viernes, 27 de marzo de 2020

ESTAR SIEMPRE EN SU SANTÍSIMO COSTADO...


               Hoy Viernes,  es el día que dedicamos en LA SEMANA DEL BUEN CRISTIANO al Sacratísimo Corazón de Jesús así como a meditar en la Pasión de Nuestro Señor; creo que es el día perfecto para recordar algunos pasajes del Diario de Santa Verónica Giuliani, en donde la Mística Capuchina, dejó reflejados los numerosos éxtasis con los que Dios la consoló en medio de su vida de penitencia.





               "...Pero aquí me pareció que se me aumentó el deseo de unirme a Él lo antes posible. Más no miraba; que toda fija estaba en el Señor. En Él me pareció ver todo. Era tan hermoso, que decir no puedo. 

               Las manos, los pies y el costado, es decir, Sus Llagas, eran tan brillantes que me parecían, que, en lugar de Llagas, hubiesen hermosas joyas. Solo la Llaga del Costado me pareció abierta, y de ella salían rayos como de sol. Cada uno de ellos daba más luz que el sol que vemos... Y me pareció que, dentro de esa Santísima Llaga, se escondía el anillo que yo debía tener.(1)


               Yo le decía: "Señor, te ruego por Tus Santas Llagas, perdona a Tus enemigos y dales luz... enemigos, así los puedo llamar, mientras están en Tu desgracia. Aquí estoy lista para todo, siempre y cuando se conviertan a Ti."


               En este punto, parezco ver Sus Santas Llagas ensangrentadas... "Oh Dios mío, Te ofrezco esta Sangre Tuya, y por Sus Méritos, perdona a estos..." Mientras así decía, me mostró, por el aire, una multitud de flechas que salían despedidas, como espadas punzantes, todas hacia el Señor. Y Él, de cabeza a pies, se iba llenando de sangre. Tal vista me dio gran pena, y me hizo darme cuenta, que todas esas heridas eran todos pecados grandes, que, como espadas, herían el Corazón del Señor...


               En un instante, pareció que se me representaba adelante con Sus Santas Llagas todas brillantes, especialmente la de Su Santo Costado. En este punto, me mostró que allí dentro habitan muchas almas, las más queridas... vi salir de Sus Santísimas Llagas cinco rayos resplandecientes; y todos vinieron a mi alrededor. Y yo veía estos rayos convertirse como en pequeñas llamas. En cuatro estaban los clavos; y en una vi que estaba la lanza, como de oro, toda de fuego: y me traspasó el corazón, de parte a parte… y los clavos traspasaron mis manos y mis pies. Yo sentí gran dolor; pero en el mismo dolor, me veía, me sentía toda transformada en Dios...


               "Esposa mía – me susurra Cristo Crucificado – me son queridas las penitencias que haces por aquellos que son Mi desgracia…" Después, separando un brazo de la Cruz, me hizo señal de que me acercase a Su Costado… Y me encontré entre los brazos del Crucificado. Lo que sentí en ese momento no puedo contarlo: habría podido estar siempre en Su Santísimo Costado" 




Santa Verónica Giuliani, Diario

NOTAS ACLARATORIAS

   1-   Se refiere la Santa al Anillo de los Desposorios Místicos, gracia especialísima mediante la cual Dios "desposa" al alma y pasa a tomar posesión de ella, como una sola cosa, al igual que ocurre con el matrimonio ordinario, pero en una escala muy superior en cuanto a la Caridad y Sabiduría, pues el Esposo no es otro que Cristo Nuestro Señor.




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