MEDITACIÓN: San José mereció la Santísima Virgen más que todos los demás hombres, porque DIOS se la dio por esposa.
¡Qué virtudes y qué méritos poseía él para merecer esta magnífica elección de Dios!
San José imitó a María más que ningún otro hombre, y fue más parecido a ella, porque DIOS, uniéndolos en ese estado, hizo un matrimonio perfecto entre personas iguales o parecidas. ¡Qué grandeza la de San José! San José el más feliz esposo de la Tierra, porque fue amado por la esposa más perfecta y amante.
FRUTO: Ser muy dendente en la elección del estado.
INVOCACIÓN: Hacedme, Glorioso San José, semejante a María, vuestra Esposa. Amén.
ORACIÓN: Oh Dios, que por inefable providencia te dignaste escoger a San José por esposo de tu Madre Santísima; nos concede, te lo pedimos, que merezcamos tener por intercesor en el cielo, aquel que veneramos en la tierra como protector. Vosotros que vivís y reinais por todos los siglos de los siglos. Amén.
TERMINAMOS rezando el Avejosefino:
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