...Jesús realizaba la preanunciada consagración; pero todo se desenvolvía en lo íntimo de Sor Consolata, sin nada de extraordinario por fuera. Y le decía Jesús : «Hoy te consagro víctima de amor. No te hiero con un dardo, pero te inflamo silenciosamente y, aún cuando quisieses interrumpir tu Acto de Amor, ya no podrías. El tiempo que te queda para vivir, desde hoy hasta el último momento, nosotros lo reuniremos en este incesante Acto de Amor. Cree, en él Me das todo. Sí, Consolata, despreciaremos, pisotearemos todo obstáculo y amaremos siempre, incesantemente, hasta el último suspiro... Sí, Yo salgo responsable de todo ello».
La responsabilidad que Jesús se tomó de la continuidad de amor en Sor Consolata -conviene volver a recordarlo-, no significa una posesión pacífica de parte del alma. Esto nunca ocurrirá; sin embargo, investida de la llama consagratoria de amor, se sentirá en adelante más fuerte en el holocausto de amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.