miércoles, 4 de junio de 2014

LA FE CATÓLICA: NADA SE LE PUEDE AÑADIR NI QUITAR

  

     Apenas elevado, por inescrutables designios de la Providencia divina, sin mérito alguno Nuestro, a ocupar la Cátedra del príncipe de los Apóstoles, Nos, considerando como dichas a nuestra persona aquellas mismas palabras que Nuestro Señor Jesucristo dijera a Pedro: "Apacienta mis ovejas, apacienta mis corderos" dirigimos enseguida una mirada llena de la más encendida caridad al rebaño que se ha confiado a Nuestro cuidado: rebaño verdaderamente innumerable, como que, por una o por otra razón, abraza a todos los hombres. Porque todos, sin excepción, fueron librados de la esclavitud del pecado por Jesucristo, que derramó Su Sangre por la redención de los mismos, sin que haya uno siquiera que sea excluido de los beneficios de esta redención; por lo cual el Pastor Divino que tiene ya venturosamente recogida en el Redil de su Iglesia a una parte del género humano, asegura que Él atraerá amorosamente a la otra: "Aun otras ovejas tengo que no son de este redil, y es preciso que yo las traiga, y oirán mi voz".

     Queremos también que los católicos se abstengan de usar aquellos apelativos que recientemente se han introducido para distinguir unos católicos de otros, y que los eviten, no sólo como innovaciones profanas de palabras, que no están conformes con la verdad ni con la equidad, sino también porque de ahí se sigue grande perturbación y confusión entre los mismos.

     La fe católica es de tal índole y naturaleza, que nada se le puede añadir ni quitar: o se profesa por entero o se rechaza por entero: "Esta es la fe católica; y quien no la creyere firme y fielmente no podrá salvarse". No hay, pues, necesidad de añadir calificativos para significar la profesión católica; bástale a cada uno esta profesión: Cristiano es mi nombre, católico, mi apellido; procure tan sólo ser en efecto aquello que dice."

( Benedicto XV en su Encíclica Ad Beatíssimi, 1914 )


1 comentario:

  1. Así da gusto leer Encíclicas, sin ambigüedades y por sobre todo Católicas. Hoy, hacer el ejercicio de leer una encíclica (post-concilio)es pasar un mal rato, porque se sabe que uno en dicha encíclica encontrará una doctrina distorsionada, en dichos escritos no encontraremos certezas , sólo hay “propuestas” sólo“una teoría” que se puede aceptar o no, como se hace con tantas otras teorías existentes, encontramos a una Iglesia con miedo a decir. FUERA DE LA IGLESIA NO HAY SALVACIÓN…la fe ha sido limitada a un mero “paradigma”, y pasamos de "Extra Ecclesiam nulla salus" a un ambiguo “todos los hombres de buena voluntad” “los que luchen por la verdad y justicia”..es decir, la Iglesia actual propone una vacía filantropía, que hasta un masón puede ejercer sin ningún problema, abandonando el Catolicismo, pasando sobre los verdaderos santos que trabajaron por la única Verdad y la Justicia que proviene de Cristo, Nuestro Señor. Gracias hermanito por tan exelente publicación, Dios te pague el bien que le haces a las almas que leen la santa y verdadera Doctrina. Pax et Bonum +

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