En Junio de 1922 tuvo el Hermano Estanislao una Visión extraordinaria que llenó su alma de santas ilusiones: se le presentaron los Corazones Eucarísticos sentados en magníficos tronos; el Señor tenía a Su derecha a Su Bendita Madre, como se lee en el Libro I de los Reyes (2, 19): "Sentado el Rey en el trono e hizo poner otro para la Madre del Rey y la sentó a su derecha".
Aparecían vestidos como Soberanos del Cielo con vestiduras bordadas en oro purísimo y perlas más resplandecientes que la misma luz, y ambos llevaban el corazón al descubierto y sobre él la Sagrada Hostia envuelta en llamas de amor inmenso a los hombres. Los Arcángeles San Miguel, San Gabriel y San Rafael les adoraban e incensaban igualmente a los dos.
La Aparición fue realmente grandiosa y decía él que era imposible describir, ni siquiera imaginar… era en verdad una visión apoteósica, que jamás habría de olvidar. Vienen pidiendo que Les honren con este glorioso título y él trabajó todo lo que pudo por extender esta preciosa invocación de Corazones Eucarísticos; nueva, es verdad, sobre todo para el Corazón Eucarístico de María, asunto que le trajo una contrariedad que no acabó hasta su muerte.
Por obediencia dejó de llamarlo así, pero en su interior sentía que la Madre quería que La honrase no sólo Su hijito, como le llamaba, sino todos los Cristianos. Me parece, no sólo conveniente sino muy provechoso aclarar esta especialidad de Corazón Eucarístico de María, que la Madre de Dios pide con tanta insistencia:
1º Con la palabra Corazón se quiere expresar la persona misma de la Virgen Santísima que hasta ahora, tanto en la liturgia como en las encíclicas de los papas y en el lenguaje común de los fieles, al nombrar Corazón de María se ha dicho Corazón Purísimo, Inmaculado, Doloroso, etc. Y por una intuición filial, al representar los artistas el Corazón de la Madre, suelen presentarlo con un lirio de pureza impoluta, símbolo de la pureza más que angélica; o con una espada bien hundida en el corazón, o con un zuncho de agudas espinas, como el de Fátima… Pues bien, al nombrarle con el título de Corazón Eucarístico, pide la Madre pongan una Hostia sobre Su Corazón encendido en llamas de amor al Divino Sacramento.
Esta revelación al Hno. Estanislao, ya se la habían hecho antes a otros santos, a Santa Gertrudis en el siglo XIII, a la V.M. Ágreda en el siglo XVII, asegurándoles que desde la primera Comunión en la noche de Jueves Santo, permaneció siempre en Su Corazón la Divina Eucaristía, conservando las Sagradas Especies de una a otra Comunión. Este favor eucarístico, gran privilegio concedido primero a la Divina Señora, lo ha prodigado en el correr de los siglos a otras personas, y la Iglesia lo ha admitido ya, al canonizar a San Antonio Mª. Claret, como consta en la Bula de Canonización de este gran Santo español.
También se ha asegurado tenerlo Santa Teresita del Niño Jesús, el Hno. Benjamín Antonio, nuestro mismo Hno. Estanislao José, y otras muchas almas que él vio en las distintas filas y que se pudo comprobar, como ya dijimos.
Quede bien señalado que la Madre de Dios se apareció muchas veces al Hno. Estanislao, presentándose con la Sagrada Hostia en Su Corazón, rodeada de luz y de fuego, símbolos de la Verdad y del Amor, diciéndole: "Hijo Mío, este Corazón es el Tesoro que tienes que revelar al mundo y mostrarle que en Él está Jesús Sacramentado y en Él quiere ser adorado".
2º Pide más la Divina Madre: "...pide que se Le venere junto con el Corazón de Su Hijo porque son inseparables, pide que en ambos Corazones se ostente la Sagrada Hostia y se extienda por doquier esta devoción".
3º Pide todavía más la Reina de los Cielos: "...pide que se La honre en la Divina Eucaristía con Su Divino Hijo, donde se encuentra espiritualmente, pero real y verdaderamente con Su Amado Hijo y porque Este así lo ha dispuesto".
4º "Pide que se extienda por todas partes la Devoción a los Corazones Eucarísticos de Jesús y María, y se consagren a Ellos, viviendo una vida de intimidad por la Comunión diaria, la visita al Sagrario, etc.".
5º Promete a todos los que se afanen por honrarles "ricos tesoros" de gracias y favores sobrenaturales, incluso el gran favor eucarístico, gran don del Cielo, que se prodigará a muchas almas en los próximos tiempos de gracia y redención".
No seamos fríos ni indiferentes con nuestros amadísimos Soberanos, antes acudamos a Ellos con humildad pidiendo aumentos de Fe, Piedad, Pureza y Caridad y estemos seguros, que si cumplimos sus deseos, vendrán sobre nuestras almas esos "ricos tesoros" prometidos a esta nueva devoción la más espléndida y ubérrima de todas las devociones.
Olimpio Fernández Cordero nació el 23 de Septiembre de 1903; vio la vida en Bustillo de la Vega, una pedanía de la provincia de Palencia (España). Desde muy pequeño dio claras muestras de una sincera piedad y de gran temor de Dios. Cuando estaba próximo a cumplir los 18 años ingresó en el Noviciado de Los Hermanos de La Salle de Bujedo (Burgos). Tornó su nombre por el de Estanislao José; según sus coetáneos siempre se comportó como un perfecto religioso.
Nuestro Señor y la Virgen Purísima se manifestarían a este joven consagrado para sumergirlo en una gran realidad sobrenatural: la Presencia de María Virgen en el Santísimo Sacramento del Altar, unida mística y realmente a Su Divino Hijo, desde que lo llevó en Sus entrañas virginales, hasta que los sostuvo entre Sus brazos tras el descendimiento de la Cruz, actuando así como Sagrario, Corredentora y Víctima junto a Nuestro Señor.
El Hermano Estanislao José murió en Griñón (Madrid), el 28 de Marzo de 1927, tras haberse ofrecido incesantemente como Víctima por el Reinado Eucarístico de los Sagrados Corazones.
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