En Noviembre de 1922 en una carta al Hno. Visitador, el Hermano Estanislao José dice estas expresiones: "Estoy persuadido de que Jesús Eucarístico con Su Madre Bendita están en mí y que Ellos son los que me llevaban siempre en busca de lo más perfecto, de tal manera que puedo decir que ya no soy yo quien vivo, sino que Cristo y Su Bendita Madre viven en mí. No soy otra cosa que la envoltura de Jesús y María".
Aunque el entusiasmo docente y el celo apostólico iban in crescendo, no descuidaba los estudios tanto religiosos, como pedagógicos y humanistas, pues había tomado como lema de su vida "no perder un momento..." también dice: "...estoy desprendido completamente de todo lo criado. Lo debo al cumplimiento de mi deber, sí; pero también a los grandes favores que me hacen los Corazones Eucarísticos de Jesús y María... No quiero más que la Voluntad de Dios, sea cual fuere. Vanidad de vanidades y todo es vanidad menos amar a Dios, a Jesús y María. No debo olvidar que soy eterno y… con alma grande, alma de deber. Por tanto fuera tonterías, fuera pasatiempos, fuera todo lo que no es digno de almas grandes...". Refiriéndose a la Virgen, dice con su peculiar entusiasmo: "Yo me entrego como víctima a la voluntad de mi Madre. No quiero otra cosa que lo que Tú quieres, Madre mía".
Para él no había parlería ni ratos ociosos; era avaro del tiempo, siempre ocupado útilmente, sobre todo estudiando con ese afán que él ponía en su manera de obrar. Se le oía decir: "Tengo grandes deseos de saber mucho, principalmente hablar y escribir bien, esto es, con elocuencia y persuasión".
Yo creo que esto último lo consiguió pronto y a la perfección, como puede apreciarlo el lector en los distintos extractos que vamos ofreciendo de sus escritos. Pero lo que resaltaba de modo sobresaliente en su vida de incesante Apostolado Ecucarístico-Mariano, era su catequesis diaria que se podía calificar de maravillosa.
Dice el Santo Evangelio que "por los frutos los conoceréis", pues realmente eran tan extraordinarios que, de los niños de su clase transcendían a todos los del Aspirantazgo, incluso, hay que decirlo, al profesorado mismo que, en general, le miraban como un apóstol prodigioso al ver y palpar el fruto de sus enseñanzas.
La catequesis era para él una fuente de alegría, de paz y de grandes consuelos, pero a la vez lo era también de prestigio y admiración de todos, de grandes y pequeños, todos le admirábamos porque sus palabras contagiaban y en ellas se sentía el Espíritu de Dios.
Uno de los compañeros en el profesorado, el Hermano Agapito León (1), culminó sus días como Mártir, pero antes dejó escrito: "El joven Hermano Estanislao José era mirado como algo extraordinario, algo así como un faro, que sin querer iluminaba y servía de guía, de aliento y satisfacción para los que tuvimos la suerte de vivir con él. Se le consideraba como un don de Dios".
Parece como que el Señor quisiera que todos los que veían a este joven se fijasen en él. Quiere pasar desapercibido, se oculta todo lo que puede, y sin embargo, sin querer, se descubre a las almas que trata e intuye a las mejores, a las más delicadas y sabe infundirlas muy adentro la Devoción a los Corazones Eucarísticos que él sabe y cree ser la mejor, la más eficaz de todas las devociones, la más salvadora, la más completa, la que más roba el Corazón de Dios…
Según las Revelaciones que el Hermano Estanislao José ha recibido, la Devoción a los Corazones Eucarísticos abarca toda la Sagrada Eucaristía:
1º La Santa Misa, Sacrificio de la Víctima que es Jesús crucificado en la Hostia Consagrada y en la Madre de Dolores.
2º La Sagrada Comunión, participando en el Banquete de esa Víctima, Sacramento de Amor… y de unión con los Corazones Eucarísticos.
3º Suplemento de ese sacrificio, Viacrucis diario, en unión de la Madre Dolorosa.
4º Sagrario, Prisión de Amor… Estuve preso y… me visitasteis. Allí está la Santa Madre: Comunión Espiritual, conversación con Ellos, Santo Rosario, etc.
5º Cuando se puede, Bendición con el Santísimo Sacramento, y adoración reparadora.
¿Y todo esto es para todos y todos los días?. NO. Pero para muchos puede serlo y sobre todo para las almas eucarísticas, esas que serán legión, Ejército de Apóstoles y Víctimas Portadoras de Paz y de Amor, de Luz y de Gracia de Dios…
El Hermano Estanislao José fue agraciado con la visión de una nueva Orden Religiosa, muy numerosa, que vestía de blanco, con fuego en el corazón... Oremos mucho, oremos juntos pidiendo al Cielo se apresure esta hora de gracia de indulto y de perdón; hora bendita en que reaccione el Pueblo Cristiano si no quiere perecer.
1) El Hermano Agapito León (en el siglo Remigio Olalla Aldea), nació en Hacinas (Burgos) en 1903. Ingresó en el Noviciado Menor de las Escuelas Cristianas de Bujedo en 1916, cuando contaba 13 años. Hizo sus primeros votos en 1921 y los votos perpetuos en 1928. Después del Escolasticado inició su apostolado como profesor del Noviciado Menor de Griñón (Madrid). En 1935 fue a Lembecqlez-Hal (Bélgica) para seguir el Segundo Noviciado. Al regresar, fue nombrado provisionalmente Director de la comunidad de Santa Cruz de Mudela. Allí se encontraba cuando comenzó la Guerra Civil el 18 de Julio de 1936. Encarcelado el 22 de Julio con todos los Hermanos de la Comunidad, la noche del 19 de Agosto fueron vilmente asesinados en el Cementerio de Valdepeñas (Ciudad Real).
Olimpio Fernández Cordero nació el 23 de Septiembre de 1903; vio la vida en Bustillo de la Vega, una pedanía de la provincia de Palencia (España). Desde muy pequeño dio claras muestras de una sincera piedad y de gran temor de Dios. Cuando estaba próximo a cumplir los 18 años ingresó en el Noviciado de Los Hermanos de La Salle de Bujedo (Burgos). Tornó su nombre por el de Estanislao José; según sus coetáneos siempre se comportó como un perfecto religioso.
Nuestro Señor y la Virgen Purísima se manifestarían a este joven consagrado para sumergirlo en una gran realidad sobrenatural: la Presencia de María Virgen en el Santísimo Sacramento del Altar, unida mística y realmente a Su Divino Hijo, desde que lo llevó en Sus entrañas virginales, hasta que los sostuvo entre Sus brazos tras el descendimiento de la Cruz, actuando así como Sagrario, Corredentora y Víctima junto a Nuestro Señor.
El Hermano Estanislao José murió en Griñón (Madrid), el 28 de Marzo de 1927, tras haberse ofrecido incesantemente como Víctima por el Reinado Eucarístico de los Sagrados Corazones.
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