Nuestra Señora de La Salette sentada sobre una gran piedra con las manos en el rostro
Esta representación nos muestra el primer momento en que los dos pastorcitos vieron a la Virgen: estaba sentada sobre una gran piedra, en esta posición, llorando, con las manos cubriéndose el rostro, según el relato de los jóvenes videntes. En el Antiguo Testamente vemos como los Patriarcas, empleaban grandes piedras para erigir los primeros altares de los sacrificios; también la piedra sobre la que descansó la cabeza de Jacob durante su sueño misterioso en el desierto; pero aquí, en la Nueva Ley, hay una piedra á la cual van unidos grandes recuerdos para lo porvenir; esta es la piedra sobre la cual se sentó la Virgen de la Salette. La piedra de los sacrificios solo fue tocada por las manos de los Patriarcas; la piedra de La Salette ha recibido el Cuerpo purísimo de María.
Las lágrimas de Nuestra Señora de La Salette
Las copiosas lágrimas de Nuestra Señora de La Salette tienen un significado claro: toda madre sufre por sus hijos y, en el caso de la Madre de Dios, no es diferente. Ninguna madre quiere que su hijo se pierda. La Virgen llora por la blasfemia, por la profanación del día festivo, dedicado a la Gloria de Dios, y llora además Nuestra Santa Madre por la violación de la abstinencia; llora al fin la Virgen en La Salette porque estos pecados, además del escándalo, llevan consigo la indiferencia religiosa y el desconocimiento de la Autoridad de Dios y de su Iglesia.
Los brazos cruzados de Nuestra Señora de La Salette
Esta imagen nos trae un mensaje triste: la Virgen Purísima no puede ayudarnos si no buscamos abandonar la vida "cómoda", anclada en el pecado, o si no reconocemos que estamos en pecado. Es decir: cuando nos alejamos de Dios y dejamos la oración, somos vulnerables ante el mundo, el demonio y la carne, enemigos del alma. Y, cuando estamos en esta situación, es como si Nuestra Señora estuviera atada, incapaz de ayudarnos.
Las cadenas sobre los hombros de Nuestra Señora de La Salette
Las cadenas en los hombros de Nuestra Señora de La Salette complementan el mensaje de Sus brazos cruzados. Las cadenas representan el pecado de Sus hijos. Estas pesadas cadenas evitan que Nuestra Santa Madre haga efectivo Su Reino en todas las almas; urge pues una conversión sincera y oración continua.
La Cruz, martillo y tenazas
Este es el símbolo del gran Mensaje de la Virgen de La Salette. La Cruz tiene un martillo en el lado izquierdo y pinzas en el lado derecho. El martillo simboliza los pecados de la humanidad que clavan en la Cruz a Jesús Nuestro Señor. Los alicates simbolizan la oración y la conversión. Cada vez que un corazón se vuelve a Dios, es como si se le quitase un clavo a Jesús crucificado. La humanidad siempre se enfrenta al martillo y al alicate. Llorando, Nuestra Señora de La Salette pide a Sus hijos que elijan las tenazas y alivien el sufrimiento de Jesús.
El traje campesino de Nuestra Señora de la Salette
El atuendo campesino de Nuestra Señora de La Salette significa que la Virgen María conoce la vida de Sus hijos y se identifica con ellos y sus necesidades cotidianas. Los pastores insisten en que la Virgen María, pese al traje de campesina y las continuas lágrimas nunca perdió Su mirada regia.
La diadema en la cabeza de Nuestra Señora de La Salette
La diadema es una especie de corona adornada con flores, utilizada por las reinas. La diadema en la cabeza de Nuestra Señora de La Salette simboliza Su Realeza, Su Imperio sobre todo lo creado, como Emperatriz del Universo que es. Sin embargo, no solo eso. La diadema también simboliza que quien la lleva transmite una Doctrina, sólida y clara: enseña que es necesario buscar a Dios en la oración y en la conversión, cada día. Sin Dios nunca tendremos una vida plena. Y la Virgen Santa quiere para nosotros la vida plena que solo Jesús tiene para dar.
Los dos niños a los pies de Nuestra Señora de La Salette
Los dos niños a los pies de Nuestra Señora de La Salette representan a los dos videntes de la Virgen, Melania Calvat y Maximimo Giraud. Los dos humildes campesinos, cuasi analfabetos, fueron los transmisores de un mensaje profundo y maravilloso. Dios aprecia la humildad de corazón, la Infancia Espiritual, que no es más que vivir en el abandono absoluto, con la confianza propia de un niño, según los designios amorosos de la Divina Providencia.
Un Santuario y una Congregación
Nuestra Señora pidió que se construyera un Santuario allí y que se fundara una Congregación para cuidar la iglesia y el Mensaje que dejó en La Salette. Para eso, ella misma dictó a Melania Calvat las reglas de vida de la nueva Congregación, que debería llamarse "Orden de la Madre de Dios". La misión de la Congregación es anunciar la necesidad de la conversión del Clero y de todos los fieles. Por desgracia, la intervención humana ha impedido hasta la fecha que esta obra se llevase a término... tal vez por eso, en Su Secreto, la Virgen realizó un llamado "a los Apóstoles de los Últimos Tiempos", incluyendo en él a todos los bautizados, hijos de la Iglesia que ha sido ocupada y eclipsada por sus enemigos.
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