sábado, 7 de enero de 2012

NUESTRA SEÑORA, LA MÁS EXCELSA CRIATURA

   
   Todos los días, de uno a otro confín de la tierra, en lo más alto de los cielos y en lo más profundo de los abismos, todo pregona, todo predica a la admirable Virgen María.


   Los nueve coros de los ángeles, los hombres de toda edad, sexo, condición y religión , buenos y malos, hasta los mismos demonios, de buen grado o por la fuerza de la verdad, se ven obligados a llamarla Bienaventurada.


   “Todos los ángeles en los cielos -dice el Salterio de Nuestra Señora- la proclaman incesantemente: Santa, Santa, Santa María, Virgen y Madre de Dios”, y millones y millones de veces todos los días le ofrecen la salutación angélica: Ave María; y prosternados ante Ella, le suplican por gracia los honre con alguno de sus mandatos.


   San Miguel con ser el Príncipe de toda la familia celestial, es el más celoso en rendirle, y procurar que los demás le rindan, todo género de honores, siempre esperando sus órdenes para acudir en socorro de alguno de sus servidores.

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San Luis Mª. Grignión de Montfort.
"Tratado de la Verdadera Devoción"

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