Dios la ha escogido por tesorera, administradora y dispensadora de todas las gracias, de suerte que todas las gracias y dones pasan por sus manos y conforme al poder que ha recibido reparte Ella a quien quiere, como quiere, cuando quiere y cuanto quiere, las gracias del Eterno Padre, las virtudes de Jesucristo y los dones del Espíritu Santo.
Así como en el orden de la naturaleza es necesario que tenga el niño padre y madre, así en el orden de la gracia es necesario que el verdadero hijo de la Iglesia tenga por Padre a Dios y a María por Madre; y el que se jacte de tener a Dios por padre, sin la ternura de verdadero hijo para con María, es un engañador.
Puesto que María ha formado la Cabeza de los predestinados, Jesucristo, tócale a Ella el formar los miembros de esa Cabeza, los verdaderos cristianos: que no forman las madres cabezas sin miembros, ni miembros sin cabeza. Quien quiera, pues, ser miembro de Jesucristo, lleno de gracia y de verdad, debe formarse en María, mediante la gracia de Jesucristo, que en Ella plenamente reside, para de lleno comunicarse a los verdaderos miembros de Jesucristo, que son verdaderos hijos de María.
María ha recibido de Dios particular dominio sobre las almas, para alimentarlas y hacerlas crecer en Él. Aun llega a decir San Agustín que en este mundo los predestinados todos están encerrados en el seno de María, y que no salen a la luz hasta que esta buena Madre les conduce a la vida eterna.
San Luis María Grignión de Montfort
Antiquísima y universal es la creencia del pueblo cristiano que afirma que Nuestra Señora la Virgen Santísima no sufrió la corrupción del sepulcro por no haber sido nunca contaminada con pecado alguno, ni original ni actual;
por Misterio de Ángeles fue asunta a los Cielos en cuerpo y alma.
Desde tiempo inmemorial se celebra con máximo esplendor esta Fiesta Litúrgica,
que junto con la Navidad, Pascua y Pentecostés, constituye una de las cuatro
fiestas más importantes del año.
Escogida como fiesta mayor de muchos pueblos y titular de numerosas iglesias.
El Misterio de hoy es conocido como Dormición y Reposo de la Virgen
para indicar la suavidad de Su muerte; Asunción para significar el momento en que el cuerpo de Nuestra Señora fue conducido gloriosamente al Cielo.
En algunos lugares se celebran procesiones con la imagen de la Virgen muerta, puesta a la veneración de los fieles por unos días.
La definición dogmática de la Asunción de la Virgen María en cuerpo y alma a los Cielos, fue hecha el 1 de Noviembre del Año Santo de 1950, por el Papa Pío XII.
EL ÚLTIMO DOGMA
PROCLAMADO POR EL ÚLTIMO PAPA CATÓLICO