domingo, 30 de marzo de 2025

CORA EVANS, del mormonismo a la Fe Verdadera


«Al prestarle a Jesús mi humanidad para que Él 
gobernara y morara dentro de mí, haría de mi vida 
una oración viva, porque Él era vida, vivía dentro de mí, 
y mi cuerpo ahora muerto para mí era Su Cruz viva, 
Su Cruz para llevar al Calvario»



                        Cora Evans nació el 9 de Julio de 1904 en el estado norteamericano de Utah, en el seno de una comunidad mormona, donde sería bautizada a los 8 años. Su infancia y juventud transcurrió como los de cualquier otra persona de esta comunidad, sin embargo, Cora nunca olvidaría que cuando tenía tres años tuvo una visión mística de la Virgen María que, en aquel momento, no entendió... Cora fue una niña de frágil salud, lo que le impidió poder seguir su formación elemental de manera normal, creciendo con una base educativa muy pobre.

                        Cuando Cora se casó en 1924 con Maclellan Evans, lo hizo por el rito mormón en el templo de Salt Lake City, donde descubrió los rituales secretos inspirados en la Masonería; pronto empezó a tener dudas sobre la fe en la que había sido educada desde niña y rechazó las enseñanzas mormonas. Durante los siguientes años de su vida, Cora se convirtió en una ama de casa al cuidado de sus hijos que no dejó de buscar respuestas a unas profundas preguntas que la atormentaban día y noche. En aquellos años de búsqueda, Cora tuvo que soportar la pérdida prematura de uno de sus hijos.

                        Cora quería encontrar la religión que encajara en una fe intensa que sentía en su interior. En un principio, esta respuesta no la encontró en la Iglesia Católica pero un día, en el invierno de 1934, postrada en la cama enferma, un simple programa de radio cambió su vida para siempre. Casualidad o no, Cora no quería oír aquella emisora, puesto que su aversión al Catolicismo inculcada durante su infancia en la comunidad mormona le había hecho despreciarla.

                        Pero en aquel momento no había nadie en casa y no podía levantarse a cambiar de emisora. Así que, quisiera o no, tuvo que escuchar unas palabras que serían clave en su vida. El programa se llamaba “La Hora Católica” y fue revelador para Cora. En cuanto pudo, fue en busca de un Sacerdote Católico que guió sus pasos hacia la conversión. La visita a la cercana Parroquia de San José cambió su vida para siempre. Tras varias conversaciones con el Padre Edward Vaughn se dio cuenta de que todas las cosas negativas que le habían enseñado sobre el Catolicismo no eran ciertas.

                        El 30 de Marzo de 1935, Cora Evans y sus hijos recibían el Santo Bautismo; al día siguiente, comulgaría por vez primera a Jesús Sacramentado. Su marido no tardaría en seguir sus pasos, así como otros familiares y amigos mormones de la familia Evans. Aquella decisión vital los obligó a alejarse del que había sido su hogar debido al rechazo que recibieron de la comunidad mormona. Así que en 1941, toda la familia se mudó a vivir a California.

                    Para Cora era mucho más importante encontrar lo que durante años había estado buscando. Ahora entendía aquella visión que de niña había tenido de la Virgen. No sería la única visión, desde entonces, y durante el resto de sus días, Cora Evans tuvo intensas visiones, experiencias místicas e incluso experimentó los estigmas de Cristo. 

                    El 24 de Diciembre de 1946, Cora Evans recibió una visión: Jesús se le apareció para pedirle que impulsase la devoción a la "Humanidad Mística de Cristo" o "Divina Inhabitación", según la cual Cristo está siempre entre nosotros y debemos comportarnos siempre como si estuviera presente, una espiritualidad muy centrada también en el Santo Sacrificio de la Santa Misa.

                        Cora Evans experimentó el fenómeno de la bilocación, tuvo experiencias y visiones místicas, oliendo las fragancias de rosas asociadas al olor de santidad.

                        Su intensa espiritualidad se plasmó en sus escritos. A pesar de ser una persona con escasa formación, Cora recibió la orden divina de escribir sobre todo aquello que experimentaba, tal y como ella misma expresó y recoge la página web dedicada a su persona (coraevans.com): "Me arrodillé en oración para agradecer a Jesús por su don de conocimiento y por el don de escribir que me había dado, mejor para describir su vida y su amor infinito en nuestro mundo."

                    Su principal obra, ‘The Refugee from Heaven’, recoge las visiones más importes que tuvo. Un libro extenso dividido en seis partes en las que explica aspectos de la vida de Jesús que no aparecen en la Biblia... otros más solemnes y trascendentales de la historia de Jesús Nuestro Señor, como Su Nacimiento, el encuentro con los Apóstoles y Su Muerte en la Cruz.

                    Cora también ponía de relieve la importancia de la Eucaristía: “En el poder del sacerdocio descansaba el tiempo real del mundo. Los sacerdotes, a quienes se confió el misterio de la Transustanciación, pudieron traer a Cristo al mundo en cualquier momento, y desde los altares influyó invisiblemente en el mundo, el cielo, las personas, el tiempo, la muerte y la paz”. También en sus visiones anunciaban las próximas apariciones de la Virgen.

                    Cora Evans falleció el 30 de marzo de 1957, Aniversario de su Bautismo. 


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