Los católicos dedicamos el día lunes a orar de manera especial por las Benditas Ánimas del Purgatorio; nuestras hermanas, que en su momento participaron de la vida de esta tierra, ahora están retenidas en aquella Cárcel de Amor y necesitan de nuestras oraciones, sacrificios y limosnas para poder alcanzar la purificación que tanto desean.
En unos días celebraremos a San Miguel Arcángel, Príncipe de los Ángeles y Custodio del Paraíso. Tal vez por esa condición de Guardián de la Gloria, la piedad popular siempre sostuvo la creencia de que San Miguel vela por nosotros en el momento de la agonía, poco antes de la muerte del cuerpo y que luego acompaña al alma al Juicio Particular.
Teniendo la fe de los niños, encomendémonos pues a diario al Príncipe de la Milicia Celestial, a fin de que sea buen abogado en nuestra hora postrera y ahora alivie y consuele a nuestros familiares que aún han de pagar por sus culpas en el Bendito Purgatorio.
Una buena manera de ser devoto de San Miguel Arcángel, es difundir esta publicación e imprimir las estampas que la acompañan.
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