viernes, 23 de septiembre de 2022

PADRE PÍO, UN CRISTO SIN CRUZ

 


                Recordamos hoy al Sacerdote capuchino, crucificado sin Cruz, pues soportó en su endeble cuerpo los Sagrados Estigmas de Nuestro Señor durante cincuenta años.

                El Padre Pío nació el 25 de Mayo de 1887, en una aldea llamada Pietrelcina, al sur de Italia, en la provincia de Benevento; sus padres, Horacio Forgione y Giuseppa de Nunzio unos humildes agricultores, encomendaron su protección al Seráfico San Francisco de Asís, por eso le bautizaron con su nombre. Con el pasar de los años, el Padre Pío se configuraría con aquél santo no sólo por pertenecer a su Orden, sino por llevar en su cuerpo los estigmas de la Pasión.

                Desde muy niño fue profundamente sensible y espiritual; así a la corta edad de cinco años, se ofreció al Señor como víctima y comenzó a tener frecuentes visiones de su ángel custodio, de Nuestra Señora la Virgen y del mismo Jesucristo, visiones estas que le acompañarían el resto de su vida. 

               Pero también el demonio se le representaría de distintas maneras; cuando esto ocurría, nunca le falló la ayuda su Ángel de la Guarda o incluso de Nuestro Señor, que ponían al diablo en fuga.

               Para conocer más sobre la vida del Padre Pío solo tienes que tocar AQUÍ...


LA MISIÓN DEL SACERDOTE DE LOS ESTIGMAS            

                La misión del Padre Pío va a ser en gran parte una especie de reto lanzado al racionalismo moderno y a la incredulidad. Va a llevar hasta un punto sublime los Misterios del Sacrificio de la Misa y de la Confesión, los dos sacramentos en los que el sacerdote es más visiblemente "otro Cristo". Va a añadir a ese ministerio tradicional del sacerdote los estigmas que, en su carne, lo identificarán todavía más con Cristo Crucificado. 

                Esos estigmas eran una gracia que el Señor le concedía, pero también un testimonio para el mundo: recordar los sufrimientos padecidos por Cristo para la salvación del mundo y defender la eminente dignidad del Sacerdocio Católico. 



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