viernes, 18 de enero de 2019

"NO TE CANSES DE SUFRIR..."


                Sor Josefa Menéndez, religiosa de la Sociedad del Sagrado Corazón, fue agraciada con revelaciones privadas de Nuestro Señor y de la Virgen Santa en los últimos años de su corta vida. Española de nacimiento había emigrado a Francia para cumplir con la Voluntad de Dios y desposarse con Cristo, alejada de su Patria y desempeñando las labores más humildes en su Comunidad. En medio de aquella vida sencilla, el Sagrado Corazón de Jesús se le manifestó, siempre a espaldas de sus hermanas de religión, pero por obediencia a sus Superioras, Sor Josefa recogió por escrito aquellos coloquios celestiales. 

                 Sólo después de su muerte, cuando contaba 33 años de edad, fueron compiladas sus confidencias con el Sagrado Corazón de Jesús y publicadas bajo el título "UN LLAMAMIENTO AL AMOR"(1); el entonces Cardenal Pacelli -luego Papa Pío XII- envió una carta a la Superiora General de la Sociedad del Sagrado Corazón en la que recomendaba la lectura y difusión del Mensaje de Reparación, Amor y Confianza que Sor Josefa escribió bajo el dictado de Nuestro Redentor.




                En la noche del 9 de Enero de 1921, Sor Josefa está recogida en su celda, el Señor le repite lo que necesita para consagrarse del todo a Él. Jesús se comunica con ella con lenguaje adaptado a la sencillez de Su discípula, en una lección de vida interior que sería el camino trazado para Josefa. Ella misma lo recogerá así:

                "En Su mano derecha tenía una cadenita; era como de brillantes y dentro había tres llavecitas pequeñas, doradas y muy bonitas."

                Le dice Jesús: "Mira, una, dos, tres, son de oro. ¿Sabes lo que son estas llaves?... Pues cada una encierra un gran tesoro y quiero que tú te apoderes de él.

                 El primero es un gran abandono a todo cuanto Yo te pida, directa o indirectamente, confianza en la bondad de Mi Corazón, que está siempre cuidando de ti. Así repararás los pecados que cometen las almas que dudan de Mi Amor.

               El segundo es una gran humildad, ya reconociendo tu nada, ya humillándote delante de todas tus Hermanas, y pidiendo, según Yo te mandaré, ser humillada de tu Madre (Superiora). Así repararás la soberbia de muchas almas.

               El tercero es una gran mortificación en tus palabras y en tus actos. Quiero también que te mortifiques corporalmente, cuanto la obediencia te permita y recibas con verdadero deseo los sufrimientos que Yo te hago sentir. Así repararás las faltas de mortificación de tantas almas y me consolarás, en algún modo, de las ofensas que recibo, con tantos pecados de sensualidad y regalo. 

              Por último, esta cadenita que sujeta las tres llaves, es un amor ardiente y generoso que te permitirá vivir abandonada y entregada, humilde y mortificada... ¡No te canses de sufrir!, ¡si supieras cómo aprovecha a las almas!"


   NOTAS ACLARATORIAS:


                1- Para conocer más de la vida de Sor Josefa Menéndez toque AQUÍ . Puede encontrar otros extractos de "Un Llamamiento al Amor" por la etiqueta que lleva el mismo nombre en el ÍNDICE DE TEMAS situado en el margen izquierdo de este Blog.








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