miércoles, 12 de noviembre de 2025

NUESTRO PADRE Y SEÑOR SAN JOSÉ, FORTALEZA, DEFENSA Y PAZ DE LA SAGRADA FAMILIA


                    "José, de sangre real, unido en matrimonio a la más grande y Santa de las mujeres, considerado el Padre del Hijo de Dios, pasó su vida trabajando, y ganó con la fatiga del artesano el necesario sostén para su Familia". 


Papa León XIII, Encíclica "Quamquam Pluries"



                Hoy Miércoles, siguiendo LA SEMANA DEL BUEN CRISTIANO, consagremos nuestras oraciones, buenas obras y sacrificios en honor de Nuestro Padre y Señor San José. La Santa Iglesia busca en San José el mismo apoyo, la fortaleza, la defensa y la paz que supo proporcionar a la Sagrada Familia de Nazaret, que fue como el germen en que ya se encontraba contenida toda la Iglesia.   

               El Patrocinio de San José se extiende a la Iglesia Universal: la Triunfante, en el Paraíso, donde piadosamente se cree que San José se encuentra en cuerpo y alma; también es Patrón de la Iglesia Militante -aquí en este mundo- como lo reconociera el Papa Pío IX en 1870; pero Dios, quiso también encargar a San José, el Patrocinio sobre las Benditas Ánimas del Purgatorio, especialmente sobre aquéllas que más devotas le fueron en vida mortal, y que ahora en la Cárcel del Purgatorio, son las más beneficiadas del Santo Patriarca. Ante semejante influencia ¿seguiremos dudando de la eficaz intercesión de San José. Acude a él con la confianza de un hijo hacia su padre, cuéntale qué te preocupa, cómo puedes salir de ese atolladero... 

               San José es realmente Padre y Señor, que protege y acompaña en su camino terreno a quienes le veneran, como protegió y acompañó a Nuestro Señor mientras crecía y se hacía hombre, hasta su entrada en el Cielo, de igual manera que veló por su Santísima Esposa, a quien se entregó como virginal esposo y fidelísimo ayudante en la educación del Divino Niño. No dudes entonces, si andas en compañía de Jesús y de María, ten la seguridad que junto a Ellos, encontrarás siempre a San José; gánate su amor, su compañía y su protección frente a los ataques de los enemigos del alma.

               

PRÁCTICAS 
para ser devoto y propagador de San José

          - Desde por la mañana ofrece a San José todas tus acciones; encomiéndate a él para que te asista en el trabajo diario y que con su aliento te sostenga cuando flaqueen las fuerzas. Imítale en su pureza virginal, en su constancia, en su incondicional obediencia a Dios y serás un santo de altar.

          - No dejes de rezarle el Ave Josefino hoy y todos los días; eleva el alma buscando el auxilio de San José, que tantas veces ayudó, alimentó y defendió a Jesús y a María.

          - Recita y propaga las siguientes oraciones compuestas en honor de San José (accede a ellas tocando sobre el título)

                    EL AVEJOSEFINO 

                    BENDITA SEA TU HUMILDAD

                    SÚPLICA CONFIADA A NUESTRO PADRE Y SEÑOR SAN JOSÉ

                    


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