"José, de sangre real, unido en matrimonio a la más grande y Santa de las mujeres, considerado el Padre del Hijo de Dios, pasó su vida trabajando, y ganó con la fatiga del artesano el necesario sostén para su Familia".
Hoy Miércoles, siguiendo LA SEMANA DEL BUEN CRISTIANO, consagremos nuestras oraciones, buenas obras y sacrificios en honor de Nuestro Padre y Señor San José. La Santa Iglesia busca en San José el mismo apoyo, la fortaleza, la defensa y la paz que supo proporcionar a la Sagrada Familia de Nazaret, que fue como el germen en que ya se encontraba contenida toda la Iglesia.
El Patrocinio de San José se extiende a la Iglesia Universal: la Triunfante, en el Paraíso, donde piadosamente se cree que San José se encuentra en cuerpo y alma; también es Patrón de la Iglesia Militante -aquí en este mundo- como lo reconociera el Papa Pío IX en 1870; pero Dios, quiso también encargar a San José, el Patrocinio sobre las Benditas Ánimas del Purgatorio, especialmente sobre aquéllas que más devotas le fueron en vida mortal, y que ahora en la Cárcel del Purgatorio, son las más beneficiadas del Santo Patriarca. Ante semejante influencia ¿seguiremos dudando de la eficaz intercesión de San José. Acude a él con la confianza de un hijo hacia su padre, cuéntale qué te preocupa, cómo puedes salir de ese atolladero...
San José es realmente Padre y Señor, que protege y acompaña en su camino terreno a quienes le veneran, como protegió y acompañó a Nuestro Señor mientras crecía y se hacía hombre, hasta su entrada en el Cielo, de igual manera que veló por su Santísima Esposa, a quien se entregó como virginal esposo y fidelísimo ayudante en la educación del Divino Niño. No dudes entonces, si andas en compañía de Jesús y de María, ten la seguridad que junto a Ellos, encontrarás siempre a San José; gánate su amor, su compañía y su protección frente a los ataques de los enemigos del alma.
para ser devoto y propagador de San José
- Desde por la mañana ofrece a San José todas tus acciones; encomiéndate a él para que te asista en el trabajo diario y que con su aliento te sostenga cuando flaqueen las fuerzas. Imítale en su pureza virginal, en su constancia, en su incondicional obediencia a Dios y serás un santo de altar.
- No dejes de rezarle el Ave Josefino hoy y todos los días; eleva el alma buscando el auxilio de San José, que tantas veces ayudó, alimentó y defendió a Jesús y a María.
- Recita y propaga las siguientes oraciones compuestas en honor de San José (accede a ellas tocando sobre el título)
SÚPLICA CONFIADA A NUESTRO PADRE Y SEÑOR SAN JOSÉ


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