viernes, 24 de julio de 2020

COMPLACIENTES CORTESANOS: de la CARTA DEL OBISPO GUERRA CAMPOS al entonces Rey Juan Carlos después que éste sancionara con su firma la Ley del Aborto


                Hay que señalar la responsabilidad de quienes rechazan como absolutamente inmoral el aborto y la despro­tección de sus víctimas, pero han contribuido o contribuyen todavía a que los culpables de ese crimen se apoyen en votos católicos, ¿Qué se ha hecho, en determinados ambientes eclesiásti­cos, de las tan cacareadas «denuncia profética», «voz de los que no tienen voz», «conciencia crítica de la socie­dad»? ¿Dónde está Juan Bautista diciendo a los poderosos: «No te es lícito»? Los Profetas, ¿se nos han vuelto de pronto complacientes cortesanos?




                No se libran de responsabilidad los que han «legitimado» la votación de la ley del aborto, cualquiera que haya sido el sentido de su voto. ¿No se nega­ron a participar en la votación de otra ley, por no hacerse cómplices de la aprobación «ni tan siquiera por la vía pasiva»?.

                Mientras sea legal matar a los que viven en las entrañas de sus madres, toda la nación queda manchada: en unos, por comisión o complicidad; en otros, por omisión. Queda en entredicho su condición de Patria. Queda especialmente herida la Corona, tradi­cional amparadora de los débiles y del derecho natural. Es bien lamentable que ese amparo se haya interrumpido a costa de los más indefensos, tanto si la institución quiere y no puede como si puede y no quiere. Esta llaga sólo podrá cerrarse, y no sin humillación, con la revocación de la ley y la repulsa de los comportamientos homicidas. Y con el saneamiento estructural al que antes hemos aludido.


S.E.R. Mons. José Guerra Campos, 
Obispo de Cuenca, 13 de Julio de 1985



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