mes de Diciembre se cumple el 98º Aniversario de esta petición del Inmaculado Corazón de María; ha transcurrido casi un siglo desde que la Virgen Santa quiso ofrecernos este camino de salvación que es la Comunión de los Primeros Sábados. Te invito a leer y difundir este artículo, a fin de que sean muchas más las almas que se acojan al refugio seguro del Purísimo Corazón.


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