La Piedad Católica ha consagrado el día Martes para honrar de manera especial a nuestro Ángel Custodio; podemos saludarle con alguna oración especial; también podemos ofrecer un pequeño sacrificio (privarnos de ver televisión, no comer dulce, etc) como desagravio por tantas almas que ignoran a su Custodio.
Es opinión muy común entre los teólogos, que recibimos la asistencia de nuestro Ángel de la Guarda desde el momento mismo de la concepción y así, el Ángel particular que todos tenemos, nos cuida ya desde el vientre materno. Jamás podrás tener amigo más fiel y mejor confidente... hasta más allá de esta vida terrena te acompañará, para consolarte en el Purgatorio y para hacerte más feliz en el Paraíso, donde a buen seguro entrarás de su mano. No dejes de encomendarte ni una sola mañana al Ángel Custodio y procura que otros lo hagan también; acude a Él con la seguridad de ser atendido y pronto sentirás su ayuda.
ORACIÓN AL ÁNGEL DE LA GUARDA
compuesta por el Padre Pío de Pietrelcina
Oh mi Ángel de la Guarda, cuida mi alma y mi cuerpo. Ilumina mi mente para que pueda conocer mejor al Señor mi Dios y amarlo con todo el corazón. Vigílame cuando rezo para que no ceda a las distracciones de la vida.
Sostenme con tus consejos para vivir como un buen Cristiano y ayúdame a cumplir obras de generosidad. Defiéndeme de los engaños del maligno y socórreme durante las tentaciones para que pueda vencer en la lucha contra el mal.
Oh mi querido Ángel de la guarda, recito esta oración para pedirte que permanezcas siempre a mi lado y para pedirte que no ceses nunca de ser mi Ángel de la Guarda, hasta que no sea llamado al recinto del Señor, donde adoraremos juntos, por toda la Eternidad a Dios Nuestro Señor. Amén.
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