martes, 27 de febrero de 2024

SU DIVINA VOLUNTAD ERA QUE ME DEDICARA A LA REPARACIÓN DE LAS BLASFEMIAS


Te saludo, Te adoro y Te amo, Jesús mi Salvador, 
cubierto de crueles ultrajes por los blasfemos: 
Te ofrezco en el Corazón de María, como un incienso 
y perfume, el homenaje de todos los Ángeles y de 
todos los Santos. Te ruego humildemente, 
por los méritos de Tu Santa Faz, que reparares 
restablezcas en mí y en toda la humanidad 
la imagen desfigurada por el pecado. Amén.



               "Este Buen Maestro me hizo comprender que Su Divina Voluntad era que yo siempre me dedicara al ejercicio de la reparación de las blasfemias, a pesar de los esfuerzos del Demonio, que quería impedirme hacer así llenando mi alma de dolor y repugnancia cuando quería aplicarme a ella, porque quisiera aniquilar esta obra si estuviera en su poder.

                Entonces Nuestro Señor transportó mi espíritu al camino del Calvario, y me representó vívidamente el piadoso oficio que le hizo Verónica, quien, con su velo, secó la Santísima Faz que luego estaba cubierta de saliva, polvo, sudor y sangre. 

                Entonces, este Divino Salvador me hizo comprender que los impíos en realidad renovaban, con sus blasfemias, los ultrajes hechos a Su Santa Faz; comprendí que todas estas blasfemias que estos impíos lanzan contra la Divinidad, contra Dios a quien no pueden alcanzar, caen como los escupitajos de los judíos sobre la Santa Faz de Nuestro Señor que se hizo víctima de los pecadores.

                Así, nuestro Divino Salvador me hizo comprender que debía imitar la valentía de Santa Verónica, a quien Él me dio como protectora y modelo: la que valientemente atravesó la multitud de sus enemigos..." 


Sor María de San Pedro y de la Sagrada Familia, 
Carmelita Descalza de Tours



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