sábado, 7 de marzo de 2020

“Para impedir la guerra vendré a pedir... la Comunión Reparadora de los Primeros Sábados”




“Para impedir la guerra vendré a pedir 
la Consagración de Rusia a Mi Inmaculado Corazón 
y la Comunión Reparadora de los Primeros Sábados”

Nuestra Señora en Su Tercera Aparición de Fátima, el 13 de Julio de 1917


               Este anuncio de Nuestra Santa Madre se cumpliría algunos años más tarde; Lucía Dos Santos, la niña pastora, era ahora Religiosa Dorotea, en Pontevedra (España), cuando el 10 de Diciembre de 1925, volvió a recibir una visita de aquella Señora que años atrás contemplara en Fátima junto a sus primos Francisco y Jacinta. Se le presentó la Madre de Dios con Su Inmaculado Corazón en la mano, rodeado de espinas y le manifestó: 

             "Mira, hija Mía, Mi Corazón cercado de espinas que los hombre ingratos Me clavan en todos los momentos con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que prometo asistir en la hora de la muerte, con todas las gracias necesarias para la salvación, a todos los que, en el Primer Sábado de cinco meses seguidos, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Santo Rosario y Me hagan compañía durante quince minutos, meditando los Misterios del Rosario con el fin de desagraviarme".

               Nuestra Señora mostró Su Corazón rodeado de espinas, que son símbolo de nuestros pecados. Pidió que hiciésemos actos de desagravio para sacárselas, con la devoción reparadora de los cinco Primeros Sábados. Como recompensa, nos promete “todas las gracias necesarias para la salvación”. Sor Lucía Dos Santos dejó escrito en su Diario:

          "De la práctica de la devoción de los Primeros Sábados, unida a la consagración al Inmaculado Corazón de María, depende la guerra o la paz del mundo".




Cuatro son las condiciones para ganar 
el privilegio de los Primeros Sábados 


           1. Confesión: para realizar correctamente cada Primer Sábado, es necesaria una confesión con intención reparadora. Se puede hacer antes o después del Primer Sábado, siempre y cuando se reciba la Comunión en estado de gracia. Las otras tres condiciones deben cumplirse en el propio Primer Sábado.

           2. La Comunión Reparadora: recibir a Jesús Sacramentado en estado de gracia; con Jesús en nuestro pecho, reparemos al Inmaculado Corazón de María.

           3. El Santo Rosario: rezar con atención y piedad, sin prisas ni atropellos. Saborear cada parte del Padrenuestro y del Avemaría.

           4. La Meditación: durante quince minutos, de un solo Misterio, de varios o de todos, depende de la Piedad y el tiempo de cada uno; también es aceptable una meditación o explicación de tres minutos antes de cada uno de los cinco Misterios del Rosario que se está rezando.

               En todas estas cuatro prácticas DEBEMOS TENER LA INTENCIÓN de DESAGRAVIAR al Inmaculado Corazón de María.



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