miércoles, 19 de diciembre de 2018

EL MEJOR PROPÓSITO PARA EL 2019: La Consagración personal a los Sagrados Corazones de Jesús y de María


                 En estos días solemos hacer balance, rememoramos hechos acontecidos a lo largo del año que termina, tratamos de calcular beneficios... y nos marcamos nuevos propósitos, enfocados casi siempre a mejorar  nuestra imagen o aumentar nuestro patrimonio personal. Según va pasando el año, esos objetivos se van muchas veces perdiendo por el camino, se olvidan o simplemente se postergan "para el año que viene"... cuestión que genera no pocos casos de ansiedad y frustración.

CONSAGRACIÓN A JESÚS Y MARÍA

                Próximo ya el fin de año, sería bueno que hicieses un propósito, no sólo material, sino de ser y sustancia, pues implica ofrecerte, tal y como eres, con todo lo que tienes y anhelas; es un ofrecimiento completo e íntimo, propio de enamorados que confían sin reservas.

                La Consagración personal a los Sagrados Corazones de Jesús y de María -tal y como reza el texto que te presento más abajo- implica la ENTREGA TOTAL de nuestro cuerpo, alma, potencias y sentidos con objeto de que sean ellos, Jesús y María, quienes gobiernen y dirijan todos nuestros actos, no los más destacados o visibles a los ojos de los hombres, sino los más íntimos: nuestros pensamientos y deseos, aquellos que guardamos en el corazón.




              Entrégale sin miedo tu vida: tu pasado, tu porvenir, con todo lo bueno y con las mayores miserias; el Señor lava en Su Sangre Preciosa nuestros pecados cada vez que los confesamos, o al menos nos arrepentimos con sinceridad. En Su Divino Corazón -como tú- guarda Jesús el nombre de los que más le aman pero también -y le duelen enormemente estos nuevos Iscariotes- aquellas almas que andan más extraviadas de Él; la alegría que siente por tener amigos que le buscamos y servimos, no le alivia de los que han preferido estar perdidos, desentendidos de la Religión y hasta beligerantes contra Dios mismo.

                 Por eso es tan necesaria nuestra incondicional entrega, para hacernos con Él, con Su Santa Madre la Virgen María, corredentores de tantas almas que han perdido a Dios... ¿no te parece un PROPÓSITO suficientemente noble para empezar el año y continuar luchando por él, por conquistar el amor de Nuestro Señor y de la Virgen ?

INTIMIDAD CON JESÚS Y MARÍA

                Sólo a través de Ella, de Su Inmaculado Corazón, podremos conocer los más ocultos secretos del Sagrado Corazón de Jesús... secretos de Amor, de Reparación y de Confianza, las tres peticiones que Jesús no se cansa de mendigarnos y que este año 2019 podemos llevar a término si vivimos cada día cerca del pecho de Nuestro Señor, apoyándonos en Él en los momentos de dolor... si en lugar de pedir, llorar o suplicar, mantenemos el silencio. Pronto escucharás los latidos de Su Amor Eterno, Amor que nunca pasa y que siempre espera. Ese abrazo de amor, de reclinarte sobre Tu Señor, lo podrás obtener cada vez que comulgues en gracia de Dios y debidamente preparada tu alma.

                Pide a María Nuestra Señora, que te lleve en brazos a Jesús Su Hijo Divino; que te muestre el camino hacia Su Inmaculado Corazón y desde allí, hacia el de Cristo, lacerado por tu amor y el mío; Ella mejor que nadie, sabrá prepararnos para cumplir siempre lo que Él nos diga.



Versión para imprimir y completar con nuestros datos; luego sería conveniente
tenerla a la vista, para renovar habitualmente esta Consagración personal


              La Consagración personal no consiste en una mera fórmula que se repite de vez en cuando o cuando nos apetece; se trata de una ENTREGA que si bien no obliga bajo pecado mortal, es recomendable vivir continuamente, como continuamente nos aman los Sagrados Corazones de Jesús y de María.

                Consagrarnos a los Sagrados Corazones es también sinónimo de lucha y esfuerzo por cumplir la Santa Ley de Dios, de alcanzar con esfuerzo las Virtudes Cristianas y aceptar en su integridad las Verdades de Fe que la Santa Iglesia Católica enseña.

               "La Devoción al Sagrado Corazón de Jesús... es la suma de toda la Religión y aun la Norma de vida más perfecta, como que con mayor facilidad conduce los ánimos a conocer íntimamente a Cristo Señor Nuestro, y los impulsa a amarlo más vehementemente, y a imitarlo con más eficacia" (Papa Pío XI, Encíclica Miserentissimus Redemptor, 8 de Mayo de 1928)





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