martes, 28 de febrero de 2017

LA SANTA FAZ: "DESEO QUE MI ROSTRO SEA MEJOR HONRADO"


Esta devoción debe tener el doble propósito:
 la REPARACIÓN POR LA BLASFEMIA
 y REPARACIÓN POR LA PROFANACIÓN DEL DOMINGO
 y los Días Santos de Precepto. 



    La fiesta de la Santa Faz es el martes de carnaval, o sea el martes antes del Miércoles de Ceniza. El Papa Pío XII confirmó dicha fiesta el 17 de Abril de 1958 y a su vez autorizó la Misa de la Santa Faz de Jesús para todas las diócesis y órdenes religiosas que pidan el Indulto de Roma para celebrarla.

     Sor María de San Pedro fue una monja carmelita de Tours, Francia, que vivió de 1816 a 1848. Nuestro Señor le comunicó las siguientes palabras el 24 de noviembre de 1843:

   “La Tierra está repleta de crímenes. La violación de los primeros tres mandamientos de Dios ha molestado a mi Padre. El Santo Nombre de Dios ha sido blasfemado, y el Santo Día del Señor profanado, saturado de cantidad de iniquidades. Estos pecados se han acumulado hasta el Trono de Dios y han provocado su ira, la cual estallará pronto si su justicia no es apaciguada. Jamás han llegado estos crímenes a tal punto”.

     En estos comunicados del Cielo, se le pidió a Sor María de San Pedro hacer una comunión de reparación por la profanación dominical...

     Sor María de San Pedro escribe:

“... Nuestro Señor me ordenó comulgar los domingos por estas tres intenciones particulares:

“1) En espíritu de expiación por todas las tareas prohibidas que se hacen los domingos, que como día de observancia debe ser santificado;

“2) Para apaciguar la Justicia Divina que estaba a punto de descargarse a causa de la profanación de los días de guardar;

“3) Para implorar la conversión de aquellos pecadores que profanan los domingos, y para lograr la terminación del trabajo dominical prohibido”.

El 11 de octubre de 1845, Nuestro Señor dio una Revelación en relación a la importancia de hacer reparación a su Santa Faz. En ese día Nuestro Señor le dijo a Sor María de San Pedro:

“Busco Verónicas para enjugar y venerar mi Divina Faz,
 la cual tiene pocos adoradores”.

     Le dictó entonces una oración de reparación a la Santa Faz:



     Entre las PROMESAS que fueron dadas por el Dulce Redentor a  la Carmelita de Tours, figuran:

   1. Les concederé una contrición tan perfecta que sus pecados se cambiarán a Mi vista en joyas de oro precioso. Según el cuidado que tengan de reparar mi Rostro desfigurado por los blasfemos, el mismo tendré Yo del suyo que ha sido desfigurado por el pecado, transformándole en tan hermoso como si acabase de salir de las aguas del Bautismo.

   2. Ninguna de esas personas será jamás separada de Mí.

   3. Ofreciendo Mi Rostro a Mi Padre, apaciguarán Su enojo y comprarán con moneda celestial el perdón para los pecadores. Por esta ofrenda, nada les será negado.

   4. Abogaré ante Mi Padre para conceder todas las peticiones que me presenten. Por Mi santo Rostro harán prodigios.

   5. Los iluminaré con Mi Luz. Los consumiré con Mi Amor y los haré fructíferos de buenas obras.

   6. Ellos llorarán, como la piadosa Verónica, por Mi adorable Rostro ultrajado por el pecado, y yo imprimiré Mis divinas facciones en sus almas.

   7. Por la semblanza de Mi Rostro, brillarán más que otros en la vida eterna y el brillo de Mi Rostro les llenará de alegría.

   8. Todos los que defiendan esta causa de reparación, por palabras, por oraciones o por escrito, recibirán defensa también en sus causas delante de Dios Padre a la hora de la muerte. Yo enjugaré la faz de sus almas, limpiando las manchas del pecado y devolviéndole su primitiva hermosura.




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