sábado, 5 de enero de 2019

MADRE MARÍA ROSARIO, la Esclava del Santísimo Sacramento


                La Madre María del Rosario del Espíritu Santo, nació en la andaluza ciudad de Almería, el 27 de Febrero de 1909.

                Estudió en Málaga enseñanza media, tomando a los trece años la firme resolución de ser religiosa. Intentó discernir con su director espiritual la institución en donde consagrarse a Dios. Alentada por su director, el 1 de Marzo de 1928, ingresó como postulante en la casa que la Congregación de las Religiosas de la Sagrada Familia de Burdeos tenían en Hortaleza, (Madrid), religiosas con las cuales se educaba, con la esperanza de ser destinada a la Casa de las Solitarias de Saintoge, en Burdeos, casa que tiene el Santísimo expuesto en adoración perpetua por un milagro ocurrido allí al principio de la Fundación. 




                En el mismo noviciado de Hortaleza tomó el hábito el 25 de Septiembre del mismo año, profesó los primeros votos el 26 de Septiembre de 1929, los renovó al año siguiente, y en 1931 los superiores la trasladaron a Burdeos, donde hizo su profesión perpetua el 26 de Septiembre de 1932. Pero los superiores ese mismo año le indicaron que debía volver a España porque allí hacían falta religiosas y así lo hizo, laborando en las tareas propias de la Congregación, en particular, la enseñanza, en Barcelona, Valencia, Madrid y Tolosa, a la par que siguió por libre estudios universitarios de Filosofía y Letras. Se le diagnosticó un tumor en la rodilla y en noviembre de 1935 se trasladó, con permiso de sus superioras, a una casa familiar de Melilla para recibir una terapia adecuada y descansar en el período de convalecencia.

                El 18 de Julio de 1936 comenzó la Cruzada, por lo que inevitablemente hubo de prolongar su estancia melillense durante toda la contienda. Trabajó también en la Acción Católica y en la “Obra del Fomento de vocaciones sacerdotales”, logrando con su labor apostólica el ingreso de varios jóvenes melillenses en el seminario de Málaga. Cuenta en las crónicas escritas por ella que “empleaba habitualmente ocho horas de oración diarias ante el Sagrario, suplicándole al Señor con vivas ansias me mostrase el instituto religioso donde al fin pudiera realizar mi vocación”.

                Nuevamente aconsejada por su director espiritual, dejó la Congregación de la Sagrada Familia pidiendo dispensa de los votos, y a finales de 1943 dio en Málaga los primeros pasos para la fundación de una Congregación dedicada a la Adoración Perpetua del Santísimo Sacramento.

                 El 24 de Diciembre de 1943, después de la Santa Misa de medianoche, comenzaron las cuatro primeras “Esclavas” a hacer vida de comunidad. Esta nueva fundación recibió la aprobación de Pía Unión en 1944 por el Obispo de Málaga Balbino Santos y Oliveira, quien, nombrado en 1946 Arzobispo de Granada, solicitó a la Madre María Rosario que se estableciera en su Diócesis. Así, la naciente Pía Unión se trasladó a Granada, donde por Decreto de 15 de Septiembre de 1948 quedó erigida como Congregación Religiosa de Derecho Diocesano, celebrándose solemnemente el acto de erección canónica el 7 de Octubre, fecha en que hicieron públicamente los votos religiosos perpetuos la Madre Fundadora y las primeras religiosas del Instituto de Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Inmaculada.

                Atraídas por el ideal contemplativo, en su doble aspecto de Eucaristía y Esclavitud Mariana, se multiplicaron las vocaciones y muy pronto se sucedieron nuevas fundaciones por toda España alentadas por la Madre María Rosario; Cuenca en 1949; Cáceres en 1951; Gerona y Salamanca en 1952; Orense en 1955; Jaén en 1956; Ferrol en 1958; y Córdoba en 1959, última fundación que realizó la madre.

                 En los primeros años de la Fundación, cuando el carisma específico de la misma, la vida contemplativa en la adoración perpetua al Santísimo Sacramento, se puso en cuestión, buscó en los padres de la Compañía de Jesús discernimiento de la voluntad de Dios. Con este fin el 18 de Julio de 1951 visitó al padre provincial de Andalucía, Juan Ponce (SI), que le señaló a la persona del Padre José Antonio de Aldama y Pruaño, jesuita, de gran prestigio en la Compañía, de familia Noble y eminente intelectual. El Padre Aldama se entrevistó con la Madre María Rosario el 20 de Julio. Fue entonces cuando el carisma de la Congregación se clarificó definitivamente: dar culto de adoración al Santísimo Sacramento en unión íntima con la Virgen Inmaculada.




                 Así, cada religiosa Esclava del Santísimo Sacramento y de la Inmaculada tiene ante el Santísimo dos horas de adoración, una durante el día y otra durante la noche, realizando entre todas turnos de vela al Santísimo, dando a la adoración durante la noche un matiz especial de Reparación. Alternan, tomando como modelo a la Sagrada Familia, la oración con el trabajo, pero este ejercicio del trabajo en labores exclusivamente destinadas al culto divino, no ocupándose en otros trabajos distintos de los que inmediatamente se refieren al culto litúrgico.

                 La Madre María Rosario tomó como Director Espiritual al Padre José Antonio de Aldama, quien redactó unas Constituciones para la nueva Congregación de acuerdo con el espíritu y carisma fundacional y recogiendo todas las sugerencias de la Madre Rosario, por lo que desde entonces se le considera Co-Fundador de la Congregación junto con la Madre Rosario. 

                 El 16 de Septiembre de 1957 tuvo la dicha de ser recibida en audiencia privada por el Venerable Pío XII. Murió en Córdoba, tal día como hoy en 1960, tras una larga enfermedad. Su virginal cuerpo reposa en la Capilla de las Esclavas del Santísimo y de la Inmaculada de Córdoba.




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